2. SIGNOS DE AMOR - MAYO 14 DE 1914
«Dios permitió que antes fuéramos misioneras que religiosas, para que la
experiencia del apostolado y la formación misionera misma, dictaran unas
constituciones completamente adaptadas al género de trabajo apostólico que
requieren los infieles y salvajes en las condiciones de los de la mayor parte de
Colombia.
Fue ésta la razón que expuse al señor Crespo, cuando de parte de la
nunciatura me preguntó si no podíamos asimilarnos a una congregación
existente. Dije que no conocía ninguna cuyas constituciones no se opusieran
a esta clase de trabajos. Todavía, después, me hizo escribir el señor Crespo,
los motivos que me hacían creer que, para este apostolado se necesitaba
una nueva creación religiosa, con carácter muy diferente al de las otras y
entre otros motivos expuse éste de ser necesaria una, en la cual las prácticas
religiosas estuvieran constantemente al servicio del apostolado y éste ayude a
aquéllas»…
(Aut, XXIX, p.458)
3.
4. SIGNOS DE AMOR – MAYO 14 -1914
En 1914, la Madre Laura y sus compañeras iniciaron la obra evangelizadora
en la selva antioqueña, entre los indígenas
Embera- Catíos, con el aval de Monseñor Maximiliano Crespo, obispo, en
esos años, de Santa Fe de Antioquia, quien conocía la realidad denunciada
posteriormente en la encíclica Lacrymabilis Statu Indorum, publicada por el
papa Pio X el 7 de junio de 1912 y la cual trataba sobre “El estado
lamentable de los Indios”. Este documento la ratificó en su empeño de
dedicarse a trabajar en pro de los indígenas, considerados por el entonces
presidente de la República, Carlos E. Restrepo, y por muchos otros, “indios
irreductibles” (Montoya, 1991, p. 285,4).
6. TENGO SED
«Benditos sean ellos; pero Señor, mira mis lágrimas y no dejes por más
tiempo mis suspiros sin respuesta. No dejes por más tiempo a los infieles
sin tu luz. Lleva tu fe ya a todos los confines del globo. Ya no puedo dejar
de sufrir porque seas conocido. ¡Que te conozcan Señor para tu gloria!
Que te coronemos con almas de infieles. Que no se pierdan éstas, que no
perezcan lejos de Ti ¡Mira que muero del deseo de verte conocido y amado!
¿Para qué les diste entendimiento, para qué tienen corazón? ¿No ves
que si no te conocen, si no te han de amar son un fracaso del ser? Si estás
sediento de almas Tú y estoy sedienta de calmar tu sed, ¿por qué no sacias
estas ansias, Dios mío? ¿Qué te detiene, Señor? Cóbrame el precio de esas
almas y corónate con ellas»
(Aut, II, p. 62)
7.
8. «Toda la Iglesia es misionera, ella prolonga
en la tierra desde la encarnación la misión
Visible de la presencia y la acción
evangelizadora de Cristo en la tierra.
Proclamar a los hombres y mujeres la
persona de Jesús» Evangelio N.
Hoy estamos llamadas a repensar
profundamente y relanzar con fidelidad y
audacia la misión en las nuevas
circunstancias latinoamericanas y
mundiales.
Necesitamos hoy mujeres nuevas que
encarnen la novedad como Discípulas de
Jesucristo anunciadoras de su reino,
siendo protagonistas de vida nueva para
América latina y el mundo.
9. Para la época, los indígenas y las mujeres no
eran considerados mayores de edad. No
obstante, la Madre Laura logró auxilios de la
Iglesia y del Estado, a cuyas instancias recurre,
para obtener el reconocimiento de los derechos
de los indígenas a la educación, a la salud, a las
tierras, incluso hizo gestiones para que se les
respetara el territorio y aportó sugerencias, ante
el Nuncio Apostólico, para que intercediera a
favor de la aplicación de la Ley 89 de 1890 en
Urabá, Antioquia.
Fue ella también quien sugirió ante la Nunciatura
Apostólica la realización del Primer Congreso
Misionero que se llevó a cabo en Bogotá,
Colombia, en el año de 1924, cuya finalidad era
fortalecer la dimensión misionera de la Iglesia.
10. La comprensión bondadosa de la
realidad indígena, la donación de
sí en el servicio incondicional a
ellos, como los más pobres, para
con ellos mismos realizar la tarea
de promoción – evangelización,
es la expresión de su amor a
Dios, amor que se manifiesta en
su celo apostólico por la gloria de
Dios.
12. La santidad no es posible sino hay
compromiso con la Justicia, sin
solidaridad para con los pobres y una
vida intensa de oración.
“La santidad nace de la comunión y la
Misión porque la comunión es
misionera ; y la Misión es para la
comunión . Todos los miembros de la
Iglesia misionera estamos llamados a
la santidad.”Aparecida.163
13.
14. OREMOS: Señor Jesús, que comunicas
siempre el Don de tu Espíritu, te damos
inmensas gracias después de ciento cuatro
años de alentadora experiencia de
acompañamientos de luz, de Amor, ayúdanos a
saber acoger, dejar actuar tu Espíritu,
regálanos el Don de la Paz, de la alegría y la
vida nueva…
Que nuestra proyección misionera tenga sabor
itinerante…
15. Pedimos la gracia de
ser testimonio real del
Dios de la vida, en
medio de tanto
sufrimiento de muchos
hermanos , el empeño
de ser constructoras
de paz y el
compromiso de
trabajar por un mundo
cada vez más
humanizante Amén.