Cómo cocinar una relación de pareja feliz y duradera
1. Cómo cocinar una relación de pareja feliz y duradera.
Por Alejandro Cabrera.
Quisiera conversar sobre dos aspectos esenciales en la vida de toda persona,
la cocina y el amor. Más allá de la sentencia popular: el amor entra por la boca,
pareciera que son dos ámbitos sin mucha relación.
Considero que están muy relacionados. Es más, los procedimientos y
atenciones de la cocina nos pueden dar tips y sugerencias para aplicar en el
amor. Quisiera desarrollar más esta idea que a simple vista puede parecer
descabellada. Para ello es necesario partir de unas breves premisas:
La cocina vista como un arte, lo cual implica tener condiciones para
cocinar pero estas deben estar aderezadas con conocimiento,
compromiso y dedicación para querer ser cada día un mejor artista de la
cocina. No vemos la cocina como una simple herramienta de
sobrevivencia.
En este escrito hablamos sobre el amor de pareja, visto como una
relación feliz, equilibrada y con un firme compromiso de que sea
duradera.
Se escribirá sobre el amor a la pareja, cómo fortalecerlo y mantenerlo en el
tiempo. Entendiendo que toda obra humana es perfectible y no existe nada
más humano que el amor.
Este material va dirigido a todo aquel que tiene una relación y sienta que vale la
pena mejorarla y mantenerla en el tiempo, también va dirigido a quien no tiene
pareja pero quiere que cuando ésta llegue, sea una relación feliz y duradera.
Pretendemos que este material coadyuve a la reflexión y a la acción. En vista
de las particularidades de cada pareja, estos procesos deben partir de un
profundo y sincero análisis de la realidad de la pareja, éste no puede ser
individual debe ser colectivo para mayores posibilidades de lograr cocinar el
alimento más importante que debemos preparar: una relación feliz y duradera,
ya que esta es la base esencial de una familia fortalecida.
Ya que estamos hablando de cocina es importante entender que las recetas no
son una serie de procedimientos y pasos deshumanizados para conseguir unos
resultados. No podemos perder de vista el carácter humano y contextualizado
que tiene la cocina, a pesar de existir recetas bases, los platos van
2. adaptándose a las realidades locales, nunca una receta es preparada dos
veces de la misma forma. En la preparación de la receta incide el ánimo del
cocinero, los ingredientes existentes o la facilidad de encontrarlos, la
creatividad…
En la forma como percibimos la cocina ya podemos notar los primeros
paralelismos. Para el amor deben estar las condiciones (atracción, chispa,
enamoramiento, que esa persona te mueva el piso, “mariposas en el
estómago” o donde quieran ellas posarse y aletear…) pero éstas no son
suficientes para garantizar un amor feliz y duradero, deben estar aderezadas
con conocimiento, compromiso y dedicación1
para ser mejor individualmente y
en pareja.
Preparar una relación feliz y duradera requiere que los dos cumplan el papel de
cocineros. Debemos planificar lo que queremos preparar. Esto implica
proyectar el tipo de relación que deseamos; ponderar las condiciones de las
que partimos; valorar los ingredientes, cuáles tenemos, cuáles podemos
conseguir, cuáles no; qué modificaciones podemos hacer al plan original,
cuáles no. En el amor al igual que en la cocina debemos tener claro qué es lo
que queremos. Cuánto cuesta responder esta pregunta, de que tan sincera y
colectiva sea la respuesta dependerá el éxito de la relación.
Pensar que debemos prepararnos para el amor y planificar qué queremos del
amor, implica ir en contra de la industria cultural dominante (cine, telenovelas,
cuentos de hadas…) que afirman continuamente que no podemos planificar el
amor; éste ocurre o no, de manera cuasi mágica. Gran parte de los fracasos en
las relaciones de pareja tiene que ver con dejarle toda la responsabilidad a esa
chispa mágica. Si “casualmente” nació una flor en nuestro jardín, dejaremos
que la “casualidad” se encargue de cuidar y mantener la flor.
Es necesario tener presente que a mejores ingredientes mejores serán las
comidas resultantes. Por lo tanto debemos procurar, cada día, acercarnos al
ingrediente ideal que requiere el resultado que hemos ideado como cocineros.
Los ingredientes necesarios para elaborar una comida, sufren transformaciones
en aras de lograr el objetivo final, cada ingrediente entrega lo mejor de sí para
obtener la mejor combinación posible.
1
Allí Erich From y su libro el arte de amar tienen mucho que enseñarnos.
3. Preparar un plato de comida no requiere ingredientes iguales, las diferencias
no son vistas como elementos incompatibles. Es necesario ver como se
complementan las características de los distintos ingredientes.
Los amigos y familiares de su pareja son como la sal, las especies o el aderezo
de una comida, estos deben tener un equilibrio en la elaboración. Es tan
perjudicial para el resultado la poca presencia de amigos o familiares así como
el exceso.
Conseguir el equilibrio es la principal tarea de los cocineros, no es una tarea
fácil. Identificar este punto de equilibrio va a depender de un proceso continuo
de comunicación y negociación en la pareja. Este punto puede sufrir
modificaciones en el tiempo, no necesariamente es válido para todo el tiempo
que dure la relación de pareja; puede irse renovando si se consideran que han
cambiado las condiciones que permitieron establecerlo.
No siempre en la primera elaboración surge una buena comida. Podemos estar
cargando con varios platos arruinados a lo largo de nuestra historia de vida. Es
necesario preguntarse ¿Qué aprendizaje hemos obtenido de tantos resultados
fallidos?, ¿Qué hicimos mal?, ¿Qué debemos cambiar?
Si llegaste hasta acá en tu lectura espero que haya quedado claro que una
relación duradera no depende sólo de la casualidad y de la chispa inicial. La
mejor forma de agradecer la oportunidad única, en la cual la tierra giró para
acercarnos, es cuidando y manteniendo el milagro del amor.
La tierra giró para acercarnos,
giró sobre sí misma y en nosotros,
hasta juntarnos por fin en este sueño,
como fue escrito en el Simposio.
Pasaron noches, nieves y solsticios;
pasó el tiempo en minutos y milenios.
Una carreta que iba para Nínive
llegó a Nebraska.
Un gallo cantó lejos del mundo,
en la previda a menos mil de nuestros padres.
La tierra giró musicalmente
llevándonos a bordo;
no cesó de girar un solo instante
como si tanto amor, tanto milagro
solo fuera un adagio hace mucho ya escrito
entre las partituras del Simposio.
Eugenio Montejo.
4. Volviendo al papel de cocineros de nuestra relación de pareja, podemos tener
condiciones para el amor pero si no nos comprometemos y dedicamos a
mantener nuestro milagro, nuestra flor, es muy probable que ésta languidezca.
La maleza no necesita cuidado, se conserva de manera “natural”; la flor
requiere de amor hecho obra, convertidos en acciones y cuidado.
Vale toda la pena del mundo dedicarse a preparar la relación más sabrosa,
nutritiva e inolvidable.