T7 las regiones biogeográficas de españa. factores de la diversidad biogeográfica. características de las regiones biogeográficas. formaciones vegetales de la españa peninsular e insular. la intervención humana.
T7 las regiones biogeográficas de españa. factores de la diversidad biogeográfica. características de las regiones biogeográficas. formaciones vegetales de la españa peninsular e insular. la intervención humana.
Similar a T7 las regiones biogeográficas de españa. factores de la diversidad biogeográfica. características de las regiones biogeográficas. formaciones vegetales de la españa peninsular e insular. la intervención humana.
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T7 las regiones biogeográficas de españa. factores de la diversidad biogeográfica. características de las regiones biogeográficas. formaciones vegetales de la españa peninsular e insular. la intervención humana.
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TEMA 7. LAS REGIONES BIOGEOGRÁFICAS DE ESPAÑA.
1. Factores de la diversidad geográfica:
La Península Ibérica se caracteriza por una gran diversidad en lo que a especies
naturales (flora) se refiere. Esta diversidad se debe a la interacción de los siguientes
factores:
1.1. El clima:
La diversidad climática de España se traduce en una gran riqueza florística: podemos
encontrar formaciones vegetales propias de climas húmedos y fríos (región
eurosiberiana), otros procedentes de un clima mediterráneo (región mediterránea) y, por
último, de regiones de clima subtropical (región macaronésica de las islas Canarias).
1.2. La posición geográfica:
Debido a su posición geográfica de encrucijada entre dos masas marinas y continentales
es posible encontrar especies propias de otras latitudes. Así, es posible hallar especies
de latitudes más septentrionales como el haya o el abeto, y de latitudes más
meridionales como las especies del archipiélago canario, cuyo relativo aislamiento por
su posición insular ha permitido la existencia de numerosos endemismos (especies
exclusivas de un lugar).
1.3. El relieve:
El relieve influye en la distribución de las plantas, primero, a través de la altitud, puesto
que el gradiente vertical (descenso de la temperatura a razón de 6ºC cada 1000 metros),
varía las condiciones climáticas con la altitud lo que explica el escalonamiento de la
vegetación en altura (pisos bioclimáticos) que se representa a través de un gráfico o
cliserie.
Junto a la altitud, la disposición u orientación de las laderas, a solana o umbría o a
barlovento o sotavento influye en el desarrollo de la vegetación.
1.4. Los suelos:
Los suelos también tienen una enorme influencia sobre la vegetación. En función de la
naturaleza del roquedo, la litología, habrá especies que se dan mejor en suelos de una
determinada litología, como el alcornoque que prefiere los suelos silíceos.
A su vez, la mayor o menor riqueza de nutrientes de los suelos influyen en el desarrollo
de la vegetación. Un suelo rico en materia orgánica, humus, tendrá un desarrollo vegetal
mayor que un suelo muy delgado o pobre en nutrientes.
1.5. El ser humano, la acción antrópica.
La intervención humana ha conducido a una modificación y deterioro de los paisajes. La
deforestación o pérdida de la masa forestal por la acción humana influye en la
destrucción de la vegetación original o clímax de un lugar.
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No obstante, también existe una creciente preocupación por el estado del medio
ambiente natural, lo que ha conducido a la toma de acciones para la protección o la
repoblación de zonas degradadas.
2. Características de las regiones biogeográficas.
España pertenece al reino holártico, propio de latitudes al norte del Trópico de Cáncer.
Dentro del reino holártico, están presentes tres regiones:
-Región eurosiberiana (en zonas de clima oceánico).
-Región mediterránea (en zonas de clima mediterráneo, sea continentalizado o costero).
-Región macaronésica (en zonas de clima subtropical, islas Canarias).
2.1. La región eurosiberiana:
2.1.1. Localización: zona de clima atlántico u oceánico, de Galicia a los Pirineos.
El clima oceánico permite el desarrollo de las siguientes formaciones vegetales:
bosque caducifolio, landas y prados naturales.
2.1.2. El bosque caducifolio:
2.1.2.1. Vegetación clímax1
o potencial:
• Bosque umbrófilo o de hoja caduca: Formado por árboles propios de clima oceánico
que se caracterizan por perder sus hojas en otoño. Es un bosque denso y umbrófilo
(busca la humedad), de tronco recto y gran altura. Sus especies son el roble y el
haya.
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La vegetación clímax es la vegetación virgen u originaria, la que se encuentra sin alterar por el ser
humano. Cuando se alteran las condiciones naturales del lugar por acción humana (deforestación, quema
de bosques intencionada, etc., la vegetación clímax es sustituida por una vegetación secundaria, fruto de
la degradación de la vegetación originaria o clímax de dicho lugar.
3. 3
• El roble: exige humedad y temperaturas templadas.
Ejemplo de robledal
• El haya: Es más resistente al frío que el roble, por lo que aparece también en zonas
de montaña como la cordillera Cantábrica y el Pirineo.
Ejemplo de hayedo
2.1.2.2. Especies secundarias:
Son especies introducidas por el ser humano, alterando la vegetación primaria,
climácica u original de esta región. Entre las especies introducidas por el hombre
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destacan el castaño (muy apreciado por su madera y su fruto, la castaña), el pino
resinero y el eucalipto (especies estas últimas de repoblación, que son de crecimiento
rápido pero de madera muy inflamable por lo que son muy vulnerables a los incendios
forestales).
Eucalipto y su fruto
2.1.3. El matorral atlántico: la landa.
Es una formación de matorral propia de las zonas oceánicas, fruto de la degradación por
el hombre de su vegetación climácica que es el bosque caducifolio. Cuando la landa es
destruida, aparece, en su lugar, los prados naturales, de amplia extensión en la región
atlántica y cuya orientación económica es hacia la ganadería extensiva y la producción
láctea.
Landas
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Prados
2.2. La región mediterránea.
Esta región biogeográfica se extiende por el espacio peninsular de clima mediterráneo
así como el archipiélago balear.
Las formaciones vegetales se deben adaptar a las condiciones de sequía en verano
(sequía estival). Destaca como vegetación clímax el bosque perennifolio de especies
como la encina y el alcornoque y las secundarias como el pino de repoblación, el
matorral mediterráneo y la estepa.
2.2.1. El bosque perennifolio:
Bosque mediterráneo, perennifolio (que nunca pierde sus hojas), y esclerófilo, (que se
adapta a las condiciones de sequía estival del clima mediterráneo con raíces profundas,
hojas coriáceas, esto es, pequeñas y duras, copa globular, etc.).
2.2.1.1. Vegetación clímax o potencial:
La encina: se extiende por buena parte de la España seca (menos de 800 mm de
precipitación anual). Se adapta bien a temperaturas extremas y a cualquier tipo de
suelos, por lo que es la vegetación propia de regiones de clima mediterráneo
continentalizado. Suele aparecer de forma adehesada. Una dehesa es un bosque
mediterráneo abierto, es decir, con claros, para el aprovechamiento agro-silvo-pastoril2
,
que destaca por el aprovechamiento de la leña y de la madera de la encina así como de
su fruto, la bellota, para alimentar al ganado porcino criado al aire libre, junto a las
hierbas aromáticas. En la actualidad se mantiene en las penillanuras salmantinas,
extremeñas y algunas zonas de Sierra Morena. La dehesa más típica es la formada por la
encina, pero también se desarrolla sobre alcornoques.
2
Aprovechamiento agrícola, ganadero y forestal.
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Encina y su fruto, la bellota
El alcornoque: se da en suelos silíceos. No soporta las temperaturas extremas. Su
principal área de distribución es el oeste peninsular, donde se localizan los restos del
zócalo paleozoico de la Meseta, aunque también se da en sectores del sur de Andalucía
(Cádiz y Málaga), así como el NE de Cataluña, en Girona y en Castellón. Se aprovecha
su madera para la fabricación de toneles y barcos, y su corteza, para el corcho. Suele
aparecer de forma adehesada. Una dehesa es una zona de bosque abierto acotada para
pastar para el aprovechamiento agro-silvo-pastoril3
, que destaca por el aprovechamiento
de la madera para la fabricación de toneles y barcos y su corteza para el corcho. Al igual
que la encina, su fruto, más amargo que el de la encina, es la bellota, que ha servido
tradicionalmente para alimentar al aire libre al cerdo ibérico.
2.2.1.2. Otras especies climácicas:
Destacan el algarrobo, el acebuche u olivo silvestre y un bosque endémico que se da en
las provincias de Cádiz y Málaga, el pinsapo, que se localiza en la Sierra de Grazalema
(Cádiz) y en la Sierra de las Nieves (Málaga). Es un bosque endémico y relictual, esto
es, resto de un bosque que era más extenso en la Era Terciaria y ha reducido su
extensión hasta su estado actual en donde quedan los retazos, restos o relictos de este
bosque de la Era Terciaria.
Detalle de las hojas del pinsapo
3
Aprovechamiento agrícola, ganadero y forestal.
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2.2 1.2. Formaciones secundarias o introducidas por el ser humano:
Son especies introducidas por el ser humano, alterando la vegetación primaria,
climácica u original de esta región. Entre las especies introducidas por el hombre
destacan el pino (carrasco y pino piñonero), muy abundantes, que necesitan luz y calor
abundantes.
Pino piñonero
2.2.2. El matorral mediterráneo.
Son formaciones arbustivas y herbáceas que corresponden a un estadio de degradación
del bosque mediterráneo (rexistasia). En el matorral se pueden distinguir el maquis o
maquia, una formación arbustiva densa y que alcanza gran altura, la garriga, formación
arbustiva menos densa y de menos altura, y la estepa que es una formación vegetal de
tipo herbáceo con plantas de tipo xerófilo (plantas adaptadas a condiciones de aridez
extrema). Éstas últimas se localizan en el sureste peninsular y zonas áridas del interior
(desierto de los Monegros, en la depresión del Ebro y en La Mancha).
2.3. Región macaronésica.
Tres factores geográficos condicionan la variedad florística de las islas Canarias:
-Su latitud meridional: que le permiten que se encuentren especies propias de latitudes
tropicales.
-Su posición insular: que le permite la existencia de endemismos (especies exclusivas de
las Canarias), que se han desarrollado por su relativo aislamiento respecto al resto del
continente africano.
-La altitud y la orientación de las laderas: el carácter montañoso de naturaleza
volcánica, da lugar a una vegetación escalonada en pisos, con especies endémicas, como
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la laurisilva o bosque de laurel, que es un bosque que data de la era Terciaria y que
requiere condiciones de humedad que permiten las laderas orientadas a barlovento de
los vientos alisios formando el denominado “mar de nubes”, en la que la nubosidad es
frenada por el relieve. También son especies endémicas el drago y el pino canario.
Laurisilva o bosque de laurel Drago milenario
3. Formaciones vegetales de la España peninsular e insular.
En su estado natural, es decir, sin que haya mediado la acción humana, la vegetación
primaria o clímax es la vegetación originaria o virgen y la vegetación secundaria es
fruto de la degradación del medio por la acción antrópica.
3.1. Bosques:
3.1.1. Definición:
El bosque es una formación natural compuesta de árboles. Los bosques naturales se
consideran vegetación clímax. Hay seis tipos de bosques: el caducifolio, el perennifolio,
el de montaña, el de ribera y el canario.
3.1.2. El bosque caducifolio.
3.1.2.1. Características:
• Se caracteriza por la pérdida de sus hojas en otoño.
• Está compuesto de árboles altos, de tronco liso y hojas grandes.
• Es una vegetación frondosa, pero de pocas especies (flora), entre las que
destacan el roble y el haya.
• Su sotobosque es pobre dada la escasa luz, y se limita a helechos, musgos y
hongos.
3.1.2.2. Localización:
• El bosque caducifolio o umbrófilo es típico de zonas de clima atlántico u
oceánico, con lluvias abundantes y regulares. Se localiza en toda la franja
septentrional y algunas montañas del interior.
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3.1.3. El bosque perennifolio o esclerófilo mediterráneo:
3.1.3.1. Características:
• Mantiene sus hojas todo el año.
• Se llama esclerófilo porque son árboles que se adaptan a la sequía estival de los
climas mediterráneos con copas globulares para evitar la pérdida de humedad
del suelo, de hojas coriáceas, duras para evitar la pérdida por transpiración, y de
raíces profundas.
• Su sotobosque es más rico que el del bosque caducifolio por la abundancia de
luz.
• Entre las especies climácicas destacan la encina, el alcornoque y el pinsapo.
3.1.3.2. Localización:
• La formación más extensa y general es el encinar, porque aguanta bien los
climas extremos. El alcornoque se localiza en el oeste peninsular, también en el
suroeste, entre las provincias de Málaga y Cádiz (parque de los Alcornocales de
Cádiz), en Girona y Castellón.
Dehesa
3.1.4. La vegetación de montaña.
3.1.4.1. Características:
• Diversidad: debido a que las condiciones climáticas varían con la altitud (las
temperaturas descienden según el gradiente vertical y aumentan las
precipitaciones) y, en función de la orientación de las laderas (sean las laderas
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orientadas al sur, a solana, o al norte, a umbría o a barlovento y a sotavento), las
formaciones vegetales en las áreas de montaña son diversas, escalonándose en
pisos de vegetación que se reflejan en un gráfico denominado cliserie.
3.1.4.2. Tipos de vegetación:
• Algunas especies son secundarias, es decir, han sido introducidos por el hombre,
como el pino o el eucalipto, especies de repoblación que han sido introducidas
por el hombre dado su rápido crecimiento y aprovechamiento económico
(celulosa y pasta de papel por parte del eucalipto y resina y madera del pino);
pero son muy inflamables por lo que son de difícil recuperación en caso de
incendios forestales.
• Otras especies son originarias y endémicas, es decir, exclusivas de una zona
montañosa, como los pinsapares de la Sierra de Grazalema y Sierra de las
Nieves, entre las provincias de Málaga y Cádiz: En Canarias, destaca el bosque
de laurisilva que aparece en zonas de montaña cubierta por un “mar de nubes”,
gracias a las precipitaciones de los vientos alisios en las vertientes
septentrionales de las islas Canarias. Este bosque es también relictual, que se ha
conservado gracias al aislamiento que ha proporcionado el carácter insular de las
islas Canarias. A una mayor altitud se extiende otra especie endémica, el pino
canario.
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Bosque de laurisilva en las islas Canarias
3.1.5. El bosque de ribera:
• Aparece en franjas paralelas a las riberas de un río.
• Los bosques de ribera o bosques galería están formados por especies como el
sauce, el olmo, el chopo o el álamo.
3.2. Matorrales.
3.2.1. Definición:
• Son formaciones arbustivas que se desarrollan el lugares en los que se ha
degradado el bosque por la acción humana. Hay tres grandes tipos: la landa, el
maquis y la garriga.
3.2.2 El matorral atlántico: la landa.
• Es un matorral formado por brezos que resulta de la degradación de los bosques
caducifolios atlánticos. El origen de la degradación se debe a la sobreexplotación
de los bosques o los incendios.
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3.2.3. El matorral mediterráneo.
• Se produce por degradación del bosque perennifolio mediterráneo. Está formado
por arbustos e hierbas.
• El maquis o la maquia es un matorral denso y alto. Se encuentra en el área de
degradación del alcornoque, por tanto, es propia de suelos silíceos. Este matorral
puede alcanzar gran altura y se localiza en la vertiente mediterránea así como
sectores de clima muy continental de la Meseta y, sobre todo, en la Depresión
del Ebro.
• La garriga es más baja y menos densa que el maquis. Está más relacionado con
la degradación del bosque de la encina. Está formado por especies aromáticas
como el tomillo, el romero y la lavanda y, por tanto, asociado a la dehesa.
3.3. Praderas y estepas. Formaciones herbáceas.
3.3.1. Los prados:
• Formación herbácea que aparece cuando se produce la destrucción o
degradación de la landa. Es propia de los climas atlánticos.
• Tiene una orientación ganadera de tipo extensivo y su principal producción es la
leche y la carne de vacuno.
3.3.2. La estepa:
• Formación vegetal formada por especies arbustivas espinosas y herbáceas de
tipo xerófilo, esto es, adaptadas a la falta de humedad.
• Se distribuyen de forma discontinua, dejando espacios sin cubrir o roca desnuda.
• Se localiza en las regiones áridas del Sureste peninsular, pero también en el
desierto de los Monegros (Valle del Ebro) y en La Mancha.
• Entre las especies destaca el esparto, el palmito y el espárrago silvestre.
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4. La intervención humana y sus consecuencias geográficas.
4.1. La intervención humana.
El concepto de medio ambiente aglutina el conjunto de elementos bióticos (el ser
humano, la fauna, la flora y el suelo) y abióticos (el agua, el aire y el clima) y el
conjunto de interacciones entre estos factores. Cuando estos elementos están en
equilibrio, o en un estado natural se dice que estamos en biostasia, cuando se rompe por
acción antrópica, se entra en un estado de desequilibrio o rexistasia por ruptura de este
equilibrio por acción humana (tala indiscriminada, deforestación, incendios forestales,
contaminación de suelos, etc.).
4.2. La erosión y degradación del suelo en España por la acción antrópica. La
desertificación.
• La erosión o destrucción del suelo es un fenómeno natural que se ve acentuado
por las acusadas pendientes y el carácter torrencial de las precipitaciones de
muchas zonas de nuestro país.
• Pero, frente a la desertización o destrucción de los suelos, que ha tenido un
efecto muy limitado en el país, la acción antrópica ha contribuido a que muchas
zonas del país estén ya desertizadas o en grave riesgo de convertirse en desierto.
Cuando es el hombre el principal responsable de la destrucción del suelo
hablamos de desertificación, frente a la desertización que es la destrucción del
suelo por causas naturales.
4.2.1. Las causas de la desertificación han sido:
a) La deforestación, o tala incontrolada de los bosques (nuestros bosques han pasado de
representar un 80% del suelo a solo un 30%). La deforestación se ha debido a la puesta
en cultivo de tierras, el sobrepastoreo o la intensa urbanización de nuestro país y ha
contribuido a una pérdida de la biodiversidad (variedad de especies vegetales).
b) Los incendios forestales intencionados, cuyos efectos se han agravado porque las
repoblaciones que se hicieron en los años cincuenta y sesenta se hicieron con especies
no autóctonas, de rápido crecimiento, pero muy inflamables y de difícil regeneración
como son el eucalipto y el pino.
4.2.2. Distribución de las zonas en riesgo de desertificación de España:
• Los procesos de desertificación del país son especialmente graves en la mitad
meridional de la península, con riesgo muy alto en el Sureste peninsular,
concretamente, en las provincias de Málaga, Granada, Almería, Murcia,
Alicante, Valencia y Castellón.
14. 14
• España es el único país de Europa occidental con zonas afectadas por procesos
de desertificación graves. Para combatir esto, se creó a comienzos de los
ochenta, el proyecto LUCDEME o Lucha contra la Desertificación en el
Mediterráneo, cuyo objetivo es elaborar un inventario de suelos en peligro de
desertificación como herramienta para combatir dicho proceso antes de que sea
irreversible.
4.2.3. Otros problemas de degradación de suelos:
• A los problemas de desertificación, hay que añadir otros procesos de
degradación de los suelos como son los de contaminación de los suelos por
vertidos industriales y urbanos y, sobre todo, el abuso en el empleo de
fertilizantes químicos y plaguicidas en las actividades agrícolas que son
arrastrados por nuestros ríos, destruyendo la fauna y flora, produciendo la
eutrofización4
de las aguas, problema especialmente grave en los embalses.
4
Proceso natural en ecosistemas acuáticos, especialmente en lagos, caracterizado por un aumento en la concentración
de nutrientes como nitratos y fosfatos, con los consiguientes cambios en la composición de la comunidad de seres
vivos. Las aguas eutróficas en contraste con las oligotróficas son más productivas. Sin embargo, más allá de ciertos
límites, el proceso reviste características negativas al aparecer grandes cantidades de materia orgánica cuya
descomposición microbiana ocasiona un descenso en los niveles de oxígeno. La eutrofización se produce en muchas
masas de agua como resultado de los vertidos agrícolas, urbanos e industriales.