Óscar Domínguez fue un pintor surrealista canario que vivió entre 1906 y 1958. De 1929 a 1938, se centró en los procedimientos automáticos y destacó por inventar las decalcomanías. Más tarde, su obra estuvo influenciada por De Chirico y Picasso hasta desarrollar un estilo propio con composiciones más equilibradas. Trabajó en los límites de la abstracción y el automatismo hasta el final de su vida, manteniendo un contacto con su tierra natal a pesar de residir en París.
2. ÓSCAR DOMÍNGUEZ
Y EL SURREALISMO
1906 La Laguna (Tenerife) – 1958 París
3. De 1929 a 1938 se extiende su etapa propiamente surrealista,
centrada en los procedimientos automáticos, en los que destacó
como inventor de las decalcomanías.
A principios de los cuarenta atraviesa una etapa influida por De
Chirico hasta que el conocimiento profundo de la obra de
Picasso, facilitado por la amistad entre ellos, le lleva a una
síntesis de imágenes surrealistas de configuración cubista.
Entre finales de los cuarenta y principios de los cincuenta
transcurre el período "esquemático", que supone la superación
de la dependencia picassiana con composiciones más serenas
y equilibradas y un cromatismo más grave, delimitado por su
característico "Triple trazo", blanco y negro.
Desde 1955 trabaja en los límites de la abstracción que
abandona en el último año de su vida para reavivar su inicial
interés por el automatismo. Aunque residente en París, siguió
en contacto con su tierra, siendo uno de los más decididos
animadores del surrealismo español.
4. DECALCOMANÍA
Las decalcomanías, creadas por Óscar Domínguez en 1936 y acogidas con gran
entusias- mo por André Breton, quien las consideró como un «descubrimiento
excepcional», constituyen
una de las mayores aportaciones de nuestro pintor al movimiento surrealista.
Se distinguen dos tipos: – «las decalcomanías sin objeto preconcebido», – «las
decalcomanías de interpretación premeditada o decalcomanías del deseo».
Con este procedimiento irrumpe en la pintura el automatismo, que en este caso
es «abso- luto» según el apelativo dado por Breton, quien califica las
decalcomanías como la «más electri- zante de sus invenciones».
Este procedimiento pictórico es defi- nido como sigue por Breton, en el n.o 8 de
la revista Minotauro:
Extender por medio de un pincel gordo gouache negro, más o menos diluido,
sobre una hoja de papel blanco satinado que se recubre rápidamente con una
hoja parecida sobre la que se ejerce con el revés de la mano una presión media.
Levantar sin prisa por su borde superior esta segunda hoja en la manera en la
que se procede para la decalcomanía, reaplicándola y levantán- dola de nuevo
hasta que esté casi seca.