Sinclair es un niño que vive una infancia tranquila hasta que conoce a Demian, un misterioso chico que lo ayuda a enfrentar a su acosador. Ambos entablan una fuerte amistad y Demian introduce a Sinclair en nuevas ideas sobre el bien y el mal. Más tarde, Sinclair se reencuentra con Demian y conoce a su madre, con quien encuentra el camino que buscaba. Sin embargo, estalla la Primera Guerra Mundial y tanto Demian como Sinclair deben ir al frente, donde Demian termina muriendo.
El camino de los marcados: la búsqueda espiritual de Sinclair en Demian de Hesse
1. Título, autor Argumento
Contexto
histórico
Herman
Hesse,
“Demian”
Sincalir es un niño de diez
años de clase media que vive
junto a sus dos hermanas y sus
padres una infancia plácida,
con una buena educación
escolar y religiosa. Un buen
día, un niño más mayor,
llamado Franz Kromer, y que
pertenece al mundo “malo” se
acerca al protagonista que
pertenece, según su propia
división del mundo basada en
la consideración que tiene la
sociedad de lo moral y
religiosamente correcto, al
mundo “bueno”. En esta cita lo
observamos: “Dos mundos se
confundían “Mis hermanas
pertenecían allí: de dos polos
opuestos también al mundo
claro” surgían el día y la
noche” Por una mentira
infantil y fanfarrona, Franz
Kromer empieza a chantajear a
Sincalir amenazándolo con
contar su secreto. El
protagonista vive, durante las
extorsiones de Kromer, unos
días de fuerte angustia por
los remordimientos por mentir
a sus padres y el miedo a que
la verdad se descubra.
Llega a pensar que el mal vive
dentro de él y que está
condenado a pertenecer, ya
para siempre, al mundo no
permitido, a lo prohibido.
Fue escrito
durante los
años 1918 y
1922, tiempo
en que el
mundo sufría
el fin de la
Primera Guerra
Mundial y sus
consecuencias.
Entre sus
consecuencias
están la
formación
social, las
nuevas
tecnologías
(La mayoría
armamento) y
el nuevo
equilibrio
político
mundial,
viéndose
principalmente
afectadas por
ello Alemania,
el país de
origen de
Herman Hesse.
2. Con la llegada de un muchacho
un poco más mayor, llamado Max
Demian, todo cambia. Al
principio y sin saber porque,
Sinclair se siente fuertemente
integrado y atraído hacía este
misterioso y callado compañero
hijo de una viuda rica:
“En nuestro colegio había
“pero a mí, como a todos
ingresado un nuevo alumno. Me
llamó enseguida la atención.”
Era hijo de una viuda rica...”
Empiezan a entablar
conversación y Demian, sin que
se descubra como, consigue que
Franz Kromer deje de molestar
a Sinclair. Pronto se hacen
amigos, y Demian empieza a
explicarle curiosas
interpretaciones ,de entre
otras cosas episodios
bíblicos, que escandalizan al
protagonista, aunque que en el
fondo le atraen:
“Yo estaba asombrado” Cuando
ya su amistad era fuerte,
mantenían largas
conversaciones, y Max Demian
le explicaba como conseguía
dominar a las personas con el
influjo de su mirada o como
podía adivinar lo que otros
pensaban y después de la
confirmación de ambos, los
padres deciden que Sinclair,
que ya había dejado de ser un
3. niño, se vaya a un instituto
internado.
Allí los primeros meses fueron
difíciles. El protagonista se
sentía solo y sus padres lo
habían llevado al internado
para lograr enderezar el
camino de su hijo, que al
contrario que la mayoría,
había elegido buscarse a sí
mismo y forjar su propio
camino, alejado de las
costumbres generales. Lo vemos
a continuación en esta cita:
“El problema seguía siendo si
con el tiempo, podría yo
llegar a ser un buen hijo o un
ciudadano útil o si mi
naturaleza me empujaría por
otros caminos.”
Pronto, ahogado por la soledad
y sin recibir respuesta a las
cartas que le enviaba Demian,
conoció a Alfons Beck, un
chico más mayor, de dieciocho
años, que le descubrió el
mundo del alcohol y las
tabernas. Su vida se convirtió
en una juerga continua, dejo
de lado los estudios, empezó a
fumar, a endeudarse... Hasta
que empezó a recibir amenazas
de su padre y de los
profesores: debía cambiar.
“Aún me asusté cuando mi
padre, alarmado por las cartas
4. del director de la pensión,
apareció por primera vez en
St. Y se enfrentó
inesperadamente conmigo.”
Una tarde, encontró a una
muchacha que lo encandiló. Sin
conocerla, empezó a venerarla
y más tarde la intentó pintar,
la llamó Beatrice. Con la
ayuda de las fantasías que le
provocaba la joven, poco a
poco, se dio cuenta que lo que
buscaba su alma no lo hallaba
en la bebida. Dejo de beber y
empezó a volcarse con los
estudios y la pintura, aunque
seguía sintiéndose solo. Lo
demuestra esta cita:
“Nuevamente volví a sentir con
fuerza la nostalgia de Max
Demian.”
A menudo pensaba en Demian,
recordaba sus conversaciones,
sobre todo la teoría que
contaba que había un dios que
reunía el mal y el bien en una
sola figura, que nadie era ni
bueno ni malvado del todo y
que, por tanto, debía de
existir un dios para ambas
cosas.
Tenía menudo sueños en los que
veía, por ejemplo, un pájaro
saliendo del cascarón, el
mismo pájaro que estaba
representado en el escudo de
5. su casa y sobre el cual
Demian, anteriormente había
mostrado interés. Dibujó el
pájaro de su sueño y se lo
mandó a su amigo sin saber si
tendría respuesta. La
respuesta llegó. Era una nota
en la cual su viejo amigo
hablaba de un dios desconocido
para Sinclair, Abraxas:
“El pájaro rompe el cascaron.
El cascaron es el mundo. Quien
quiera nacer, tiene que
destruir el mundo. El pájaro
vuela hacia dios. El dios es
Abraxas”
Más tarde encontró un amigo,
Pistorius, organista de una
iglesia hijo de un sacerdote
que había abandonado sus
estudios de teología y que le
explicó muchas cosas sobre
Abraxas. Sin saber muy bien
porque, Sinclair, rompió su
amistad con Pistorius que
había sido casi un maestro
para él. Junto a él había
encontrado gran parte de su
propio camino, su religión.
Queda aclarado en esta cita:
“No puedo resumir en pocas
palabras lo que el extraño
músico Pistorius me enseñó
sobre Abraxas” Seguía teniendo
sueños extraños, con una
mujer, mujer que le atraía y a
la que decidió buscar el
6. verano que acabó el instituto.
Fue de vacaciones a su ciudad
natal y vio a sus padres, sin
embargo, decidió iniciar un
viaje por Europa en busca de
la mujer de sus sueños por la
que se sentía atraído y a su
amigo Demian. Pero no los
encontró.
Se matriculó en la universidad
de otra ciudad y allí, una
noche mientras paseaba, se
reencontró con Demian y este,
tras hablar un rato con
Sinclair, le invitó a que un
día pasase por su casa a
visitarlo a él y a su madre
que quería conocerlo.
El protagonista, halló en la
madre de Demian a la mujer que
aparecía en sus sueños y
encontró muchas cosas más.
Encontró su camino definitivo,
el camino de los marcados.
Los marcados, eran personas
que se resistían a seguir el
camino común de la sociedad e
intentaban encontrase a sí
mismos y para así forjar su
camino, otro estilo de vida
alejado al convencional. En
casa de Demian, Sinclair, era
como uno más de la familia,
participaba con el resto de
personas que buscaban otro
7. camino:
“Nuestra labor era
“pertenecían a nuestro formar
una isla dentro circulo otros
que del mundo, quizá, dar
también buscaban” ejemplo, en
todo caso la anunciación de
otra posibilidad de vida”
Era realmente feliz, junto a
Frau Eva, madre de Demian,
había encontrado a una mujer a
la que amaba profundamente y
ahora estaba cerca de su amigo
y de gente que buscaban, como
él, su forma de vivir, su
religión...
No obstante, algo malo iba a
pasar. Todos, los marcados,
estaban convencidos que el
mundo no podía seguir así, y
que algo malo se avecinaba y
ellos eran los elegidos para
formar, en el futuro, una
sociedad mejor. En estas citas
se observa este pensamiento:
“No. Presiento que significa
conmoción, un paso adelante en
el destino. Creo que nos atañe
a todos.”
Era cierto, después de varios
sueños premonitorios, Demian
advirtió a Sinclair que una
guerra iba a estallar: la
primera guerra mundial. Todo
se precipitó, Demian se fue al
8. frente y Sinclair tubo que
despedirse de su amada Frau
Eva, con la que no había
tenido tiempo de empezar un
posible romance que ambos
deseaban, para irse también al
frente.
Después de una batalla se
despertó en un lugar, al que
se había sentido atraído como
otras veces por Demian,
tumbado en el suelo. Al lado
suyo otro herido yacía, era
Demian, que poco después
murió. Sinclair había perdido
a un amigo, a un guía que le
había ayudado a encontrar su
verdadero camino:
“para ver mi propia imagen,
que ahora se asemeja
totalmente a él, mi amigo y
guía”