Contra la violencia, la formación de la convivencia
1. “LICENCIATURA EN EDUCAIÓN
PREESCOLAR”
NOMBRE:
BLANCA CITLALIN MOJICA MARTÍNEZ
ASIGNATURA:
“OPTATIVO (PREVENCIÓN DE LA VIOLENCIA)”
DOCENTE:
GUILLERMO TEMELO ÁVILES
GRUPO:
703
Dirección General de Operación de Servicios de
Educación
Media Superior y Superior
Subdirección de Formación Docente
CENTRO REGIONAL DE EDUCACIÓN NORMAL
12DNL001l
2. María Isidora Mena E.
“Contra la violencia,
la formación
de la convivencia”
3. ¿ES LA VIOLENCIA UN
HECHO
DE LA REALIDAD ESCOLAR?
Se han acumulado investigaciones de tipo
exploratorias y cualitativas, donde niños y jóvenes
denuncian violencia son discriminados.
La formación en valores de convivencia, tener la
experiencia de un curso que posibilita vínculos
positivos, capaz de organizarse en pro de metas de
auto cuidado y de servicio ciudadano, constituye la
cuna de la formación moral para el respeto y la
ciudadanía.
En la vida cotidiana las situaciones de discriminación
y “matonaje”, así como dificultad de los profesores
para manejar a los alumnos violentos, que quedan
sin ser ni denunciados ni controlados.
Los alumnos vivencian las principales formas de violencia,
maltrato y discriminación, también se ve que este fenómeno de
curso en ciertos colegios se extiende involucrando al sistema
municipal, comunal, directivo, profesores y alumnos en acciones
de maltrato mutuo.
4. Aprender a canalizar
la agresión.
La agresividad se aprendería y mantendría
gracias al aprendizaje vicario y el modelaje.
Los humanos buscamos controlar este impulso
a través de la cultura, la educación y la
socialización.
Modelos agresivos, nos enseñan a utilizar la
agresividad como un medio para conseguir lo que
queremos.
El ser humano reacciona subjetiva y diferenciadamente al
medio con y desde emociones básicas, como la alegría, la
tristeza, el amor, el miedo y la rabia, la violencia se puede
entender como la reacción a una de estas emociones.
Aprender a autorregular los impulsos en función de
valores y bienes superiores es parte de la
humanización de las personas, y el desafío formativo
para familias y escuelas.
El desarrollo de la capacidad de convivencia de las personas
lo genera la interacción entre ellas, y la búsqueda de
conciliación entre distintos intereses.
5. Comprender que los otros piensan y
sienten distinto, de acuerdo a sus
propias experiencias de vida.
La convivencia es la capacidad de empatía,
agregando la toma de perspectiva, la
resonancia afectiva.
La base de la solidaridad, de la compasión,
del disculparse, del perdón, es la capacidad
de empatizar con el otro.Y eso se desarrolla
en la medida que otros nos ayudan a hacerlo.
Los seres humanos, al convivir juntos, tienen la necesidad de encontrar
un equilibrio entre la satisfacción de las propias necesidades y las del
otro, la que los lleva a generar una serie de dimensiones personales,
que permiten progresar en la convivencia, o “conducta moral”.
Lo que distinguen las conductas son morales, en el sentido de
la convivencia.
El autocontrol que significa
ser capaz de controlar el
impulso a reaccionar
irreflexivamente, como
desafío formativo.
La autonomía es tener voluntad
de regirse por normas y el
ejercicio en las conductas
alternativas a la conducta.
6. Cuando se efectúa una conducta violenta, la
motivación que hay a la base no es necesariamente
agredir al otro, sino que imponer algo, es decir,
someter a la otra persona.
Las condiciones y contextos que
favorecen la violencia
Los actos de violencia con abuso que son un tipo de
violencia, y corresponden a “matonajes”, como por
ejemplo la violencia de profesores o apoderados sobre
los alumnos, o de los directivos sobre los profesores,
requieren como condición que la persona se encuentre
en una relación de mayor poder que su víctima. Se es
violento abusador desde el poder.
La violencia en una escuela es un tipo de
interacción que debería considerarse un síntoma de
problemas organizacionales, cuya presencia obliga
a detenerse y mirar con sentido crítico las
relaciones de las personas de la propia institución.
7. la formación transversal de valores de
convivencia en la escuela es la idea a
considerar a cada curso como una
micro sociedad, donde se juegan
interacciones similares a las de la
escuela y de la sociedad.
Conocer las necesidades de otros
para aprender y sentirse cómodo
en la convivencia, y darse cuenta
que puede ser distinta.
Visualizar al profesor como una persona
que también tiene necesidades y es
parte de la comunidad curso, tanto
afectándola con su forma de interacción,
como afectándose con la forma de
interacción del curso.
Metodologías:
Comprender la organización
grupal como un modo de
conseguir metas grupales.
“La comunidad curso como
espacio privilegiado para la
formación de convivencia”
Aprender a expresar las
propias necesidades y
escuchar las de los otros.
Aprender a gestionar, de manera
colectiva, sistemas de orientaciones
para la acción (normativas,
reglamentos) que mantengan su
carácter instrumental para las
metas de convivencia.
Aprender a generar, de manera
colectiva, sistemas escritos de
orientaciones para la acción
(reglamento, normativas).
Aprender a generar
consensos, dialogando,
organizando, jerarquizando.