La organización empresarial ha evolucionado de una estructura funcional a una estructura divisional y, más recientemente, a una estructura basada en procesos. Estas estructuras se han adaptado para hacer frente a los cambios en el entorno empresarial, como la globalización y la innovación tecnológica. La estructura actual en muchas empresas se centra en procesos transversales que involucran a personas de diferentes departamentos para lograr objetivos comunes.