Las acciones que forman parte de un proceso de inclusión social requiere un proceso encaminado a mejorar la calidad de vida de su población, a partir de acciones que promuevan su plena participación social y el derecho a tomar decisiones; la protección de sus derechos humanos; la promoción de una cultura de respeto hacia la diversidad y no discriminación, y la remoción de barreras de carácter legislativo, judicial o administrativo a fin de garantizar su realización plena en ámbitos como la educación, el empleo, la seguridad social, la vida política en su comunidad, el acceso a la justicia, el acceso en general a todos los servicios públicos y a la vida independiente. Esto para mitigar las diferencias que existen en diversos ámbitos de la sociedad. Muñoz-Pogossian, B. y Barrantes, A. (2016). Equidad e Inclusión Social: Superando desigualdades hacia sociedades más inclusivas. Departamento de Inclusión social de la Organización de Estados Americanos.