El párrafo advierte que los ministros no deben permitir que las doctrinas adventistas sean corroídas o debilitadas. Relata una visión en la que los dirigentes adventistas observaban cómo ciertos médicos misioneros estaban demolido las columnas fundamentales de la fe adventista, eliminando doctrinas como el santuario y la expiación.

1. Lealtad a la doctrina adventista
Párrafo 31
Los ministros no deben permitir que nuestras doctrinas sean
corroídas—En una escena que pasó ante mí, vi cierta obra hecha por los
médicos misioneros. Nuestros hermanos dirigentes la contemplaban,
observando lo que se hacía, pero no parecían comprenderlo. El fundamento de
nuestra fe, que fue establecido con tanta oración, con tan fervoroso
escudriñamiento de las Escrituras, estaba siendo demolido columna tras
columna. Nuestra fe iba a quedar sin fundamento sobre el cual apoyarse; se
eliminó el santuario, se eliminó la expiación. ...—Alza tus Ojos, 150. {MPa 31.3}