Es una situación social en la que las personas tienen los mismos derechos y oportunidades. La igualdad puede ser en cuanto a género, raza, especie, nacionalidad o nivel económico, entre otros. Por lo tanto, el derecho a la igualdad es aquel derecho que tenemos todos los seres humanos a ser reconocidos como iguales ante la ley y a no ser discriminados de ningún modo.
Entre los tipos de igualdad se diferencian:
● La racial, consiste en que todas las personas, sin distinción de color de piel, rasgos físicos o culturales son iguales
● La social, consiste en que todas las clases sociales, tanto ricos como pobres, tanto las clases altas como las bajas, son iguales.
● La de género, consiste en que hombres y mujeres tengan los mismos beneficios, sean tratados con el mismo respeto y sin violencia entre ambos sexos.
La ciudadanía es la condición que reconoce a una persona una serie de derechos políticos y sociales que le permiten intervenir en la política de un país determinado. Estos derechos son los que hacen al ciudadano de un mismo país, en el caso de los Derechos de los Ciudadanos, y a las personas en general, en el caso de los Derechos Humanos, iguales. Los primeros se recogen en la Constitución de cada país, y los segundos, en la Declaración de los Derechos Humanos.
La igualdad está muy unida a la libertad individual, y estos dos conceptos están muy ligados a la evolución de la ciudadanía. Tanto, que la historia de la ciudadanía es la história del avance de estos dos conceptos. Al igual que la historia de la ciudadanía no es lineal, la de la igualdad tampoco lo es.
En Grecia la idea del ciudadano se basaba en tres principios que son la igualdad, la libertad y la participación. Nosotros vamos a hablar de la igualdad, que decía que todos los ciudadanos son iguales ante la ley y pueden ejercer sus derechos en la plaza pública. Pero en realidad, solo se consideraban ciudadanos los hombres atenienses libres, mayores de edad, excluyendo a las mujeres, niños, esclavos o extranjeros.
En Roma, en tiempos de república, solo tenían igualdad entre ellos los patricios, que era la clase privilegiada. Más tarde, también la alcanzaron los plebeyos, la clase más baja. Durante la época del Imperio, también se llegaron a considerar iguales a los habitantes de los territorios conquistados.
En esta época fueron las primeras sociedades "esclavistas" al estar su base económica sustentada por este sistema. Es estatus social de un esclavo, comparado con el de una persona libre, era inferior o incluso inexistente. Es la Antigua Roma se regulaba con la manumisión como forma de liberación de esclavos, siempre con causa. Los esclavos no podían casarse ni tener hijos, y podían ser torturados o quemados vivos por su dueño o por un juez.
En la Edad Media la sociedad estaba tan jerarquizada que era inimaginable la idea de la igualdad. Uno de los casos más concretos era la situación de la mujer, las cuales no podían tener control sobre nada, y eran afectadas por el prestigio social de los hombres que la rodeaban. Por ejemplo, eran obligadas a casarse.
En el Renacimiento continúan con la misma idea de la Edad Media, aunque los derechos ciudadanos crecen, y como consecuencia, la igualdad también, pero solo para los maestros de los gremios que pagaban impuestos.
La Edad Media y el Renacimiento no fueron una gran época a lo que la igualdad se refiere.
En la Edad Moderna un filósofo inglés llamado John Locke expandió sus creencias de que todos los hombres eran iguales, es decir, tenían los mismos derechos naturales, y ningún Estado podía negarlo. Esto dio lugar a dos conflictos: la revolución americana y la revolución francesa.
La mujeres al principio no podían gozar de los derechos establecidos en las Declaraciones de los derechos del Hombre. En general se consideraba a la mujer menor de edad de forma permanente, e eran incapaces de tomar decisiones por si mismas (como siervos o personas sin educación). Aunque evidentemente no era eso lo que pensaban las mujeres, ya que ellas sintieron que los valores revolucionarios estaban unidos a la condición de las mujeres.
La Revolución Francesa, que comenzó en 1789 y la Revolución Americana, que comenzó en 1772 fueron dos conflictos burgueses que contribuyeron de forma determinante a establecer que todos los miembros de la sociedad son iguales en derechos y deberes. En las dos declaraciones de derechos que surgieron de estos conflictos, solo eran efectivos para los varones adultos libres con independencia económica.
Marie Gouze, u Olympe de Gouges, fue la mujer que hizo uno de los primeros escritos en los que se planteaba la igualdad de la mujer respecto al hombre, tanto en el ámbito público como en el privado: la “Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana”. Aunque ella en realidad pensaba que las mujeres eran superiores a los hombres, por lo que tampoco habría igualdad plena entre los dos géneros guiándonos por sus ideales.
A partir de las revoluciones burguesas del siglo XVIII avanzan los derechos, libertades e igualdades ciudadanas, y este avance ha sido imparable en el mundo occidental, aunque este ha evolucionado de forma irregular. Como ejemplo, los afroamericanos lucharon por su igualdad ciudadana para poder utilizar los mismos transportes, las mismas universidades o recibir el mismo trato legal que los blancos.
La igualdad con el paso del tiempo ha evolucionado afectando a otras cosas como la música. Este avance ha afectado sobre todo a la música negra, ya que estos buscaban la igualdad para todos. Este movimiento comenzó más o menos a finales del Siglo XIX, pero con apariciones en épocas anteriores, por ejemplo cuando los esclavos cantaban en las plantaciones. En el Siglo XX apareció el rap, un movimiento importante sobre la igualdad, aunque este era racista hacia los blancos. También apareció el Blues,etc.
El feminismo es un movimiento social y político que busca la igualdad entre hombres y mujeres, tratando que los derechos de estas aumenten hasta el mismo nivel que los de los hombres. El feminismo ha tenido un impacto muy importante en parte del mundo ya que en muchas sociedades las mujeres han logrado el acceso a la educación, protección de sus derechos sexuales y reproductivos, etc. Sin embargo, a pesar de todo el tiempo que lleva existiendo, nunca se ha conseguido el salario igualitario en ningún país, y todavía hay algunos en los que las mujeres no pueden votar en igualdad con los varones
Los inmigrantes carecen de la nacionalidad del territorio en el que se encuentran. Esto hace que, aunque no tengan los mismos derechos ciudadanos que los que sí la tienen, se encuentren “acogidos” por la Declaración Universal de los Derechos Humanos, por lo que supuestamente gozarían de los mismos, cosa que no ocurre en realidad. Esto es porque, aunque no de manera formal, fuera de nuestro país no somos iguales a los demás.
Aunque parezca que la igualdad de derechos puede ser la misma en todos los sitios, en realidad no es cierto, ya que por ejemplo en los Estados Unidos a cualquier persona que se tenga que operar de, por ejemplo, apendicitis le puede llegar a costar unas 12 veces más que aquí en España. En este caso, la persona con más dinero tiene más posibilidades de sobrevivir que los que tienen menos dinero.
Pero Estados Unidos no es el único país en el que ocurre este tipo de cosas, ya que por ejemplo en Hungría la matrícula de una universidad te puede costar unos 34200 dólares, o en el caso de Estonia, la matrícula cuesta unos 38400 dólares. Por lo que, en lo que respecta a la educación, hay personas que obviamente no pueden costearse una carrera universitaria.
En ambos casos retrocedemos a anteriores épocas, donde solo la gente con más poder (dinero, en este caso) tenía acceso a mejores condiciones de vida.
Teniendo en cuenta las elevadas cifras de acciones violentas contra las mujeres, los homosexuales, las personas de diferentes razas, etc. es difícil creer que la igualdad plena está al alcance de nuestra mano. Sobre el papel sí existe, pero hay tantas formas de pensar que es prácticamente imposible hacer que todo el mundo sea tolerante y crea que todos somos iguales, sea cual sea nuestro color de piel, nuestra personalidad, nuestro género, etc. Un ejemplo son las personas que llevan una religión al extremo y discriminan a colectivos.