Este documento discute la naturaleza de Dios y su participación en el mundo. Refuta la idea de que Dios creó el mundo y luego no intervino más, argumentando que la Biblia muestra numerosos ejemplos de Dios actuando en favor de personas como Abraham y Moisés. También argumenta que cuando los hombres confían plenamente en Dios, experimentan su poder y amor guiándolos. Sin embargo, muchas personas se apartan de Dios y buscan satisfacción en los ídolos mundanos en lugar de en Él, lo que lleva al mal en el
1. Arzobispado de Arequipa
Domingo
18 de
septiembre
de 2016
¿QUÉ HACE DIOS?
Hace algunos siglos surgió una corriente de
pensamiento, que todavía existe, que
sostiene que Dios creó el mundo, le puso
sus propias leyes internas y que, desde
entonces, no interviene más en el devenir
del mundo, de los hombres y de la creación,
sino que nos ha dejado a nuestro devenir y
Él sólo observa todo lo que sucede pero no
hace nada por nosotros. Sin embargo, esa
opinión carece de fundamento en las
Sagradas Escrituras. La verdad es otra:
Dios ha creado el mundo y no lo ha
abandonado a su propia suerte sino que Él
lleva la historia y actúa siempre en favor del
hombre.
La Biblia tiene numerosos relatos en los que
Dios se manifiesta y actúa de un modo
admirable en la vida de diversas personas.
Por ejemplo, en el Antiguo Testamento lo
vemos actuando en favor de Abraham, de
Moisés y del pueblo de Israel. En todos esos
casos y en muchos otros, Dios se
manifiesta como un ser vivo y activo.
Cuando Moisés le pregunta su nombre,
Dios le responde con una palabra:
“YHWH”, que significa “Yo soy el que
soy” o también “Yo soy el que es”; es decir:
“sabrás quién soy yo por las obras que me
verásrealizar”.
Justamente porque Dios es todopoderoso,
es verdadero y misericordioso, el hombre se
puedeentregarcon todaconfianzaa Él.Esta
es la experiencia de Israel y de los
cristianos: cuando confiamos en Dios y nos
a b a n d o n a m o s e n s u s m a n o s ,
experimentamos su poder, su amor y su
fidelidad; experimentamos que Él está vivo
y actúa de modo muy concreto en nuestra
historia, librándonos del pecado,
ayudándonos en nuestra vida cotidiana y
haciéndonos comprender el sentido de las
cosas, laspersonasylosacontecimientos.
Lamentablemente, no es fácil encontrar
personas, y mucho menos pueblos enteros,
que pongan toda su confianza en Dios. En el
fondo, son más los que, engañados por el
demonio, se apartan del amor de Dios y
buscan la vida en los ídolos de este mundo.
De esta manera se llega a lo que vemos cada
día en las noticias: el maltrato a la creación,
la explotación del hombre por el hombre, el
aumento de la violencia, la corrupción, la
desconfianza mutua y, en síntesis, la
pérdidadelsentidodelapropiavida.
Resulta, entonces, recomendable que nos
tomemos un momento para meditar sobre el
modo en que estamos conduciendo nuestra
vida y, sobre todo, en qué o en quién la
estamos apoyando. No vaya a ser que, sin
darnos cuenta, también nosotros estemos
apoyándonos en los ídolos de este mundo y
ahí esté la razón por la que no llegamos a
alcanzarlaverdaderafelicidad.
+ Javier Del Río Alba
Arzobispo de Arequipa
LA ColumnA
De Mons. Javier Del Río Alba