Este documento describe la anatomía y fisiología de las glándulas suprarrenales. Explica su ubicación, estructura, vasos sanguíneos, nervios y relaciones con otros órganos. También menciona algunos trastornos como el síndrome de Cushing, que involucra un exceso de cortisol. El documento provee detalles sobre estas glándulas endocrinas y su papel en la producción de hormonas.
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Las glándulas suprarrenales o glándulas adrenales
1. UNIVERSIDAD REGIONAL AUTÓNOMA DE LOS ANDES
UNIANDES
FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS
CARRERA:
MEDICINA
MATERIA:
ANATOMIA II
TITULO:
GLÁNDULAS SUPRARRENALES
ALUMNA:
ADRIANA PULLUQUITIN
TUTORA:
DR. ARMANDO QUINTANA
NIVEL:
SEGUNDO “A”
2. LAS GLÁNDULAS SUPRARRENALES O GLÁNDULAS ADRENALES
Situación:
Las glándulas suprarrenales o glándulas adrenales son dos una derecha y otra
izquierda.
Normalmente, están situadas a lo largo de la parte suprahiliar del borde medial del
riñón (Albarran y Cathelin). A veces, la glándula suprarrenal corona el polo superior
del riñón. Esta posición alta, que se encuentra aproximadamente entre una vez de cada
seis, solía considerarse la posición normal.
Color, consistencia y dimensiones:
Las glándulas suprarrenales presentan una coloración gris amarillenta. Su
consistencia es muy firme.
Su volumen es muy variable. Por término medio, las glándulas suprarrenales miden de
4 a 5 cm de longitud y de 2 a 4 cm de anchura. Su espesor alcanza entre 8 a 10 mm a lo
largo de su borde lateral, que se apoya sobre el riñón y disminuye gradualmente de
lateral a medial, llegando a medir solo 3 a 4 mm en su borde medial.
Cada glándula suprarrenal pesa alrededor de 6 gramos.
3. Configuración externa y relaciones:
Las glándulas suprarrenales se hallan aplanadas de anterior a posterior, Su forma, en
situación normal, es la de una media luna cuya cabeza descansa sobre el pedículo
renal, mientras que en la punta asciende hasta el polo superior del riñón (Albarran y
Cathelin).
La glándula suprarrenal derecha presenta normalmente la forma de una lengüeta,
mientras que la izquierda es muy variable (Gérad).
En la posición alta, las glándulas suprarrenales tienden a adoptar una forma triangular
de base inferior o inferolateral.
La superficie de las glándulas suprarrenales está recorrida por numerosos surcos que
se borran gradualmente con la edad y que le confieren un aspecto arrugado (Bleicher).
4. Se describen en ellas tres caras: (anterior, posterior y renal), dos bordes (medial y
superior) y dos extremos (superior e inferior).
1. Cara anterior: Es casi plana, a veces es ligeramente cóncava o convexa en su
conjunto y está orientada anterior y lateralmente.
Se aprecia en esta cara un surco oblicuo y generalmente orientado del mismo modo de
que el eje mayor de la glándula. A través de este surco la vena suprarrenal sale de la
glándula. Este surco se denomina hilio.
Sus relaciones son diferentes a derecha e izquierda:
a) GLÁNDULA SUPRARRENAL DERECHA
Se corresponde: anterior y medialmente con la vena cava inferior, que la recubre casi
completamente y lateralmente con el hígado. Una arista poco marcada de la superficie
glandular separa la “carilla cava de la suprarrenal” de la “carilla hepática de la
suprarrenal” (Bleicher).
Esta también en relación inferiormente, cuando se sitúa en posición baja, con la flexura
duodenoyeyunal por medio de la fascia retroduodenal. En todo el resto de su extensión,
se corresponde con la cara visceral y la porción posterior de la cara diafragmática del
hígado, donde la glándula suprarrenal marca a veces una impresión.
5. El peritoneo parietal recubre la cara anterior de la glándula suprarrenal derecha a lo
largo de una extensión variable, según este situada directamente superior al pedículo
renal o a cierta distancia de éste. El hígado y la glándula suprarrenal derecha están
separados uno por el otro a lo largo de una extensión variable por un fondo de saco
peritoneal, cuyo borde libre es cóncavo y se orienta inferior y anteriormente. Se trata
del ligamento hepatosuparrenal o hepatorrenal medial. La inserción posterior o
suprarrenal de este repliegue se fija en la vena cava inferior. Representa
probablemente el extremo inferior del meso hepatocava.
b) GLÁNDULA SUPRARRENAL IZQUIERDA
Está cubierta inferiormente por el cuerpo o la cola del páncreas, por los vasos
esplénicos y superiormente por el estómago.
La glándula suprarrenal izquierda está separada del páncreas por una fascia de
adosamiento que procede de la soldadura del peritoneo parietal con la hoja serosa
retropancreática. Superiormente al páncreas, la cara anterior de la glándula
suprarrenal izquierda está en relación con el estómago por medio de la bolsa omental.
Habitualmente también se corresponde en su parte superior con la inserción parietal
del pliegue gastropancreático de la arteria gástrica izquierda, que prolonga
inferiormente el extremo medial del ligamento gastrofrénico.
La glándula suprarrenal izquierda está completamente revestida por la hoja peritoneal
que forma la pared posterior de la bolsa omental.
2. Cara posterior: Es plana o convexa, está orientada posterior y medialmente. Se
apoya en el diafragma, que la separa de la duodécima vértebra torácica, de la parte
superior de la primera vértebra lumbar y del receso pleural costodiafragmático. La
parte medial de la cara posterior se corresponde también con los nervios
6. esplácnicos mayor y menor así como, en ocasiones, como el ganglio celíaco
correspondiente.
3. Cara renal: (Cara basal o borde lateral) es cóncava y mucho más gruesa que el
borde medial. Está separada de la cara posterior por una arista renodiafragmática
que se hunde en el ángulo formado por el borde medial del riñón con el diafragma
(Bleicher).
La cara renal se apoya en la convexidad del segmento suprahiliar del borde
medial del riñón, cuando la glándula suprarrenal está en posición normal.
Descansa en el polo superior del riñón cuando la glándula está en una posición
más elevada.
4. Borde medial: Es convexo y está cubierto:
A la derecha por la vena cava inferior (oculta más o menos la cara
anterior de la glándula suprarrenal).
A la izquierda por el peritoneo posterior de la bolsa omental y por el
páncreas además este borde se sitúa un poco lateral a la aorta.
El borde medial de amabas glándulas suprarrenales está recorrido en sus dos
tercios superiores por la arteria frénica inferior. Está en relación con el plexo celíaco
y en particular con los ganglios celíacos, a los cuales las glándulas suprarrenales están
unidas por medio de numerosos filetes nerviosos.
Por su borde medial, las glándulas suprarrenales reciben la arteria suprarrenal y las
arterias suprarrenales superiores; estas últimas son ramas de la arteria frénica
inferior.
También a lo largo de su borde medial, las glándulas suprarrenales se hallan
estrechamente unidas a la fascia renal, de tal modo que es muy difícil levantar la
glándula suprarrenal sin desgarrar esta fascia, que a su vez está en este punto muy
fuertemente unida al diafragma. El estrecho adosamiento entre el borde medial y la
fascia se debe en gran parte a los numerosos vasos y nervios que penetran en la
glándula a lo largo de este borde. Estos vasos y nervios son tan numerosos que
Bleicher los ha comparado con una cabellera, que en el mismo ha denominado plexo
suprarrenal del borde medial de las glándulas suprarrenales.
El borde medial se corresponde a través del diafragma:
a) Con la duodécima vértebra torácica.
b) Con el disco intervertebral situado entre la XII y XI vértebras torácicas.
c) Sobre todo a la izquierda, con la parte inferior de esta vértebra.
5. Borde superior: Al igual que el borde medial, es convexo y constituye la parte
superior del borde medial.
6. Extremo inferior: El extremo inferior es ancho y normalmente se relaciona con el
pedículo renal. Recibe la arteria suprarrenal inferior y ramos nerviosos del plexo
renal.
7. 7. Extremo superior: Cuando la glándula está en posición normal, su extremo
superior, redondeado o afilado, se sitúa a 5 o 6 cm de la línea media (Bleicher),
corresponde al polo superior del riñón y a la undécima costilla. A la izquierda, está
en relación con el vértice del bazo.
a) FASCIA RENAL Y CÁPSULA ADIPOSA DEL RIÑÓN
Las glándulas suprarrenales están situadas en la celda renal, es decir están rodeadas
por la fascia renal y por la cápsula adiposa del riñón.
Las hojas prerrenal y retrorrenal de la fascia renal pasan una anterior y otra posterior
a la glándula suprarrenal, y se insertan en el diafragma superiormente a este órgano.
La cápsula adiposa del riñón envuelve también la glándula en todas sus partes y se
insinúa entre ella y el riñón.
Además en el adulto la envoltura de la fascia renal da origen, entre la glándula
suprarrenal y el riñón, a una lámina fascial intersuprarrenorrenal (Delamare).
Las glándulas suprarrenales se sostienen sólidamente gracias al peritoneo que las
cubre, a sus vasos y nervios, también a sus conexiones con la fascia renal y con la
cápsula adiposa del riñón. Así cuando el riñón se desplaza la glándula suprarrenal no
se mueve.
Estructura: La glándula suprarrenal está constituida por un parénquima envuelto por
una membrana fibrosa propia, delgada pero resistente.
8. El parénquima se compone de dos partes: una periférica, la corteza suprarrenal y otra
central, la médula suprarrenal.
La corteza suprarrenal constituye una porción glandular endocrina de color
amarillento.
Es consistente y comprende tres capas: una periférica, formada por elementos
radiados, que es la capa glomerular y que secreta mineralocorticoides (aldosterona);
una media, con estructura radiada denominada capa fascicular (produce
glucocorticoides); una última más profunda, denominada capa reticular (secreta los
andrógenos suprarrenales).
La médula suprarrenal es de naturaleza simpática roja, blanda y friable. Se altera muy
rápidamente después de la muerte y adopta la forma de una papilla de color marrón
oscuro (produce adrenalina).
9. Vasos y nervios:
a) ARTERIAS
Cada glándula suprarrenal recibe tres fuentes arteriales diferentes denominadas
arterias suprarrenales.
La arteria suprarrenal media procede de la aorta, alcanza el borde medial de la
glándula y se ramifica en las dos caras del órgano. Esta arteria es inconstante (ramas
de la aorta abdominal).
Las arterias suprarrenales superiores son ramas de la arteria frénica inferior.
Proporcionan finas ramas a la parte superomedial de la glándula suprarrenal.
La arteria suprarrenal inferior procede de la arteria renal o de una de sus ramas
terminales. Está destinada al extremo inferior de la glándula suprarrenal.
b) VENAS
Las venas de las glándulas suprarrenales no presentan ninguna analogía con el sistema
arterial (Bleicher).
Existe una vena suprarrenal central que recoge casi la totalidad de la sangre venosa
de la glándula suprarrenal. Emerge del surco principal y termina a la derecha en la
vena cava inferior y a la izquierda en la vena renal.
10. Se observa también pequeñas venas de importancia secundaria e inconstantes.
Unas superiores son más o menos satélites de las arterias suprarrenales superiores y
drenan en las venas frénicas inferiores.
Otras inferiores terminan a la derecha en la vena cava inferior y a la izquierda en la
vena renal.
11.
12. c) VASOS LINFÁTICOS
Se derivan de los nódulos linfáticos aórticos laterales, que se escalonan desde el tronco
celíaco hasta situarse un poco inferiormente al pedículo renal correspondiente; otros se
dirigen a través del diafragma a los nódulos linfáticos prevertebrales y mediastínicos
posteriores.
d) NERVIOS
Procedentes del plexo celíaco y del plexo renal.
Bleicher distingue en el plexo suprarrenal tres plexos secundarios.
13. a) Un plexo suprarrenal superior (formado por ramos del plexo
diafragmático).
b) Un plexo suprarrenal inferior (constituido por algunos filetes nerviosos
procedentes del plexo renal).
c) Un plexo suprarrenal medio (constituido por un gran número de filetes
nerviosos que emergen del plexo celíaco, en particular del ganglio
celíaco y también directamente del nervio esplácnico mayor)
Enfermedades de las glándulas suprarrenales o Trastornos de las glándulas
suprarrenales (adrenales)
Las glándulas suprarrenales producen hormonas imprescindibles para la vida,
incluyendo las hormonas sexuales y el cortisol, que ayuda para responder ante el
estrés y tiene muchas otras funciones.
Los trastornos de las glándulas suprarrenales hacen que las glándulas produzcan
demasiadas o muy pocas hormonas.
1) Síndrome de Cushing, existe un exceso de cortisol.
La hiperfunción de la corteza suprarrenal puede ser dependiente de la ACTH o ser
independiente de la regulación de la ACTH, por ejemplo, producción de cortisol
por un adenoma o un carcinoma corticosuprarrenal. La administración terapéutica
de cantidades suprafisiológicas de cortisol exógeno o de los análogos sintéticos
afines suprime la función corticosuprarrenal e imita la hiperfunción independiente
de la ACTH. La hiperfunción de la corteza suprarrenal dependiente de la ACTH
puede deberse a: 1) hipersecreción de ACTH por la hipófisis; 2) secreción de
14. ACTH por un tumor no hipofisario, como un carcinoma microcelular del pulmón
(síndrome de la ACTH ectópica), o 3) administración de ACTH exógena. Mientras
que el término síndrome de Cushing se ha aplicado al cuadro clínico resultante
del exceso de cortisol, con independencia de su causa, la hiperfunción de la corteza
suprarrenal causada por un exceso de ACTH hipofisaria se ha denominado
frecuentemente enfermedad de Cushing, con el significado de una anomalía
fisiológica concreta. Los Pacientes con enfermedad de Cushing pueden tener un
adenoma basófilo o un adenoma cromófobo de la hipófisis.
2) Enfermedad de Addison hay muy poco cortisol. Algunas personas nacen
incapaces de producir suficiente cortisol.
Fisiopatología
En la enfermedad de Addison existe un aumento de la excreción de Na y una
disminución de la excreción de K, principalmente por la orina, que es isotónica, y
también en el sudor, la saliva y el tracto GI. Se producen en la sangre
concentraciones bajas de Na y Cl y una concentración alta del K sérico. La
incapacidad para concentrar la orina, combinada con las alteraciones del
equilibrio electrolítico, produce deshidratación grave, hipertonicidad del plasma,
acidosis, disminución del volumen circulatorio, hipotensión y colapso circulatorio.
La deficiencia de cortisol contribuye a la hipotensión y produce alteraciones en el
metabolismo de los hidratos de carbono, las grasas y las proteínas y una gran
sensibilidad a la insulina. En ausencia de cortisol, se forma una cantidad
15. insuficiente de hidratos de carbono a partir de las proteínas y se produce
hipoglucemia y una disminución del glucógeno hepático. La consecuencia es la
debilidad, debida en parte a deficiencia de la función neuromuscular. La
resistencia a las infecciones, los traumatismos y otras formas de estrés está
disminuida a causa de la reducción de la secreción de las glándulas suprarrenales.
La debilidad del miocardio y la deshidratación originan una reducción del gasto
cardíaco y puede producirse un colapso circulatorio. Los niveles de cortisol
disminuidos en la sangre conducen a un aumento de la producción de ACTH por la
hipófisis y a un incremento de los niveles sanguíneos de ß-lipotropina, la cual tiene
actividad estimulante de los melanocitos y produce la hiperpigmentación de la piel
y de las membranas mucosas característica de la enfermedad de Addison.
3) Tumores pueden causar trastornos de las glándulas suprarrenales
4) Sangrado e infecciones pueden provocar un problema de glándula suprarrenal
que puede resultar fatal si no se trata rápidamente.
5) INSUFICIENCIA SUPRARRENAL SECUNDARIA
Hipofunción suprarrenal debida a falta de ACTH.
La insuficiencia suprarrenal secundaria puede producirse en el
panhipopituitarismo, en la insuficiencia aislada de la producción de ACTH, en
Pacientes en tratamiento con corticosteroides o tras la interrupción de un
tratamiento de esa clase. El panhipopituitarismo (v. Trastornos del lóbulo anterior,
16. cap. 7) se produce con gran frecuencia en mujeres con el síndrome de Sheehan,
pero también puede presentarse secundariamente a adenomas cromófobos,
craneofaringiomas en personas jóvenes y en diversos tumores, granulomas y, raras
veces, en infecciones o traumatismos que llevan a una destrucción de tejido
hipofisario. Los Pacientes que han tomado corticosteroides durante 4 sem, o que
han interrumpido su uso tras un período de semanas a meses, pueden tener una
insuficiencia de la secreción de ACTH durante un estrés metabólico que estimule a
las suprarrenales a producir cantidades suficientes de corticosteroides, o pueden
tener unas suprarrenales atróficas que no responden a la ACTH. Estos problemas
pueden persistir hasta 1 año después de haber interrumpido el tratamiento con
corticosteroides. La suficiencia del eje hipotalámico-hipofisario-suprarrenal
durante un tratamiento prolongado con corticosteroides se puede determinar
mediante la inyección de 5 a 250 mg de cosintropina por vía i.v. Treinta minutos
después de la inyección, el nivel de cortisol plasmático debe ser 20 g/dl (552
nmol/l). La deficiencia aislada de ACTH es idiopática y extremadamente rara.