Lineamientos de la Escuela de la Confianza SJA Ccesa.pptx
El año de las agendas ocultas
1.
2. Muchos lo habrán percibido como un año de
transición
hacia algo nuevo, como un año
en el que se ha tocado fondo y a partir del cual
empieza la recuperación
o la esperanza de un renacimiento.
3. Pero para muchos de nosotros habrá transcurrido como un año vertiginoso,
tan rápido como un suspiro.
Con un tiempo y un ambiente irreales, pesadillescos, como si viviéramos
atrapados
en un estado intermedio entre el sueño y la vigilia, incapaces de despertar
o de dormirnos del todo.
Una sensación pegajosa y sofocante, reflejo de un estado mental próximo a
la hipnosis, ideal para
susurrarnos a la oreja las ideas y conceptos que programarán y
condicionarán nuestras acciones futuras.
4. Solo así puede comprenderse el
estado de aturdimiento y pasividad
general de la población.
5. Solo así puede justificarse la nula reacción ante
tanto abuso, tanta burla,
tanta mentira y tanta iniquidad.
6. Solo así puede entenderse que nadie se percate del
extraño y contradictorio argumento de las obras
teatrales que han representado ante nuestros ojos.
Tan contradictorias y desconcertantes que no resisten
el más mínimo análisis crítico, a no ser que quien las
analice lo haga desde las mutables e irracionales
lógicas oníricas propias del sueño profundo.
7. Primera representación: El cuento de
los dos Papas
Si nos hubieran dicho hace algunos
años que veríamos algo como esto, no
nos lo habríamos creído.
Pero ciertamente, 2013 habrá sido el
año de los 2 pontífices.
Algo que por alguna razón misteriosa
la mayoría de la población ha
interpretado como la cosa más normal
del mundo.
8. ¿Desde cuándo la súbita renuncia de un Papa a
su cargo se puede considerar algo “normal”?
La versión oficial nos dice que Benedicto XVI
renunció al pontificado por sentirse “cansado y
falto de fuerzas”.
9. Sin duda habrá muchas teorías al respecto y quizás ninguna llegue a
acertar plenamente con la verdad que se oculta tras esta extraña
representación que nos ha ofrecido esa vieja y astuta entidad
milenaria llamada Iglesia Católica Apostólica y Romana.
Nosotros ofrecimos nuestra propia teoría a inicios del pontificado de
Francisco I, centrada en la supuesta necesidad que tendría la Iglesia
de posicionarse de forma ventajosa ante una serie de
acontecimientos a escala mundial.