2. LOS SIGNOS DE
PUNTUACIÓN
Los signos de puntuación
son los signos auxiliares
que se usan para señalar la
entonación y las pausas en
todo escrito. Ayudan a dar
coherencia a un escrito y
facilitan la comprensión de
un texto. Sirven, además,
para dar la entonación
apropiada cuando leemos.
3. Entre los signos de
puntuación más usados
están los siguientes:
el punto…………………………………….( . )
la coma……………………………………. ( , )
el punto y coma……………………. ( ; )
los dos puntos………………………. ( : )
los puntos suspensivos……….. (…)
los signos de interrogación.. (¿?)
los signos de admiración……… ( ¡!)
el paréntesis……………………………( )
las comillas……………………………… ( “” )
la raya……………………………………… ( – )
el guión………………………………………( - )
4. La coma ( ,
) Se usa:
Para separar elementos en serie. Por
ejemplo: El revendón llevaba guineos,
chinas, toronjas, nísperos y mameyes.
Para separar el vocativo: Pedro, baja al
comedor.
En las frases explicativas: Los animales, que
escucharon la detonación, huyeron
despavoridos.
Antes y después de frases conjuntivas y de
expresiones parentéticas, como: “sin
embargo”, “no obstante”…, “es decir”, “por
consiguiente”, “sin duda”…: El perro del
guardián, es decir, Lobito, vigila la finca. El
maestro, finalmente, concluyó el capítulo.
5. (Cont.) La coma ( , )
Se usa:
Para suplir la supresión del verbo:
Compré este libro en Paliques; aquel, en
la Universidad.
Antes de las conjunciones adversativas y
consecutivas “pero”, “luego”, “pues”. Por
ejemplo: Iría, pero no puedo. Hará el
ejercicio, pues se lo ordené. Pienso,
luego existo.
Para separar la proposición subordinada
de la principal: Cuando se termine la
clase, iremos a la biblioteca.
Después del adverbio de afirmación “sí “
al inicio de una oración: Sí, saldremos en
unos minutos.
Para separar elementos en aposición:
Madrid, capital de España, está en el
centro de la Península.
6. Actividad: El testamento
Cuéntase de un señor que, por ignorancia o malicia, dejó al morir el siguiente
escrito, falto de todo signo de puntuación:
Dejo mis bienes a mi sobrino Juan no a mi hermano Luis tampoco
jamás se pagará la cuenta al sastre nunca de ningún modo para los
jesuitas todo lo dicho es mi deseo
Fulano
Se dio lectura del documento a las personas aludidas en él, y cada cual se
atribuía la preferencia. Mas a fin de resolver estas dudas, acordaron que
cada una presentara el escrito corriente con los signos de puntuación cuya
falta motivaba la discordia. Y, en efecto, el sobrino Juan lo presentó de esta
forma:
Dejo mis bienes a mi sobrino Juan, no a mi hermano Luis. Tampoco,
jamás, se pagará la cuenta al sastre. Nunca, de ningún modo, para los
jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo.
7. Fulano
Como puede verse, el favorecido resultaba ser Juan; más no conformándose el
hermano Luis, este lo arregló así:
¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No: a mi hermano Luis. Tampoco,
jamás, se pagará la cuenta al sastre. Nunca, de ningún modo, para los
jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo.
Fulano
El sastre, a su vez, justificó su reclamación como sigue:
¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¿A mi hermano Luis? Tampoco,
jamás. Se pagará la cuenta al sastre. Nunca, de ningún modo, para los
jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo.
Fulano
De este modo, el sastre intentó cobrar su cuenta; pero se interpusieron los jesuitas,
reclamando toda la herencia, y sosteniendo que la verdadera interpretación del
escrito era esta:
¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¿A mi hermano Luis? Tampoco,
jamás. ¿Se pagará la cuenta al sastre? Nunca, de ningún modo. Para los
jesuitas todo. Lo dicho es mi deseo.
8. Esta lectura motivó gran escándalo entre los concurrentes y, para poner orden,
acudió la autoridad. Esta consiguió restablecer la calma, y después de examinar el
escrito, objeto de la cuestión, exclamó en tono severo:
-Señores: aquí se trata de cometer un fraude. El finado no ha testado y, por
tanto, la herencia pertenece al Estado, según las leyes en vigor. Así lo prueba
esta verdadera interpretación:
¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¿A mi hermano Luis? Tampoco.
Jamás se pagará la cuenta al sastre. Nunca, de ningún modo para los
jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo.
Fulano
“En su virtud, y no resultando herederos para esta herencia, yo, el Juez…, etc.,
etc., me incauto de ella en nombre del Estado. Queda terminado este asunto”.
Conclusión: El uso de los signos de puntuación viene determinado por el sentido
de las frases y es necesario usar los que en cada caso convengan y precisamente
donde convengan.