2. Biografía
Mariano Lorenzo Melgar Valdiviezo
Nació en el departamento de Arequipa-
Umachiri el día 10 de Agosto de 1790.
Fueron sus padres don Juan de Dios
Melgar y doña Andrea Valdiviezo.
3. Estudios
Mariano Melgar recibió una buena y esmerada educación. Creció en su tierra natal. A
tan solo los tres años de edad, ya sabía leer y escribir.
Su hermano; José Fabio Melgar, afirma que dominaba el latín a los ocho años de edad.
Religión
Antes de cumplir los ocho años de edad, el obispo Chávez de la Rosa le concedió la
prima ceremonia litúrgica de la iglesia católica y le vistió el hábito clerical.
El padre de Mariano Melgar era el que estaba interesado en que Mariano obtuviera la
capellanía
Durante esa etapa de su vida, Mariano Melgar había tenido acceso a una nutrida
biblioteca
Descubre
su
vocación
Poco adicto a la disciplina claustral, Mariano decide despojarse del hábito eclesiástico
Cursó filosofía y teología. Enseñó latín, retórica
4. Su viaje a
Lima
Melgar había empezado a mostrar interés en los temas políticos, es así que
impulsado por sus ideales.
En Lima fue profesor de Filosofía, Teología, Derecho, Historia y
Matemáticas
El
Sacrificio
del Procer
En la batalla de Humachiri, Melgar se luchó como el más valiente dirigiendo
la artillería,
Luego de una intensa lucha, Melgar muere fusilado teniendo 24 años de
edad, en la mañana del 12 de marzo de 1815 en Umachiri.
5. Sus Obras
En 1827 se publicó “Carta a Silvia”
que editada en Ayacucho,
En 1831, en el mismo periódico,
aparecieron una serie de Canciones,
sólo a partir de 1861 serían llamadas
“yaravíes”.
En 1833, con el sello de la Imprenta
del Gobierno, se editó su traducción
de Remedios de amor del poeta latino
Ovidio,
6. Mariano y Silvia
Cuando Mariano tenía 16 años conoce a María Santos Corrales, "Silvia" de sus
amores, una niña de nueve años, que fue la inspiración a las más grandiosas
notas de su lira.
7. Silvia no fue una ficción poética, sino
una mujer de carne y hueso, y además
tenía con Mariano una relación de
parentesco, no muy próxima, ni
tampoco lejana.
8. CARTA A SILVIA (FRAGMENTO)
“¿Por qué a verte volví, Silvia querida?
¡Ay triste! ¿Para qué? ¡Para trocarse
mi dolor en más triste despedida!
Quiere en mi mal mi suerte deleitarse;
me presenta más dulce el bien que pierdo:
¡Ay! ¡Bien que va tan pronto a disiparse!
¡Oh, memoria infeliz! ¡Triste recuerdo!
Te vi... ¡qué gloria! pero ¡dura pena!
Ya sufro el daño de que no hice acuerdo
Mi amor ansioso, mi fatal cadena,
a ti me trajo con influjo fuerte.
Dije: «Ya soy feliz, mi dicha es plena».