1. NO SE SUICIDAN LOS MUERTOS
AUTOR: ESTEBAN PAVLETICH
RESUMEN
Su obra literaria pertenece a la “novela indigenista”
Conjunto de animales que llevan carga unas detrás de otras venían bajo los rayos del
sol, recua de llamas marchaban erguidos sus elegantes cuellos, con sus pezuñas forman
una nube de polvo que flotan en la pampa. Todos estos animales llevaban un saquillo de
sal.
Quien comandaba la columna de los arrieros indios era “PACO”, un hombre observaba
a las recuas, se trata de un joven mostraba su fusil que cuidaba la entrada, de pronto el
hombre cambió de actitud, llamo a Crisanto, un cholo de edad media dijo mande usté, mi
Doctor quien parecía el jefe, dijo llama a la gente ¡ya lo fregamos! , ¡Ya lo fregamos!,
pero llámalo ahorita mismo.
Llevaba una trompeta bajo el poncho quien había estado masticando coca lo escupió la
bola, salpico al piso llevándose a labios la trompeta lanzo unas notas, desde la madrugada
fría aquel día tres jóvenes ex oficiales del ejército Nacional expulsados por razones
políticos, entrenaban a la tropa, como ciento cincuenta individuos, al escuchar los toques
de corneta corren hacia la cabaña del cuartel general, mayordomo de unos de los fundos.
El doctor ordenò ¡capturen a esa recua, muchachos! Extendió los brazos señalando a los
auquénido.
Con gritos agudos los monteros se lanzaron, abriéndose en dos alas, para rodear la recua,
se arrodillaron implorantes hundiéndose sus cabezas hacia el suelo: ¡taito!, ¡taito!
Clamaban ¡no matas pues a mí llamita!
2. Pero solo el doctor sabía el fin que estaba destinados los animales. Únicamente “el Paco”
que mantenía erguida la altiva cabeza, inclusive dos o tres veces alcanzo a escupir
despreciativamente entre el rostro de otro tanto mortero que se acercaron más de la cuenta.
¡Carajo! ¡Este jodido ya me mancho la cara! dijo un ejército mientras se limpiaba con la
manga su mejilla, los residuos de hierbas digeridas, el propio doctor se impuso su
autoridad gritando tajante: ¡silencio, indios de mierda! ¿O quieren que les haga flagelar?,
abatidos se dedicaron a reunir en pequeños montones de saquillo de sal.
II
En el siglo xx en la quebrada de Chinchao vivía una familia Los Morand quien vino a
América ansioso de hacer fortuna, logro convertirse en el lugar teniente en su ambición e
ingenio heredo la montaña huanuqueña, ya para entonces el apellido había crecido del
omnipotente los Morand – Aníbal, era sin duda, fascinante, como arquetipo del caudillo
en aquellos tiempos. Contaría con unos 22 años de edad era fichado como un joven
robusto de regular estatura de rostro moreno y sus ojos negros vivaces.
Aunque paso por la universidad no alcanzo tiempo para alcanzo tiempo para graduarse
de abogado. Lo llamaba el “doctor” sus seguidores, una noche en la que el cielo se
vaciaba a chorros le despertó uno de los espías para comunicarle que a cuarto leguas de
distancia venían acampando la adversa tropa. Inmediatamente ordeno a cincuenta de sus
morteros preparase a la marcha del encuentro del continente dijo nadie lleva arma de
juego, sino como únicamente afilados los machetes, antes que amaneciera había rodear
totalmente como si sigilo de puma, el enemigo, que dormía desprevenido del abierto de
sus carpas. A una señal del caudillo, los demonios se lanzaron con sus machetes, no
escapo uno solo de los soldados gobiernistas.
Vamos a la guerra, Morand, bajo tu bandera, Morand.
3. Luego de prolongados recorridos al lomo de bestias, su vida estuvo muchas veces de
grave riesgo, esa suerte de instinto animal para sobrevivir al asechanzas de un mundo
elemental, cuando sus enemigos lo emboscaron en el habrá de Carpish, su prestigio creció
entre la gente. Aníbal viajo a Huánuco con sus feudos de la quebrada, llevaban a dos
fugitivos de la justicia, sorpresivamente una descarga de descarga de fuegos intercepto el
paso de los viajeros, que murió del infortunado acompañante. Moran en cambio se arrojó
a la tierra dejándose rodar a una profunda zanja pasada unas horas le rescataron sus
adictos.
III, IV, V, VI
Aníbal desposó a la primogénita de un alemán quien radicaba largo tiempo en Perú. El
padre era un arqueólogo famoso; la madre una mujer singular, pero Freya la hija la
soberbia germana, con una ambición desenfrenada, imbuida de la arrogancia representaba
acerca de Aníbal, embarazada de privilegios, asfixiada de prefacios, celosa de casta y
linaje. Para ella Huánuco solo era apenas un bien del cual el esposo solo debería responder
ante Dios. Se abstuvo de con todo contacto de los lugareños de carácter violenta, con
guarniciones de oro y plata de la que no se desprendía, a empleados y peones de quien
sentía asco como si fuese unas fiebres infecciosas contraídas en el viaje, terminaron de
divorciar de su esposo Aníbal, con su temperamento rudo; Freya desilusionada,
convencida de su fracaso. Llevo consigo a sus dos hijos nunca quiso saber más de Aníbal,
al mismo tiempo de sintió liberado por esta separación, de la mentalidad ambiciosa y
dominante de la esposa le resultaba insoportable. En otro aspecto Aníbal prefería a las
mujeres sumisas, pasivas, que se rendían a su prepotencia sin exigir nada a cambio.
-IV-
4. La política mora-nista en la región, sirvieron para desarrollo de dos modalidades de
delincuencia: el bandolerismo y el contrabando. Amañados a vivir de santo de matar y
fuera de la ley. Moral se hallaba participando del festín gubernamental, disponía del
aparato del estado, el aguardiente principal producto de los aledaños huanuqueños,
orientaba a elevar los impuestos al consumo de aguardiente, porque sostenía, que el
alcohol degenera la rasa y contribuye al embrutecimiento de nuestros hermanos los
indios; pero en realidad se trataba de hacer más provechosa el contrabando,
En esas oportunidades Morand era la autoridad. El enemigo que no se humillaba, debió
soportar los castigos corporales, no cabía duda de que realizaba su trabajo a satisfacción
y conciencia, por que la víctima se retorcía a cada vergajo, aullando de dolor. Había
olvidado a Huánuco, las peripecias de los panatahuas, de interminable martirio, anémicos
con los rostros monstruosa mente hinchados por las postulas, todos acabarían en el fondo
de una quebrada a donde eran arrojados a la hora de morir, un macabro holocausto de
estos desventurados.
VI
La montaña significaba explotación, crueldad encarnizada enfermedades asquerosas e
incurables, sadismo, aniquilaban, torturaban, mataban. Eran muy pocos los que podían
hablar de haber salido de adentro.
El triunfo, era obra exclusivamente de Aníbal, por su ambición, y cruel, llamada la
Hacienda, eran mayormente cultivos de cocales. Morand se convirtió en el ser
omnipotente, elevándose de poder y autoridad que jamás hubiera podido soñar.
Es lástima que este desgarrador documento, durante la existencia de los Latifundios
cocaleros en la selva alta.
5. LA INJUSTICA Y AL MALTRATO HUMANO
Apolinario torrejón. El chupacino, es cruelmente maltratado y llevado al cautiverio la
hacienda “el triunfo “por casha (espina) hijo del cura delincuente, Ismael picón,
procedente de la serranía huanuqueña, Era quien mandaba. Para él no existía el mundo
exterior, era una horrida prisión, sin horizontes, con murallas de árboles y trampas, la
maloliente putrefacción de humedad y calor, Su destino era sudor y sangre. Saber que la
muerte existe pensar en ella, sentirla, identificarla era un infierno de inocentes. El
sufrimiento endurece al hombre lo hace resistente a las peores pruebas, casi inmune a la
muerte. Miles de explotados de su miserable existencia, arrancaban del árbol una en una
las hojas de coca, comenzaban desde madrugada hasta el anochecer, la coca era capaz de
suplir la sensación de hambre y sed era un verdadero alimento, para los esclavos
desdichados.
6. INICIO
ESTEBAN PABLETICH, hijo legítimo de Huánuco, nació en mayo de 1906, termino su
secundaria en el colegio Leoncio prado, ingreso a la
Universidad católica de lima. Su gran obra literaria no se suicidan los muertos. Del
huanuqueño de todos los tiempos, tiene importancia, donde escribe sobre la realidad de
la sociedad, política, económica e histórica de nuestra ciudad.
DESARROLLO
Es un trabajo literario, que es objeto de críticas, que sirve de lectura en las universidades.
Donde se desarrolla entre la selva terrorífica conocida como la montaña, vida dramática,
no se suicidan los muertos, tragedia de días de angustia y maltrato con emoción e
indignación.
CLIMAX
PABLETICH, pone de manifiesto los trágicos momentos vividos en Huánuco, durante el
imperio de Durand que comienza de quica can en la provincia de ambo hasta el centro de
la selva alta. Los que chacchaban y beben shacta (aguardiente) no sienten fatiga, dolor ni
hambre eso es la razón por que los indios jamás se suicidan: no se suicidan los muertos.
El milagro de la coca
DESCENLACE
Esta es la historia del caudillo huanuqueño del abogado Aníbal Durand. Un final de
tragedia y dolor, un relato dejado por Apolinario torrejón, de cómo sufrían y morían que
trabajaron con sudor y lágrimas, la cal de sus huesos y su sangre. Todos acabarían en el
7. fondo de una quebrada a donde eran arrojados a la hora de morir, un macabro holocausto
de estos desventurados.