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1
ARQUEOLOGIA DE
LA SIERRA DE
ANCASH
BEBELIBARRAASENCIOS
EDITOR
LIMA - PERÚ
2004
PROPUESTAS Y PERSPECTIVAS
AUMENTADAYCORREGIDA
SEGUNDA EDICION
INSTITUTO CULTURAL RVNA
2
ARQUEOLOGÍA DE LA SIERRA DE ANCASH:
PROPUESTAS Y PERSPECTIVAS
Editor
Bebel Ibarra Asencios
Correciones
Virginia Benavides Avendaño
Diseño de Portada
Bebel Ibarra Asencios
Hecho el depósito legal 1501012003-4918
Ley 26905 - Biblioteca Nacional del Perú
ISBN 9972 - 9694 - 1 - X
Copyright © 2004 Instituto Cultural Rvna. Los Ruiseñores 1007. Lima 36. Perú.
Telf: 3760702; Correo Electronico: centroruna@gmx.net
Impreso en el Perú
Primera Edición 2003
Segunda Edición 2004
La portada muestra la laguna de ruirucocha en el distrito de Huachis, un ceramio
del Intermedio Temprano de una colección particular en Chacas
y las chullpas de Marcajirca en el distrito de Cajay
3
A mis padres Ricardo y Clorinda
por su apoyo en todos
estos años
Al emprendedor pueblo huarino
A mis hermanas Aliz y Jubitza
por su ayuda en mis años
en la universidad
4
AGRADECIMIENTOS
Mi agradecimiento a la Municipalidad Provincial de Huari, a los alcaldes: Florencio
Alvarez Márquez, Edwards Vizcarra Zorrilla y Cesar Asencios Villavicencio,
quienes apoyaron y apoyan mis investigaciones en esta provincia, de igual forma
al Prof. Franco Solis Benites.
A los compañeros Santiago Rivas Panduro, Mario Advíncula y Alvaro Ruiz y
Maria Ycela Leyva por sus comentarios a Severine Meunier, Lilyan Soto, Helga
Egarter y Fabio Nascimbeni por su apoyo.
5
PROLOGO
INTRODUCCIÓN
CAMBIOS ESTILÍSTICOS Y DESARROLLO CULTURAL EN HUARICOTO:
SIERRA NOR-CENTRAL DEL PERÚ
Richard L. Burger
Universidad de Yale ...............................................................................................................17
ARQUEOLOGÍA AL NORTE DEL CALLEJÓN DE HUAYLAS:
LA GALGADA, TUMSHUKAIKO Y PASHASH
Alberto Bueno Mendoza
Universidad Nacional Mayor de San Marcos ................................................................... 51
TEORÍA Y MÉTODOS EN CHAVÍN DE HUÁNTAR
Roberto Bustamante Vento
Universidad Nacional Mayor de San Marcos ....................................................................83
HUARÁS Y RECUAY EN LA SECUENCIA CULTURAL DEL CALLEJÓN DE CONCHUCOS:
VALLE DEL MOSNA
Hernán Amat Olazábal
Universidad Nacional Mayor de San Marcos .................................................................. 97
IDENTIFICANDO EL ÁREA DE DOMINIO RECUAY: UN EXTENDIDO INVENTARIO
CERÁMICO PARA LA IDENTIFICACIÓN DE ASENTAMIENTOS RECUAY
Steven A. Wegner
Instituto Cultural Ancashwain .........................................................................................121
EVIDENCIAS RADIOCARBÓNICAS PARA EL ESTUDIO DE LAS
TRANSFORMACIONES CULTURALES EN RECUAY
George F. Lau
Universidad de East Anglia – Norwich ........................................................................... 135
CONTENIDO
6
TRANSFORMACIONES CULTURALES DURANTE EL INTERMEDIO TEMPRANO EN EL VALLE DE
CHACAS: HACIA EL DESARROLLO DE ASENTAMIENTOS COMPLEJOS EN UNA REGIÓN DE LA SIERRA
NOR-CENTRAL DEL PERÚ.
Carolina Orsini
Universidad de Bologna ................................................................................................... 161
WAULLAC Y EL INTERMEDIO TEMPRANO EN EL CALLEJÓN DE HUAYLAS
Lilyan Soto Verde
Universidad Nacional Mayor de San Marcos ................................................................ 175
HONCO PAMPA: ARQUITECTURA DE ÉLITE DEL HORIZONTE MEDIO EN EL CALLEJÓN DE
HUAYLAS
Hartmut Tschauner
Universidad de Harvard .................................................................................................. 193
PATRONES DE ASENTAMIENTO Y CAMBIOS EN LAS ESTRATEGIAS DE OCUPACIÓN
EN LA CUENCA SUR DEL RÍO YANAMAYO. CALLEJÓN DE CONCHUCOS
Alexander Herrera Wassilowsky
Universidad de Cambridge ............................................................................................... 221
ARQUEOLOGÍA DEL VALLE DEL PUCHCA:ECONOMÍA,COSMOVISIÓN Y SECUENCIA ESTILÍSTICA
Bebel Ibarra Asencios
Instituto Cultural Rvna ..................................................................................................... 251
SITIOS ARQUEOLÓGICOS EN LOS DISTRITOS DE CHAVÍN, HUÁNTAR Y SAN MARCOS
Wilhelm Diessl
Sociedad Austriaca de Investigaciones sobre América Latina ........................................ 331
EXPLORACIONES ARQUEOLÓGICAS EN LA CUENCA ALTA DEL RÍO SANTA
Angélica Alcalde
Universidad Nacional Mayor de San Marcos ................................................................ 371
ANTIGUAS OCUPACIONES HUMANAS EN CUSPÓN: PROVINCIA DE BOLOGNESI
Arturo Ruiz Estrada .............. ........................................................................................ 405
Universidad Nacional Mayor de San Marcos
CERRO CASTILLO: UN ASENTAMIENTO DEL INTERMEDIO TARDÍO EN HUARI
Noemí Ortiz Castillo ....................................................................................................... 417
Universidad Nacional Mayor de San Marcos
SISTEMA VIAL Y ASENTAMIENTOS INCA EN LA PROVINCIA DE HUARI
Eberth Serrudo Torobeo
Universidad Nacional Mayor de San Marcos ................................................................ 429
7
PUEBLO VIEJO: UN CENTRO ADMINISTRATIVO INCA EN EL CALLEJÓN DE HUAYLAS
Henry Tantaleán y Carmen Pérez Maestro
Univ. Autónoma de Barcelona – Univ. Complutense ................................................... 445
ESPACIO GEOGRÁFICO Y ORGANIZACIÓN DE LOS GRUPOS ÉTNICOS EN EL
CALLEJÓN DE CONCHUCOS: SIGLOS XVI – XVII.
Miguel León Gómez
Universidad de Columbia ................................................................................................. 457
EL SITIO DE RAPAYÁN Y SU DIVERSIDAD ARQUITECTÓNICA DURANTE LOS PERIODOS TARDÍOS
Alexis Mantha y Hernando Malca
Universidad de Montréal - Universidad Nacional de Trujillo ........................................467
BIBLIOGRAFÍA ...................................................................................................................... 489
8
El patrimonio Cultural del Perú es igualado solo por pocos países y los
antiguos restos de la sierra de Ancash están entre los más impresionantes.
Esto fue notado ya en el siglo XIX cuando viajeros como Antonio
Raimondi, Charles Wiener y Ernest Middendorf cruzaron valles y
montañas visitando Chavín de Huántar y otros importantes sitios. La
importancia de la prehistoria de Ancash fue confirmada por los
resultados de las exploraciones y excavaciones de Tello en 1919, y luego
desarrollada por él a lo largo de las tres décadas siguientes, en proyectos
tales como Exploraciones en la cuenca del río Puchka en el Alto Marañón
en 1934, Exploraciones y excavaciones en el Callejón de Huaylas en 1939.
Es asombroso que después de casi un siglo, la arqueología de la sierra de
Ancash permanece en un estado relativamente poco desarrollado.
Su lento progreso o desarrollo se ha debido en parte por el tradicional
énfasis en la arqueología de la costa peruana. Esta inclinación establecida
por Max Uhle y seguida pro las siguientes generaciones de arqueólogos
venidos de Lima, Trujillo, Berkeley, Cambrigde y otros lugares; reflejo
de la orientación costeña en el Perú Contemporáneo es el incremento
del poder político y económico que es concentrado en la capital y en las
grandes ciudades costeras. Después de la muerte de Tello las dificultades
prácticas para llevar a cabo proyectos en la sierra han tenido un fuerte
impacto en el desarrollo de estos. No obstante esos obstáculos empezaron
a ser superados durante los 60’ y 70’ en la sierra de Ancash por las
investigaciones de Amat, Vescelius, Lynch entre otros.
Desafortunadamente esta tendencia fue interrumpida por la inestabilidad
política y enfrentamientos civiles de la década del 80 e inicios de los 90’.
PROLOGO
9
Solo con la restauración de la paz en el interior el país las investigaciones
se han incrementado gradualmente y la última década ha sido buena
para el desarrollo de nuevos proyectos, tanto por veteranos y jóvenes
arqueólogos de campo.
La presente publicación bajo la edición de Bebel Ibarra, ahora ya en una
segunda edición, representa un importante paso para el desarrollo de
un nuevo entendimiento arqueológico de la prehistoria de Ancash. Un
punto importante de esta publicación es de brindarnos de una manera
conjunta los trabajos de varias generaciones de arqueólogos tanto
peruanos como extranjeros. Esto incluye las contribuciones de profesores
pioneros como Hernán Amat, Arturo Ruiz y Alberto Bueno, quienes
estuvieron conduciendo investigaciones ya en las décadas de los 60’ y
70’. Hay también trabajos como los de Steven Wegner, que se realizaron
a finales de los 70’ pero que no fueron publicados por la interrupción de
las investigaciones debido a la inestabilidad política de la época. Lo más
excitante es: todos los artículos publicados por jóvenes investigadores,
quienes llevaron a cabo investigaciones a lo largo de la última década.
Estas investigaciones formaron parte de trabajos de tesis, informes de
recursos culturales o de proyectos del gobierno. Es notable que muchas
de las recientes investigaciones están relacionados con la carrera de
arqueología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Amplias regiones han sido cubiertas en esta publicación, los trabajos de
Bueno, Soto, Burger, Tantalean y Pérez, Alcalde y Tschauner tratan sobre
el Callejón de Huaylas, mientras que Amat, Ibarra, Diessl, Ortiz y Serrudo
se concentran en la cuenca del Mosna-Pushca. Herrera discute sobre la
cuenca del Yanamayo, y Ruiz sobre las partes altas del valle del río
Pativilca. El rango de tiempo abarcado en esta publicación es excepcional,
Bueno trata sobre el Precerámico, Burger y Diessl se centran en el
Formativo (Período Inicial y Horizonte Temprano), y muchos artículos
incluyendo Orsini y Amat están focalizados en el Período Intermedio
Temprano - Cultura Recuay (Amat, Orsini y Soto). La publicación
también contiene trabajos sobre el poco conocido Horizonte Medio (Lau
y Tschauner), el Período Intermedio Tardío (Ortiz) y el Horizonte Tardío
(Serrudo, Tantalean y Pérez y León).
10
La diversidad y el rango de los artículos del mismo modo se extienden a
las fuentes de la evidencia. Las Técnicas de campo utilizadas varían
desde prospecciones, como las empleadas por Herrera e Ibarra, hasta
las excavaciones intensivas, como las de Bueno y Lau. El trabajo de Miguel
León de gran interés para los arqueólogos está basado en datos
provenientes en mayor parte de documentos históricos.
La diversidad de trabajos hacen posible tener una amplia compresión
de la visión de la arqueología de la sierra de Ancash. La historia
prehispánica revela ser una hazaña cultural, cambios radicales en la
economía y organización política y cambios en las relaciones con su
vecinos de la región. Ibarra y sus colegas están poniendo las bases para
investigaciones futuras en esta zona aún desconocida. A juzgar por este
volumen el nuevo milenio promete ser la edad de oro de la arqueología
en la sierra de Ancash.
Richard L. Burger
Yale University
11
INTRODUCCION
A partir de la última década la región de Ancash a sido objeto de numerosas
investigaciones arqueológicas, que aún continúan; la gran cantidad de sitios
registrados hasta la fecha, afirman que este territorio es una de las regiones
más densas en cuanto a sitios arqueológicos, sitios que se extienden por las
diversas épocas o períodos del desarrollo prehispánico.
La primera edición de este libro fue un gran aporte para la arqueología
peruana, razón por la cual, en esta oportunidad hacemos llegar al lector
esta segunda edición ampliada y corregida, esperando seguir avanzando
hacia nuestro propósito de ampliar el conocimiento de nuestro pasado, con
el cual lograremos el desarrollo de nuestra identidad y la protección del
patrimonio cultural.
Es a partir del siglo XIX que se señala la importancia de la región de Ancash,
acrecentándose los trabajos científicos en los años posteriores (siglo XX y
los del presente siglo), surgiendo más preguntas que respuestas sobre
aspectos que en algún momento se daban por resueltos tácitamente.
Iniciamos con el período precerámico donde los trabajos de Grieder y Bueno
en el sitio de La Galgada, aportaron valiosos datos sobre la tradición
religiosa de fogones con ventilación, los cuales se halla además en otros
sitios, como Huaricoto, Kotosh y Piruro, siendo una incógnita aún el orden
del desplazamiento de esta tradición, por un lado (Bueno en este volumen
pp 67) señala que a esta tradición se inicia en La Galgada y luego se desplaza
hacia otros lugares, cuyos fechados son casi contemporáneos, teniéndose
las fechas Tx – 2463: 2,260 +/- 187 20 a.C. para La Galgada (Bueno 1981: 53)
y la fecha GaK-766b 1950 +/- 100 para Kotosh (Onuki 1994: 74), mientras
que para Piruro se tiene un fechado de 2500 a.C. sin identificación (Bonnier
et al 1985: 100). Si tenemos en cuenta que todos los fechados están sin
calibrar, deja un margen muy estrecho para asumir desplazamientos, en
especial en épocas tan tempranas. Como resultado los problemas de fechados
se convertirán en un tema de debate en los próximos años, con los nuevos
métodos de calibración de los mismos.
12 Introducción
Los trabajos que actualmente lleva a cabo Bueno en el monumental sitio de
Tunshucaiko, cuya cronología se remontaría entre los 2550 – 1600 a.C.
esperamos puedan dar a conocer las similitudes entre este sitio y La Galgada
para esta época. Esperaremos hallar un pozo con fogón central en
Tunshucaiko o simplemente las huellas de incineraciones de ofrendas?; tal
como sucedió para Huricoto, donde la tradición religiosa no se interrumpió
durante unos 2000 años, inclusive en la época Chavín (Burger en este volumen
pp. 49). En el trabajo de Burger vemos que la cerámica aparece en la sierra
de Ancash hacia los 1800 a.C. con el estilo Toril, fragmentos de este estilo
han sido reportados en la región de Conchucos en el sitio de Huarijircan en
Huari (Amat 1974: 89, 124).
En el Formativo Medio u Horizonte Temprano, período que corresponde a
Chavín, las secuencias estilísticas obtenidas (Burger 1998, Lumbreras 1989,
1993), provienen del Templo de Chavín y sus alrededores, nuestras
prospecciones en las micro cuencas del Huaritambo, Rurichinchay, y Pushka,
revelan la casi total ausencia de material netamente Chavín, lo que
significaría que correlacionar secuencias en una misma mircroregión no es
posible. Ya que la secuencia estilística que se maneja, se cumple sólo para
Chavín y sus alrededores, pues 10 Km fuera de esa área el panorama es
diferente, es necesario trabajos de secuencia estilística correlacionadas con
fechados radiocarbónicos para poder establecer secuencias a nivel regional
o micro regional. Más aún con los problemas de cronología que presenta el
templo de Chavín de Huántar, Rick manifiesta no existir evidencia confiable
para esta cronología (1998:208). En resumen ¿podremos considerar la
secuencia estilística cerámica de Chavín de Huántar como un reflejo en la
cuenca del Pushka?.
Las investigaciones sobre el Intermedio Temprano, caracterizado por la
presencia de la Cultura Recuay, ha sido abordado en los últimos años (Lau
2000, 2001, Orsini 2001, Gero 1999), llegando a desarrollarse temas sobre
iconografía, cosmovisión, manejo de espacios, entre otros. Acerca de la
cronología Wegner manifiesta que hay dificultad de inferir diferencias
temporales dentro del estilo Recuay, dado que no existen mayores datos
acerca de la procedencia de los contextos funerarios y de excavaciones
llevadas a cabo en basurales o sitios de habitación. La mayor parte de las
piezas cerámicas expuestos en los diversos museos provienen de contextos
funerarios, sean excavados como es el caso de Pashash (Grieder 1978) o
simplemente reunidas por los pobladores de contextos desconocidos
(Wegner 2001: 11).
13Introducción
En este período numerosos asentamientos han sido registrados tanto para
el Callejón de Huaylas (Lau, Alcalde, Soto y Wegner en este volumen) como
para la región de Conchucos (Amat, Orsini, Herrera, Diessl e Ibarra en este
volumen), notándose en el Callejón de Huaylas la existencia de
asentamientos fortificados, además de armas líticas (Lau en este volumen
pp. 138). Para la región de Conchucos, específicamente en el valle de Chacas,
Orisni (en este volumen pp.167), reporta la presencia de asentamientos
fortificados en las punas; Herrera (en este volumen pp. 237-238), reporta
asentamientos de puna, al parecer no fortificados. Para la cuenca del Pushca
los asentamientos ocupan las laderas, no habiéndose encontrado sitios
fortificados para este período (Ibarra en este volumen pp. 268-271).
Amat menciona la presencia de un sitio fortificado llamado Upayacu muy
cerca a San Marcos (Amat 1974: 231), pero luego señala el mismo sitio, como
un adoratorio, sin mencionar las características de fortaleza (Amat 1976:
198). Nuestra visita al lugar, nos lleva a confirmar que dicho se trataría de
un «Adoratorio». Como conclusión vemos que en la región de Conchucos,
sólo los asentamientos de puna en la zona de Chacas son fortificados, siendo
Chacas una de las zona de transito entre Conchucos y Huaylas. Se desconoce
las características de los asentamientos para la zona de Pashash.
Un aspecto interesante ha surgido a partir de la Mesa Redonda de
Arqueología de la Sierra de Ancash (realizada en Cambrigde en 2003) es el
estudio de las estructuras funerarias, y una clasificación consensuada de las
mismas. Al margen de la clasificación, lo notable es que desde el Intermedio
Temprano al Horizonte Medio, el patrón de soterrados o tumbas
semisubterráneas, varia hacia chullpas, desconociendo las características de
las tumbas en el Horizonte Temprano, aunque se ha ubicado una tumba
que correspondería a este período, (Herrera, comunicación personal 2003)
la cual consiste es una cista de planta rectangular a ovoidal (Herrera, Lane
y Advincula 2002), y en La Galgada, (Grieder, 1997:112) señala la existencia
de tumbas en el montículo norte para el período precerámico.
Por otro lado, la cerámica es un indicador para determinar la extensión de
Recuay, la cerámica Recuay se caracteriza por poseer pasta caolinita, con
decoración en pintura negativa, cuyos diseños (como los señala Wegner
pp.127 – 133) son mayormente geométricos (rombos, líneas, ondas) y motivos
estilizados (Amat pp. 118). Sin embargo, vemos que la cerámica que procede
de la parte más oriental del área de Conchucos, (es decir cerca al río Marañón)
es diferente, a pesar de la pasta de caolín (Herrera comunicación personal
2003, Ibarra ms). Alcalde ( en este volumen pp. 400), plantea la hipótesis
acerca de la difusión de la cerámica Recuay, proponiendo que ésta se
difundió desde Pallasca hacia el Callejón de Huaylas al sur, apoyando la
14
Introducción
propuesta anteriormente planteada por Bueno (1989:42). Examinando los
fechados existentes para ambos extremos, tenemos en Pashash el fechado
Tx-1332, 1610+/- 1700 [243 – 638 d.C. sigma 1] y para Chinchawas el fechado
AA32365, 1710+/-50 [256 – 408 d. C. Sigma 1], lo cual nos indica que dichos
sitios son contemporáneos; la cerámica Kayán está asociada a la cerámica
de estilo Recuay (Lau 2001: 23), mientras que en Pashash corresponde a la
sub-fase Quimit de Recuay. Por lo tanto la no es posible que ésta se halla
desplazado de norte a sur.
Un período muy discutible es el Horizonte Medio y la Expansión Wari, a
raíz de la publicación del Coloquio Wari – Tiwanaku (Lima 2002), vemos que
el estado de las investigaciones apuntan a reducir cada vez más el área de
influencia Wari, y afirmar la existencia de Estados independientes. Un sitio
asignado a este período es Honcopampa, ubicado en el Callejón de Huaylas,
estudiado por Vescelius y Amat en la década de los 60 (Buse 1965),
posteriormente excavado por Isbell (1989, 1991) y Tschauner (en este
volumen pp. 193-220). Al respecto, Isbell sostenía que las formas de patios
concentrados y estructuras en forma de «D» era suficiente indicador como
afiliarlo a Wari, mientras que Tschauner en un análisis de la mampostería, y
de las formas arquitectónicas existentes en el sitio, llega a concluir que
Honcopampa tiene más diferencias que similitudes con Wari, por ello plantea
que este centro sería la sede de un señorío local durante el Horizonte Medio
y comienzos del Intermedio Tardío.
En las excavaciones de Isbell (1991) se revela la presencia de cerámica Recuay
hecha de caolinita, lo cual nos sugeriría la antigüedad del sitio. Por otro
lado Tschauner (en este volumen pp. 218) señala que un rasgo significativo
de Honcopampa es la presencia de chullpas, las cuales no existen reportes
de su presencia en la región de Ayacucho. Lau (2002: 279-304) señala que la
presencia de chullpas, durante el Horizonte Medio en el Callejón de Huaylas,
es una demostración del poder de los señores locales frente a la influencia
Wari, poder que se va traducido en la representación en algo tan importante
como el culto a los ancestros -como una manera de inmortalizarlos-.
En la cuenca del Pushka, los asentamientos exclusivamente del Horizonte
Medio no han sido identificados, igual sucede en la cuenca del Yanamayo
(Herrera en este volumen); nuestras excavaciones en el sitio de Chuspijirka,
revelan estructuras en forma de «D» cuya forma es el resultado de
ampliaciones y adhesión de muros, esperamos en los próximos años contar
con más información.
15
Introducción
Bebel Ibarra Asencios
Lima, Octubre 2004
El estudio de los períodos tardíos, es poco realizado y difundido, a pesar
de la gran cantidad de asentamientos, debido a un problema, sucede que la
cerámica (elemento que nos permite hacer asociaciones cronológicas) es muy
escaso, pues la mayoría son fragmentos «toscos» con escasa decoración,
sumado a que las características de los asentamientos son muy similares lo
que dificulta hacer asociaciones entre estos con determinados grupos étnicos.
El trabajo de León Gómez es pionero pues aporta importantes datos sobre
los grupos étnicos a finales del siglo XVI, en base a documentos históricos;
que nos ayudan a tener un punto de apoyo para la diferenciación
arqueológica de los distintos grupos étnicos.
Participantes en la Mesa Redonda de Arqueología de la Sierra de Ancash llevada a cabo el 10 de
diciembre del 2003 en Cambrigde - Inglaterra. De izquierda a derecha Whilhem Diessl,
Kevin Lane, Nathaniel Van Valkenburg, George Lau, Gabriel Ramón, Alexander Herrera,
Carolina Orsini, Claudia Grimaldo y Bebel Ibarra.
16
17
INTRODUCCIÓN
Huaricoto uno de los centros ceremoniales más antiguos de Sudamérica, tiene la
más grande historia documentada de cultos religiosos. Este pequeño montículo
artificial está ubicado sobre una pendiente profunda de la Cordillera Blanca, en el
centro del Callejón de Huaylas, uno de los valles más grandes y productivos de la
sierra del Perú; el Callejón de Huaylas es conocido por tener rol económico y político
importante en el Perú prehispánico. Huaricoto (2750 m.s.n.m.) tiene un clima helado
durante todo el año y las cumbres glaciares proveen agua para la irrigación de las
tierras aledañas durante casi todo el año. Las zonas fértiles son usadas para el
cultivo de maíz y otros granos de la zona quechua (Pulgar Vidal n.d). Las
excavaciones realizadas en Huaricoto entre 1978 y 1980 descubrieron una serie de
13 construcciones superpuestas hechas para la incineración de ofrendas bajo la
tierra, estos rasgos se mantuvieron entre los 2200 a. C. y 200 a. C. Otros centros
religiosos con rasgos arquitectónicos similares también han sido descubiertos en
los andes occidentales (La Galgada),hacia el oriente (Kotosh) y en los valles
interandinos (Huaricoto y Huacaloma) (Fig. 1). Esasíqueunextensosistemareligioso
seiniciaenelPeríodoPrecerámicoTardíoyahoraconocidocomolatradiciónreligiosa
Kotosh (Burger y Salazar Burger 1980).
Las creencias y rituales asociados con esta tradición son pobremente
comprendidos o entendidos, pero un rasgo que se repite es la inusual limpieza de
las áreas ceremoniales, quizá como una expresión de la pureza que el lugar
representó. No sólo los pisos y las edificaciones estaban limpias, sino también la
arcilla y los depósitos de piedras usadas para enterrar las ofrendas religiosas
estaban libres de desechos. Cualquiera que sean los conceptos específicos
implicados, esta situación particular de depósito constituyó el mayor obstáculo
para la formulación de una secuencia cultural en Huaricoto (Burger y Salazar
Burger, l985). Sólo durante la fase final fue posible que aisláramos y excaváramos
muestras estratificadas de desechos contemporáneos a la arquitectura religiosa.
CAMBIOS ESTILÍSTICOS Y DESARROLLO
CULTURAL EN HUARICOTO
Sierra Nor-central del Perú
RICHARD L. BURGER
Universidad de Yale
richard.burger@yale.edu
18
Este artículo presenta el análisis de las colecciones Huaricoto, depositadas
en el Museo Regional de Huaraz, y considera sus implicancias para la Prehistoria
Peruana temprana.
El Templo Huaricoto fue utilizado en el momento en que la civilización
peruana apareció en la costa del Pacífico y en Chavín de Huántar. Esto podría ser
interpretado como el proceso cambiante de una organización social, económica y
religiosa en el Callejón de Huaylas, localizado entre ambas (costa y Chavín de
Huántar), pudiendo ser crítica para entender la relación entre las civilizaciones
tempranas de la costa y de la sierra. La secuencia de Huaricoto es la primera en ser
delineada para el Callejón de Huaylas y como tal, también proporciona la primera
imagen de la dinámica interna de esta transformación crítica.
La primera secuencia de cerámica de Huaricoto se compone de dos estilos
del Período Inicial, Toril y Huaricoto, seguido por tres estilos del Horizonte
Temprano, Capilla Temprano, Capilla Tardío y Huarás (Fig. 2). El estilo Huarás y
otros estilos post-Chavín del Callejón de Huaylas han sido descritos en anteriores
investigaciones (Bennett 1944).
Julio C. Tello (1960: 27,36) recuperó materiales de Chavín en el sitio de
Pomakayan en Huaraz, pero nunca publicó esos resultados. Wendell Bennett
(1944) excavó varios sitios en el Callejón de Huaylas en 1938, pero nunca encontró
ocupaciones Chavín o pre-Chavín. Gary Vescelius y Hernán Amat fueron los
primeros arqueólogos en descubrir depósitos de cerámicas que datan del período
Inicial Temprano en el Callejón de Huaylas. Asociados al Proyecto Cornell Vicos,
ellos iniciaron su investigación en la región de Marcará en 1961 y en sus
inspecciones ubicaron un número de
sitios tempranos, incluyendo
Huaricoto. En Huaricoto, en el corral
usado para los toros antes de la
corrida anual (el Toril), una
excavación reveló 7 m. de materiales
culturales, incluyendo un estilo del
Período Inicial Temprano que ellos
denominaron Toril. Desafortuna-
damente sus descubrimientos sólo
fueron publicados de forma abre-
viada (Buse, 1965: 328-333, Lanning,
1967: 92-93, Patterson, 1971: 37-40).
Sin embargo, Vescelius y Amat
proveyeron información que facilitó
nuestras excavaciones. En recono-
cimiento a su trabajo, sus términos
«Toril» y «Capilla» han sido
mantenidos, aunque la presente
secuencia está basada únicamente en
el análisis de las colecciones de
nuestras excavacionesde1978a1980.
Lima
Cuzco
Iquitos
Cajamarca
Arequipa
Huaca Loma
La Galgada
HUARICOTO
Chavín de Huántar
Kotosh
BRASIL
BOLIVIA
COLOMBIA
ECUADOR
OCEANO
PACIFICO
Fig. 1 Centros Religiosos en los Andes del Perú
Cambios estilísticos y desarrollo cultural en Huaricoto
19
ESTILO TORIL
La cerámica del estilo Toril estaba aislada a sólo unos cuantos metros de donde
Vescelius y Amat habían recuperado materiales similares. (H. Amat comunicación
personal). Esta es una de las partes más profundas del lugar y los materiales
culturales en esta fosa o trinchera alcanzaron una profundidad de 6 m. La cerámica
de estilo Toril estaba absolutamente ausente en la superficie y otras excavaciones.
Los materiales de la fase Toril estaban sobrepuestos a una plataforma Pre-Cerámica
Tardía y a artefactos de la fase Chaukayán. Las capas de roca conteniendo las
cerámicas distintivas del estilo Huaricoto estaban tendidas sobre los materiales
estilo Toril. Los materiales orgánicos no carbonizados estaban asociados con la
Fig. 2 Cronología de las ocupaciones y estilos cerámicos tempranos en Huaricoto y otros sitios
de los andes peruanos
Cronología Cronología C14 Chavín de
Relativa sin corregir Huántar
Kotos h
Huarás Huarás Sajara -
Horizonte 200 a.C. Patac
Temprano Late
Capilla Kotosh
Chavín
600 a.C. Early Capilla
Urabarriu
1000 a.C. Kotosh
Kotosh
Período 1400 a.C.
Inicial
Kotosh
W airajirca
1800 a.C.
Período Kotosh
Precerámico Mito
Tardío 2200 a.C.
Toril
Chaucayán
Huaricoto Kotosh
Janabarriu
Chakinani
Huaricoto
Richard L. Burger
20
cerámica Toril y no con los fechados radiocarbónicos para hacer esto más útil.
Sobre la base de su posición estratigráfica y las comparaciones con otras secuencias
conocidas, la fase Toril puede ser tentativamente asignada al Período Inicial
Temprano (1800 a 1400 a.C.) La siguiente descripción está basada en una muestra
de 1133 fragmentos de los cuales sólo 60 son bordes. La cerámica Toril fue hecha
pobremente, rara vez decorada y en pocas formas.
Formas
Los fragmentos de los bordes recuperados son específicamente de ollas sin cuello
(i.e. vasijas globulares con lados convexos y un borde recto) que probablemente
sirvieron para cocinar y como tazones de poca profundidad. No hay evidencia de
jarras, botellas o platos planos. El 82% de los bordes pertenecen a ollas sin cuello,
probablemente fue la forma dominante usada en el lugar. Ollas sin cuello fueron
producidas: una pequeña con una entrada cuyo diámetro era de 11 a 15 cm. y otra
mediana con un entrada cuyo diámetro era de 18 a 23 cm. Cuatro ejemplares de
ollas sin cuello aparecen en la colección del estilo Toril.
Ollas sin Cuello
Olla sin Cuello 1 (Fig. 3) .- Tiene una inflexión o dobladura distintiva debajo del
borde. Su forma recuerda a una botella trunca en forma de calabaza, las paredes
son delgadas, el grosor del cuerpo está entre 3 a 5 mm. y el borde promedia 3 mm.
Las vasijas son uniformemente pequeñas, con un diámetro de entrada de sólo 13
cm. (extensión 11 a 14 cm.).
El exterior fue pulido por un material metálico sin purificar que contenía
azufre o por pequeñas capas de barniz, dejando una superficie ligeramente irregular
con huellas débilmente visibles. Una delgada franja roja era aplicada en algunas
vasijas antes de ser quemadas, pero el color de la superficie de éstas y otros vasijas
muestran una considerable variación causada por desiguales condiciones del
quemado u cocción. Son algo comunes sombras (del fuego) especialmente cerca al
borde. La oxidación era el modo de cocción dominante y consecuentemente, la
mayoría de fragmentos eran rojos o anaranjados. Estas inclusiones (no plásticas)
en el cuerpo son grandes, incluyendo granos medianos (0.25 a 0.5 mm.) y gruesos
granos minerales (0.5 a 1mm.). Algunas de estas inclusiones son cuarzos o cristales
de roca, que tenían una inversión de 573º C de temperatura. Durante la cocción, los
cambios de volumen de las inclusiones de cuarzos fueron bien marcadas en la
fabricación de vasijas delgadas y producían grietas radiales y un menor descascaro
de la superficie (Rye, 1981: 107, 114). El interior estaba terminado con un pulido
desigual.
Olla sin Cuello 2 (Fig. 4).- Tiene hombros altos y el borde siempre delgado. El
exterior de estas vasijas es generalmente de un color gris muy oscuro por la
reducción y tiznado. La superficie externa usualmente era pulida terminando en
mate compacto y las marcas estaban en el lado izquierdo de la superficie desigual.
El interior por ser la mayor parte era limpiado para crear una superficie lisa, aunque
Cambios estilísticos y desarrollo cultural en Huaricoto
21
algunos estaban incompletamente pulidas. Los fragmento de la Olla sin Cuello 2
despliega el mismo efecto de cocción descrito para las Ollas sin Cuello 1. Estas
vasijas eran algo delgadas, con el borde principal de 4.5 mm. y el cuerpo de 4.6 mm.
de grosor. Algunos de los bordes reparados eran lo suficientemente grandes como
para determinar su diámetro: tres fragmentos produjeron medidas de 13 cm. y dos
de 23 cm.
La Olla sin Cuello 3 (Fig. 5).- Tiene hombros medianos, sin inflexión debajo del
borde. El acabado de estas vasijas varía de las dos formas arriba descritas. El
exterior era rojo y oxidado a pesar de tener nubes de fuego y tiznado, la coloración
roja usualmente es visible. La superficie es pulida a un mate final y no termina en
marcas de despliegues o grietas en forma de estrellas. El interior que corresponde
al 42% de la muestra, es raspado y áspero, mientras que el resto está
incompletamente pulido o ligeramente liso. Los dos tamaños de estas ollas varían
desde 12 a 15 cm. y de 18 a 22 cm. de diámetro. Los bordes promedian 5.4 mm. de
espesor, a menudo 1 mm. más que en el resto de las vasijas.
Olla sin Cuello 4 (Fig. 6).- Tiene hombros pequeños y un borde decorado. La
decoración es reconocida por la forma alta y, algunas veces por los cortes poco
profundos en el borde plano hechos cuando la vasija estaba en estado cuero. Un
borde áspero irregular fue hecho cuando la arcilla estaba casi seca. El tratamiento
de la superficie varía considerablemente. En los dos vasijas el borde era adornado
en un estado seco y el rasgado exterior era áspero, picado y ligeramente desigual.
Otras vasijas están desigualmente pulidas o de un liso limpio. Muchas muestran
huellas de franjas rojas, frecuentemente borradas por una reducción de un último
minuto, formas de nubes quemadas o tiznado. El interior de muchas de estas vasijas
es rasgada y áspera, ambas superficies, interior y exterior son mate. A pesar de la
pequeña muestra, hay evidencia de una pequeño vasija de 14 cm. y otra de un
tamaño más grande promediando de 19 a 21 cm. El grosor de los bordes mide 5.8
mm. La ausencia de grietas en forma de estrellas es probablemente debido al
moderado espesor de estas vasijas.
Tazones
El Tazón 1 (Fig. 8) .- Es una vasija de poca profundidad con paredes delicadamente
convexas, con un ángulo no muy claro y un fondo ligeramente cóncavo que recuerda
a las calabazas. Todas las muestras tienen bordes directos y labios planos. Sólo
uno de los tazones tiene un mate al exterior; la excepcional pieza fue pulida y tenía
un ligero lustre con marcas de un acabado altamente visible. El tratamiento del
interior es similar al exterior, pero ligeramente más áspero, en las tres vasijas la
superficie interior pudo haber sido rasgada antes de ser frotada ligeramente. Los
dos fragmentos del tazón con bordes lo suficientemente grandes como para
determinar el tamaño muestran 15 cm. de diámetro. El grosor promedio de éstos es
de 4 a 6 mm. en el borde y 5 mm. en el cuerpo.
Richard L. Burger
22
Tazón 2 (Fig. 7).- Es un vasija poco profunda con paredes rectas convergiendo (o
dirigiéndose a un mismo punto) en un ángulo agudo (55 a 65º). El exterior es
pulido o liso con una superficie mate y el interior siempre era tratado con un
cuidado ligeramente menor que el exterior. Por ejemplo, el interior de las piezas
con exterior liso eran simplemente rasgadas y ligeramente ásperas. No es posible
distinguir si el tratamiento interior de los tazones estilo Toril y las ollas sin cuello
suponen diferentes funciones. Los fragmentos de los bordes del Tazón 2 y los
ángulos básicos son extremadamente raros. Un fragmento de borde indica un
diámetro de 15 cm. y un fragmento sugería la existencia de alguna pieza más
grande quizá de 22 cm. Estos tazones eran de 4.5 a 6 mm. de grosor, con un borde
promedio de 4.5 mm.
Fig. 3 Olla sin cuello 1; Fig. 4 Olla sin cuello 2; Fig. 5 Olla sin cuello 2; Fig. 6 Olla sin cuello
4; Fig. 7 Tazón 1; Fig. 8 Tazón 2; Fig. 9 Aplicaciones incisas.
ESTILO TORIL
Cambios estilísticos y desarrollo cultural en Huaricoto
23
Decoración
La decoración es rara en la fase Toril sólo el 0.3% de la muestra. En todo caso, la
decoración parece haber sido aplicada en la mitad o en el exterior inferior de las
Olla sin Cuello 1 y 2; tres fragmentos muestran una banda aplicada con cortes
profundos hechos mientras la arcilla aún estaba húmeda (Fig. 9). Otro fragmento
tiene un corte y dos puntuaciones profundas hechos con un fino punzón (1 mm) en
zonas. Un fragmento de la fase Toril muestra dos líneas paralelas cortadas dentro
de la superficie exterior y hechas antes que la vasija sea cocida. No esposible deter-
minar si estas marcas fueron parte de un patrón de decoración intencional o si fueron
el resultado de un daño o una modificación casual post-productiva.
ESTILO HUARICOTO
La cerámica de la fase Huaricoto fue hallada en varios lugares. Uno fue relativa-
mente importante porque define la cronología relativa a causa del enorme tamaño
de las muestras (2132 fragmentos) y su ambiguo contexto estratigráfico entre el
lecho más bajo, conteniendo fragmento Toril y los lechos superiores asociados con
el estilo Capilla Tardío.
La colección de cerámica del estilo Huaricoto se asemeja a la del estilo Toril,
en su ordenamiento, lo limitado de sus formas y la continuada predominancia de
ollas sin cuello y tazones con bordes simples. Por otro lado las técnicas decorativas
son más amplias, (1.1% en Huaricoto y sólo 0.3% en el estilo Toril). Las claras
dificultades técnicas de la producción de cerámica en la colección Toril aparente-
mente habían sido resueltas en la fase Huaricoto. La forma de nubes quemadas no
es frecuente y las rajaduras en forma de estrellas están totalmente ausentes. La
cerámica del estilo Huaricoto es más elaborada y comparable en calidad con otros
estilos alfareros del Período Inicial Tardío en los Andes Peruanos.
Forma: Ollas sin Cuello
Las ollas sin cuello son la forma más popular en el estilo Huaricoto, incluyendo el
49% de una de las muestras. Las ollas sin cuello de la fase Huaricoto son general-
mente mejor acabadas y más frecuentes que el estilo Toril.
Olla sin Cuello 1.- Son sustancialmente menos populares en la fase Huaricoto y
éstos constituyen el 0.4% de los fragmentos de los bordes. Las descripciones de
muchas de estas piezas corresponden a la fase precedente, a excepción de un
fragmento que presenta un modo diferente de modificación del borde (Fig. 10). Esta
pieza única, tiene un labio grueso de 7mm. y el grosor del cuerpo de 5mm. dimensio-
nes significativamente más grandes que aquellos fragmentos de las Olla sin Cuello
1 de la fase Toril. Sin embargo, el diámetro de la entrada es de 14 cm. y el mate
quemado y nublado rojizo de la superficie de esta pieza no se diferencia de los
vasijas del estilo precedente.
Richard L. Burger
24
La Olla sin Cuello 4 y 3.- Tienen lados bajos y relativamente verticales bien ordena-
das para la decoración. El ángulo de la pared se ubica de 45 a 70 º. Estas formas
difieren de su antecesora; Olla sin Cuello 3 es más grande, gruesa, mejor acabada,
frecuentemente adornada con gracia e incorporando nuevos maneras en la modifi-
cación de sus bordes. El diámetro de la boca de las Olla sin Cuello 4 promedia entre
20 a 30 cm. y el grosor de las paredes de 5 a 9 mm. El exterior de éstas generalmente
es pulido con una superficie lisa regular y un bajo lustre o mate final. Las líneas
horizontales pulidas usualmente son visibles y la cubierta a menudo es incomple-
ta. Las franjas rojas han sido aplicadas al exterior en un 88% de la muestra, pero
ocasionalmente estaban limitadas por una franja alrededor de la boca (Fig. 11a). El
interior de las vasijas no están cuidadosamente acabadas y tienen una superficie
irregular áspera con finas estrías o ranuras producto de un frotado final o raspadu-
ras.
Una pequeña proporción de las Ollas sin Cuello 4 están decoradas. El modo
más común de decoración es una banda sombreada debajo del borde y sobre el asa.
Esta banda generalmente está ubicada de 8 a 13 mm. debajo de la boca y formada
por dos incisiones paralelas construyendo un campo horizontal llenado con inci-
siones oblicuas paralelas (Fig. 11b). Las bandas no están estandarizadas en ancho
o composición. La orientación y espacio del sombreado varía. Las líneas sombreadas
pueden ir de izquierda a derecha o viceversa, y sus direcciones oblicuas se ubican
de 20 a 70º o de 110 a 160º. Las líneas anchas eran grabadas cuando la vasija estaba
en estado cuero. En algunas bandas, las secciones sombreadas y las sombras traza-
das se alternan. Algunos vasijas parecen haber sido decoradas con bandas exclusiva-
mente llenadas con sombras trazadas (Fig. 11c).
Frecuentemente, las incisiones sobre las ollas sin cuello oscuras estaban cu-
biertas por un pigmento rojo post-cocción (Fig. 11d). Alternativamente, los vasijas
eran rojas, luego que las bandas habían sido incisas, pero las áreas sombreadas
eran dejadas sin pintar, de modo que luego de la cocción, el tostado y el oxidado el
color natural de la banda contrastaba con la superficie roja sobre y bajo ésta (e.g. Fig.
11b). La banda decorada a menudo era dejada sin pulir, por medio de esto, creaban
un contraste de textura con las zonas cercanas. Una pieza de Olla sin Cuello 4
presentan una banda cubierta con pequeñas incisiones verticales en forma crecien-
te, probablemente hecha con la uña del dedo, antes de ser sombreada. En otra mues-
tra, las sombras que cruzan cubre el hombro superior y el lado del hombro decorado
(Fig. 11f).
La puntuación también decora el exterior de las Olla sin Cuello 4. En el
último de los casos, la superficie parece estar cubierta con pequeñas puntuaciones.
En otras muestras las puntuaciones están limitadas sin complicadas zonas corta-
das (Fig. 11d, 11g, 11h).
La Olla sin Cuello 5.- Es la forma más común de los vasijas en el estilo
Huaricoto, comparativamente no es refinada, sin decoración y con un borde grueso
(Fig.12).Losdelasparedesmásaltasformanunángulode30a45º.Elexteriordeestas
vasijas es generalmente liso con un mate final y puede tener una cubierta roja. Las
vasijas son de color gris a marrón, que dependieron de las condiciones de cocción. El
interior es áspero y usualmente muestra evidencias de raspaduras o rasguños. El
Cambios estilísticos y desarrollo cultural en Huaricoto
25
borde promedia de 7 a 10 mm. de grosor y las paredes 2 a 3 mm. más delgadas. El
diámetro de la boca se ubica de 16 a 33 cm. (moda 20 cm.). Nueve formas de borde
pueden ser documentadas.
Tazones
Los tazones son comunes en el estilo Huaricoto, comprendiendo el 51% de los
fragmentos de borde. Cuatro formas de tazones son nuevas en este estilo, con varias
variantes y varios tipos de decoración en el exterior.
Tazón 2 .- Son populares en el estilo Toril, pero raros en el estilo Huaricoto. Los
fragmentos recuperados se parecen a aquellos de la fase más temprana por su
tamaño (16, 20, 24 cm.); grosor (cuerpo, 4 a 6 mm. y borde de 5 a 6 mm.) y acabado;
una diferencia es el uso del rojo en una de las vasijas.
Tazón 3.- Tiene los lados claramente verticales, los ángulos de sus paredes son de
100 a 120º, la mayoría de ellas con un promedio de 100 a 110º. Las paredes son
rectas o claramente cóncavas, distinguiéndose de los fragmentos utilitarios el Ta-
zón 3 es más hondo que el Tazón 1 y 2. Dos ejemplares de esta forma, tienen una
porción de la base intacta y en ambos casos los puntos finales son distintos; en un
lado donde el fondo es reconstruible, éste es casi plano (Fig.13). El promedio de los
Tazones 3 fluctúa de 16 a 25 cm., con un medio de 22 cm. Tres fueron pulidos en el
exterior y se les dio un bajo lustre, pero restos de líneas pulidas permanecen como
finas estrías. El interior está también cuidadosamente acabado y usualmente tiene
una superficie lisa y bajo lustre comparable al exterior. Los vasijas eran tiznadas de
gris oscuro a negro o pintadas de rojo.
La superficie externa de estos tazones era un lado popular para la decoración
en el estilo Huaricoto. Un rasgo decorativo común es una sola línea grabada bajo el
borde;unaincisiónanálogafrecuentementerodealabase.Enalgunoscasos,elrojoera
usadoselectivamenteparapintarzonasdefinidasporincisión(Fig.13a),mientrasque
enotros,pigmentosrojospost-coccióncubrenlasincisionesenlosexteriores(Fig.13b,
c). Las incisiones generalmente eran hechas en arcilla estado cuero, pero en algunos
casos, la arcilla era secada lo suficiente para ser desmenuzada a lo largo de todas las
líneas grabadas. Algunos Tazones 3 estaban divididos dentro de una serie paralelos
rectangulares llenados con líneas verticales paralelas muy espaciadas (Fig. 13b), o
líneas horizontales paralelas estrechamente espaciadas. Los paneles con diferentes
técnicas decorativas frecuentemente alternan. Otros están decorados con repetitivos
diseños geométricos, tales como modelos de escalones (Fig. 13a, c) Las puntuaciones,
ya sean solas o en combinación con elementos más lineales, fueron encontrados en
varios fragmentos de bordes y cuerpo (Fig. 13c).
Tazón 4.- Es de forma simple de poca profundidad y lados convexos. El ángulo
básico no es evidente y éste probablemente tuvo un contorno simple, con un fondo
poco profundo. Dos tamaños de Tazón 4 parecen haber sido producidas, uno de
ellos de 16 a 19 cm. y el otro de 23 a 29 cm. Las paredes tienen un promedio de 5 a
Richard L. Burger
26
7 mm. y usualmente un espesor adicional de 2 a 3 mm. en el borde. La mayoría de las
muestras han sido dejadas con un endeble pigmento rojo y pulidos a un bajo lustre
o un mate final tanto en el interior como el exterior. Sobre los fragmentos decorados
una línea horizontal divide el lado sin decoraciones bajo el borde del lado que está
decorado hasta la mitad. Cortes verticales dividen los paneles llenados con pun-
tuaciones o incisiones (cortes) horizontales (Fig. 14b). Un Tazón en miniatura es
una pequeña versión inusual del Tazón 4. representado por un solo fragmento, el
cual tiene 4 mm. de espesor y 5.5 cm. de diámetro. El natural color oscuro de su
superficie es pulido a un mediano lustre.
Fig. 10 Olla sin cuello 1, único fragmento; Fig. 11 a, b, c. Olla sin cuello 4
ESTILO HUARICOTO
Cambios estilísticos y desarrollo cultural en Huaricoto
27
ESTILO HUARICOTO
Fig. 11d,e,f y g. Olla sin cuello 4; Fig. 11h Olla sin cuello 4;
Fig. 12 Olla sin cuello 5, sin decoración.
Richard L. Burger
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Tazón 5.- Es poco profundo con lados convexos o encurvados. Éstos son versiones
más finas de las Ollas sin Cuello 4; pero son menos limitados y su interior está
cuidadosamente acabado, de una manera comparable a las otras formas de Tazón
del estilo Huaricoto. Su tamaño va de 11 a 22 cm. con una moda de 16 cm. el interior
y el exterior, son comúnmente pulidos a un bajo lustre con una superficie igual o
llana. Estos vasijas a menudo fueron decorados con bandas paralelas rodeando la
vasija (Fig. 15a, b). En otros casos, estos lados son adornados con triángulos pen-
dientes o hemisferios llenados con puntuaciones (Fig. 15c).
Tazón 6.- Es un raro tazón limitado con lados rectos o ligeramente convexos y un
ángulo de la pared de aproximadamente 130º. Dos fragmentos con diámetros
reconstruibles midieron 18 cm. y 23 cm., una pared de 4 a 6 mm. de grosor e
incrementándose de 8 a 9 mm. en el borde. Unfragmento es oscuro y tiznado, mien-
trasotrosdossonrojos.Lostresfragmentosdenuestramuestraestánpulidosaunbajo
lustre, y dos de ellos tienen decoraciones incisas en el exterior (Fig. 16).
Decoración
Aplicado
Un variado número de técnicas decorativas han sido aplicadas durante la fase
Huaricoto, ladecoracióndominantedelafaseToril,aparecesóloendosfragmento,el
máspequeñotieneunaaplicaciónde11mm.deespesorsobreelcuerpodeunaollasin
cuello.Eladornomide19mm.dediámetroy hasidocortadaen4pequeñasincisiones
paralelas en su lado más alto. El segundo ejemplo de aplicación grabada está agrega-
doaunavasijaprobablementeunaolla,paraformaralgoasícomounacapadeprotec-
ción extendiéndose a 17 mm. de la vasija ( Fig.17a). Esta proyección mide 8 cm. de
longitud y un promedio de casi 1 cm. de espesor. Ésta pudo haber servido como una
asa lateral. El lado más alto del aplicado fue cortado con siete líneas diagonales
paralelas, mientras la arcilla aún estaba húmeda. Las incisiones eran bordeadas por
pequeños montículos de arcilla y cubiertos con un pigmento blanco (post-cocción).
Pintado
El uso pintura post-cocción fue una introducción tecnológica significante en el
estilo Huaricoto. Un solo fragmento de Tazón 4 está decorado con líneas verticales
cubiertas con pintura post-cocción rojo, amarillo y blanco. Este uso de pigmentos
post-cocción contrasta excepcionalmente, comúnmente se uso un solo color, el
rojo, que era aplicado para incrementar la visibilidad de las incisiones. Los
pigmentos post-cocción solo eran encontrados sin incisiones y puntuaciones en
oscuro, aunque numerosas muestras de incisión y puntuación mostraban alguna
evidencia de pintura post-cocción.
La pintura permaneció limitada a los tonos rojos usados previamente en el
estilo Toril, pero el franjeado fue manipulado en un primer momento para servir
para decoraciones más complicadas, tales como algunas zonas selectivamente
coloreadas para el contraste. En un número de casos el pigmento rojo se esparce
dentro de la zona sin franjas, reflejando una falta de control o cuidado (Fig. 17b).
Cambios estilísticos y desarrollo cultural en Huaricoto
29
ESTILO HUARICOTO
Fig. 13a y b Tazón 3 Fig. 13c Tazón 3; Fig. 14 Tazón 4; Fig. 15 a Tazón 5.
Richard L. Burger
30
Inciso
En el estilo Huaricoto, la decoración incisa es extensa y variada. Las incisiones son
usadas para formar simples diseños geométricos, para separar y delinear zonas
decorativas, para dar textura a las zonas, sombrear y representar motivos curvilíneos
complejos. Nuestro conocimiento del tema es particularmente pobre o escaso, debi-
do a las limitaciones de nuestra colección de fragmentos.
Puntuación o Punteado
La puntuación es uno de las nuevas maneras más significativas de decoración. Es
posible distinguir varios tipos de puntuación que caracterizan a la fase Huaricoto:
circular(17c), ovoide (Fig. 14b), irregular (13c), rasguños (17d), y en forma de gotas
o lágrimas (17e). Cada uno de éstas aparecen en variados tamaños y contextos. Lo
más distintivo son las irregulares puntuaciones que tiene desiguales picos o pun-
tas recortadas en los bordes, quizá como resultado del estado seco de la arcilla,
cuando éste era impreso, o la forma irregular de la herramienta empleada para
hacer las puntuaciones. La variedad en el tamaño y forma de las puntuaciones
tiene una analogía en la falta de estandarización de las otras técnicas decorativas,
como la incisión. Aunque muchas incisiones eran hechas en el estado cuero de la
arcilla, ejemplos de incisiones sobre arcilla húmeda y seca son numerosos, así como
una pieza con incisiones hechas post-cocción.
Variaciones
Tres técnicas decorativas aparecen sobre únicos fragmentos. Estas piezas pueden
haber sido importadas a Huaricoto desde las áreas con otras tradiciones tecnológi-
cas. Un pequeño fragmento de una vasija tiene bandas de grafito pintadas en fran-
jas rojas; la superficie de ésta es más llana que los otros fragmentos Huaricoto y su
interior es más áspero e irregular. Inusuales inclusiones toscas y blancas pueden
ser vistas en la pasta. Otro fragmento también de franjas rojas limitando la vasija,
tiene bordes dentados de un 1.5 mm. de espesor. Es más suave (2/3 sobre la escala
Moh) y completamente más oxidado que lo normal. Un inusual tercer fragmento
probablemente una botella tiene un motivo curvilíneos grabado tipo Chavín, llena-
do con pintura rojo post-cocción (Fig. 19). Es conocido como exótico reducido por el
fuego, la abundancia de finas inclusiones de mica y el muy regular pulido donde
las marcas han sido borradas.
ESTILO CAPILLA TEMPRANO
Está debidamente ubicado dentro de la secuencia de Huaricoto, sin embargo sobre
una antigua terraza se hallaron fragmentos que difieren a los estilos del Período
Inicial y Capilla Tardío hasta ahora descubiertos. Estos materiales están mezclados
con algunos fragmentos Huaraz; fragmentos intrusivos tardíos pudieron ser colo-
cados sobre una base tipológica, dejando una indicación preliminar de ésta distin-
tiva colección. Con seriaciones y datos cruzados de sitios contemporáneos estos
materiales pudieron ser colocados cronológicamente entre las colecciones Huaricoto
Cambios estilísticos y desarrollo cultural en Huaricoto
31
ESTILOHUARICOTO
Fig.15b,cTazón5;Fig.16Tazón6;Fig.17a-dCuerposdecorados;Fig.18Exóticofragmentodecolorrojoconbandasdegrafito;Fig.19
Fragmentodebotellaconpinturarojapost-coccióneincisiones.
Richard L. Burger
32
y Capilla Tardía y tentativamente se les fecho a los inicios del Horizonte Temprano.
La siguiente descripción no intenta definir el estilo a causa de los problemas y el
pequeño tamaño de la muestra, pero se definen algunos de sus rasgos distintivos
del estilo.
Formas: Ollas sin Cuello
Se asemejan a las del estilo Huaricoto, pero una distintiva modificación en el borde
de las Ollas sin Cuello 5 fue introducida, un rollo de arcilla fue agregado al interior
del borde engrosándolo y dejando el labio redondeado, el cual no cubría entera-
mente la unión del rollo con el cuerpo de la vasija (Fig. 20). Esta forma fue popular
en la fase Urabarriu de Chavín de Huántar (Burger, 1984: Fig. 64). Un pedazo de
arcilla del cuerpo de una de estas ollas exhibe impresiones puras en el interior, una
técnica que en Chavín de Huantar fue principalmente usada en la producción de las
ollas sin cuello durante el Período Inicial Tardío (Burger, 1984: 71-73)
Tazones
Los tazones con decoración exterior, son particularmente comunes en el estilo
Capilla Temprano. La forma más común es el Tazón 3, una vasija con orificio cerca
de las paredes verticales (Fig. 21a –d). El grado de profundidad es más marcada en
este estilo que en el estilo Huaricoto, con una aparente preferencia por los bordes
gruesos y labios planos. El cambio de decoración de estos tazones es más notable
que la modificación de sus formas. Primero la incisión horizontal bajo el borde es
omitido y la decoración se extiende y algunas veces aún cubre las zonas adyacentes
al borde (Fig. 21a, b). Segundo, motivos curvilíneos cortados o grabados aparecen
en los tazones que fueron hechos mientras la arcilla estaba en estado cuero. El
fondo algunas veces es texturado con estampado de rocas o puntuaciones. El color
de estos tazones es gris oscuro o rojo y la calidad del pulido es superior a la colec-
ción Huaricoto.
Jarras
Las jarra y botellas son dos nuevas clases de vasijas que aparecen en Huaricoto
durante la primera época del estilo Capilla Temprano. La Jarra 1 es la única forma
de jarra documentada para este estilo, tiene un cuello corto cóncavo y un borde con
un ángulo de 110 a 120º (Fig. 23a, b). El diámetro de la boca de estas vasijas promedia
de 5 a 8 cm. pero el cuello se estrecha a 4 cm. de diámetro cerca del cuerpo. El cuerpo
de estas jarras tienen 3 a 4 mm. de espesor y con un adicional de 2 a 3 mm. en el
borde. El tratamiento de la superficie está entre el fino tratamiento de los tazones y
botellas y el tratamiento menos cuidadoso de las ollas sin cuello. La superficie
usualmente era pulida a un bajo lustre o a un mate, con algunas huellas de marcas
pulidas. Un fragmento (Fig. 23a) tiene una línea cortada o incisa rodeando el lado
superior de la asa pero decoración adicional no es visible.
Botellas
Cambios estilísticos y desarrollo cultural en Huaricoto
33
Dos fragmentos son las únicas evidencias indiscutibles de la presencia de botellas
en este estilo. Estas piezas probablemente derivan de botellas de un solo cuello ya
que fragmentos estribos no fueron recuperados en el estrato de Capilla Temprano.
Los diámetros del borde de las botellas son de 3 y 5 cm. Ambas piezas pertenecen a
la forma de Botella 1 que tienen un cuello cóncavo cerca al borde (Fig. 22). Están
cuidadosamente pulidas en el exterior a uno a bajo lustre y otro a mediano lustre. El
interior es delgado y áspero bajo el borde.
ESTILO CAPILLA TEMPRANO
Fig. 20 Olla sin cuello 5; Fig. 21a - c Tazón 3; Fig. 22 Botella 1; Fig. 23a -b. Jarra 1.
Richard L. Burger
34
ESTILO CAPILLA TARDÍO
Grandes cantidades de cerámica Capilla Tardío fueron recuperadas debajo de los
estratos con cerámica estilo Huarás y sobre los estratos de la cerámica de estilo
Huaricoto (7182 fragmentos) e incluye una variedad de formas y decoraciones pro-
venientes de contextos no disturbados. De los 7182 fragmentos, 3.1% (225) son
bordes y 2.6% (176) están decorados. La cerámica Capilla Tardío es típica del estilo
del Horizonte Temprano Medio, incorporando rasgos de la cerámica Janabarriu de
Chavín de Huantar. Los fechados radiocarbónicos de muestras provenientes de
estratos con materiales de Capilla Tardío son entre 590 +/- 130, 380 +/- 80, 360 +/
- 100 a.C.
Formas: Ollas sin Cuello
Continuaron siendo una forma popular de vasija, constituyendo el 26.7% de los
bordes y éstas fueron todavía la principal vasija producida en Huaricoto. El decli-
nante porcentaje de las ollas sin cuello esta en función del incremento de tazones y
jarras. La Olla sin Cuello 5 permaneció como la forma más común haciendo el 81%
de los bordes de las ollas sin cuello (Fig. 24 – 25). Muchos de los bordes de las Ollas
sin Cuello 5 son pequeños promediando de 8 a 16 cm. de diámetro de entrada
(moda 14 cm.). el espesor del cuerpo es de 3 a 10 mm. muchas muestras son de 4 a 7
mm. y el grosor de los labios varía de 6 a 16 mm., muchos caen dentro del rango de
7 a 11 mm. Muchas de estas vasijas no presentan franjas, aunque el 17% tiene
franjas exteriores pintadas de rojo, el exterior era acabado con cuidado y muchas
superficies son lisas y regulares, pero sólo una muestra tiene un mediano lustre y
sólo el 24.3% tiene un bajo lustre y el resto tiene una superficie mate. El interior de
las ollas sin cuello usualmente eran dejadas ligeramente irregulares y ásperas, pero
un tercio de ellas presentan huellas de haber sido pulidas con un suave material
flexible.
En el estilo Capilla Tardío la única decoración comúnmente aplicada a las
Olla son Cuello 5 fueron los patrones bruñidos (Fig. 25). Con líneas selectivamente
pulidas en zonas era posible crear un diseño reflexivo que contrastaba con el acaba-
do mate final sobre la mayor parte de la superficie. Dos fragmentos de bordes clara-
mente exponen patrones bruñidos y una examinación del resto de los cuerpos nos
indica que esta forma de decoración fue más común de lo que indica el número de
bordes. Las ollas sin cuello usualmente están rotas justo bajo el grueso borde, sobre
el asa de modo que el fragmento provee evidencia únicamente sobre el lado más alto
de decoración. Este lado usualmente era dejado sin decoración, con el patrón bruñi-
do concentrado sobre el cuerpo. Es difícil determinar cual de los 63 fragmentos que
exhiben patrones bruñidos o pulidos son de ollas sin cuello o de cuerpos de jarras.
Ollas sin Cuello 3.- Fueron identificados seis fragmentos, cuatro pertenecen a pe-
queñas vasijas (10 a 13 cm.) y dos a vasijas grandes (diámetro de la entrada, 18 a 20
cm.). Cuatro de ellas han sido pulidas a un bajo lustre y uno de las vasijas más
grande fue decorada con un círculo grabado y puntos, probablemente una hilera de
Cambios estilísticos y desarrollo cultural en Huaricoto
35
repetidos «círculos-puntos» alrededor del borde (Fig. 24). Sólo dos fragmentos del
cuerpo tienen similar estampado o elementos circulares incisos y estos pueden
venir de los cuerpos de las botellas; de modo que las Olla sin Cuello 3 parece ser
una excepción en la práctica de Capilla Tardío ya sea dejado el exterior sin decorar
o quizá decorándolo con patrones bruñidos.
Olla sin Cuello 6.- Es una forma aparentemente introducida durante los tiempos de
Capilla Tardío tiene una banda en relieve y labios redondeados(Fig. 26). Los cinco
bordes recuperados parecen haber sido de vasijas grandes. Dos fragmentos de
bordes indican que la vasija tuvo entre 20 y 21 cm. de diámetro, dos de los fragmen-
tos parecen provenir de vasijas significativamente más grandes. El grosor del borde
con la banda, promedia de 11 a 18 mm. (moda 14.6 mm.) y es 5 mm. más grueso que
el cuerpo. El exterior de estas vasijas es similar a muchos de las Olla sin Cuello 5
(lisa, pulida y mate).
ESTILO CAPILLA TARDÍO
Fig. 24 Olla sin cuello 5; Fig. 25 Olla sin cuello 5 con patrones bruñidos; Fig. 26 Olla sin
cuello 6; Fig. 27 Olla sin cuello 7; Fig.2 8 Olla sin cuello 8.
Richard L. Burger
36
Olla sin Cuello 7.- Es otra introducción en el estilo Capilla Tardío, es grueso en el
interior y achaflanado para formar una zona plana bajo la entrada o boca (Fig. 27).
El borde es engrosado y el labio redondeado. El diámetro promedia de 10 a 14 cm.
y el borde tiene un promedio de 8 mm. de grosor. Tres de los cinco fragmentos son
rojos, una proporción un poco más alta que las Olla sin Cuello 5 y 6, la superficie
es tratada del mismo modo que las otras ollas sin cuello.
Ollas sin Cuello 8.- Es la tercera forma innovada en el estilo Capilla Tardío, tiene
un borde ligeramente engrosado y redondeado al exterior y un labio fuertemente
doblado (Fig. 28). Cuatro fragmentos fueron identificados pero sólo el diámetro de
uno de ellos pudo ser reconstruido (11 cm.). El cuerpo tiene 6 mm. de grosor,
incrementándose de 8 a 10 mm. en el borde. El exterior de estos fragmentos es
pulido a mate o con un bajo lustre, pero ninguno es decorado de alguna forma.
Jarras
Son más populares en el estilo Capilla Tardío que en otros estilos más tempranos,
constituyendo el 10.2% de la muestra. Todas, a excepción de un borde, tienen un
diámetro de entrada de entre 8 y 16 cm. (moda 14 cm.). La mayoría de los vasijas no
presentan franjas, aunque no es rara una débil franja roja en el exterior (26.1%). El
exterior es pulido con una superficie lisa, sólo el 34.8% tienen un bajo lustre. El
interior de los cuellos de las jarras usualmente eran tratados del mismo modo que el
exterior, pero el interior de los cuerpos eran restregados. Desgraciadamente, frag-
mentos de bordes de jarras no incluyen más que una pequeña porción del cuerpo,
y consecuentemente, la posibilidad de que éste fuera decorado no puede ser esta-
blecido. La decoración del cuello de las jarras o la parte superior del cuerpo no es
evidente.
Jarra 2.- Tiene un cuello corto con lados fuertemente cóncavos y una boca ancha
(Fig. 29). De las formas diagnosticas de este estilo, ésta guarda un parecido a la
forma de la jarra de la fase precedente. El borde es engrosado de 5 a 7 mm. mientras
el cuerpo de las jarras se ubica de 3 a 5 mm. Los labios están redondeados y el
cuello varía de 13 a 19 cm. de alto.
Jarra 3.- Tiene un cuello de altura media, recto o cóncavo, lados convergentes y una
entrada ancha (Fig. 30). Un punto claro está en la unión del cuello con el cuerpo, el
cuello más corto tiene 33 cm. y el más alto está sobre los 42 cm.
Jarra 4.- Tiene un cuello con lados cóncavos y bordes no marcados (Fig. 31). El
único cuello completo reconstruible de los fragmentos es de 41 cm. de alto, pero
otros tres bordes sugieren alturas sobre los 30 cm. El cuello de la Jarra 4 es conocido
por ser similar en tamaño al cuello de la Jarra 3, la ausencia de bordes que inclu-
yan la parte superior del cuerpo, es señal de fragilidad en la unión con éste.
Jarra 5.- Tiene un cuello alto con lados verticales rectos (Fig. 32). En tres ejemplares
los bordes son rectos y los labios redondeados. Dos cuellos reconstruibles tienen
51 mm. de altura.
Cambios estilísticos y desarrollo cultural en Huaricoto
37
ESTILOCAPILLATARDÍO
Fig.29Jarra2;Fig.30Jarra3;Fig.31Jarra4;Fig.32Jarra5;Fig.33StrapHandle1;Fig.34StrapHandle2;
Fig.35StrapHandle3;Fig.36Botella2;Fig.37Botella3;Fig.38Botella4;Fig.39Botella5.
Richard L. Burger
38
Asas o Mangos
Cuatro asas fueron recuperadas de los niveles de Capilla Tardío, ellas aparente-
mente estaban ausentes en los estilos más tempranos. Evidentemente las asas esta-
ban unidas a los lados de las ollas o jarras. El exterior está pulido a un mate final,
con remiendos ocasionales de bajo lustre, el lado inferior de las asas son ásperas y
desiguales. Las asas promedian de 27 a 36 mm. de ancho; El grosor varía de 7 a 14
mm. Tres tipos de asas fueron identificados: Asa Strap 1, lenticular en sección cru-
zada (Fig. 33); Asa Strap 2, irregular en sección cruzada, con un exterior llano a poca
distancia y un lado bajo desigualmente curveado (Fig. 34) y Asa Strap 3, en forma de
oblea en sección cruzada y un exterior ligeramente cóncavo (Fig. 35).
Botellas
Las botellas fueron un importante componente de la colección Capilla Tardía, aún
cuando sólo el 3.1% (siete) de los bordes pertenezcan a picos de botellas, éstas
piezas fueron cuidadosamente pulidas o en algunos casos, tenían alto lustre.
También fueron recuperados 21 fragmentos de estribos: muchos de los picos de
Capilla Tardío parecen proceder de botellas de asa estribo. El número de fragmentos
de cuerpo decorados, con un buen pulido y cuidadosamente acabado en el exterior
implica que el cuerpo de las botellas fue decorado densamente, usando una gran
variedad de técnicas.
Botella 2.- Tiene un pico con lados rectos verticales y un pequeño borde engrosado
con los labios planos (Fig. 36). El diámetro de la boca de un ejemplar es de 3.5 cm.
Las paredes tienen un grosor de 4 mm. incrementándose en 3 mm. en la entrada. La
superficie ha sido pulida a un mediano lustre y la calidad del acabado implica la
aplicación de una franja sin pigmento anterior al lustre o bruñido. El oscuro color
gris-marrón puede ser el resultado del tiznado o reducción de la superficie.
Botella 3.- Tiene un pico a manera de barril con una pared convexa con un pico
ancho levantado y labios planos (Fig. 37). El ancho medio de los bordes es de 12.5
mm., muchas veces tan largo como los otros picos levantados. El espesor de la
pared del pico mide de 5 a 6 mm. El color de los restos de la botella es marrón muy
oscuro. Ninguno de los restos parece haber sido cocido en una atmósfera oxidante
y también pudieron haber sido tiznados o reducidos superficialmente al final de la
cocción. El diámetro de la boca de estas botellas mide 3.5 cm.
Botella 4.- Tiene un pico con paredes verticales rectas y un borde pequeño redon-
deado y con labios biselados (Fig. 38) El único ejemplar tiene un diámetro de 3.5 cm.
y el grosor de la pared es de 3 a 4 mm. En muchos fragmentos de la botella, la
superficie es muy regular y era pulida a un mediano lustre. Su color marrón rojizo
resultó de la oxidación durante la cocción.
Botella 5.- Tiene paredes rectas visibles divergentes terminado en un borde con
curva chaflanado con labios biselados (Fig. 39). Dos fragmentos de esta forma tie-
nen una boca cuyo diámetro es de sólo 2.5 cm. y las paredes de 3 a 3.5 mm. de grosor
Cambios estilísticos y desarrollo cultural en Huaricoto
39
se adelgaza alrededor de 2 mm. cerca de la entrada. Ambas piezas están pulidas a
un mediano lustre. Un fragmento de 4 cm. probablemente representa la altura total
del pico. Uno de éstos es rojo oxidado y el otro es un gris muy oscuro.
La forma de los cuerpos de botellas del estilo Capilla Tardío es desconocida,
probablemente muchos tuvieron cuerpos con paredes convexas simples y base o
fondo plano. Esta fue la forma dominante del cuerpo para todo el Perú durante el
Horizonte Temprano (Proulx 1973: Lam. 1d). Sin embargo existe un fragmento que
pertenece al cuerpo de una botella decorada de contornos compuestos (Fig. 40).
Tazones
Los tazones constituyen el 32% de los bordes y junto con las botellas, fueron las
vasijas más frecuentemente decoradas. Se distingue en los bordes que al menos un
14% de los tazones tienen decoración exterior. Los análisis de los tazones de Capi-
lla Tardío están incompletos y lo que sigue son observaciones. Los tazones fueron
finamente acabados, siendo usualmente pulidos a un mediano o bajo lustre; tam-
bién fueron recuperados tazones ocasionalmente con alto lustre o mate final. Las
huellas de pulido raramente son visibles en estas piezas. El rojo y sin pigmento,
fueron algunas veces usados para crear una superficie plana. Tazón 3 es popular
en el estilo Capilla Tardío, como había sido en los dos estilos previos y, muchas
nuevas variantes de bordes fueron introducidos (Fig. 41a, b). Una variante ocurrió
con tazones de franjas rojas y en los dos casos bandas blancas fueron pintadas en
el exterior (Fig. 41b). Esta es la primera evidencia de pintado con franjas blancas en
Huaricoto y un posible antecedente a los tazones más tardíos del estilo Huarás.
Tazón 4.- También permanece popular, pero es decorado con nuevas formas, tales
como círculos estampados (Fig. 41c).
Tazón 5.- Son raros en nuestra muestra de Capilla Tardío.
Tazón 6.- Son relativamente comunes, poco profundos y grandes, cuyo diámetro de
entrada promedia de 18 a 30 cm. (Fig. 42). Como en los estilos precedentes, esta
forma de vasijas frecuentemente presenta franjas rojas.
Tazón 7.- Es al parecer una nueva forma de tazón que habría sido introducida en
el estilo Capilla Tardío: tazón con paredes rectas convergentes (Fig. 43).
Cerámica Miscelánea
Varias clases de artefactos cerámicos, además de vasijas aparecen en la colección
del estilo Capilla Tardío. Pedestales para sostener platos aparecen en las primeras
épocas, dos fragmentos de la unión de la base del pedestal con el plato son la
evidencia para la utilización de esta forma (Fig. 44). En ambos casos, parecen
haber tenido de 9 a 10 cm. de diámetro. La pared del plato es delgada (4 a 5.5 mm.)
y convexa, pero ni su forma ni su tamaño pueden ser determinados. La superficie
superior del plato y el exterior del pedestal son lisas y pulidas a un mate final,
Richard L. Burger
40
mientras que el lado inferior e interior del pedestal son irregulares y ásperos,
terminados con raspaduras y frotaciones ligeras.
Soportes sólidos también fueron recuperados en los contextos de Capilla
Tardío (Fig. 45 a – c). La altura promedio de los soportes es de 20 a 30 mm. y son
ásperamente circulares en sección cruzada (Fig. 45b). La pieza más ancha está
pegada o unida a la vasija con arcilla; las que usualmente estaban rotas en este
punto (Fig. 45c). El ancho de los soportes en esta unión varía de 12 a 17 mm. Los
extremos están gastados por el uso. La superficie de estas piezas usualmente está
ESTILO CAPILLA TARDÍO
Fig. 40 Fragmento decorado de una botella; Fig. 41a y b Tazón 3; Fig. 41c Tazón 4
Cambios estilísticos y desarrollo cultural en Huaricoto
41
sin pulir y es mate. Las superficies del cuerpo atada a un soporte son irregulares y
ásperas (Fig. 45a), lo cual es sorprendente desde que en las colecciones más antiguas
de Perú, los soportes sólidos están asociados con tazones trípodes (e.g. Isbell, 1977:
Fig. 31).
Asas tubulares han sido identificadas en la colección del estilo Capilla Tardío,
pero su empleo original es desconocido (Fig. 46). Éstas se asemejan a los tubos
cerámicos (Fig. 47) en producción y acabado, pero están fuertemente curveados
antes que rectos. En sección cruzada, los dos ejemplares son ligeramente ovoides,
uno de 7x12 mm. y el otro, 15x17 mm.
Los tubos cerámicos están entre los más comunes (11 en esta muestra) de los
artículos cerámicos enigmáticos (Fig. 47). Los tubos son cilíndricos con paredes
rectas cuyo espesor promedia entre 2 a 3.5 mm. El diámetro es constante en cada
tubo y varía entre 7 y 14 mm. Los tubos fueron formados por el enrollamiento de
una piedra alisada o losa alrededor de un objeto cilíndrico, uniendo la losa a la
grieta y, removiendo el material desde el interior. Este proceso deja un interior con
estrías verticales. Una pieza inusual está pulida con un bajo lustre. Los tubos no
están enfranjados y su color es marrón rojizo o gris oscuro, dependiendo de las
condiciones de la cocción. Desde que los tubos fueron recuperados, su longitud
original no puede ser determinada. El fragmento más largo mide 2.6 cm., pero
ambos extremos están rotos.
Otros dos artefactos cilíndricos cerámicos huecos se asemejan a pequeños
tubos (Fig. 48). Ambos tubos están pulidos con un bajo lustre y sus paredes miden
de 4 a 5 mm. de espesor. El diámetro de uno de ellos es de 2.5 cm. y del otro 2.7 cm.
el fragmento más largo – roto en ambos lados – tiene 7.3 cm. de longitud. Estas
piezas son más largas y finas en el acabado de la superficie, y su función podría no
haber estado relacionada a los tubos pequeños. Una posible función es que fueran
porciones de cerámica modelada en forma de trompeta, similar a aquellos usados
en sitios tempranos de la sierra sur (Kidder, 1943: Plato 5). Instrumentos de viento,
incluyendo trompetas de cerámica o trompetas hechas de madera son descritas o
representadas en esculturas de piedra de el Horizonte Temprano en el área de
Chavín de Huantar (Burger, 1983: Fig. 19a, Lumbreras, 1977: Fig. 22-24), aunque
muestras de estos instrumentos no han sido reportados en este sitio.
Antaras o silbatos también fueron recuperados (Fig. 49). Los cuales consis-
ten de tubos cerámicos encajados en dos losas delgadas de arcilla. Los tubos fueron
hechos de un molde, el interior es pulido y no marcado y las paredes pueden ser
muy delgadas (1 a 2 mm.). Los tubos cónicos son de 12 mm. en el tope del instru-
mento, 8 mm. en su sección media 5 a 7 mm. en su fondo. Eran colocadas vertical-
mente a intervalos de 2 a 4 mm. Los delicados tubos sin una cubierta de arcilla
forman un instrumento de 3 cm. de espesor. Su exterior luego fue pulido a un bajo
lustre y la pieza era cocida en una atmósfera oxidante seguida por un tiznado
superficial.
Decoración
Richard L. Burger
42
Inciso
La incisión es una de las técnicas decorativas más comunes en el estilo Capilla
Tardío, comprendiendo el 28.3% de los fragmentos decorados. Incisiones anchas (2
mm. de ancho) fueron hechas en el exterior de las vasijas cuando la arcilla estaba en
estado cuero y luego éste era pulido a un bajo o mediano lustre. El 84% de los
fragmentos incisos provienen de vasijas cerradas, probablemente botellas, con pa-
redes de 3 a 6 mm. de grosor y el resto proviene de tazones decorados en el exterior.
Muchos de los fragmentos están incisos con una sola línea recta o dos líneas para-
lelas, algunos fragmentos tienen incisiones rectas que las intersectan; algunas ve-
ces en ángulo recto. Un raro fragmento está inciso con sombras cruzadas y tienen
incisiones curvilíneas. Otro fragmentos inciso pertenece una vasija con franjas ro-
jas, sin embargo la mayoría están sin franjas. Algunas de las incisiones en el mate
final están lustrosas; además de tener incisiones altamente luminosas.
Las incisiones post-cocción se estima en 7.8% de los fragmentos decorados
del estilo Capilla Tardío. Estas incisiones finas (0.5 a 1 mm.) e irregulares separan
la superficie oscura para mostrar la pasta más luminosa y parcialmente oxidada,
revelando un contraste en colores que aumenta la visibilidad del diseño. Todos los
fragmentos con incisiones post-cocción son de vasijas cerradas, pero no necesaria-
mente botellas. El grosor es de 4.5 a 8 mm. y la falta de finura de un número de
fragmentos sugiere que muchos provienen de cuerpos de jarras u ollas. Muchos
fragmentos tienen incisiones rectas, sólo uno tiene una incisión curvilínea y otro
tiene un complejo diseño de sombras entrecruzadas.
Uno de los rasgos de la colección de Capilla Tardío es la decoración de
círculos repetidos, incisos y estampados; 4.8% de los fragmentos decorados produ-
cen alguna variante del diseño de círculos, los cuales tiene un diámetro de 8 a 17
mm. y fueron incisos en el exterior de los tazones (Fig. 41c) y en el cuerpo de
botellas. Círculos concéntricos y círculos con puntos centrales decoraron ollas, bo-
tellas y tazones (Fig. 24, 40 y 50a, b).
Textura de la Superficie
Muchas de las variedades de tipos de textura de superficie son encontradas en
pequeñas cantidades en la colección Capilla Tardía. Por ejemplo, el estampado con
piedra aparece en dos fragmentos que aparentemente serían cuerpos de botellas
(Fig. 50c). El estampado con piedra es cuidadosamente hecho en líneas paralelas de
10 a 17 mm. de ancho.
Impresiones en zonas (marcado con fajas coloreadas y concéntricas) denta-
das y estampadas con piedra fueron identificadas en cuatro fragmentos, todos ellos
al parecer cuerpos de botellas.
La puntuaciones o puntos son raros en la zona de textura en el estilo de
Capilla Tardío, pero filas de grandes puntos circulares decoraron el exterior de
Tazones bellamente pulidos (Fig. 41a). Un fragmento inusual de una vasija grande
cerrada tiene una zona con franjas rojas llenada con largos bosquejos incisos a lo
largo de una zona oscura. Un fragmento similar se yuxtapone en una zona oscura
Cambios estilísticos y desarrollo cultural en Huaricoto
43
de textura mate con bosquejos y una zona lustrosa sin decorar. Muchos otros frag-
mentos tienen grandes bosquejos colocados casi de extremo a extremo (Fig. 50 d – f).
En un caso, hay un círculo con pequeños puntos en la zona decorada (Fig. 50d).
Cuatro fragmentos de cuerpo fueron encontrados combinando una técnica
en el que el instrumento multidentado textura la superficie con líneas rectas parale-
las, las incisiones paralelas están separadas por 1 ó 2 mm.
Dos fragmentos pertenecen a tazones y dos a cuerpos de jarras u ollas. Al
final de la mitad de estos vasijas, una zona rastrillada contrasta con una superficie
adyacente sin decoración. Los cuatro fragmentos tienen un mate final en el exterior,
donde el rastrilleo era aplicado; uno de los vasijas cerradas con rastrilleo ha tenido
franjas rojas.
Adornos aplicados: pequeños retazos de arcilla suplementaria agregados
para crear irregularidades en la superficie externa fueron encontrados en fragmen-
tos de cuerpos de botellas. Dos despliegues irregulares formando adornos sobre
una superficie lisa son puntiagudos. Los adornos de estos fragmentos son de 15
mm. y 2.5 mm. de espesor y a 3 a 4.5 mm. en las paredes de los cuerpos de botellas.
Uno de estos fragmentos tiene franjas rojas, el mate en las partes decoradas contras-
ta con el mediano lustre de la superficie adyacente sin decoración. El tercer frag-
mento tiene filas de adornos grandes rectangulares, los cuales están impresos con
una sola puntuación larga. Los adornos son de 4.5 mm. de grosor con un pequeño
espacio entre ellos.
Bandas
Las bandas aplicadas aparecen en cinco fragmentos. En dos cuerpos de botellas
están decorados con bandas aplicadas curvilíneas una de ellas tiene 11 mm. ancho
y 5 mm. grosor y la otra 18 mm. de ancho y 12 mm. de grosor . Las superficies están
pulidas a un mediano lustre. Los otros tres fragmentos parecen ser más de tazones
que de botellas. El exterior es mate, mientras que el interior tiene un bajo lustre o
mate final.
Una de las decoraciones más distintivas del estilo Capilla Tardío es la apli-
cación de pequeñas bandas ovoides en el exterior de las botellas oscuras (Fig. 50 g).
Cinco muestras fueron recuperadas. El espesor de la pared de las vasijas se ubica
entre 3 a 4 mm. pero con las bandas aplicadas el espesor se incrementa de 5 a 5.5
mm. Los fragmentos están pulidos a un bajo lustre, las marcas de pulido son visi-
bles. Estas aplicaciones tienen una ancho máximo de 11 a 13 mm. y los extremos
terminan en punta. Ninguna de las bandas están completas, aunque dos de los
fragmentos más grandes tienen 23 mm. y 25 mm. de longitud, sugiere que la longi-
tud total de la banda ovoide completa era aproximadamente de 50 cm., si se asume
que las bandas han sido simétricas. Una hilera de pequeños puntos (hechos con
instrumento hueco) ligeramente irregulares y ásperos de 3 mm. de diámetro, deco-
ran el punto alto de estas bandas.
Richard L. Burger
44
ESTILOCAPILLATARDÍO
Fig.42Tazón6;Fig.43Tazón7;Fig.44Basedeplato,Fig.45aybbasesdetrípodes;Fig.46Asatubular;Fig.47Tubosdecerámica;
Fig.48Cilindroscerámicos;Fig.49Silbadoresoantaras,Fig.50Fragmentosdecoradosdiversos
Cambios estilísticos y desarrollo cultural en Huaricoto
45
Patrón Bruñido
Constituye el 39% de la decoración encontrada en la colección de Capilla Tardía y
virtualmente todo esto ocurre en vasijas cerradas. Los fragmento de cuerpos con
patrones bruñidos están frotados ligeramente o rasgados en el interior, con un
ancho de 3 a 8 mm. El bruñido es lodoso y sus bordes son desiguales. En algunos
fragmentos pequeños es algo difícil de distinguir entre cubierta en pulido y el
bruñido. El ancho de las líneas del Patrón Bruñido promedia de 1 a 3 mm. Muchos
de los fragmentos tienen líneas rectas paralelas, dos fragmentos tienen un patrón
cruzado de hileras y otro par tienen líneas rectas intersectantes.
Pintado
La aplicación de franjas blancas es introducida al inicio del estilo Capilla Tardío.
Un fragmento exótico, proviene de un vasija cerrada con franjas blancas, dejando
una línea sin franjas de 1.5 mm. de ancho. Dos Tazones 3 tenían un elemento
positivo pintado con una pintura blanca post-cocción sobre un fondo oscuro o en
franjas rojas. En un tazón, una banda blanca encierra la zona sub-borde (Fig. 41b) y
en otro, una banda más ancha (8 mm.) desciende a través del lado del tazón.
SECUENCIA HUARICOTO EN LA HISTORIA DE LA CULTURA ANDINA
Los cuatro estilos cerámicos descritos para Huaricoto se extienden entre el Período
Inicial y el Horizonte Temprano (1800 a 200 a.C.). Este período de tiempo es funda-
mental para el estudio de la emergencia de la complejidad social en los Andes
Centrales (Fig. 2). Los estilos de alfarería tienen un papel importante en el estudio
de las sociedades tempranas, tanto como indicadores cronológicos y como indicios
de una interacción cultural. En general, las fluctuaciones del estilo cerámico res-
ponden a los patrones cambiantes de la intensidad de la interacción y más
específicamente, ellos expresan la naturaleza, tanto como la intensidad de contacto
con grupos adyacentes y distantes. Desde que algunas secuencias han sido defini-
das para este período, cada secuencia nueva ofrece la oportunidad de aclarar y
refinar las anteriores. A continuación se discute algunas de las implicancias de la
secuencia de Huaricoto para la historia central de la cultura andina.
Estilo Toril
Pertenece al Período Inicial Temprano, un tiempo en el cual los estudiosos distin-
guen entre dos tradiciones cerámicas mayores en el Perú: una indígena para el
bosque tropical y otro nativa para los Andes Centrales (Lanning, 1967: 85-87,
Lathrap, 1971: 93-94). La primera está caracterizada por vasijas vivamente carenadas
con bordes básicos y decoración en zona (sombreada incrustada). La segunda está
tipificada por ollas sin cuello y tazones convexos con diseños incisos. La colección
del estilo Toril de Huaricoto accede sin ambigüedades dentro de la tradición de los
Andes Centrales.
Richard L. Burger
46
El estilo Toril es muy similar a las colecciones tempranas conocidas en la
costa peruana, en forma y método de producción. Es similar a las pequeñas ollas
sin cuello y tazones con lados convexos que caracterizan el estilo Guañape tem-
prano de la costa norte; a la cerámica de la Fase 1 de Las Haldas en la costa nor-
central; a los niveles más bajos de la alfarería de Ancón y Villa Chira en la costa
central; y Erizo y Hacha en la costa sur. Las ollas sin cuello con una ligera inflexión
o doblez en el contorno superior (e.g. Fig. 3) son probablemente la forma más distin-
tiva de las limitadas formas que existen en estos lugares. Las vasijas eran excepcio-
nalmente delgadas, desigualmente acabadas y quemadas pobremente bajo condi-
ciones controladas. Otra forma de vasijas son las botellas y su decoración es extre-
madamente rara (Fung, 1972: 66-69; Lanning 1967; Patterson 1985; Patterson y
Moseley 1968: 119-122; Strong y Evans, 1952). Mucha de la alfarería tempranas de
otras cuencas interandinas de la sierra del norte y centro se asemejan a estos estilos
costeños (Grossman, 1972: 127-130; Kaulicke, 1981: 374-383; Morales 1977: 35;
Terada, 1979; Terada y Onuki, 1982).
Los rasgos que estos estilos del Período Inicial que tienen en común son
generalmente las diferencias naturales y regionales entre ellos, tales como, las pe-
queñas botellas de doble pico encontradas en el sur, a diferencia de las botellas de
un solo cuellos encontradas en el norte. También hay importantes variaciones, tales
como el uso de pintura negra en Ancón, mientras que los grupos vecinos de Chillón
y Rímac usaron alfarería con decoraciones incisas. Esto no es sorprendente, ya que
las bandas o cintas aplicadas grabadas en Huaricoto tienen una contraparte no
exacta con el estilo contemporáneo de La Pampa (Terada, 1979). Más distante, áspe-
ras analogías pueden ser encontradas en la colección Guañape Temprano del valle
Virú (Strong y Evans, 1952: 277-282).
Algunas similitudes entre las colecciones del Período Inicial Temprano pue-
den ser explicadas por la carencia de una avanzada tecnología cerámica, combina-
das con el deseo de imitar las vasijas en forma de calabaza, con la cual inicialmente
la alfarería estaba compitiendo (Marcus, 1983). Desde esta perspectiva, estos diver-
sos estilos cerámicos pueden ser observados como representantes de un pequeño
peldaño en el temprano desarrollo de la alfarería peruana. Por otro lado, la
interacción social y económica entre regiones adyacentes en la costa y en la sierra,
probablemente también jugaron un papel en la generación de este patrón estilístico.
En el altar o capilla de Huaricoto, por ejemplo, ofrendas de moluscos del Pacífico
son comunes durante ambos períodos: Precerámico Tardío y el Período Inicial Tem-
prano. Las fuertes similitudes entre el estilo Toril y otras colecciones contemporá-
neas probablemente reflejan el compartido legado cultural del Precerámico Tardío,
así como el continuo contacto entre la costa y la sierra.
Estilo Huaricoto
Este estilo difiere de otras colecciones del Período Inicial Tardío en muchos aspec-
tos. Ya que el Período Inicial Tardío estaba caracterizado por culturas locales de
pequeña escala que usaron material cultural para reforzar su sentido de identidad
Cambios estilísticos y desarrollo cultural en Huaricoto
47
local y que ampliaría la unidad cultural. El estilo Huaricoto provee (más que sopor-
tar una hipótesis) una generalizada dirección hacia la heterogeneidad cultural
incrementada en el Período Inicial Tardío.
Los materiales de la fase Urabarriu de Chavín de Huántar (a 30 Km.) se
parecen a aquellos del estilo Huaricoto en un número de formas (Burger, 1984: 37-
80) incluyendo la presencia de ollas sin cuello monocromas y formas de tazones, un
tratamiento similar de la superficie (sobre todo franjas rojas o mate o bajo lustre) y
los campos seleccionados para la decoración exterior (incluyendo la zona bajo el
borde). Ambos estilos incorporan simples diseños geométricos incisos, tales como
triángulos pendientes, puntuaciones zonales y pintura roja post-cocción (Cf. Fig.
11d Burger, 1984: Fig. 66). Por otro lado vasijas enteras Urabarriu (tazas, botellas y
jarras) son omitidas en el estilo Huaricoto. Además dos rasgos fundamentales de la
decoración del estilo Huaricoto (bandas ensombrecidas, contrastes bícromos) están
ausentes de la colección de alfarería contemporánea de Chavín de Huantar y mu-
chas técnicas decorativas comunes Urabarriu (combinado, estampado con piedra,
estampado con piedra dentado, bandas grabadas aplicadas) están ausentes en el
estilo Huaricoto.
La Pintura post-cocción y bandas oscuras del estilo Huaricoto son similares
a Kotosh, localizado a 170 Km. al sur. Sin embargo, en los tazones y ollas sin cuello
Huaricoto, estas bandas no forman motivos complejos, como en Kotosh. Además
esta forma decorativa no es contemporánea en los dos sitios. El pintado post-coc-
ción y las bandas ensombrecidas parecen haberse originado en las tierras bajas
tropicales y éstas habrían sido incorporadas al estilo Waira-Jirca de Kotosh (Izumi
y Sono, 1963: Tablas 9,10 ) y aparentemente habría perdido su popularidad en
Kotosh durante el Período Inicial Tardío cuando ésta era imitada por los alfareros
del Callejón de Huaylas (Lathrap, 1971: Fig. 8) Quizá la tardía llegada de estas
técnicas decorativas resulta de la imitación de los estilos de alfarería de otros gru-
pos tempranos más cercanos a los valles interandinos del este, más que a la
interacción con sociedades forestales tropicales.
El uso de franjas rojas resaltado por incisiones, es otro sello del estilo
Huaricoto y tiene paralelos con la alfarería del Período Inicial Tardío de Ancón y
Curayacu (Lanning, 1967; Matos, 1968). Sin embargo, en la costa central la banda
o motivo definido por incisiones son usualmente muy iluminados por la franja
pigmentada. En Huaricoto la banda o motivo es frecuentemente dejado sin franjas
para contrastar con todas las franjas rojas del resto de la vasija. El viaje a pie de
Huaricoto a Las Haldas y La Pampa toma al menos cuatro días, de modo que, la
ausencia de similitudes es significante entre el estilo Huaricoto y Las Haldas 2 ó 3,
los estilos Yesopampa o La Pampa (Fung, 1972: 74-96, Terada 1979) y posiblemente
a la contemporánea fase Colpa de Huamachuco (Thatcher 1979).
Los fragmentos exóticos no son abundantes en el Período Inicial Tardío y el
intercambio de alfarería es menos evidente que en Pacopampa o Chavín de Huántar.
Es evidente la ausencia de fragmentos Huaricoto en los prestigiosos estilos
Cupisnique, Kotosh, Pacopampa o Bagua, de donde se han rescatado los más gran-
des centros públicos de este período (Burger, 1984: 75-80; Lumbreras, 1973; Rosas y
Shady, 1970 y 1974; Shady y Rosas, 1980).
Richard L. Burger
48
Estilo Capilla Tardío
El estilo Capilla Tardío aún no está bien definido al grado necesario para las
comparaciones productivas, pero provee una rica base para la discusión o debate.
Ésta es claramente un estilo del Horizonte Temprano Medio y muestra una fuerte
semejanza con el estilo cerámico Janabarriu de Chavín de Huántar, tanto en formas
y modos de decoración. El uso de botellas pico-estribo, con picos reforzados (Fig.
35-37), tazones con bordes sutilmente achaflanados (Fig. 40) y jarras (Fig. 30-31)
pueden ser interpretados como aspectos de esta influencia, así como también las
hileras de círculos, los círculos con pequeños puntos y círculos concéntricos. Las
nuevas formas y técnicas decorativas estaban presentes con anterioridad en Chavín
de Huantar y en otras partes siendo intrusiva la aparición en Huaricoto.
La intrusión de estos rasgos estilísticos han sido notados por toda la costa,
sierra norte y centro del Perú, esto produce un horizonte cerámico que en algunos
casos es paralela a la expansión iconográfica clásica Chavín (Burger, 1984: 42-45;
Willey, 1951). Las nuevas formas en el estilo Capilla Tardío pueden ser entendidas
como una función del ensanchamiento de la interacción de la esfera Chavín y el
creciente poder y prestigio de Chavín de Huántar que estaba expandiéndose hacia
una forma asentamiento proto-urbano de 42 ha. (Burger, 1984: 234-250). Asimismo,
la adopción de estas nuevas formas puede señalar un ensanchamiento de la iden-
tidad social y la creciente interdependencia entre los grupos vecinos que compar-
tían este estilo.
INTERCAMBIO A LARGA DISTANCIA
La economía más conspicua resulta de la incorporación de Huaricoto dentro de la
esfera Chavín, estando la participación de Huaricoto en un trabajo más extenso y
activo de intercambio a larga distancia. Esta nueva situación está manifestada por
la aparición de los primeros artefactos de obsidiana en Huaricoto. Todos los frag-
mentos de obsidiana con asociaciones seguras vienen de los contextos de Capilla
Tardío. En 1981 dos piezas sin modificar fueron analizados por traza de elementos
en el Laboratorio Lawrence Berkeley, para determinar su origen geológico. El aná-
lisis fue hecho en colaboración con Frank Asaro y Helen Michel utilizando procedi-
mientos de fluorescencia de rayos X descritos en Burger y Asaro (1979: 288-289).
Los resultados indican que las dos muestras provienen Quispisisa en Huancavelica,
aproximadamente a 500 Km. al sur, localizado cerca al límite sur de la influencia
Chavín, también fue el principal proveedor de obsidiana en Chavín de Huántar,
Pacopampa y una multitud de pequeños sitios contemporáneos (Burger, 1980;
Burger y Asaro, 1979: 305-306; Burger, et al. 1984).
La expansión de la iconografía Chavín fue el resultado de una larga difusión
de los elementos religiosos y el ornato arquitectónico Chavín. Esto es, en un sentido,
la expresión material de una expansiva ideología, cuyo creador es probablemente
Chavín de Huántar. Un ejemplo concreto en Huaricoto del componente religioso
del Horizonte Chavín es el fragmento de hueso finamente tallado que representa
Cambios estilísticos y desarrollo cultural en Huaricoto
49
una Gran Imagen la del Lanzón; principal divinidad supernatural de Chavín de
Huántar, que fue descubierto en el extremo de un lindero sagrado donde eran que-
madas las ofrendas hechas durante el Horizonte Temprano, siguiendo las tradicio-
nes locales de dos milenios (Burger y Salazar Burger, 1980: 31). Similarmente, uno
de los edificios cubría un fogón ceremonial en Capilla Tardío incorporando blo-
ques de piedra cortados y adornados que recuerda los trabajos en los centros de las
serranías Chavín.
El sincretismo religioso aparente en capilla Huaricoto es una buena muestra
del complejo desenvolvimiento de la tradición local, influencia externa es continua-
da in situ, innovando durante el Horizonte Temprano Medio. La cerámica de Capi-
lla Tardía expresa la supervivencia de la identidad cultural local dentro del más
amplio contexto del Horizonte Chavín por la presencia de formas puramente loca-
les, como Botellas 5 u Ollas sin Cuello 6 y muchas de las formas más populares de
decoración, tales como, el patrón bruñido, cortas bandas ovoides punteadas, cortas
incisiones contiguas y pintura blanca que son desconocidas en la colección
Janabarriu de Chavín, excepto como raras importaciones (Burger, 1984: 107-158,166).
La recuperación de fragmentos de antaras o silbatos en los contextos de
Capilla Tardío de Huaricoto también es relevante en este sentido. Estos instrumen-
tos fueron producidos por moldajes de franjas, una especial técnica cerámica no
usada en otras vasijas (Menzel, et al. 1964) y separando de la evidencia arqueológi-
ca y etnohistórica, estos instrumentos fueron usados principalmente en contextos
públicos, principalmente en festividades religiosas. Similares instrumentos han
sido recuperados en sitios del Horizonte Temprano como Nepeña (Proulx, 1973) y
Casma (T. Pozorski y S. Pozorski en comunicación personal), pero no Chavín de
Huántar.
CONCLUSIONES
Toda esta observación de materiales y artefactos documenta algunas de las formas
en que Huaricoto era afectado por los cambios comunes del temprano desarrollo
cultural peruano. Su alfarería registró el impacto de fuerzas internas y externas y
los variados estilos descritos son testimonios del dinamismo de la cultura local. En
algunos casos, este cuadro provee una contraparte paradójica para la imagen con-
servadora de Huaricoto derivada de un estudio de su arquitectura religiosa (Burger
y Salazar Burger, 1980) Por 2000 años, grupos del centro del Callejón de Huaylas
vienen a Huaricoto para construir modestas cámaras rituales, para conducir cere-
monias que incluían la incineración de ofrendas y esparciendo las conchas del
Pacífico y cristales para luego para edificar estructuras ceremoniales sobre lechos
culturalmente estériles de arcilla, abono o piedra. Esta remarcable continuidad reli-
giosa, sin embargo, no implica una sociedad estancada, es meramente uno de los
muchos casos en que las ceremonias cambian más lentamente que otros aspectos de
una cultura.
La eficaz evidencia sugiere que las mayores transformaciones socioculturales se
dieron a través del uso de las capillas Huaricoto. Quizá la naturaleza de estos
Richard L. Burger
50
cambios pueden ser estudiados mejor en sitios de viviendas, enfocados en la pro-
ducción de la casa y el nivel de comunidad y consumo, pero sitios así no han sido
localizados. Los materiales de Huaricoto hacen ver algunas luces de estos cambios,
especialmente para el intercambio y los cambios de interacción. Burger y Salazar
Burger sugieren que la dirección general en Huaricoto hacia las cámaras rituales
más grandes y los trabajos públicos más ambiciosos en la capilla (e.g. terrazas,
paredes del recinto) pueden ser el resultado del crecimiento de la población local.
Los restos de fauna rescatados en Huaricoto, también proveen evidencia del
cambio cultural (a pesar de lo pequeña de la muestra), más que las casas, los contex-
tos en que los huesos fueron encontrados. El modelo más fuerte para la emergencia
es una reorientación gradual de estrategias de cacerías dominadas por grandes
ungulados (animales con casco o pezuña). Hacia estrategias de cacería de
camélidos. Durante la Fase Chaukayan, los restos de venados son dos veces más
comunes que los restos de camélidos y los cérvidos continúan dominando la colec-
ción de fauna durante la subsiguiente Fase Toril. Fragmentos de astas indican que
el guemal, pudu y venado de cola blanca fueron cazados. Durante la fase Huaricoto,
los venados aún excedían en número a los camélidos y esto es, hasta las fases
Capilla Temprano y Capilla Tardío en que los camélidos definitivamente despla-
zan a los cérvidos. Estos huesos de camélidos del Horizonte Temprano son proba-
blemente de llamas más que de camélidos salvajes, guanaco o vicuña. En resumen,
el análisis de la fauna en Huaricoto, como los estudios de los restos de fauna en
Kotosh y Chavín de Huántar (Miller 1984, Wing 1972) indican que cambios mayo-
res en el consumo de alimento se debió a la ubicación de asentamientos en los
valles interandinos que ocurrieron entre 2200 a.C. y 200 a. C. Esto implica modifi-
caciones en las relaciones sociales de producción comprometida en la cacería o
reunión de ganado en hatos o rebaños y reforzar la visión que una profunda trans-
formación cultural ocurrió en el Callejón de Huaylas mientras que la Capilla
Huaricoto florecía.
Traducción: Aliz Ibarra Asencios
Titulo Original en Ingles:
PREHISTORIC STYLISTIC CHANGES AND CULTURAL DEVELOMENT AT HUARICOTO, PERU.
En: National Geographic Reserch 1(4) : 505 – 534. 1985
* Publicado con autorización del Dr. Richard Burger
Cambios estilísticos y desarrollo cultural en Huaricoto
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  • 1. 1 ARQUEOLOGIA DE LA SIERRA DE ANCASH BEBELIBARRAASENCIOS EDITOR LIMA - PERÚ 2004 PROPUESTAS Y PERSPECTIVAS AUMENTADAYCORREGIDA SEGUNDA EDICION INSTITUTO CULTURAL RVNA
  • 2. 2 ARQUEOLOGÍA DE LA SIERRA DE ANCASH: PROPUESTAS Y PERSPECTIVAS Editor Bebel Ibarra Asencios Correciones Virginia Benavides Avendaño Diseño de Portada Bebel Ibarra Asencios Hecho el depósito legal 1501012003-4918 Ley 26905 - Biblioteca Nacional del Perú ISBN 9972 - 9694 - 1 - X Copyright © 2004 Instituto Cultural Rvna. Los Ruiseñores 1007. Lima 36. Perú. Telf: 3760702; Correo Electronico: centroruna@gmx.net Impreso en el Perú Primera Edición 2003 Segunda Edición 2004 La portada muestra la laguna de ruirucocha en el distrito de Huachis, un ceramio del Intermedio Temprano de una colección particular en Chacas y las chullpas de Marcajirca en el distrito de Cajay
  • 3. 3 A mis padres Ricardo y Clorinda por su apoyo en todos estos años Al emprendedor pueblo huarino A mis hermanas Aliz y Jubitza por su ayuda en mis años en la universidad
  • 4. 4 AGRADECIMIENTOS Mi agradecimiento a la Municipalidad Provincial de Huari, a los alcaldes: Florencio Alvarez Márquez, Edwards Vizcarra Zorrilla y Cesar Asencios Villavicencio, quienes apoyaron y apoyan mis investigaciones en esta provincia, de igual forma al Prof. Franco Solis Benites. A los compañeros Santiago Rivas Panduro, Mario Advíncula y Alvaro Ruiz y Maria Ycela Leyva por sus comentarios a Severine Meunier, Lilyan Soto, Helga Egarter y Fabio Nascimbeni por su apoyo.
  • 5. 5 PROLOGO INTRODUCCIÓN CAMBIOS ESTILÍSTICOS Y DESARROLLO CULTURAL EN HUARICOTO: SIERRA NOR-CENTRAL DEL PERÚ Richard L. Burger Universidad de Yale ...............................................................................................................17 ARQUEOLOGÍA AL NORTE DEL CALLEJÓN DE HUAYLAS: LA GALGADA, TUMSHUKAIKO Y PASHASH Alberto Bueno Mendoza Universidad Nacional Mayor de San Marcos ................................................................... 51 TEORÍA Y MÉTODOS EN CHAVÍN DE HUÁNTAR Roberto Bustamante Vento Universidad Nacional Mayor de San Marcos ....................................................................83 HUARÁS Y RECUAY EN LA SECUENCIA CULTURAL DEL CALLEJÓN DE CONCHUCOS: VALLE DEL MOSNA Hernán Amat Olazábal Universidad Nacional Mayor de San Marcos .................................................................. 97 IDENTIFICANDO EL ÁREA DE DOMINIO RECUAY: UN EXTENDIDO INVENTARIO CERÁMICO PARA LA IDENTIFICACIÓN DE ASENTAMIENTOS RECUAY Steven A. Wegner Instituto Cultural Ancashwain .........................................................................................121 EVIDENCIAS RADIOCARBÓNICAS PARA EL ESTUDIO DE LAS TRANSFORMACIONES CULTURALES EN RECUAY George F. Lau Universidad de East Anglia – Norwich ........................................................................... 135 CONTENIDO
  • 6. 6 TRANSFORMACIONES CULTURALES DURANTE EL INTERMEDIO TEMPRANO EN EL VALLE DE CHACAS: HACIA EL DESARROLLO DE ASENTAMIENTOS COMPLEJOS EN UNA REGIÓN DE LA SIERRA NOR-CENTRAL DEL PERÚ. Carolina Orsini Universidad de Bologna ................................................................................................... 161 WAULLAC Y EL INTERMEDIO TEMPRANO EN EL CALLEJÓN DE HUAYLAS Lilyan Soto Verde Universidad Nacional Mayor de San Marcos ................................................................ 175 HONCO PAMPA: ARQUITECTURA DE ÉLITE DEL HORIZONTE MEDIO EN EL CALLEJÓN DE HUAYLAS Hartmut Tschauner Universidad de Harvard .................................................................................................. 193 PATRONES DE ASENTAMIENTO Y CAMBIOS EN LAS ESTRATEGIAS DE OCUPACIÓN EN LA CUENCA SUR DEL RÍO YANAMAYO. CALLEJÓN DE CONCHUCOS Alexander Herrera Wassilowsky Universidad de Cambridge ............................................................................................... 221 ARQUEOLOGÍA DEL VALLE DEL PUCHCA:ECONOMÍA,COSMOVISIÓN Y SECUENCIA ESTILÍSTICA Bebel Ibarra Asencios Instituto Cultural Rvna ..................................................................................................... 251 SITIOS ARQUEOLÓGICOS EN LOS DISTRITOS DE CHAVÍN, HUÁNTAR Y SAN MARCOS Wilhelm Diessl Sociedad Austriaca de Investigaciones sobre América Latina ........................................ 331 EXPLORACIONES ARQUEOLÓGICAS EN LA CUENCA ALTA DEL RÍO SANTA Angélica Alcalde Universidad Nacional Mayor de San Marcos ................................................................ 371 ANTIGUAS OCUPACIONES HUMANAS EN CUSPÓN: PROVINCIA DE BOLOGNESI Arturo Ruiz Estrada .............. ........................................................................................ 405 Universidad Nacional Mayor de San Marcos CERRO CASTILLO: UN ASENTAMIENTO DEL INTERMEDIO TARDÍO EN HUARI Noemí Ortiz Castillo ....................................................................................................... 417 Universidad Nacional Mayor de San Marcos SISTEMA VIAL Y ASENTAMIENTOS INCA EN LA PROVINCIA DE HUARI Eberth Serrudo Torobeo Universidad Nacional Mayor de San Marcos ................................................................ 429
  • 7. 7 PUEBLO VIEJO: UN CENTRO ADMINISTRATIVO INCA EN EL CALLEJÓN DE HUAYLAS Henry Tantaleán y Carmen Pérez Maestro Univ. Autónoma de Barcelona – Univ. Complutense ................................................... 445 ESPACIO GEOGRÁFICO Y ORGANIZACIÓN DE LOS GRUPOS ÉTNICOS EN EL CALLEJÓN DE CONCHUCOS: SIGLOS XVI – XVII. Miguel León Gómez Universidad de Columbia ................................................................................................. 457 EL SITIO DE RAPAYÁN Y SU DIVERSIDAD ARQUITECTÓNICA DURANTE LOS PERIODOS TARDÍOS Alexis Mantha y Hernando Malca Universidad de Montréal - Universidad Nacional de Trujillo ........................................467 BIBLIOGRAFÍA ...................................................................................................................... 489
  • 8. 8 El patrimonio Cultural del Perú es igualado solo por pocos países y los antiguos restos de la sierra de Ancash están entre los más impresionantes. Esto fue notado ya en el siglo XIX cuando viajeros como Antonio Raimondi, Charles Wiener y Ernest Middendorf cruzaron valles y montañas visitando Chavín de Huántar y otros importantes sitios. La importancia de la prehistoria de Ancash fue confirmada por los resultados de las exploraciones y excavaciones de Tello en 1919, y luego desarrollada por él a lo largo de las tres décadas siguientes, en proyectos tales como Exploraciones en la cuenca del río Puchka en el Alto Marañón en 1934, Exploraciones y excavaciones en el Callejón de Huaylas en 1939. Es asombroso que después de casi un siglo, la arqueología de la sierra de Ancash permanece en un estado relativamente poco desarrollado. Su lento progreso o desarrollo se ha debido en parte por el tradicional énfasis en la arqueología de la costa peruana. Esta inclinación establecida por Max Uhle y seguida pro las siguientes generaciones de arqueólogos venidos de Lima, Trujillo, Berkeley, Cambrigde y otros lugares; reflejo de la orientación costeña en el Perú Contemporáneo es el incremento del poder político y económico que es concentrado en la capital y en las grandes ciudades costeras. Después de la muerte de Tello las dificultades prácticas para llevar a cabo proyectos en la sierra han tenido un fuerte impacto en el desarrollo de estos. No obstante esos obstáculos empezaron a ser superados durante los 60’ y 70’ en la sierra de Ancash por las investigaciones de Amat, Vescelius, Lynch entre otros. Desafortunadamente esta tendencia fue interrumpida por la inestabilidad política y enfrentamientos civiles de la década del 80 e inicios de los 90’. PROLOGO
  • 9. 9 Solo con la restauración de la paz en el interior el país las investigaciones se han incrementado gradualmente y la última década ha sido buena para el desarrollo de nuevos proyectos, tanto por veteranos y jóvenes arqueólogos de campo. La presente publicación bajo la edición de Bebel Ibarra, ahora ya en una segunda edición, representa un importante paso para el desarrollo de un nuevo entendimiento arqueológico de la prehistoria de Ancash. Un punto importante de esta publicación es de brindarnos de una manera conjunta los trabajos de varias generaciones de arqueólogos tanto peruanos como extranjeros. Esto incluye las contribuciones de profesores pioneros como Hernán Amat, Arturo Ruiz y Alberto Bueno, quienes estuvieron conduciendo investigaciones ya en las décadas de los 60’ y 70’. Hay también trabajos como los de Steven Wegner, que se realizaron a finales de los 70’ pero que no fueron publicados por la interrupción de las investigaciones debido a la inestabilidad política de la época. Lo más excitante es: todos los artículos publicados por jóvenes investigadores, quienes llevaron a cabo investigaciones a lo largo de la última década. Estas investigaciones formaron parte de trabajos de tesis, informes de recursos culturales o de proyectos del gobierno. Es notable que muchas de las recientes investigaciones están relacionados con la carrera de arqueología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Amplias regiones han sido cubiertas en esta publicación, los trabajos de Bueno, Soto, Burger, Tantalean y Pérez, Alcalde y Tschauner tratan sobre el Callejón de Huaylas, mientras que Amat, Ibarra, Diessl, Ortiz y Serrudo se concentran en la cuenca del Mosna-Pushca. Herrera discute sobre la cuenca del Yanamayo, y Ruiz sobre las partes altas del valle del río Pativilca. El rango de tiempo abarcado en esta publicación es excepcional, Bueno trata sobre el Precerámico, Burger y Diessl se centran en el Formativo (Período Inicial y Horizonte Temprano), y muchos artículos incluyendo Orsini y Amat están focalizados en el Período Intermedio Temprano - Cultura Recuay (Amat, Orsini y Soto). La publicación también contiene trabajos sobre el poco conocido Horizonte Medio (Lau y Tschauner), el Período Intermedio Tardío (Ortiz) y el Horizonte Tardío (Serrudo, Tantalean y Pérez y León).
  • 10. 10 La diversidad y el rango de los artículos del mismo modo se extienden a las fuentes de la evidencia. Las Técnicas de campo utilizadas varían desde prospecciones, como las empleadas por Herrera e Ibarra, hasta las excavaciones intensivas, como las de Bueno y Lau. El trabajo de Miguel León de gran interés para los arqueólogos está basado en datos provenientes en mayor parte de documentos históricos. La diversidad de trabajos hacen posible tener una amplia compresión de la visión de la arqueología de la sierra de Ancash. La historia prehispánica revela ser una hazaña cultural, cambios radicales en la economía y organización política y cambios en las relaciones con su vecinos de la región. Ibarra y sus colegas están poniendo las bases para investigaciones futuras en esta zona aún desconocida. A juzgar por este volumen el nuevo milenio promete ser la edad de oro de la arqueología en la sierra de Ancash. Richard L. Burger Yale University
  • 11. 11 INTRODUCCION A partir de la última década la región de Ancash a sido objeto de numerosas investigaciones arqueológicas, que aún continúan; la gran cantidad de sitios registrados hasta la fecha, afirman que este territorio es una de las regiones más densas en cuanto a sitios arqueológicos, sitios que se extienden por las diversas épocas o períodos del desarrollo prehispánico. La primera edición de este libro fue un gran aporte para la arqueología peruana, razón por la cual, en esta oportunidad hacemos llegar al lector esta segunda edición ampliada y corregida, esperando seguir avanzando hacia nuestro propósito de ampliar el conocimiento de nuestro pasado, con el cual lograremos el desarrollo de nuestra identidad y la protección del patrimonio cultural. Es a partir del siglo XIX que se señala la importancia de la región de Ancash, acrecentándose los trabajos científicos en los años posteriores (siglo XX y los del presente siglo), surgiendo más preguntas que respuestas sobre aspectos que en algún momento se daban por resueltos tácitamente. Iniciamos con el período precerámico donde los trabajos de Grieder y Bueno en el sitio de La Galgada, aportaron valiosos datos sobre la tradición religiosa de fogones con ventilación, los cuales se halla además en otros sitios, como Huaricoto, Kotosh y Piruro, siendo una incógnita aún el orden del desplazamiento de esta tradición, por un lado (Bueno en este volumen pp 67) señala que a esta tradición se inicia en La Galgada y luego se desplaza hacia otros lugares, cuyos fechados son casi contemporáneos, teniéndose las fechas Tx – 2463: 2,260 +/- 187 20 a.C. para La Galgada (Bueno 1981: 53) y la fecha GaK-766b 1950 +/- 100 para Kotosh (Onuki 1994: 74), mientras que para Piruro se tiene un fechado de 2500 a.C. sin identificación (Bonnier et al 1985: 100). Si tenemos en cuenta que todos los fechados están sin calibrar, deja un margen muy estrecho para asumir desplazamientos, en especial en épocas tan tempranas. Como resultado los problemas de fechados se convertirán en un tema de debate en los próximos años, con los nuevos métodos de calibración de los mismos.
  • 12. 12 Introducción Los trabajos que actualmente lleva a cabo Bueno en el monumental sitio de Tunshucaiko, cuya cronología se remontaría entre los 2550 – 1600 a.C. esperamos puedan dar a conocer las similitudes entre este sitio y La Galgada para esta época. Esperaremos hallar un pozo con fogón central en Tunshucaiko o simplemente las huellas de incineraciones de ofrendas?; tal como sucedió para Huricoto, donde la tradición religiosa no se interrumpió durante unos 2000 años, inclusive en la época Chavín (Burger en este volumen pp. 49). En el trabajo de Burger vemos que la cerámica aparece en la sierra de Ancash hacia los 1800 a.C. con el estilo Toril, fragmentos de este estilo han sido reportados en la región de Conchucos en el sitio de Huarijircan en Huari (Amat 1974: 89, 124). En el Formativo Medio u Horizonte Temprano, período que corresponde a Chavín, las secuencias estilísticas obtenidas (Burger 1998, Lumbreras 1989, 1993), provienen del Templo de Chavín y sus alrededores, nuestras prospecciones en las micro cuencas del Huaritambo, Rurichinchay, y Pushka, revelan la casi total ausencia de material netamente Chavín, lo que significaría que correlacionar secuencias en una misma mircroregión no es posible. Ya que la secuencia estilística que se maneja, se cumple sólo para Chavín y sus alrededores, pues 10 Km fuera de esa área el panorama es diferente, es necesario trabajos de secuencia estilística correlacionadas con fechados radiocarbónicos para poder establecer secuencias a nivel regional o micro regional. Más aún con los problemas de cronología que presenta el templo de Chavín de Huántar, Rick manifiesta no existir evidencia confiable para esta cronología (1998:208). En resumen ¿podremos considerar la secuencia estilística cerámica de Chavín de Huántar como un reflejo en la cuenca del Pushka?. Las investigaciones sobre el Intermedio Temprano, caracterizado por la presencia de la Cultura Recuay, ha sido abordado en los últimos años (Lau 2000, 2001, Orsini 2001, Gero 1999), llegando a desarrollarse temas sobre iconografía, cosmovisión, manejo de espacios, entre otros. Acerca de la cronología Wegner manifiesta que hay dificultad de inferir diferencias temporales dentro del estilo Recuay, dado que no existen mayores datos acerca de la procedencia de los contextos funerarios y de excavaciones llevadas a cabo en basurales o sitios de habitación. La mayor parte de las piezas cerámicas expuestos en los diversos museos provienen de contextos funerarios, sean excavados como es el caso de Pashash (Grieder 1978) o simplemente reunidas por los pobladores de contextos desconocidos (Wegner 2001: 11).
  • 13. 13Introducción En este período numerosos asentamientos han sido registrados tanto para el Callejón de Huaylas (Lau, Alcalde, Soto y Wegner en este volumen) como para la región de Conchucos (Amat, Orsini, Herrera, Diessl e Ibarra en este volumen), notándose en el Callejón de Huaylas la existencia de asentamientos fortificados, además de armas líticas (Lau en este volumen pp. 138). Para la región de Conchucos, específicamente en el valle de Chacas, Orisni (en este volumen pp.167), reporta la presencia de asentamientos fortificados en las punas; Herrera (en este volumen pp. 237-238), reporta asentamientos de puna, al parecer no fortificados. Para la cuenca del Pushca los asentamientos ocupan las laderas, no habiéndose encontrado sitios fortificados para este período (Ibarra en este volumen pp. 268-271). Amat menciona la presencia de un sitio fortificado llamado Upayacu muy cerca a San Marcos (Amat 1974: 231), pero luego señala el mismo sitio, como un adoratorio, sin mencionar las características de fortaleza (Amat 1976: 198). Nuestra visita al lugar, nos lleva a confirmar que dicho se trataría de un «Adoratorio». Como conclusión vemos que en la región de Conchucos, sólo los asentamientos de puna en la zona de Chacas son fortificados, siendo Chacas una de las zona de transito entre Conchucos y Huaylas. Se desconoce las características de los asentamientos para la zona de Pashash. Un aspecto interesante ha surgido a partir de la Mesa Redonda de Arqueología de la Sierra de Ancash (realizada en Cambrigde en 2003) es el estudio de las estructuras funerarias, y una clasificación consensuada de las mismas. Al margen de la clasificación, lo notable es que desde el Intermedio Temprano al Horizonte Medio, el patrón de soterrados o tumbas semisubterráneas, varia hacia chullpas, desconociendo las características de las tumbas en el Horizonte Temprano, aunque se ha ubicado una tumba que correspondería a este período, (Herrera, comunicación personal 2003) la cual consiste es una cista de planta rectangular a ovoidal (Herrera, Lane y Advincula 2002), y en La Galgada, (Grieder, 1997:112) señala la existencia de tumbas en el montículo norte para el período precerámico. Por otro lado, la cerámica es un indicador para determinar la extensión de Recuay, la cerámica Recuay se caracteriza por poseer pasta caolinita, con decoración en pintura negativa, cuyos diseños (como los señala Wegner pp.127 – 133) son mayormente geométricos (rombos, líneas, ondas) y motivos estilizados (Amat pp. 118). Sin embargo, vemos que la cerámica que procede de la parte más oriental del área de Conchucos, (es decir cerca al río Marañón) es diferente, a pesar de la pasta de caolín (Herrera comunicación personal 2003, Ibarra ms). Alcalde ( en este volumen pp. 400), plantea la hipótesis acerca de la difusión de la cerámica Recuay, proponiendo que ésta se difundió desde Pallasca hacia el Callejón de Huaylas al sur, apoyando la
  • 14. 14 Introducción propuesta anteriormente planteada por Bueno (1989:42). Examinando los fechados existentes para ambos extremos, tenemos en Pashash el fechado Tx-1332, 1610+/- 1700 [243 – 638 d.C. sigma 1] y para Chinchawas el fechado AA32365, 1710+/-50 [256 – 408 d. C. Sigma 1], lo cual nos indica que dichos sitios son contemporáneos; la cerámica Kayán está asociada a la cerámica de estilo Recuay (Lau 2001: 23), mientras que en Pashash corresponde a la sub-fase Quimit de Recuay. Por lo tanto la no es posible que ésta se halla desplazado de norte a sur. Un período muy discutible es el Horizonte Medio y la Expansión Wari, a raíz de la publicación del Coloquio Wari – Tiwanaku (Lima 2002), vemos que el estado de las investigaciones apuntan a reducir cada vez más el área de influencia Wari, y afirmar la existencia de Estados independientes. Un sitio asignado a este período es Honcopampa, ubicado en el Callejón de Huaylas, estudiado por Vescelius y Amat en la década de los 60 (Buse 1965), posteriormente excavado por Isbell (1989, 1991) y Tschauner (en este volumen pp. 193-220). Al respecto, Isbell sostenía que las formas de patios concentrados y estructuras en forma de «D» era suficiente indicador como afiliarlo a Wari, mientras que Tschauner en un análisis de la mampostería, y de las formas arquitectónicas existentes en el sitio, llega a concluir que Honcopampa tiene más diferencias que similitudes con Wari, por ello plantea que este centro sería la sede de un señorío local durante el Horizonte Medio y comienzos del Intermedio Tardío. En las excavaciones de Isbell (1991) se revela la presencia de cerámica Recuay hecha de caolinita, lo cual nos sugeriría la antigüedad del sitio. Por otro lado Tschauner (en este volumen pp. 218) señala que un rasgo significativo de Honcopampa es la presencia de chullpas, las cuales no existen reportes de su presencia en la región de Ayacucho. Lau (2002: 279-304) señala que la presencia de chullpas, durante el Horizonte Medio en el Callejón de Huaylas, es una demostración del poder de los señores locales frente a la influencia Wari, poder que se va traducido en la representación en algo tan importante como el culto a los ancestros -como una manera de inmortalizarlos-. En la cuenca del Pushka, los asentamientos exclusivamente del Horizonte Medio no han sido identificados, igual sucede en la cuenca del Yanamayo (Herrera en este volumen); nuestras excavaciones en el sitio de Chuspijirka, revelan estructuras en forma de «D» cuya forma es el resultado de ampliaciones y adhesión de muros, esperamos en los próximos años contar con más información.
  • 15. 15 Introducción Bebel Ibarra Asencios Lima, Octubre 2004 El estudio de los períodos tardíos, es poco realizado y difundido, a pesar de la gran cantidad de asentamientos, debido a un problema, sucede que la cerámica (elemento que nos permite hacer asociaciones cronológicas) es muy escaso, pues la mayoría son fragmentos «toscos» con escasa decoración, sumado a que las características de los asentamientos son muy similares lo que dificulta hacer asociaciones entre estos con determinados grupos étnicos. El trabajo de León Gómez es pionero pues aporta importantes datos sobre los grupos étnicos a finales del siglo XVI, en base a documentos históricos; que nos ayudan a tener un punto de apoyo para la diferenciación arqueológica de los distintos grupos étnicos. Participantes en la Mesa Redonda de Arqueología de la Sierra de Ancash llevada a cabo el 10 de diciembre del 2003 en Cambrigde - Inglaterra. De izquierda a derecha Whilhem Diessl, Kevin Lane, Nathaniel Van Valkenburg, George Lau, Gabriel Ramón, Alexander Herrera, Carolina Orsini, Claudia Grimaldo y Bebel Ibarra.
  • 16. 16
  • 17. 17 INTRODUCCIÓN Huaricoto uno de los centros ceremoniales más antiguos de Sudamérica, tiene la más grande historia documentada de cultos religiosos. Este pequeño montículo artificial está ubicado sobre una pendiente profunda de la Cordillera Blanca, en el centro del Callejón de Huaylas, uno de los valles más grandes y productivos de la sierra del Perú; el Callejón de Huaylas es conocido por tener rol económico y político importante en el Perú prehispánico. Huaricoto (2750 m.s.n.m.) tiene un clima helado durante todo el año y las cumbres glaciares proveen agua para la irrigación de las tierras aledañas durante casi todo el año. Las zonas fértiles son usadas para el cultivo de maíz y otros granos de la zona quechua (Pulgar Vidal n.d). Las excavaciones realizadas en Huaricoto entre 1978 y 1980 descubrieron una serie de 13 construcciones superpuestas hechas para la incineración de ofrendas bajo la tierra, estos rasgos se mantuvieron entre los 2200 a. C. y 200 a. C. Otros centros religiosos con rasgos arquitectónicos similares también han sido descubiertos en los andes occidentales (La Galgada),hacia el oriente (Kotosh) y en los valles interandinos (Huaricoto y Huacaloma) (Fig. 1). Esasíqueunextensosistemareligioso seiniciaenelPeríodoPrecerámicoTardíoyahoraconocidocomolatradiciónreligiosa Kotosh (Burger y Salazar Burger 1980). Las creencias y rituales asociados con esta tradición son pobremente comprendidos o entendidos, pero un rasgo que se repite es la inusual limpieza de las áreas ceremoniales, quizá como una expresión de la pureza que el lugar representó. No sólo los pisos y las edificaciones estaban limpias, sino también la arcilla y los depósitos de piedras usadas para enterrar las ofrendas religiosas estaban libres de desechos. Cualquiera que sean los conceptos específicos implicados, esta situación particular de depósito constituyó el mayor obstáculo para la formulación de una secuencia cultural en Huaricoto (Burger y Salazar Burger, l985). Sólo durante la fase final fue posible que aisláramos y excaváramos muestras estratificadas de desechos contemporáneos a la arquitectura religiosa. CAMBIOS ESTILÍSTICOS Y DESARROLLO CULTURAL EN HUARICOTO Sierra Nor-central del Perú RICHARD L. BURGER Universidad de Yale richard.burger@yale.edu
  • 18. 18 Este artículo presenta el análisis de las colecciones Huaricoto, depositadas en el Museo Regional de Huaraz, y considera sus implicancias para la Prehistoria Peruana temprana. El Templo Huaricoto fue utilizado en el momento en que la civilización peruana apareció en la costa del Pacífico y en Chavín de Huántar. Esto podría ser interpretado como el proceso cambiante de una organización social, económica y religiosa en el Callejón de Huaylas, localizado entre ambas (costa y Chavín de Huántar), pudiendo ser crítica para entender la relación entre las civilizaciones tempranas de la costa y de la sierra. La secuencia de Huaricoto es la primera en ser delineada para el Callejón de Huaylas y como tal, también proporciona la primera imagen de la dinámica interna de esta transformación crítica. La primera secuencia de cerámica de Huaricoto se compone de dos estilos del Período Inicial, Toril y Huaricoto, seguido por tres estilos del Horizonte Temprano, Capilla Temprano, Capilla Tardío y Huarás (Fig. 2). El estilo Huarás y otros estilos post-Chavín del Callejón de Huaylas han sido descritos en anteriores investigaciones (Bennett 1944). Julio C. Tello (1960: 27,36) recuperó materiales de Chavín en el sitio de Pomakayan en Huaraz, pero nunca publicó esos resultados. Wendell Bennett (1944) excavó varios sitios en el Callejón de Huaylas en 1938, pero nunca encontró ocupaciones Chavín o pre-Chavín. Gary Vescelius y Hernán Amat fueron los primeros arqueólogos en descubrir depósitos de cerámicas que datan del período Inicial Temprano en el Callejón de Huaylas. Asociados al Proyecto Cornell Vicos, ellos iniciaron su investigación en la región de Marcará en 1961 y en sus inspecciones ubicaron un número de sitios tempranos, incluyendo Huaricoto. En Huaricoto, en el corral usado para los toros antes de la corrida anual (el Toril), una excavación reveló 7 m. de materiales culturales, incluyendo un estilo del Período Inicial Temprano que ellos denominaron Toril. Desafortuna- damente sus descubrimientos sólo fueron publicados de forma abre- viada (Buse, 1965: 328-333, Lanning, 1967: 92-93, Patterson, 1971: 37-40). Sin embargo, Vescelius y Amat proveyeron información que facilitó nuestras excavaciones. En recono- cimiento a su trabajo, sus términos «Toril» y «Capilla» han sido mantenidos, aunque la presente secuencia está basada únicamente en el análisis de las colecciones de nuestras excavacionesde1978a1980. Lima Cuzco Iquitos Cajamarca Arequipa Huaca Loma La Galgada HUARICOTO Chavín de Huántar Kotosh BRASIL BOLIVIA COLOMBIA ECUADOR OCEANO PACIFICO Fig. 1 Centros Religiosos en los Andes del Perú Cambios estilísticos y desarrollo cultural en Huaricoto
  • 19. 19 ESTILO TORIL La cerámica del estilo Toril estaba aislada a sólo unos cuantos metros de donde Vescelius y Amat habían recuperado materiales similares. (H. Amat comunicación personal). Esta es una de las partes más profundas del lugar y los materiales culturales en esta fosa o trinchera alcanzaron una profundidad de 6 m. La cerámica de estilo Toril estaba absolutamente ausente en la superficie y otras excavaciones. Los materiales de la fase Toril estaban sobrepuestos a una plataforma Pre-Cerámica Tardía y a artefactos de la fase Chaukayán. Las capas de roca conteniendo las cerámicas distintivas del estilo Huaricoto estaban tendidas sobre los materiales estilo Toril. Los materiales orgánicos no carbonizados estaban asociados con la Fig. 2 Cronología de las ocupaciones y estilos cerámicos tempranos en Huaricoto y otros sitios de los andes peruanos Cronología Cronología C14 Chavín de Relativa sin corregir Huántar Kotos h Huarás Huarás Sajara - Horizonte 200 a.C. Patac Temprano Late Capilla Kotosh Chavín 600 a.C. Early Capilla Urabarriu 1000 a.C. Kotosh Kotosh Período 1400 a.C. Inicial Kotosh W airajirca 1800 a.C. Período Kotosh Precerámico Mito Tardío 2200 a.C. Toril Chaucayán Huaricoto Kotosh Janabarriu Chakinani Huaricoto Richard L. Burger
  • 20. 20 cerámica Toril y no con los fechados radiocarbónicos para hacer esto más útil. Sobre la base de su posición estratigráfica y las comparaciones con otras secuencias conocidas, la fase Toril puede ser tentativamente asignada al Período Inicial Temprano (1800 a 1400 a.C.) La siguiente descripción está basada en una muestra de 1133 fragmentos de los cuales sólo 60 son bordes. La cerámica Toril fue hecha pobremente, rara vez decorada y en pocas formas. Formas Los fragmentos de los bordes recuperados son específicamente de ollas sin cuello (i.e. vasijas globulares con lados convexos y un borde recto) que probablemente sirvieron para cocinar y como tazones de poca profundidad. No hay evidencia de jarras, botellas o platos planos. El 82% de los bordes pertenecen a ollas sin cuello, probablemente fue la forma dominante usada en el lugar. Ollas sin cuello fueron producidas: una pequeña con una entrada cuyo diámetro era de 11 a 15 cm. y otra mediana con un entrada cuyo diámetro era de 18 a 23 cm. Cuatro ejemplares de ollas sin cuello aparecen en la colección del estilo Toril. Ollas sin Cuello Olla sin Cuello 1 (Fig. 3) .- Tiene una inflexión o dobladura distintiva debajo del borde. Su forma recuerda a una botella trunca en forma de calabaza, las paredes son delgadas, el grosor del cuerpo está entre 3 a 5 mm. y el borde promedia 3 mm. Las vasijas son uniformemente pequeñas, con un diámetro de entrada de sólo 13 cm. (extensión 11 a 14 cm.). El exterior fue pulido por un material metálico sin purificar que contenía azufre o por pequeñas capas de barniz, dejando una superficie ligeramente irregular con huellas débilmente visibles. Una delgada franja roja era aplicada en algunas vasijas antes de ser quemadas, pero el color de la superficie de éstas y otros vasijas muestran una considerable variación causada por desiguales condiciones del quemado u cocción. Son algo comunes sombras (del fuego) especialmente cerca al borde. La oxidación era el modo de cocción dominante y consecuentemente, la mayoría de fragmentos eran rojos o anaranjados. Estas inclusiones (no plásticas) en el cuerpo son grandes, incluyendo granos medianos (0.25 a 0.5 mm.) y gruesos granos minerales (0.5 a 1mm.). Algunas de estas inclusiones son cuarzos o cristales de roca, que tenían una inversión de 573º C de temperatura. Durante la cocción, los cambios de volumen de las inclusiones de cuarzos fueron bien marcadas en la fabricación de vasijas delgadas y producían grietas radiales y un menor descascaro de la superficie (Rye, 1981: 107, 114). El interior estaba terminado con un pulido desigual. Olla sin Cuello 2 (Fig. 4).- Tiene hombros altos y el borde siempre delgado. El exterior de estas vasijas es generalmente de un color gris muy oscuro por la reducción y tiznado. La superficie externa usualmente era pulida terminando en mate compacto y las marcas estaban en el lado izquierdo de la superficie desigual. El interior por ser la mayor parte era limpiado para crear una superficie lisa, aunque Cambios estilísticos y desarrollo cultural en Huaricoto
  • 21. 21 algunos estaban incompletamente pulidas. Los fragmento de la Olla sin Cuello 2 despliega el mismo efecto de cocción descrito para las Ollas sin Cuello 1. Estas vasijas eran algo delgadas, con el borde principal de 4.5 mm. y el cuerpo de 4.6 mm. de grosor. Algunos de los bordes reparados eran lo suficientemente grandes como para determinar su diámetro: tres fragmentos produjeron medidas de 13 cm. y dos de 23 cm. La Olla sin Cuello 3 (Fig. 5).- Tiene hombros medianos, sin inflexión debajo del borde. El acabado de estas vasijas varía de las dos formas arriba descritas. El exterior era rojo y oxidado a pesar de tener nubes de fuego y tiznado, la coloración roja usualmente es visible. La superficie es pulida a un mate final y no termina en marcas de despliegues o grietas en forma de estrellas. El interior que corresponde al 42% de la muestra, es raspado y áspero, mientras que el resto está incompletamente pulido o ligeramente liso. Los dos tamaños de estas ollas varían desde 12 a 15 cm. y de 18 a 22 cm. de diámetro. Los bordes promedian 5.4 mm. de espesor, a menudo 1 mm. más que en el resto de las vasijas. Olla sin Cuello 4 (Fig. 6).- Tiene hombros pequeños y un borde decorado. La decoración es reconocida por la forma alta y, algunas veces por los cortes poco profundos en el borde plano hechos cuando la vasija estaba en estado cuero. Un borde áspero irregular fue hecho cuando la arcilla estaba casi seca. El tratamiento de la superficie varía considerablemente. En los dos vasijas el borde era adornado en un estado seco y el rasgado exterior era áspero, picado y ligeramente desigual. Otras vasijas están desigualmente pulidas o de un liso limpio. Muchas muestran huellas de franjas rojas, frecuentemente borradas por una reducción de un último minuto, formas de nubes quemadas o tiznado. El interior de muchas de estas vasijas es rasgada y áspera, ambas superficies, interior y exterior son mate. A pesar de la pequeña muestra, hay evidencia de una pequeño vasija de 14 cm. y otra de un tamaño más grande promediando de 19 a 21 cm. El grosor de los bordes mide 5.8 mm. La ausencia de grietas en forma de estrellas es probablemente debido al moderado espesor de estas vasijas. Tazones El Tazón 1 (Fig. 8) .- Es una vasija de poca profundidad con paredes delicadamente convexas, con un ángulo no muy claro y un fondo ligeramente cóncavo que recuerda a las calabazas. Todas las muestras tienen bordes directos y labios planos. Sólo uno de los tazones tiene un mate al exterior; la excepcional pieza fue pulida y tenía un ligero lustre con marcas de un acabado altamente visible. El tratamiento del interior es similar al exterior, pero ligeramente más áspero, en las tres vasijas la superficie interior pudo haber sido rasgada antes de ser frotada ligeramente. Los dos fragmentos del tazón con bordes lo suficientemente grandes como para determinar el tamaño muestran 15 cm. de diámetro. El grosor promedio de éstos es de 4 a 6 mm. en el borde y 5 mm. en el cuerpo. Richard L. Burger
  • 22. 22 Tazón 2 (Fig. 7).- Es un vasija poco profunda con paredes rectas convergiendo (o dirigiéndose a un mismo punto) en un ángulo agudo (55 a 65º). El exterior es pulido o liso con una superficie mate y el interior siempre era tratado con un cuidado ligeramente menor que el exterior. Por ejemplo, el interior de las piezas con exterior liso eran simplemente rasgadas y ligeramente ásperas. No es posible distinguir si el tratamiento interior de los tazones estilo Toril y las ollas sin cuello suponen diferentes funciones. Los fragmentos de los bordes del Tazón 2 y los ángulos básicos son extremadamente raros. Un fragmento de borde indica un diámetro de 15 cm. y un fragmento sugería la existencia de alguna pieza más grande quizá de 22 cm. Estos tazones eran de 4.5 a 6 mm. de grosor, con un borde promedio de 4.5 mm. Fig. 3 Olla sin cuello 1; Fig. 4 Olla sin cuello 2; Fig. 5 Olla sin cuello 2; Fig. 6 Olla sin cuello 4; Fig. 7 Tazón 1; Fig. 8 Tazón 2; Fig. 9 Aplicaciones incisas. ESTILO TORIL Cambios estilísticos y desarrollo cultural en Huaricoto
  • 23. 23 Decoración La decoración es rara en la fase Toril sólo el 0.3% de la muestra. En todo caso, la decoración parece haber sido aplicada en la mitad o en el exterior inferior de las Olla sin Cuello 1 y 2; tres fragmentos muestran una banda aplicada con cortes profundos hechos mientras la arcilla aún estaba húmeda (Fig. 9). Otro fragmento tiene un corte y dos puntuaciones profundas hechos con un fino punzón (1 mm) en zonas. Un fragmento de la fase Toril muestra dos líneas paralelas cortadas dentro de la superficie exterior y hechas antes que la vasija sea cocida. No esposible deter- minar si estas marcas fueron parte de un patrón de decoración intencional o si fueron el resultado de un daño o una modificación casual post-productiva. ESTILO HUARICOTO La cerámica de la fase Huaricoto fue hallada en varios lugares. Uno fue relativa- mente importante porque define la cronología relativa a causa del enorme tamaño de las muestras (2132 fragmentos) y su ambiguo contexto estratigráfico entre el lecho más bajo, conteniendo fragmento Toril y los lechos superiores asociados con el estilo Capilla Tardío. La colección de cerámica del estilo Huaricoto se asemeja a la del estilo Toril, en su ordenamiento, lo limitado de sus formas y la continuada predominancia de ollas sin cuello y tazones con bordes simples. Por otro lado las técnicas decorativas son más amplias, (1.1% en Huaricoto y sólo 0.3% en el estilo Toril). Las claras dificultades técnicas de la producción de cerámica en la colección Toril aparente- mente habían sido resueltas en la fase Huaricoto. La forma de nubes quemadas no es frecuente y las rajaduras en forma de estrellas están totalmente ausentes. La cerámica del estilo Huaricoto es más elaborada y comparable en calidad con otros estilos alfareros del Período Inicial Tardío en los Andes Peruanos. Forma: Ollas sin Cuello Las ollas sin cuello son la forma más popular en el estilo Huaricoto, incluyendo el 49% de una de las muestras. Las ollas sin cuello de la fase Huaricoto son general- mente mejor acabadas y más frecuentes que el estilo Toril. Olla sin Cuello 1.- Son sustancialmente menos populares en la fase Huaricoto y éstos constituyen el 0.4% de los fragmentos de los bordes. Las descripciones de muchas de estas piezas corresponden a la fase precedente, a excepción de un fragmento que presenta un modo diferente de modificación del borde (Fig. 10). Esta pieza única, tiene un labio grueso de 7mm. y el grosor del cuerpo de 5mm. dimensio- nes significativamente más grandes que aquellos fragmentos de las Olla sin Cuello 1 de la fase Toril. Sin embargo, el diámetro de la entrada es de 14 cm. y el mate quemado y nublado rojizo de la superficie de esta pieza no se diferencia de los vasijas del estilo precedente. Richard L. Burger
  • 24. 24 La Olla sin Cuello 4 y 3.- Tienen lados bajos y relativamente verticales bien ordena- das para la decoración. El ángulo de la pared se ubica de 45 a 70 º. Estas formas difieren de su antecesora; Olla sin Cuello 3 es más grande, gruesa, mejor acabada, frecuentemente adornada con gracia e incorporando nuevos maneras en la modifi- cación de sus bordes. El diámetro de la boca de las Olla sin Cuello 4 promedia entre 20 a 30 cm. y el grosor de las paredes de 5 a 9 mm. El exterior de éstas generalmente es pulido con una superficie lisa regular y un bajo lustre o mate final. Las líneas horizontales pulidas usualmente son visibles y la cubierta a menudo es incomple- ta. Las franjas rojas han sido aplicadas al exterior en un 88% de la muestra, pero ocasionalmente estaban limitadas por una franja alrededor de la boca (Fig. 11a). El interior de las vasijas no están cuidadosamente acabadas y tienen una superficie irregular áspera con finas estrías o ranuras producto de un frotado final o raspadu- ras. Una pequeña proporción de las Ollas sin Cuello 4 están decoradas. El modo más común de decoración es una banda sombreada debajo del borde y sobre el asa. Esta banda generalmente está ubicada de 8 a 13 mm. debajo de la boca y formada por dos incisiones paralelas construyendo un campo horizontal llenado con inci- siones oblicuas paralelas (Fig. 11b). Las bandas no están estandarizadas en ancho o composición. La orientación y espacio del sombreado varía. Las líneas sombreadas pueden ir de izquierda a derecha o viceversa, y sus direcciones oblicuas se ubican de 20 a 70º o de 110 a 160º. Las líneas anchas eran grabadas cuando la vasija estaba en estado cuero. En algunas bandas, las secciones sombreadas y las sombras traza- das se alternan. Algunos vasijas parecen haber sido decoradas con bandas exclusiva- mente llenadas con sombras trazadas (Fig. 11c). Frecuentemente, las incisiones sobre las ollas sin cuello oscuras estaban cu- biertas por un pigmento rojo post-cocción (Fig. 11d). Alternativamente, los vasijas eran rojas, luego que las bandas habían sido incisas, pero las áreas sombreadas eran dejadas sin pintar, de modo que luego de la cocción, el tostado y el oxidado el color natural de la banda contrastaba con la superficie roja sobre y bajo ésta (e.g. Fig. 11b). La banda decorada a menudo era dejada sin pulir, por medio de esto, creaban un contraste de textura con las zonas cercanas. Una pieza de Olla sin Cuello 4 presentan una banda cubierta con pequeñas incisiones verticales en forma crecien- te, probablemente hecha con la uña del dedo, antes de ser sombreada. En otra mues- tra, las sombras que cruzan cubre el hombro superior y el lado del hombro decorado (Fig. 11f). La puntuación también decora el exterior de las Olla sin Cuello 4. En el último de los casos, la superficie parece estar cubierta con pequeñas puntuaciones. En otras muestras las puntuaciones están limitadas sin complicadas zonas corta- das (Fig. 11d, 11g, 11h). La Olla sin Cuello 5.- Es la forma más común de los vasijas en el estilo Huaricoto, comparativamente no es refinada, sin decoración y con un borde grueso (Fig.12).Losdelasparedesmásaltasformanunángulode30a45º.Elexteriordeestas vasijas es generalmente liso con un mate final y puede tener una cubierta roja. Las vasijas son de color gris a marrón, que dependieron de las condiciones de cocción. El interior es áspero y usualmente muestra evidencias de raspaduras o rasguños. El Cambios estilísticos y desarrollo cultural en Huaricoto
  • 25. 25 borde promedia de 7 a 10 mm. de grosor y las paredes 2 a 3 mm. más delgadas. El diámetro de la boca se ubica de 16 a 33 cm. (moda 20 cm.). Nueve formas de borde pueden ser documentadas. Tazones Los tazones son comunes en el estilo Huaricoto, comprendiendo el 51% de los fragmentos de borde. Cuatro formas de tazones son nuevas en este estilo, con varias variantes y varios tipos de decoración en el exterior. Tazón 2 .- Son populares en el estilo Toril, pero raros en el estilo Huaricoto. Los fragmentos recuperados se parecen a aquellos de la fase más temprana por su tamaño (16, 20, 24 cm.); grosor (cuerpo, 4 a 6 mm. y borde de 5 a 6 mm.) y acabado; una diferencia es el uso del rojo en una de las vasijas. Tazón 3.- Tiene los lados claramente verticales, los ángulos de sus paredes son de 100 a 120º, la mayoría de ellas con un promedio de 100 a 110º. Las paredes son rectas o claramente cóncavas, distinguiéndose de los fragmentos utilitarios el Ta- zón 3 es más hondo que el Tazón 1 y 2. Dos ejemplares de esta forma, tienen una porción de la base intacta y en ambos casos los puntos finales son distintos; en un lado donde el fondo es reconstruible, éste es casi plano (Fig.13). El promedio de los Tazones 3 fluctúa de 16 a 25 cm., con un medio de 22 cm. Tres fueron pulidos en el exterior y se les dio un bajo lustre, pero restos de líneas pulidas permanecen como finas estrías. El interior está también cuidadosamente acabado y usualmente tiene una superficie lisa y bajo lustre comparable al exterior. Los vasijas eran tiznadas de gris oscuro a negro o pintadas de rojo. La superficie externa de estos tazones era un lado popular para la decoración en el estilo Huaricoto. Un rasgo decorativo común es una sola línea grabada bajo el borde;unaincisiónanálogafrecuentementerodealabase.Enalgunoscasos,elrojoera usadoselectivamenteparapintarzonasdefinidasporincisión(Fig.13a),mientrasque enotros,pigmentosrojospost-coccióncubrenlasincisionesenlosexteriores(Fig.13b, c). Las incisiones generalmente eran hechas en arcilla estado cuero, pero en algunos casos, la arcilla era secada lo suficiente para ser desmenuzada a lo largo de todas las líneas grabadas. Algunos Tazones 3 estaban divididos dentro de una serie paralelos rectangulares llenados con líneas verticales paralelas muy espaciadas (Fig. 13b), o líneas horizontales paralelas estrechamente espaciadas. Los paneles con diferentes técnicas decorativas frecuentemente alternan. Otros están decorados con repetitivos diseños geométricos, tales como modelos de escalones (Fig. 13a, c) Las puntuaciones, ya sean solas o en combinación con elementos más lineales, fueron encontrados en varios fragmentos de bordes y cuerpo (Fig. 13c). Tazón 4.- Es de forma simple de poca profundidad y lados convexos. El ángulo básico no es evidente y éste probablemente tuvo un contorno simple, con un fondo poco profundo. Dos tamaños de Tazón 4 parecen haber sido producidas, uno de ellos de 16 a 19 cm. y el otro de 23 a 29 cm. Las paredes tienen un promedio de 5 a Richard L. Burger
  • 26. 26 7 mm. y usualmente un espesor adicional de 2 a 3 mm. en el borde. La mayoría de las muestras han sido dejadas con un endeble pigmento rojo y pulidos a un bajo lustre o un mate final tanto en el interior como el exterior. Sobre los fragmentos decorados una línea horizontal divide el lado sin decoraciones bajo el borde del lado que está decorado hasta la mitad. Cortes verticales dividen los paneles llenados con pun- tuaciones o incisiones (cortes) horizontales (Fig. 14b). Un Tazón en miniatura es una pequeña versión inusual del Tazón 4. representado por un solo fragmento, el cual tiene 4 mm. de espesor y 5.5 cm. de diámetro. El natural color oscuro de su superficie es pulido a un mediano lustre. Fig. 10 Olla sin cuello 1, único fragmento; Fig. 11 a, b, c. Olla sin cuello 4 ESTILO HUARICOTO Cambios estilísticos y desarrollo cultural en Huaricoto
  • 27. 27 ESTILO HUARICOTO Fig. 11d,e,f y g. Olla sin cuello 4; Fig. 11h Olla sin cuello 4; Fig. 12 Olla sin cuello 5, sin decoración. Richard L. Burger
  • 28. 28 Tazón 5.- Es poco profundo con lados convexos o encurvados. Éstos son versiones más finas de las Ollas sin Cuello 4; pero son menos limitados y su interior está cuidadosamente acabado, de una manera comparable a las otras formas de Tazón del estilo Huaricoto. Su tamaño va de 11 a 22 cm. con una moda de 16 cm. el interior y el exterior, son comúnmente pulidos a un bajo lustre con una superficie igual o llana. Estos vasijas a menudo fueron decorados con bandas paralelas rodeando la vasija (Fig. 15a, b). En otros casos, estos lados son adornados con triángulos pen- dientes o hemisferios llenados con puntuaciones (Fig. 15c). Tazón 6.- Es un raro tazón limitado con lados rectos o ligeramente convexos y un ángulo de la pared de aproximadamente 130º. Dos fragmentos con diámetros reconstruibles midieron 18 cm. y 23 cm., una pared de 4 a 6 mm. de grosor e incrementándose de 8 a 9 mm. en el borde. Unfragmento es oscuro y tiznado, mien- trasotrosdossonrojos.Lostresfragmentosdenuestramuestraestánpulidosaunbajo lustre, y dos de ellos tienen decoraciones incisas en el exterior (Fig. 16). Decoración Aplicado Un variado número de técnicas decorativas han sido aplicadas durante la fase Huaricoto, ladecoracióndominantedelafaseToril,aparecesóloendosfragmento,el máspequeñotieneunaaplicaciónde11mm.deespesorsobreelcuerpodeunaollasin cuello.Eladornomide19mm.dediámetroy hasidocortadaen4pequeñasincisiones paralelas en su lado más alto. El segundo ejemplo de aplicación grabada está agrega- doaunavasijaprobablementeunaolla,paraformaralgoasícomounacapadeprotec- ción extendiéndose a 17 mm. de la vasija ( Fig.17a). Esta proyección mide 8 cm. de longitud y un promedio de casi 1 cm. de espesor. Ésta pudo haber servido como una asa lateral. El lado más alto del aplicado fue cortado con siete líneas diagonales paralelas, mientras la arcilla aún estaba húmeda. Las incisiones eran bordeadas por pequeños montículos de arcilla y cubiertos con un pigmento blanco (post-cocción). Pintado El uso pintura post-cocción fue una introducción tecnológica significante en el estilo Huaricoto. Un solo fragmento de Tazón 4 está decorado con líneas verticales cubiertas con pintura post-cocción rojo, amarillo y blanco. Este uso de pigmentos post-cocción contrasta excepcionalmente, comúnmente se uso un solo color, el rojo, que era aplicado para incrementar la visibilidad de las incisiones. Los pigmentos post-cocción solo eran encontrados sin incisiones y puntuaciones en oscuro, aunque numerosas muestras de incisión y puntuación mostraban alguna evidencia de pintura post-cocción. La pintura permaneció limitada a los tonos rojos usados previamente en el estilo Toril, pero el franjeado fue manipulado en un primer momento para servir para decoraciones más complicadas, tales como algunas zonas selectivamente coloreadas para el contraste. En un número de casos el pigmento rojo se esparce dentro de la zona sin franjas, reflejando una falta de control o cuidado (Fig. 17b). Cambios estilísticos y desarrollo cultural en Huaricoto
  • 29. 29 ESTILO HUARICOTO Fig. 13a y b Tazón 3 Fig. 13c Tazón 3; Fig. 14 Tazón 4; Fig. 15 a Tazón 5. Richard L. Burger
  • 30. 30 Inciso En el estilo Huaricoto, la decoración incisa es extensa y variada. Las incisiones son usadas para formar simples diseños geométricos, para separar y delinear zonas decorativas, para dar textura a las zonas, sombrear y representar motivos curvilíneos complejos. Nuestro conocimiento del tema es particularmente pobre o escaso, debi- do a las limitaciones de nuestra colección de fragmentos. Puntuación o Punteado La puntuación es uno de las nuevas maneras más significativas de decoración. Es posible distinguir varios tipos de puntuación que caracterizan a la fase Huaricoto: circular(17c), ovoide (Fig. 14b), irregular (13c), rasguños (17d), y en forma de gotas o lágrimas (17e). Cada uno de éstas aparecen en variados tamaños y contextos. Lo más distintivo son las irregulares puntuaciones que tiene desiguales picos o pun- tas recortadas en los bordes, quizá como resultado del estado seco de la arcilla, cuando éste era impreso, o la forma irregular de la herramienta empleada para hacer las puntuaciones. La variedad en el tamaño y forma de las puntuaciones tiene una analogía en la falta de estandarización de las otras técnicas decorativas, como la incisión. Aunque muchas incisiones eran hechas en el estado cuero de la arcilla, ejemplos de incisiones sobre arcilla húmeda y seca son numerosos, así como una pieza con incisiones hechas post-cocción. Variaciones Tres técnicas decorativas aparecen sobre únicos fragmentos. Estas piezas pueden haber sido importadas a Huaricoto desde las áreas con otras tradiciones tecnológi- cas. Un pequeño fragmento de una vasija tiene bandas de grafito pintadas en fran- jas rojas; la superficie de ésta es más llana que los otros fragmentos Huaricoto y su interior es más áspero e irregular. Inusuales inclusiones toscas y blancas pueden ser vistas en la pasta. Otro fragmento también de franjas rojas limitando la vasija, tiene bordes dentados de un 1.5 mm. de espesor. Es más suave (2/3 sobre la escala Moh) y completamente más oxidado que lo normal. Un inusual tercer fragmento probablemente una botella tiene un motivo curvilíneos grabado tipo Chavín, llena- do con pintura rojo post-cocción (Fig. 19). Es conocido como exótico reducido por el fuego, la abundancia de finas inclusiones de mica y el muy regular pulido donde las marcas han sido borradas. ESTILO CAPILLA TEMPRANO Está debidamente ubicado dentro de la secuencia de Huaricoto, sin embargo sobre una antigua terraza se hallaron fragmentos que difieren a los estilos del Período Inicial y Capilla Tardío hasta ahora descubiertos. Estos materiales están mezclados con algunos fragmentos Huaraz; fragmentos intrusivos tardíos pudieron ser colo- cados sobre una base tipológica, dejando una indicación preliminar de ésta distin- tiva colección. Con seriaciones y datos cruzados de sitios contemporáneos estos materiales pudieron ser colocados cronológicamente entre las colecciones Huaricoto Cambios estilísticos y desarrollo cultural en Huaricoto
  • 32. 32 y Capilla Tardía y tentativamente se les fecho a los inicios del Horizonte Temprano. La siguiente descripción no intenta definir el estilo a causa de los problemas y el pequeño tamaño de la muestra, pero se definen algunos de sus rasgos distintivos del estilo. Formas: Ollas sin Cuello Se asemejan a las del estilo Huaricoto, pero una distintiva modificación en el borde de las Ollas sin Cuello 5 fue introducida, un rollo de arcilla fue agregado al interior del borde engrosándolo y dejando el labio redondeado, el cual no cubría entera- mente la unión del rollo con el cuerpo de la vasija (Fig. 20). Esta forma fue popular en la fase Urabarriu de Chavín de Huántar (Burger, 1984: Fig. 64). Un pedazo de arcilla del cuerpo de una de estas ollas exhibe impresiones puras en el interior, una técnica que en Chavín de Huantar fue principalmente usada en la producción de las ollas sin cuello durante el Período Inicial Tardío (Burger, 1984: 71-73) Tazones Los tazones con decoración exterior, son particularmente comunes en el estilo Capilla Temprano. La forma más común es el Tazón 3, una vasija con orificio cerca de las paredes verticales (Fig. 21a –d). El grado de profundidad es más marcada en este estilo que en el estilo Huaricoto, con una aparente preferencia por los bordes gruesos y labios planos. El cambio de decoración de estos tazones es más notable que la modificación de sus formas. Primero la incisión horizontal bajo el borde es omitido y la decoración se extiende y algunas veces aún cubre las zonas adyacentes al borde (Fig. 21a, b). Segundo, motivos curvilíneos cortados o grabados aparecen en los tazones que fueron hechos mientras la arcilla estaba en estado cuero. El fondo algunas veces es texturado con estampado de rocas o puntuaciones. El color de estos tazones es gris oscuro o rojo y la calidad del pulido es superior a la colec- ción Huaricoto. Jarras Las jarra y botellas son dos nuevas clases de vasijas que aparecen en Huaricoto durante la primera época del estilo Capilla Temprano. La Jarra 1 es la única forma de jarra documentada para este estilo, tiene un cuello corto cóncavo y un borde con un ángulo de 110 a 120º (Fig. 23a, b). El diámetro de la boca de estas vasijas promedia de 5 a 8 cm. pero el cuello se estrecha a 4 cm. de diámetro cerca del cuerpo. El cuerpo de estas jarras tienen 3 a 4 mm. de espesor y con un adicional de 2 a 3 mm. en el borde. El tratamiento de la superficie está entre el fino tratamiento de los tazones y botellas y el tratamiento menos cuidadoso de las ollas sin cuello. La superficie usualmente era pulida a un bajo lustre o a un mate, con algunas huellas de marcas pulidas. Un fragmento (Fig. 23a) tiene una línea cortada o incisa rodeando el lado superior de la asa pero decoración adicional no es visible. Botellas Cambios estilísticos y desarrollo cultural en Huaricoto
  • 33. 33 Dos fragmentos son las únicas evidencias indiscutibles de la presencia de botellas en este estilo. Estas piezas probablemente derivan de botellas de un solo cuello ya que fragmentos estribos no fueron recuperados en el estrato de Capilla Temprano. Los diámetros del borde de las botellas son de 3 y 5 cm. Ambas piezas pertenecen a la forma de Botella 1 que tienen un cuello cóncavo cerca al borde (Fig. 22). Están cuidadosamente pulidas en el exterior a uno a bajo lustre y otro a mediano lustre. El interior es delgado y áspero bajo el borde. ESTILO CAPILLA TEMPRANO Fig. 20 Olla sin cuello 5; Fig. 21a - c Tazón 3; Fig. 22 Botella 1; Fig. 23a -b. Jarra 1. Richard L. Burger
  • 34. 34 ESTILO CAPILLA TARDÍO Grandes cantidades de cerámica Capilla Tardío fueron recuperadas debajo de los estratos con cerámica estilo Huarás y sobre los estratos de la cerámica de estilo Huaricoto (7182 fragmentos) e incluye una variedad de formas y decoraciones pro- venientes de contextos no disturbados. De los 7182 fragmentos, 3.1% (225) son bordes y 2.6% (176) están decorados. La cerámica Capilla Tardío es típica del estilo del Horizonte Temprano Medio, incorporando rasgos de la cerámica Janabarriu de Chavín de Huantar. Los fechados radiocarbónicos de muestras provenientes de estratos con materiales de Capilla Tardío son entre 590 +/- 130, 380 +/- 80, 360 +/ - 100 a.C. Formas: Ollas sin Cuello Continuaron siendo una forma popular de vasija, constituyendo el 26.7% de los bordes y éstas fueron todavía la principal vasija producida en Huaricoto. El decli- nante porcentaje de las ollas sin cuello esta en función del incremento de tazones y jarras. La Olla sin Cuello 5 permaneció como la forma más común haciendo el 81% de los bordes de las ollas sin cuello (Fig. 24 – 25). Muchos de los bordes de las Ollas sin Cuello 5 son pequeños promediando de 8 a 16 cm. de diámetro de entrada (moda 14 cm.). el espesor del cuerpo es de 3 a 10 mm. muchas muestras son de 4 a 7 mm. y el grosor de los labios varía de 6 a 16 mm., muchos caen dentro del rango de 7 a 11 mm. Muchas de estas vasijas no presentan franjas, aunque el 17% tiene franjas exteriores pintadas de rojo, el exterior era acabado con cuidado y muchas superficies son lisas y regulares, pero sólo una muestra tiene un mediano lustre y sólo el 24.3% tiene un bajo lustre y el resto tiene una superficie mate. El interior de las ollas sin cuello usualmente eran dejadas ligeramente irregulares y ásperas, pero un tercio de ellas presentan huellas de haber sido pulidas con un suave material flexible. En el estilo Capilla Tardío la única decoración comúnmente aplicada a las Olla son Cuello 5 fueron los patrones bruñidos (Fig. 25). Con líneas selectivamente pulidas en zonas era posible crear un diseño reflexivo que contrastaba con el acaba- do mate final sobre la mayor parte de la superficie. Dos fragmentos de bordes clara- mente exponen patrones bruñidos y una examinación del resto de los cuerpos nos indica que esta forma de decoración fue más común de lo que indica el número de bordes. Las ollas sin cuello usualmente están rotas justo bajo el grueso borde, sobre el asa de modo que el fragmento provee evidencia únicamente sobre el lado más alto de decoración. Este lado usualmente era dejado sin decoración, con el patrón bruñi- do concentrado sobre el cuerpo. Es difícil determinar cual de los 63 fragmentos que exhiben patrones bruñidos o pulidos son de ollas sin cuello o de cuerpos de jarras. Ollas sin Cuello 3.- Fueron identificados seis fragmentos, cuatro pertenecen a pe- queñas vasijas (10 a 13 cm.) y dos a vasijas grandes (diámetro de la entrada, 18 a 20 cm.). Cuatro de ellas han sido pulidas a un bajo lustre y uno de las vasijas más grande fue decorada con un círculo grabado y puntos, probablemente una hilera de Cambios estilísticos y desarrollo cultural en Huaricoto
  • 35. 35 repetidos «círculos-puntos» alrededor del borde (Fig. 24). Sólo dos fragmentos del cuerpo tienen similar estampado o elementos circulares incisos y estos pueden venir de los cuerpos de las botellas; de modo que las Olla sin Cuello 3 parece ser una excepción en la práctica de Capilla Tardío ya sea dejado el exterior sin decorar o quizá decorándolo con patrones bruñidos. Olla sin Cuello 6.- Es una forma aparentemente introducida durante los tiempos de Capilla Tardío tiene una banda en relieve y labios redondeados(Fig. 26). Los cinco bordes recuperados parecen haber sido de vasijas grandes. Dos fragmentos de bordes indican que la vasija tuvo entre 20 y 21 cm. de diámetro, dos de los fragmen- tos parecen provenir de vasijas significativamente más grandes. El grosor del borde con la banda, promedia de 11 a 18 mm. (moda 14.6 mm.) y es 5 mm. más grueso que el cuerpo. El exterior de estas vasijas es similar a muchos de las Olla sin Cuello 5 (lisa, pulida y mate). ESTILO CAPILLA TARDÍO Fig. 24 Olla sin cuello 5; Fig. 25 Olla sin cuello 5 con patrones bruñidos; Fig. 26 Olla sin cuello 6; Fig. 27 Olla sin cuello 7; Fig.2 8 Olla sin cuello 8. Richard L. Burger
  • 36. 36 Olla sin Cuello 7.- Es otra introducción en el estilo Capilla Tardío, es grueso en el interior y achaflanado para formar una zona plana bajo la entrada o boca (Fig. 27). El borde es engrosado y el labio redondeado. El diámetro promedia de 10 a 14 cm. y el borde tiene un promedio de 8 mm. de grosor. Tres de los cinco fragmentos son rojos, una proporción un poco más alta que las Olla sin Cuello 5 y 6, la superficie es tratada del mismo modo que las otras ollas sin cuello. Ollas sin Cuello 8.- Es la tercera forma innovada en el estilo Capilla Tardío, tiene un borde ligeramente engrosado y redondeado al exterior y un labio fuertemente doblado (Fig. 28). Cuatro fragmentos fueron identificados pero sólo el diámetro de uno de ellos pudo ser reconstruido (11 cm.). El cuerpo tiene 6 mm. de grosor, incrementándose de 8 a 10 mm. en el borde. El exterior de estos fragmentos es pulido a mate o con un bajo lustre, pero ninguno es decorado de alguna forma. Jarras Son más populares en el estilo Capilla Tardío que en otros estilos más tempranos, constituyendo el 10.2% de la muestra. Todas, a excepción de un borde, tienen un diámetro de entrada de entre 8 y 16 cm. (moda 14 cm.). La mayoría de los vasijas no presentan franjas, aunque no es rara una débil franja roja en el exterior (26.1%). El exterior es pulido con una superficie lisa, sólo el 34.8% tienen un bajo lustre. El interior de los cuellos de las jarras usualmente eran tratados del mismo modo que el exterior, pero el interior de los cuerpos eran restregados. Desgraciadamente, frag- mentos de bordes de jarras no incluyen más que una pequeña porción del cuerpo, y consecuentemente, la posibilidad de que éste fuera decorado no puede ser esta- blecido. La decoración del cuello de las jarras o la parte superior del cuerpo no es evidente. Jarra 2.- Tiene un cuello corto con lados fuertemente cóncavos y una boca ancha (Fig. 29). De las formas diagnosticas de este estilo, ésta guarda un parecido a la forma de la jarra de la fase precedente. El borde es engrosado de 5 a 7 mm. mientras el cuerpo de las jarras se ubica de 3 a 5 mm. Los labios están redondeados y el cuello varía de 13 a 19 cm. de alto. Jarra 3.- Tiene un cuello de altura media, recto o cóncavo, lados convergentes y una entrada ancha (Fig. 30). Un punto claro está en la unión del cuello con el cuerpo, el cuello más corto tiene 33 cm. y el más alto está sobre los 42 cm. Jarra 4.- Tiene un cuello con lados cóncavos y bordes no marcados (Fig. 31). El único cuello completo reconstruible de los fragmentos es de 41 cm. de alto, pero otros tres bordes sugieren alturas sobre los 30 cm. El cuello de la Jarra 4 es conocido por ser similar en tamaño al cuello de la Jarra 3, la ausencia de bordes que inclu- yan la parte superior del cuerpo, es señal de fragilidad en la unión con éste. Jarra 5.- Tiene un cuello alto con lados verticales rectos (Fig. 32). En tres ejemplares los bordes son rectos y los labios redondeados. Dos cuellos reconstruibles tienen 51 mm. de altura. Cambios estilísticos y desarrollo cultural en Huaricoto
  • 38. 38 Asas o Mangos Cuatro asas fueron recuperadas de los niveles de Capilla Tardío, ellas aparente- mente estaban ausentes en los estilos más tempranos. Evidentemente las asas esta- ban unidas a los lados de las ollas o jarras. El exterior está pulido a un mate final, con remiendos ocasionales de bajo lustre, el lado inferior de las asas son ásperas y desiguales. Las asas promedian de 27 a 36 mm. de ancho; El grosor varía de 7 a 14 mm. Tres tipos de asas fueron identificados: Asa Strap 1, lenticular en sección cru- zada (Fig. 33); Asa Strap 2, irregular en sección cruzada, con un exterior llano a poca distancia y un lado bajo desigualmente curveado (Fig. 34) y Asa Strap 3, en forma de oblea en sección cruzada y un exterior ligeramente cóncavo (Fig. 35). Botellas Las botellas fueron un importante componente de la colección Capilla Tardía, aún cuando sólo el 3.1% (siete) de los bordes pertenezcan a picos de botellas, éstas piezas fueron cuidadosamente pulidas o en algunos casos, tenían alto lustre. También fueron recuperados 21 fragmentos de estribos: muchos de los picos de Capilla Tardío parecen proceder de botellas de asa estribo. El número de fragmentos de cuerpo decorados, con un buen pulido y cuidadosamente acabado en el exterior implica que el cuerpo de las botellas fue decorado densamente, usando una gran variedad de técnicas. Botella 2.- Tiene un pico con lados rectos verticales y un pequeño borde engrosado con los labios planos (Fig. 36). El diámetro de la boca de un ejemplar es de 3.5 cm. Las paredes tienen un grosor de 4 mm. incrementándose en 3 mm. en la entrada. La superficie ha sido pulida a un mediano lustre y la calidad del acabado implica la aplicación de una franja sin pigmento anterior al lustre o bruñido. El oscuro color gris-marrón puede ser el resultado del tiznado o reducción de la superficie. Botella 3.- Tiene un pico a manera de barril con una pared convexa con un pico ancho levantado y labios planos (Fig. 37). El ancho medio de los bordes es de 12.5 mm., muchas veces tan largo como los otros picos levantados. El espesor de la pared del pico mide de 5 a 6 mm. El color de los restos de la botella es marrón muy oscuro. Ninguno de los restos parece haber sido cocido en una atmósfera oxidante y también pudieron haber sido tiznados o reducidos superficialmente al final de la cocción. El diámetro de la boca de estas botellas mide 3.5 cm. Botella 4.- Tiene un pico con paredes verticales rectas y un borde pequeño redon- deado y con labios biselados (Fig. 38) El único ejemplar tiene un diámetro de 3.5 cm. y el grosor de la pared es de 3 a 4 mm. En muchos fragmentos de la botella, la superficie es muy regular y era pulida a un mediano lustre. Su color marrón rojizo resultó de la oxidación durante la cocción. Botella 5.- Tiene paredes rectas visibles divergentes terminado en un borde con curva chaflanado con labios biselados (Fig. 39). Dos fragmentos de esta forma tie- nen una boca cuyo diámetro es de sólo 2.5 cm. y las paredes de 3 a 3.5 mm. de grosor Cambios estilísticos y desarrollo cultural en Huaricoto
  • 39. 39 se adelgaza alrededor de 2 mm. cerca de la entrada. Ambas piezas están pulidas a un mediano lustre. Un fragmento de 4 cm. probablemente representa la altura total del pico. Uno de éstos es rojo oxidado y el otro es un gris muy oscuro. La forma de los cuerpos de botellas del estilo Capilla Tardío es desconocida, probablemente muchos tuvieron cuerpos con paredes convexas simples y base o fondo plano. Esta fue la forma dominante del cuerpo para todo el Perú durante el Horizonte Temprano (Proulx 1973: Lam. 1d). Sin embargo existe un fragmento que pertenece al cuerpo de una botella decorada de contornos compuestos (Fig. 40). Tazones Los tazones constituyen el 32% de los bordes y junto con las botellas, fueron las vasijas más frecuentemente decoradas. Se distingue en los bordes que al menos un 14% de los tazones tienen decoración exterior. Los análisis de los tazones de Capi- lla Tardío están incompletos y lo que sigue son observaciones. Los tazones fueron finamente acabados, siendo usualmente pulidos a un mediano o bajo lustre; tam- bién fueron recuperados tazones ocasionalmente con alto lustre o mate final. Las huellas de pulido raramente son visibles en estas piezas. El rojo y sin pigmento, fueron algunas veces usados para crear una superficie plana. Tazón 3 es popular en el estilo Capilla Tardío, como había sido en los dos estilos previos y, muchas nuevas variantes de bordes fueron introducidos (Fig. 41a, b). Una variante ocurrió con tazones de franjas rojas y en los dos casos bandas blancas fueron pintadas en el exterior (Fig. 41b). Esta es la primera evidencia de pintado con franjas blancas en Huaricoto y un posible antecedente a los tazones más tardíos del estilo Huarás. Tazón 4.- También permanece popular, pero es decorado con nuevas formas, tales como círculos estampados (Fig. 41c). Tazón 5.- Son raros en nuestra muestra de Capilla Tardío. Tazón 6.- Son relativamente comunes, poco profundos y grandes, cuyo diámetro de entrada promedia de 18 a 30 cm. (Fig. 42). Como en los estilos precedentes, esta forma de vasijas frecuentemente presenta franjas rojas. Tazón 7.- Es al parecer una nueva forma de tazón que habría sido introducida en el estilo Capilla Tardío: tazón con paredes rectas convergentes (Fig. 43). Cerámica Miscelánea Varias clases de artefactos cerámicos, además de vasijas aparecen en la colección del estilo Capilla Tardío. Pedestales para sostener platos aparecen en las primeras épocas, dos fragmentos de la unión de la base del pedestal con el plato son la evidencia para la utilización de esta forma (Fig. 44). En ambos casos, parecen haber tenido de 9 a 10 cm. de diámetro. La pared del plato es delgada (4 a 5.5 mm.) y convexa, pero ni su forma ni su tamaño pueden ser determinados. La superficie superior del plato y el exterior del pedestal son lisas y pulidas a un mate final, Richard L. Burger
  • 40. 40 mientras que el lado inferior e interior del pedestal son irregulares y ásperos, terminados con raspaduras y frotaciones ligeras. Soportes sólidos también fueron recuperados en los contextos de Capilla Tardío (Fig. 45 a – c). La altura promedio de los soportes es de 20 a 30 mm. y son ásperamente circulares en sección cruzada (Fig. 45b). La pieza más ancha está pegada o unida a la vasija con arcilla; las que usualmente estaban rotas en este punto (Fig. 45c). El ancho de los soportes en esta unión varía de 12 a 17 mm. Los extremos están gastados por el uso. La superficie de estas piezas usualmente está ESTILO CAPILLA TARDÍO Fig. 40 Fragmento decorado de una botella; Fig. 41a y b Tazón 3; Fig. 41c Tazón 4 Cambios estilísticos y desarrollo cultural en Huaricoto
  • 41. 41 sin pulir y es mate. Las superficies del cuerpo atada a un soporte son irregulares y ásperas (Fig. 45a), lo cual es sorprendente desde que en las colecciones más antiguas de Perú, los soportes sólidos están asociados con tazones trípodes (e.g. Isbell, 1977: Fig. 31). Asas tubulares han sido identificadas en la colección del estilo Capilla Tardío, pero su empleo original es desconocido (Fig. 46). Éstas se asemejan a los tubos cerámicos (Fig. 47) en producción y acabado, pero están fuertemente curveados antes que rectos. En sección cruzada, los dos ejemplares son ligeramente ovoides, uno de 7x12 mm. y el otro, 15x17 mm. Los tubos cerámicos están entre los más comunes (11 en esta muestra) de los artículos cerámicos enigmáticos (Fig. 47). Los tubos son cilíndricos con paredes rectas cuyo espesor promedia entre 2 a 3.5 mm. El diámetro es constante en cada tubo y varía entre 7 y 14 mm. Los tubos fueron formados por el enrollamiento de una piedra alisada o losa alrededor de un objeto cilíndrico, uniendo la losa a la grieta y, removiendo el material desde el interior. Este proceso deja un interior con estrías verticales. Una pieza inusual está pulida con un bajo lustre. Los tubos no están enfranjados y su color es marrón rojizo o gris oscuro, dependiendo de las condiciones de la cocción. Desde que los tubos fueron recuperados, su longitud original no puede ser determinada. El fragmento más largo mide 2.6 cm., pero ambos extremos están rotos. Otros dos artefactos cilíndricos cerámicos huecos se asemejan a pequeños tubos (Fig. 48). Ambos tubos están pulidos con un bajo lustre y sus paredes miden de 4 a 5 mm. de espesor. El diámetro de uno de ellos es de 2.5 cm. y del otro 2.7 cm. el fragmento más largo – roto en ambos lados – tiene 7.3 cm. de longitud. Estas piezas son más largas y finas en el acabado de la superficie, y su función podría no haber estado relacionada a los tubos pequeños. Una posible función es que fueran porciones de cerámica modelada en forma de trompeta, similar a aquellos usados en sitios tempranos de la sierra sur (Kidder, 1943: Plato 5). Instrumentos de viento, incluyendo trompetas de cerámica o trompetas hechas de madera son descritas o representadas en esculturas de piedra de el Horizonte Temprano en el área de Chavín de Huantar (Burger, 1983: Fig. 19a, Lumbreras, 1977: Fig. 22-24), aunque muestras de estos instrumentos no han sido reportados en este sitio. Antaras o silbatos también fueron recuperados (Fig. 49). Los cuales consis- ten de tubos cerámicos encajados en dos losas delgadas de arcilla. Los tubos fueron hechos de un molde, el interior es pulido y no marcado y las paredes pueden ser muy delgadas (1 a 2 mm.). Los tubos cónicos son de 12 mm. en el tope del instru- mento, 8 mm. en su sección media 5 a 7 mm. en su fondo. Eran colocadas vertical- mente a intervalos de 2 a 4 mm. Los delicados tubos sin una cubierta de arcilla forman un instrumento de 3 cm. de espesor. Su exterior luego fue pulido a un bajo lustre y la pieza era cocida en una atmósfera oxidante seguida por un tiznado superficial. Decoración Richard L. Burger
  • 42. 42 Inciso La incisión es una de las técnicas decorativas más comunes en el estilo Capilla Tardío, comprendiendo el 28.3% de los fragmentos decorados. Incisiones anchas (2 mm. de ancho) fueron hechas en el exterior de las vasijas cuando la arcilla estaba en estado cuero y luego éste era pulido a un bajo o mediano lustre. El 84% de los fragmentos incisos provienen de vasijas cerradas, probablemente botellas, con pa- redes de 3 a 6 mm. de grosor y el resto proviene de tazones decorados en el exterior. Muchos de los fragmentos están incisos con una sola línea recta o dos líneas para- lelas, algunos fragmentos tienen incisiones rectas que las intersectan; algunas ve- ces en ángulo recto. Un raro fragmento está inciso con sombras cruzadas y tienen incisiones curvilíneas. Otro fragmentos inciso pertenece una vasija con franjas ro- jas, sin embargo la mayoría están sin franjas. Algunas de las incisiones en el mate final están lustrosas; además de tener incisiones altamente luminosas. Las incisiones post-cocción se estima en 7.8% de los fragmentos decorados del estilo Capilla Tardío. Estas incisiones finas (0.5 a 1 mm.) e irregulares separan la superficie oscura para mostrar la pasta más luminosa y parcialmente oxidada, revelando un contraste en colores que aumenta la visibilidad del diseño. Todos los fragmentos con incisiones post-cocción son de vasijas cerradas, pero no necesaria- mente botellas. El grosor es de 4.5 a 8 mm. y la falta de finura de un número de fragmentos sugiere que muchos provienen de cuerpos de jarras u ollas. Muchos fragmentos tienen incisiones rectas, sólo uno tiene una incisión curvilínea y otro tiene un complejo diseño de sombras entrecruzadas. Uno de los rasgos de la colección de Capilla Tardío es la decoración de círculos repetidos, incisos y estampados; 4.8% de los fragmentos decorados produ- cen alguna variante del diseño de círculos, los cuales tiene un diámetro de 8 a 17 mm. y fueron incisos en el exterior de los tazones (Fig. 41c) y en el cuerpo de botellas. Círculos concéntricos y círculos con puntos centrales decoraron ollas, bo- tellas y tazones (Fig. 24, 40 y 50a, b). Textura de la Superficie Muchas de las variedades de tipos de textura de superficie son encontradas en pequeñas cantidades en la colección Capilla Tardía. Por ejemplo, el estampado con piedra aparece en dos fragmentos que aparentemente serían cuerpos de botellas (Fig. 50c). El estampado con piedra es cuidadosamente hecho en líneas paralelas de 10 a 17 mm. de ancho. Impresiones en zonas (marcado con fajas coloreadas y concéntricas) denta- das y estampadas con piedra fueron identificadas en cuatro fragmentos, todos ellos al parecer cuerpos de botellas. La puntuaciones o puntos son raros en la zona de textura en el estilo de Capilla Tardío, pero filas de grandes puntos circulares decoraron el exterior de Tazones bellamente pulidos (Fig. 41a). Un fragmento inusual de una vasija grande cerrada tiene una zona con franjas rojas llenada con largos bosquejos incisos a lo largo de una zona oscura. Un fragmento similar se yuxtapone en una zona oscura Cambios estilísticos y desarrollo cultural en Huaricoto
  • 43. 43 de textura mate con bosquejos y una zona lustrosa sin decorar. Muchos otros frag- mentos tienen grandes bosquejos colocados casi de extremo a extremo (Fig. 50 d – f). En un caso, hay un círculo con pequeños puntos en la zona decorada (Fig. 50d). Cuatro fragmentos de cuerpo fueron encontrados combinando una técnica en el que el instrumento multidentado textura la superficie con líneas rectas parale- las, las incisiones paralelas están separadas por 1 ó 2 mm. Dos fragmentos pertenecen a tazones y dos a cuerpos de jarras u ollas. Al final de la mitad de estos vasijas, una zona rastrillada contrasta con una superficie adyacente sin decoración. Los cuatro fragmentos tienen un mate final en el exterior, donde el rastrilleo era aplicado; uno de los vasijas cerradas con rastrilleo ha tenido franjas rojas. Adornos aplicados: pequeños retazos de arcilla suplementaria agregados para crear irregularidades en la superficie externa fueron encontrados en fragmen- tos de cuerpos de botellas. Dos despliegues irregulares formando adornos sobre una superficie lisa son puntiagudos. Los adornos de estos fragmentos son de 15 mm. y 2.5 mm. de espesor y a 3 a 4.5 mm. en las paredes de los cuerpos de botellas. Uno de estos fragmentos tiene franjas rojas, el mate en las partes decoradas contras- ta con el mediano lustre de la superficie adyacente sin decoración. El tercer frag- mento tiene filas de adornos grandes rectangulares, los cuales están impresos con una sola puntuación larga. Los adornos son de 4.5 mm. de grosor con un pequeño espacio entre ellos. Bandas Las bandas aplicadas aparecen en cinco fragmentos. En dos cuerpos de botellas están decorados con bandas aplicadas curvilíneas una de ellas tiene 11 mm. ancho y 5 mm. grosor y la otra 18 mm. de ancho y 12 mm. de grosor . Las superficies están pulidas a un mediano lustre. Los otros tres fragmentos parecen ser más de tazones que de botellas. El exterior es mate, mientras que el interior tiene un bajo lustre o mate final. Una de las decoraciones más distintivas del estilo Capilla Tardío es la apli- cación de pequeñas bandas ovoides en el exterior de las botellas oscuras (Fig. 50 g). Cinco muestras fueron recuperadas. El espesor de la pared de las vasijas se ubica entre 3 a 4 mm. pero con las bandas aplicadas el espesor se incrementa de 5 a 5.5 mm. Los fragmentos están pulidos a un bajo lustre, las marcas de pulido son visi- bles. Estas aplicaciones tienen una ancho máximo de 11 a 13 mm. y los extremos terminan en punta. Ninguna de las bandas están completas, aunque dos de los fragmentos más grandes tienen 23 mm. y 25 mm. de longitud, sugiere que la longi- tud total de la banda ovoide completa era aproximadamente de 50 cm., si se asume que las bandas han sido simétricas. Una hilera de pequeños puntos (hechos con instrumento hueco) ligeramente irregulares y ásperos de 3 mm. de diámetro, deco- ran el punto alto de estas bandas. Richard L. Burger
  • 45. 45 Patrón Bruñido Constituye el 39% de la decoración encontrada en la colección de Capilla Tardía y virtualmente todo esto ocurre en vasijas cerradas. Los fragmento de cuerpos con patrones bruñidos están frotados ligeramente o rasgados en el interior, con un ancho de 3 a 8 mm. El bruñido es lodoso y sus bordes son desiguales. En algunos fragmentos pequeños es algo difícil de distinguir entre cubierta en pulido y el bruñido. El ancho de las líneas del Patrón Bruñido promedia de 1 a 3 mm. Muchos de los fragmentos tienen líneas rectas paralelas, dos fragmentos tienen un patrón cruzado de hileras y otro par tienen líneas rectas intersectantes. Pintado La aplicación de franjas blancas es introducida al inicio del estilo Capilla Tardío. Un fragmento exótico, proviene de un vasija cerrada con franjas blancas, dejando una línea sin franjas de 1.5 mm. de ancho. Dos Tazones 3 tenían un elemento positivo pintado con una pintura blanca post-cocción sobre un fondo oscuro o en franjas rojas. En un tazón, una banda blanca encierra la zona sub-borde (Fig. 41b) y en otro, una banda más ancha (8 mm.) desciende a través del lado del tazón. SECUENCIA HUARICOTO EN LA HISTORIA DE LA CULTURA ANDINA Los cuatro estilos cerámicos descritos para Huaricoto se extienden entre el Período Inicial y el Horizonte Temprano (1800 a 200 a.C.). Este período de tiempo es funda- mental para el estudio de la emergencia de la complejidad social en los Andes Centrales (Fig. 2). Los estilos de alfarería tienen un papel importante en el estudio de las sociedades tempranas, tanto como indicadores cronológicos y como indicios de una interacción cultural. En general, las fluctuaciones del estilo cerámico res- ponden a los patrones cambiantes de la intensidad de la interacción y más específicamente, ellos expresan la naturaleza, tanto como la intensidad de contacto con grupos adyacentes y distantes. Desde que algunas secuencias han sido defini- das para este período, cada secuencia nueva ofrece la oportunidad de aclarar y refinar las anteriores. A continuación se discute algunas de las implicancias de la secuencia de Huaricoto para la historia central de la cultura andina. Estilo Toril Pertenece al Período Inicial Temprano, un tiempo en el cual los estudiosos distin- guen entre dos tradiciones cerámicas mayores en el Perú: una indígena para el bosque tropical y otro nativa para los Andes Centrales (Lanning, 1967: 85-87, Lathrap, 1971: 93-94). La primera está caracterizada por vasijas vivamente carenadas con bordes básicos y decoración en zona (sombreada incrustada). La segunda está tipificada por ollas sin cuello y tazones convexos con diseños incisos. La colección del estilo Toril de Huaricoto accede sin ambigüedades dentro de la tradición de los Andes Centrales. Richard L. Burger
  • 46. 46 El estilo Toril es muy similar a las colecciones tempranas conocidas en la costa peruana, en forma y método de producción. Es similar a las pequeñas ollas sin cuello y tazones con lados convexos que caracterizan el estilo Guañape tem- prano de la costa norte; a la cerámica de la Fase 1 de Las Haldas en la costa nor- central; a los niveles más bajos de la alfarería de Ancón y Villa Chira en la costa central; y Erizo y Hacha en la costa sur. Las ollas sin cuello con una ligera inflexión o doblez en el contorno superior (e.g. Fig. 3) son probablemente la forma más distin- tiva de las limitadas formas que existen en estos lugares. Las vasijas eran excepcio- nalmente delgadas, desigualmente acabadas y quemadas pobremente bajo condi- ciones controladas. Otra forma de vasijas son las botellas y su decoración es extre- madamente rara (Fung, 1972: 66-69; Lanning 1967; Patterson 1985; Patterson y Moseley 1968: 119-122; Strong y Evans, 1952). Mucha de la alfarería tempranas de otras cuencas interandinas de la sierra del norte y centro se asemejan a estos estilos costeños (Grossman, 1972: 127-130; Kaulicke, 1981: 374-383; Morales 1977: 35; Terada, 1979; Terada y Onuki, 1982). Los rasgos que estos estilos del Período Inicial que tienen en común son generalmente las diferencias naturales y regionales entre ellos, tales como, las pe- queñas botellas de doble pico encontradas en el sur, a diferencia de las botellas de un solo cuellos encontradas en el norte. También hay importantes variaciones, tales como el uso de pintura negra en Ancón, mientras que los grupos vecinos de Chillón y Rímac usaron alfarería con decoraciones incisas. Esto no es sorprendente, ya que las bandas o cintas aplicadas grabadas en Huaricoto tienen una contraparte no exacta con el estilo contemporáneo de La Pampa (Terada, 1979). Más distante, áspe- ras analogías pueden ser encontradas en la colección Guañape Temprano del valle Virú (Strong y Evans, 1952: 277-282). Algunas similitudes entre las colecciones del Período Inicial Temprano pue- den ser explicadas por la carencia de una avanzada tecnología cerámica, combina- das con el deseo de imitar las vasijas en forma de calabaza, con la cual inicialmente la alfarería estaba compitiendo (Marcus, 1983). Desde esta perspectiva, estos diver- sos estilos cerámicos pueden ser observados como representantes de un pequeño peldaño en el temprano desarrollo de la alfarería peruana. Por otro lado, la interacción social y económica entre regiones adyacentes en la costa y en la sierra, probablemente también jugaron un papel en la generación de este patrón estilístico. En el altar o capilla de Huaricoto, por ejemplo, ofrendas de moluscos del Pacífico son comunes durante ambos períodos: Precerámico Tardío y el Período Inicial Tem- prano. Las fuertes similitudes entre el estilo Toril y otras colecciones contemporá- neas probablemente reflejan el compartido legado cultural del Precerámico Tardío, así como el continuo contacto entre la costa y la sierra. Estilo Huaricoto Este estilo difiere de otras colecciones del Período Inicial Tardío en muchos aspec- tos. Ya que el Período Inicial Tardío estaba caracterizado por culturas locales de pequeña escala que usaron material cultural para reforzar su sentido de identidad Cambios estilísticos y desarrollo cultural en Huaricoto
  • 47. 47 local y que ampliaría la unidad cultural. El estilo Huaricoto provee (más que sopor- tar una hipótesis) una generalizada dirección hacia la heterogeneidad cultural incrementada en el Período Inicial Tardío. Los materiales de la fase Urabarriu de Chavín de Huántar (a 30 Km.) se parecen a aquellos del estilo Huaricoto en un número de formas (Burger, 1984: 37- 80) incluyendo la presencia de ollas sin cuello monocromas y formas de tazones, un tratamiento similar de la superficie (sobre todo franjas rojas o mate o bajo lustre) y los campos seleccionados para la decoración exterior (incluyendo la zona bajo el borde). Ambos estilos incorporan simples diseños geométricos incisos, tales como triángulos pendientes, puntuaciones zonales y pintura roja post-cocción (Cf. Fig. 11d Burger, 1984: Fig. 66). Por otro lado vasijas enteras Urabarriu (tazas, botellas y jarras) son omitidas en el estilo Huaricoto. Además dos rasgos fundamentales de la decoración del estilo Huaricoto (bandas ensombrecidas, contrastes bícromos) están ausentes de la colección de alfarería contemporánea de Chavín de Huantar y mu- chas técnicas decorativas comunes Urabarriu (combinado, estampado con piedra, estampado con piedra dentado, bandas grabadas aplicadas) están ausentes en el estilo Huaricoto. La Pintura post-cocción y bandas oscuras del estilo Huaricoto son similares a Kotosh, localizado a 170 Km. al sur. Sin embargo, en los tazones y ollas sin cuello Huaricoto, estas bandas no forman motivos complejos, como en Kotosh. Además esta forma decorativa no es contemporánea en los dos sitios. El pintado post-coc- ción y las bandas ensombrecidas parecen haberse originado en las tierras bajas tropicales y éstas habrían sido incorporadas al estilo Waira-Jirca de Kotosh (Izumi y Sono, 1963: Tablas 9,10 ) y aparentemente habría perdido su popularidad en Kotosh durante el Período Inicial Tardío cuando ésta era imitada por los alfareros del Callejón de Huaylas (Lathrap, 1971: Fig. 8) Quizá la tardía llegada de estas técnicas decorativas resulta de la imitación de los estilos de alfarería de otros gru- pos tempranos más cercanos a los valles interandinos del este, más que a la interacción con sociedades forestales tropicales. El uso de franjas rojas resaltado por incisiones, es otro sello del estilo Huaricoto y tiene paralelos con la alfarería del Período Inicial Tardío de Ancón y Curayacu (Lanning, 1967; Matos, 1968). Sin embargo, en la costa central la banda o motivo definido por incisiones son usualmente muy iluminados por la franja pigmentada. En Huaricoto la banda o motivo es frecuentemente dejado sin franjas para contrastar con todas las franjas rojas del resto de la vasija. El viaje a pie de Huaricoto a Las Haldas y La Pampa toma al menos cuatro días, de modo que, la ausencia de similitudes es significante entre el estilo Huaricoto y Las Haldas 2 ó 3, los estilos Yesopampa o La Pampa (Fung, 1972: 74-96, Terada 1979) y posiblemente a la contemporánea fase Colpa de Huamachuco (Thatcher 1979). Los fragmentos exóticos no son abundantes en el Período Inicial Tardío y el intercambio de alfarería es menos evidente que en Pacopampa o Chavín de Huántar. Es evidente la ausencia de fragmentos Huaricoto en los prestigiosos estilos Cupisnique, Kotosh, Pacopampa o Bagua, de donde se han rescatado los más gran- des centros públicos de este período (Burger, 1984: 75-80; Lumbreras, 1973; Rosas y Shady, 1970 y 1974; Shady y Rosas, 1980). Richard L. Burger
  • 48. 48 Estilo Capilla Tardío El estilo Capilla Tardío aún no está bien definido al grado necesario para las comparaciones productivas, pero provee una rica base para la discusión o debate. Ésta es claramente un estilo del Horizonte Temprano Medio y muestra una fuerte semejanza con el estilo cerámico Janabarriu de Chavín de Huántar, tanto en formas y modos de decoración. El uso de botellas pico-estribo, con picos reforzados (Fig. 35-37), tazones con bordes sutilmente achaflanados (Fig. 40) y jarras (Fig. 30-31) pueden ser interpretados como aspectos de esta influencia, así como también las hileras de círculos, los círculos con pequeños puntos y círculos concéntricos. Las nuevas formas y técnicas decorativas estaban presentes con anterioridad en Chavín de Huantar y en otras partes siendo intrusiva la aparición en Huaricoto. La intrusión de estos rasgos estilísticos han sido notados por toda la costa, sierra norte y centro del Perú, esto produce un horizonte cerámico que en algunos casos es paralela a la expansión iconográfica clásica Chavín (Burger, 1984: 42-45; Willey, 1951). Las nuevas formas en el estilo Capilla Tardío pueden ser entendidas como una función del ensanchamiento de la interacción de la esfera Chavín y el creciente poder y prestigio de Chavín de Huántar que estaba expandiéndose hacia una forma asentamiento proto-urbano de 42 ha. (Burger, 1984: 234-250). Asimismo, la adopción de estas nuevas formas puede señalar un ensanchamiento de la iden- tidad social y la creciente interdependencia entre los grupos vecinos que compar- tían este estilo. INTERCAMBIO A LARGA DISTANCIA La economía más conspicua resulta de la incorporación de Huaricoto dentro de la esfera Chavín, estando la participación de Huaricoto en un trabajo más extenso y activo de intercambio a larga distancia. Esta nueva situación está manifestada por la aparición de los primeros artefactos de obsidiana en Huaricoto. Todos los frag- mentos de obsidiana con asociaciones seguras vienen de los contextos de Capilla Tardío. En 1981 dos piezas sin modificar fueron analizados por traza de elementos en el Laboratorio Lawrence Berkeley, para determinar su origen geológico. El aná- lisis fue hecho en colaboración con Frank Asaro y Helen Michel utilizando procedi- mientos de fluorescencia de rayos X descritos en Burger y Asaro (1979: 288-289). Los resultados indican que las dos muestras provienen Quispisisa en Huancavelica, aproximadamente a 500 Km. al sur, localizado cerca al límite sur de la influencia Chavín, también fue el principal proveedor de obsidiana en Chavín de Huántar, Pacopampa y una multitud de pequeños sitios contemporáneos (Burger, 1980; Burger y Asaro, 1979: 305-306; Burger, et al. 1984). La expansión de la iconografía Chavín fue el resultado de una larga difusión de los elementos religiosos y el ornato arquitectónico Chavín. Esto es, en un sentido, la expresión material de una expansiva ideología, cuyo creador es probablemente Chavín de Huántar. Un ejemplo concreto en Huaricoto del componente religioso del Horizonte Chavín es el fragmento de hueso finamente tallado que representa Cambios estilísticos y desarrollo cultural en Huaricoto
  • 49. 49 una Gran Imagen la del Lanzón; principal divinidad supernatural de Chavín de Huántar, que fue descubierto en el extremo de un lindero sagrado donde eran que- madas las ofrendas hechas durante el Horizonte Temprano, siguiendo las tradicio- nes locales de dos milenios (Burger y Salazar Burger, 1980: 31). Similarmente, uno de los edificios cubría un fogón ceremonial en Capilla Tardío incorporando blo- ques de piedra cortados y adornados que recuerda los trabajos en los centros de las serranías Chavín. El sincretismo religioso aparente en capilla Huaricoto es una buena muestra del complejo desenvolvimiento de la tradición local, influencia externa es continua- da in situ, innovando durante el Horizonte Temprano Medio. La cerámica de Capi- lla Tardía expresa la supervivencia de la identidad cultural local dentro del más amplio contexto del Horizonte Chavín por la presencia de formas puramente loca- les, como Botellas 5 u Ollas sin Cuello 6 y muchas de las formas más populares de decoración, tales como, el patrón bruñido, cortas bandas ovoides punteadas, cortas incisiones contiguas y pintura blanca que son desconocidas en la colección Janabarriu de Chavín, excepto como raras importaciones (Burger, 1984: 107-158,166). La recuperación de fragmentos de antaras o silbatos en los contextos de Capilla Tardío de Huaricoto también es relevante en este sentido. Estos instrumen- tos fueron producidos por moldajes de franjas, una especial técnica cerámica no usada en otras vasijas (Menzel, et al. 1964) y separando de la evidencia arqueológi- ca y etnohistórica, estos instrumentos fueron usados principalmente en contextos públicos, principalmente en festividades religiosas. Similares instrumentos han sido recuperados en sitios del Horizonte Temprano como Nepeña (Proulx, 1973) y Casma (T. Pozorski y S. Pozorski en comunicación personal), pero no Chavín de Huántar. CONCLUSIONES Toda esta observación de materiales y artefactos documenta algunas de las formas en que Huaricoto era afectado por los cambios comunes del temprano desarrollo cultural peruano. Su alfarería registró el impacto de fuerzas internas y externas y los variados estilos descritos son testimonios del dinamismo de la cultura local. En algunos casos, este cuadro provee una contraparte paradójica para la imagen con- servadora de Huaricoto derivada de un estudio de su arquitectura religiosa (Burger y Salazar Burger, 1980) Por 2000 años, grupos del centro del Callejón de Huaylas vienen a Huaricoto para construir modestas cámaras rituales, para conducir cere- monias que incluían la incineración de ofrendas y esparciendo las conchas del Pacífico y cristales para luego para edificar estructuras ceremoniales sobre lechos culturalmente estériles de arcilla, abono o piedra. Esta remarcable continuidad reli- giosa, sin embargo, no implica una sociedad estancada, es meramente uno de los muchos casos en que las ceremonias cambian más lentamente que otros aspectos de una cultura. La eficaz evidencia sugiere que las mayores transformaciones socioculturales se dieron a través del uso de las capillas Huaricoto. Quizá la naturaleza de estos Richard L. Burger
  • 50. 50 cambios pueden ser estudiados mejor en sitios de viviendas, enfocados en la pro- ducción de la casa y el nivel de comunidad y consumo, pero sitios así no han sido localizados. Los materiales de Huaricoto hacen ver algunas luces de estos cambios, especialmente para el intercambio y los cambios de interacción. Burger y Salazar Burger sugieren que la dirección general en Huaricoto hacia las cámaras rituales más grandes y los trabajos públicos más ambiciosos en la capilla (e.g. terrazas, paredes del recinto) pueden ser el resultado del crecimiento de la población local. Los restos de fauna rescatados en Huaricoto, también proveen evidencia del cambio cultural (a pesar de lo pequeña de la muestra), más que las casas, los contex- tos en que los huesos fueron encontrados. El modelo más fuerte para la emergencia es una reorientación gradual de estrategias de cacerías dominadas por grandes ungulados (animales con casco o pezuña). Hacia estrategias de cacería de camélidos. Durante la Fase Chaukayan, los restos de venados son dos veces más comunes que los restos de camélidos y los cérvidos continúan dominando la colec- ción de fauna durante la subsiguiente Fase Toril. Fragmentos de astas indican que el guemal, pudu y venado de cola blanca fueron cazados. Durante la fase Huaricoto, los venados aún excedían en número a los camélidos y esto es, hasta las fases Capilla Temprano y Capilla Tardío en que los camélidos definitivamente despla- zan a los cérvidos. Estos huesos de camélidos del Horizonte Temprano son proba- blemente de llamas más que de camélidos salvajes, guanaco o vicuña. En resumen, el análisis de la fauna en Huaricoto, como los estudios de los restos de fauna en Kotosh y Chavín de Huántar (Miller 1984, Wing 1972) indican que cambios mayo- res en el consumo de alimento se debió a la ubicación de asentamientos en los valles interandinos que ocurrieron entre 2200 a.C. y 200 a. C. Esto implica modifi- caciones en las relaciones sociales de producción comprometida en la cacería o reunión de ganado en hatos o rebaños y reforzar la visión que una profunda trans- formación cultural ocurrió en el Callejón de Huaylas mientras que la Capilla Huaricoto florecía. Traducción: Aliz Ibarra Asencios Titulo Original en Ingles: PREHISTORIC STYLISTIC CHANGES AND CULTURAL DEVELOMENT AT HUARICOTO, PERU. En: National Geographic Reserch 1(4) : 505 – 534. 1985 * Publicado con autorización del Dr. Richard Burger Cambios estilísticos y desarrollo cultural en Huaricoto