El documento describe la expansión del pensamiento racional griego y su adopción por los romanos para organizar su sociedad. Los griegos desarrollaron la filosofía y la ciencia racionales, expandiendo sus ideas a través del imperio de Alejandro Magno. Los romanos heredaron la cultura helénica y la aplicaron a su organización política y social, estableciendo el imperio de la ley donde nadie está por encima de la ley. Esto dio lugar al concepto de ciudadanía como pertenencia a una comunidad política y cultural bajo el imperio de la
proyecto de mayo inicial 5 añitos aprender es bueno para tu niño
La ciudadanía política
1. La ciudadanía política
La construcción helenísitca
Si es verdad lo que dijo un pensador de cuyo nombre no quiero acordarme, entonces los
griegos nos enseñaron a pensar y los romanos nos enseñaron a organizar la sociedad. Tras estas dos
grandes civilizaciones sólo faltará la aparición del cristianismo para acabar de establecer los tres
pilares sobre los que se construye nuestra civilización occidental. Y como que la civilización
occidental es la que se está expandiendo por todo el mundo1
, entonces tampoco está muy alejado de
la verdad afrmar que el pensamiento griego y la organización política romana son dos de los tres
pilares del mundo actual.
Hemos estudiado ya que los griegos sustituyeron las formas mitológicas del pensamiento por
las formas racionales, construyendo de esa manera lo que nosotros conocemos como flosofía y
ciencia. El pensamiento racional ocupaba los campos que antes eran de uso exclusivo de las
tradiciones. Los conocimientos racionales se expandieron exponencialmente y los resultados no se
hicieron esperar, en poco tiempo, apenas un siglo, el mundo griego construyó un imperio donde
antes sólo había pueblos rurales atados a las formas de vida de antaño. Con la llegada de
Alejandro Magno al poder ese imperio se maximiza, pues Alejandro, al invadir Grecia, no
impone la cultura macedónica de su tierra, sino que se heleniza (se vuelve griego, por así decirlo) y
lleva el helenismo hasta Egipto, hasta Persia, al Levante Mediterráneo, hasta los confnes del mundo
en la lejana India. El mundo se hará griego durante unos siglos, y las ideas griegas, las formas de
pensar griegas se expandirán. Conocemos como Helenismo, precisamente, a esa época que va
1 A lo largo de la historia ha habido diferentes imperios y diferentes expansiones culturales. Nosotros, los habitantes
del siglo XX y XXI hemos vivido y estamos viviendo la expansión de la cultura occidental, en particular de la
cultura occidental norteamericana, por todo el mundo, hasta el punto de que aceptamos casi sin cuestionárnoslos,
los principios mediante los cuales se expande y que le son propios. Por ejemplo, aceptamos que la democracia, una
invención occidental, es la forma de gobierno que debe expandirse, y aceptamos que el principio de economía debe
regir nuestras vidas, y que así sea a lo largo y ancho del mundo, pese a que por ello haya que pagar precios no
económicos que consideramos aceptables. Aunque hay quien piensa que no son aceptables, y ahí tenemos las
revueltas sociales.
2. desde la conquista de Grecia por parte de Alejandro Magno, hasta la caída del imperio romano2
.
Cuando los romanos lleguen al mundo griego heredarán toda la cultura griega y la
adoptarán para ampliarla y hacerla propia. Heredan la ciencia griega y la aceptan, el pensamiento
racional domina toda la concepción romana del universo, del mundo, de la ciudad, y del individuo.
Se habla de Helenismo, es decir, se separa la época anterior a la conquista de Alejandro,
porque el mundo cambia radicalmente, Alejandro conquista Grecia y la unifca, desaparecen las
ciudades-estado, la organización política es, pues, completamente diferente. Sin embargo, como ya
he dicho, Alejandro lo organizará todo al estilo griego, por decirlo de una forma comprensible. Y
quienes sucedieron a Alejandro en los diversos reinos en los que se dividió su imperio tras su
muerte, serán griegos, o macedonios helenizados, de tal forma que, por ejemplo, los faraones
egipcios que habrá hasta la caída de Egipto por las legiones romanas, serán todos griegos de nombre
Ptolomeo, ellos, y Cleopatra3
, ellas.
En fn, sigamos con Alejandro y su invasión del mundo griego y veamos qué nos depara.
Cuando Alejandro invade Grecia, ésta ya se había consolidado en el mundo racional, y eso era lo
que el mundo macedonio, por ejemplo, admiraba de los griegos. En doscientos años se habían
hecho muy grandes en cultura y conocimientos. Durante el siglo V había aparecido ya el
pensamiento sistemático, representativo de una época de madurez racional, y que tendrá a dos
autores como grandes portavoces: Platón y Aristóteles (a quienes estudiaréis el año que viene). Este
segundo, Aristóteles, no era griego, sino macedonio, de Estagira, que viaja a Grecia para estudiar en
la famosa Academia de Platón; Aristóteles era el hijo del médico personal del rey de Macedonia, y
éste, cuando Aristóteles es ya mayor lo manda llamar para educar a su hijo y futuro rey, Alejandro.
Así que Alejandro aprende de Aristóteles (que es como decir que has estudiado con un premio
Nobel) toda la cultura del mundo griego, y cuando vaya invadiendo territorios irá llevando esa
cultura consigo, a eso es a lo que llamamos Helenismo. Ahora bien, Alejandro podía ser magnífco y
maravilloso, guapo, joven, atractivo, elegante, héroe, y todo lo que queráis, no obstante, una
invasión es una invasión, es una guerra, y las formas de vida políticas que había antes de Alejandro
desaparecen dando lugar a nuevas formas, las helénicas. Y ya hemos comentado que cuando una
forma de vida se viene abajo y es sustituida por otra, siempre ocurre que el pensamiento racional se
refugia en una antropología que le dé sentido racional al ser humano que está sufriendo todo eso. Y
2 Cuando Roma invade Grecia también se heleniza, y así copia toda su mitología para aceptarla como propia; los
dioses romanos no son más que los dioses griegos con los nombres cambiados. Cuando los bárbaros del norte
destruyan el imperio romano ocurrirá que no impondrán sus formas culturales, sino que se romanizarán, y por eso
hablamos castellano, catalán, portugués, italiano, francés, y no hablamos en alemán o alguna lengua derivada, que
sería lo normal puesto que nos invadieron tribus germánicas. Si los romanos se habían helenizado, y los bárbaros se
romanizaron, no es erróneo pensar que la huella helénica llegó hasta la edad media, y a partir de ahí a toda nuestra
historia.
3 Hasta la última de las reinas de Egipto, Cleopatra VII, la famosa, la conocida, de la que hicieron la peli, la que tuvo
una aventura amorosa con César y luego con Marco Antonio, la que murió suicidándose con una mordedura de
áspid y diciendo: Muere así la última de las reinas de tan noble estirpe.
3. no fue otra cosa lo que sucedió. Los pensadores helenistas dominarán los temas de ética y política
por encima de cualquier otro, temas donde el ser humano es el eje central y único del pensamiento
racional. Las ciencias abstractas sobre el mundo y el universo, sobre la existencia en general pueden
esperar. Y puesto que hemos dicho que los romanos heredarán el mundo griego que se encuentran
cuando conquistan Grecia, y puesto que el mundo que se encuentran es el mundo helenista,
podemos concluir que es racional pensar que los romanos heredarán las formas de pensar ético-
políticas de los griegos posteriores a Aristóteles4
. Pues efectivamente, así fue.
El pensamiento helenista estará dominado por escuelas de las que ya hemos hablado en otros
temas: los estoicos, escépticos, epicúreos, cínicos, megáricos. Lo que nos interesa ahora es que llevan
al pensamiento racional hacia el eje del ser humano y eso lo heredan y traducen los romanos. Y
estos, los romanos, son un pueblo muy organizado. En Roma no se hacían las cosas por hacer, no se
iba de probatinga en probatinga. Pensad que Roma llegó a ser el mayor imperio jamás conocido, y
cuando gobiernas y dominas un territorio tan vasto5
debes estar muy bien organizado si no quieres
que todo se te vaya al garete. Pues bien, eso es lo que lo que los romanos hacen, organizarse muy
bien. ¿Y cómo lo hicieron? Llevando al mundo de la política y de la organización social la transición
del mito al Logos que se había producido en el mundo de la ciencia. Si el pensamiento racional
había sido capaz de explicar el universo entero, debía ser capaz de explicar el mundo de los seres
humanos, mucho más ahora que este pensamiento racional se había centrado en los humanos y
producía racionalidades que nos afectaban directamente. En pocas palabras, es como si los romanos
hubiesen dicho: ¡A ver, no habéis hecho la transición del mito al Logos! ¡¿Pues por qué narices no
transitamos hacia el Logos también en la organización social y, de esa forma, puesto que las ciencias
avanzan mucho más rápidamente de esta nueva manera, también avanzamos más rápidamente en
lo social?! ¡Y hagámoslo nosotros, los romanos, y hagámonos así mucho más poderosos que
cualquier otro pueblo!
Evidentemente nadie dijo esas frases, pero es un resumen no muy desacertado de lo que
ocurrió.
El imperio de la ley
En lo referente al dominio racional de la vida pública, es decir, lo que nosotros llamaríamos
la justicia, el derecho, y el Estado, ya los griegos habían insinuado cosas6
, pero siempre se quedaron
a medio camino.
4 A pesar de todo lo dicho, los romanos sí hacen añadidos muy importantes al pensamiento, especialmente en lo
referente a las ciencias o artes técnicas (como se prefera decir) de aplicación práctica, como la ingeniería, la
arquitectura, etc... Así son conocidas mundialmente sus obras públicas como los acueductos, las vías romanas para la
circulación, las alcantarillas; y todas esas artes se multiplicaban si se referían, en su aplicación práctica, a la guerra.
5 Desde Escocia al norte hasta Egipto al sur; desde Hispania al Oeste, hasta Siria al Este. No en vano llamaron al mar
Mediterráneo el Mare Nostrum, nuestro mar.
6 Durante el gobierno de Perikles en Atenas (más de 40 años) este gobernante intentó llevar a cabo esa transición,
enfrentándose con ello a las poderosas fuerzas tradicionalistas que dominaban el poder. Y mucho antes, Solón, uno
de los llamados siete sabios de Grecia, intentó algo parecido.
4. Cuando la vida humana yacía a la vista de todos torpemente, postrada en tierra, abrumada bajo
el peso de la religión, cuya cabeza asomaba en las regiones celestes amenazando con una trerrible mueca
caer sobre los mortales, un griego, Epicuro, osó el primero alzar contra ella sus perecederos ojos y
rebelarse en contra. No le detuvieron ni los mitos de los dioses, ni los rayos, ni el cielo con su amenazante
bramido, sino que aún más excitaron el ardor de su ánima y su ansia por ser el primero en forzar los
apretados cerrojos que guarnecen las puertas de la Naturaleza. Su vigoroso espíritu triunfó y avanzó más
lejos, más allá de las llameantes murallas del mundo, y recorrió el todo infnito con su mente y con su
ánimo. De allí nos aporta, botín de su victoria, el conocimiento de lo que puede hacer y de lo que no
puede, las leyes, en fn, que a cada cosa delimitan su poder y sus mojones hincados hondamente. Con lo
que la religión, a su vez sometida, yace a nuestros pies.
Los romanos ejecutarán ese desarrollo de una forma majestuosa y con tal perfección que
todavía hoy en día se estudia Derecho Romano en las facultades de Derecho de todo el mundo.
Nace, así, en el mundo romano, una idea que hoy se ha expandido por todo el mundo occidental:
el imperio de la ley.
¿En qué consiste el imperio de la ley? Pues en que nadie, ni nada, está por encima de la
ley. No podemos pretender que nuestras ideas personales sobre lo que está bien o mal, nuestra
moral en pocas palabras, o nuestras creencias religiosas estén por encima de la normativa que
regula toda la vida en común; ahora bien, no confundamos el hecho de que nadie está por encima
de la ley, con el hecho de que las leyes sean las mismas para todos, esa es una idea democrática que
aparecerá en las ideas pre ilustradas del siglo XVII, y habría que cuestionarse, incluso hoy en día,
hasta qué punto se ha desarrollado, es decir, ¿hasta qué punto podemos decir que vivimos en una
democracia? Que sea la razón y no la tradición la que rija la vida de los ciudadanos es una idea que
nació en Grecia y acabará desarrollándose de forma plena en Roma, y nosotros la heredaremos a
partir del siglo XVIII. En ese sentido hay que decir que la Edad Media, la época que va desde la
caída del imperio romano hasta el renacimiento en el siglo XV, estará dominada por un regreso a la
irracionalidad en la fundamentación de todo lo que nos rodea, aunque sea una irracionalidad muy
diferente a la del tradicionalismo mitológico que los griegos y los romanos están dejando atrás. Pero
eso ya pertenece al siguiente tema.
Fijaos hasta qué punto llevaron el desarrollo de la razón que ya algunos griegos afrmaron
que no veían ninguna razón para negar el derecho de las mujeres a participar en las decisiones de la
asamblea, o incluso a gobernar la ciudad, pues pensaban, estos autores, que la “inferioridad” de la
mujer era consecuencia, y no causa, del hecho de que no recibieran educación.
La ciudadanía
Con este desarrollo racional del imperio de la ley nace el concepto de ciudadanía, una
nueva idea que también intenta racionalizar lo que hasta ahora se había organizado de forma
5. tradicional. ¿En qué consiste la ciudadanía? ¿Qué es un ciudadano? La ciudadanía es un concepto
que explica la pertenencia a un mismo grupo social, político, cultural, etc...
¿Cómo sabían los egipcios que aquel de allí es un egipcio? Pues porque habla en egipcio,
porque siempre ha estado con nosotros, porque ha nacido aquí, porque hace lo mismo que nosotros
hacemos, tiene las mismas costumbres, las mismas ideas, etc; mientras que aquel otro, el bárbaro,
no habla nuestra lengua, no se parece a nosotros, no viste como nosotros, no piensa como nosotros,
ni tiene las mismas creencias, incluso su color es diferente. Esta era la idea de pertenencia que
existía hasta la llegada de la razón. Los griegos, y luego los romanos mucho más, decidirán que hay
que organizarse de otra forma e inventan la idea de ciudadano. Quien sea ciudadano ateniense
tiene todos los derechos de los atenienses y, ahora, para ser ateniense hay que cumplir unos
requisitos determinados. Esa es la idea que nosotros tenemos hoy en día. ¿Quién es español? Pues
los que cumplen los requisitos necesarios para tener la ciudadanía española, pero esos requisitos no
se toman de la tradición, sino de la razón7
. Los romanos desarrollaron tanto y tan bien la idea de
ciudadano que existían ciudadanos romanos que jamás habían pisado Roma, como el ejemplo del
protagonista de la película Gladiator, un general romano, amigo del emperador, que jamás ha estado
en Roma, y sin embargo, a nadie se le ocurría, en Roma, dudar de que es un ciudadano romano.
¿Cómo lo demostraba? Pues porque desarrollan una burocracia muy precisa y compleja, es decir,
hay un papel donde está escrito que Máximo Décimo Meridio es un romano.
Es la debilidad del hombre lo que le hace sociable; son nuestras comunes miserias las que
inclinan nuestros corazones a la humanidad; si no fuésemos hombres, no le deberíamos nada. Todo apego
es un signo de insufciencia: si cada uno de nosotros no tuviese ninguna necesidad de los demás, ni
siquiera pensaría en unirse a ellos. Así de nuestra misma defciencia nace nuestra frágil dicha. Un ser
verdaderamente feliz es un ser solitario: sólo Dios goza de una felicidad absoluta; pero ¿quién de nosotros
tiene idea de cosa semejante? Si alguien imperfecto pudiese bastarse a sí mismo, ¿de qué gozaría, según
nosotros? Estaría solo, sería desdichado. Yo no concibo que quien no tiene necesidad de nada pueda amar
algo: y no concibo que quien no ame nada pueda ser feliz.
De la misma manera que se modifca radicalmente la visión del ser humano, como hemos
visto, también se modifcará radicalmente la visión del Estado, y esto sí que ocurrirá radicalmente
en Roma, y no en Grecia. El mundo griego era un mundo de ciudades independientes las unas de
las otras, así que hubiese resultado un tanto extraño que los pensadores racionales hubiesen
trabajado sobre el tema del desarrollo racional del Estado. Egipto sí era un Estado, y Persia, y la
India, y China, y lo había sido Babilonia; pero en ninguno de esos Estados se había producido la
7 Evidentemente, en nuestro mundo el concepto de ciudadanía se ha hecho mucho más complejo y racional,
especialmente porque es prácticamente imposible pertenecer a un mundo donde no se sea ciudadano; sin embargo
para los griegos, si perdías la cuidadanía y sus derechos, te quedabas en la nada, dejabas de existir, puesto que en el
extranjero siempre serías eso, alguien externo, nunca serías uno de los nuestros, (no tengo claro que pilléis la ironía de
estas últimas palabras en cursiva).
6. transición del mito al Logos y, por consiguiente, no tenían la necesidad de desarrollar conceptos
racionales en lo referente a la política. Sin embargo, Roma, que sí se desarrolla como un Estado que
va más allá de las fronteras de la ciudad que da nombre, hereda el mundo griego y, por lo tanto, el
mundo racional, así que, (viéndose en la necesidad), comienza el desarrollo de la racionalidad del
Estado. Y la ley es la sangre del Estado, la forma, en papel, que adopta esa racionalidad a la que
nos estamos refriendo. El mundo romano será, pues, un mundo que se regirá por leyes, y no por
tradiciones. Y nadie está más allá de la ley, ni siquiera el legislador que construye la ley, ni el
emperador, máximo poder romano. Como Spencer Tracy le dice a Katherine Hepburn en la
película La costilla de Adán: La ley es la ley, si no es buena, lo lógico es cambiarla. Esa idea ha regido
nuestra forma de vida hasta nuestros días, y signifca la razón frente a la tradición, frente al mito,
pues sabemos hacia donde debemos dirigir la mirada de nuestras críticas cuando algo no funciona
como es debido.
Como demuestran todos los que han meditado sobre la vida política y los ejemplos de que está
llena la historia, es necesario que quien dispone una república y ordena sus leyes presuponga que todos los
hombres son malos, y que pondrán en práctica sus perversas ideas siempre que se les presente la ocasión de
hacerlo libremente. (...)
Los hombres sólo obran bien por necesidad, pero donde se puede elegir y hay libertad de acción se
llena todo, inmediatamente, de confusión y desorden. Por eso se dice que el hambre y la pobreza hacen
ingeniosos a los hombres y las leyes los hacen buenos. Y cuando una cosa marcha bien por sí misma no
es necesaria la ley, pero en cuanto desaparece esa buena costumbre la ley se hace necesaria con urgencia.
––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––
Todos, cuando favorecen a otros, se favorecen a sí mismos; y no me refero al hecho de que el
socorrido querrá socorrer y el defendido proteger, o que el buen ejemplo retorna, describiendo un círculo,
hacia el que lo da –como los malos ejemplos recaen sobre sus autores, y ninguna piedad alcanza a
aquellos que padecen injurias después de haber demostrado con sus actos que podían hacerse–, sino a que
el valor de toda virtud radica en ella misma, ya que no se practica en orden al premio: la recompensa de
la acción virtuosa es haberla realizado.
Séneca, Cartas a Lucilio.
Dos ejemplos prácticos
Entendámoslo con un ejemplo: “Hace unos años fui a comer a Llubí. Aparqué mi coche no
muy lejos del restaurante, para descubrir, al regresar de la comida, que tenía una multa por mal
aparcamiento. Miré a mi alrededor para ver si había alguna señal de prohibido aparcar que afectase
a la zona donde estaba mi coche, pero no vi nada en absoluto, ni remoto. Me dirigí, pues, hacia un
guardia municipal que estaba por allí, y que a la postre resultó ser el que me había puesto la multa,
7. para indagarle por la causa de la multa.
– No se pot aparcar aquí, tothom ho sap!!!
– Bé, jo no ho sabia, i no hi ha cap senyal que ho digui. (Respondí)
– Ho sento, però no puc fer res, aquí no es pot aparcar i vosté ha aparcat... idò, té una multa. No és molt
difícil de entendre.
– I on és la Policia Municipal? (Pregunté).
Ahí se acabó mi discusión con el policía. Me dirigí a la Policía donde expuse la situación, y
donde poco más o menos me dijeron lo mismo, así que indiqué mi deseo de poner una denuncia al
policía en cuestión, así como al funcionario que me estaba atendiendo, (y que era otro policía
municipal), denuncia que interpondría igualmente, indiqué, ante los juzgados de Palma (por aquello
de que pretendieran enviarla a la basura). Poco menos que se rieron de mí; sin embargo, yo
interpuse la denuncia, y al día siguiente me dirigí a los juzgados de Palma a poner la misma
denuncia. No mucho después fue el juicio oral (un tipo de juicio bastante rápido cuando las
demandas son por cuantías inferiores a 1000 € y en los que no es necesario ni siquiera ir con
abogado), en el que se retiró la multa, se puso falta leve a los dos policías, y se obligó al
ayuntamiento de Llubí a señalizar correctamente la zona donde estaba prohibido aparcar”. Henos
aquí a la razón imperante en la forma de la ley, frente a la tradición expuesta en la frese tothom ho sap. No
hubiera servido de nada haber gritado, haberme puesto como un energúmeno (por mucho que el
cabreo era de aupa), incluso en el caso de que mi poder físico hubiese sido mayor que el del policía
de Llubí, haber caído en ese juego hubiese sido el regreso al mundo de Troya, al mundo de Odiseo,
al mundo de la tradición y el mito, al mundo donde cuando había un desacuerdo la espada lo
decidía todo.
Veamos otro ejemplo: “En otra ocasión me iba de viaje a Madrid8
para tomar allí un vuelo
al día siguiente hacia Londres9
. En fn, que cuando llego al aeropuerto me dicen que mi vuelo a
Madrid está cancelado. Después de mis protestas me informan pertinentemente que lo único que
puedo hacer es solicitar que me devuelvan el dinero, pero que no van a colocarme en ningún otro
vuelo. Visto lo visto, compro nuevos billetes a Madrid para ese mismo día, con el gasto que eso
supone, y posteriormente compro nuevos billetes para regresar a Palma. De regreso ya de mi
delicioso viaje a London, con sus espectaculares museos, la belleza de su arquitectura... su lluvia, su
puto frío, el metro que cuesta un huevo de pato viudo, etc... de regreso, como decía, interpuse la
demanda ante el juzgado en Palma. Tres meses después hubo un juicio oral y conseguí que me
devolviesen el dinero del billete original, así como de los billetes que hube de comprar para poder
8 Es que tengo facilidad para que me ocurran situaciones de estas, o bien que me ocurre lo mismo que a todo el
mundo pero tiendo a solucionarlo siempre de forma racional, en lugar de ponerme como un cafre.
9 No es que sea tonto y no sepa que sale mucho más barato desde aquí, es que tenía que dejar a los niños con la
abuela, eh...
8. sustituir el viaje cancelado, con lo que el viaje a Madrid y regreso, en el fondo, me había salido
gratis”. ¿Qué hubiese conseguido con una pataleta, con insultos a la trabajadora (estúpida donde las
haya) que me atendió, con ponerme violento? Pues que los de seguridad me hubiesen retenido, no
habría podido viajar a Madrid ese día, habría perdido mi vuelo a Londres, habría regresado a la
oscuridad de las tinieblas en las que se movía el mito y la leyenda.
Puede ocurrir que eso sea lo que deseamos, que preframos la solución violenta, poder darle
dos hostias al funcionario de turno, a la enfermera que nos pone nerviosos, al profesor que nos
suspende, etc; en ese caso, habremos de, puesto que no deseamos la razón como solución, renunciar
a las soluciones que la razón nos ha entregado, y así, si sois miopes, entregar vuestras gafas, quitaros
la ropa y vestiros con telas curtidas, y que si mañana llega alguien más grande, más fuerte, más
salvaje que nosotros10
, renunciar a nuestros derechos; si viene la policía y nos detiene sin motivo, y
nos parte la cara, y nos tortura, no podremos protestar, pues hemos admitido que la ley del más
fuerte ha sustituido a la racionalidad del imperio de la ley.
La idea de Ciudadanía, la idea de Estado, la idea de Ley, son, pues, las formas que adopta la
razón frente a la tradición, el logos frente al mito. Ahora bien, la razón no niega que pueda hacerse
todo tan complejo que existan situaciones en las que la ley debe ser incumplida para ser racional.
Que yo sepa, nadie ha dicho nunca que una democracia tenga que ser un lugar donde los más
ricos del país ganan mil veces más que los más pobres. Si el hombre más rico de una ciudad gana diez
veces más, hasta cincuenta veces más, no es difícil concebir una sociedad relativamente decente. Pero si
esa cifra llega a ser mil veces más, es que ocurre algo escandaloso. La gente que siente este desequilibrio,
probablemente constituye las dos terceras partes del país, pero no quiere pensar en ello. No quiere porque
maldita la cosa que puede hacer. No controlamos nuestro país. El poder empresarial dirige ahora este
país. No es verdad que tenemos una democracia activa que controla nuestro destino. ¿Alguna vez he
podido votar sobre la altura que deben o pueden tener los edifcios? No. ¿Alguna vez he podido decir que
no quiero alimentos congelados? No. ¿Alguna vez he podido decir que quiero que el dinero de los
impuestos, y no el de los grupos de presión, pague las campañas políticas? Nadie ha podido nunca votar
sobre muchas de las cosas que realmente importan para el modo de vivir nuestra vida. Y, por supuesto,
vemos que el proceso político está cada vez más determinado por el dinero. Viajamos en un trayecto hacia
el poder en el que sólo una pequeña porción de ciudadanos consigue participar.
Dejémoslo por ahora y descansemos; que dulces vinos invadan nuestros paladares, gustemos
de sabrosos manjares, y que hermosos jóvenes y jóvenas de atléticos cuerpos...
10 Recordad las enseñanzas Jedi del maestro Quai Gon Ying: Siempre hay un pez más grande.