El maltrato de animales y la criminalidad en puerto rico
1. EL MALTRATO DE ANIMALES Y LA CRIMINALIDAD EN PUERTO RICO
En estos días vuelve a ser noticia un nuevo caso de maltrato animal y en un periódico local el
periodista comienza su reseña escribiendo: "Un incidente confuso en el que un perro realengo
aparentemente fue lanzado desde el tercer piso de la escuela intermedia Ernestina Méndez en el
Barrio Bahonamey de San Sebastián, pone de manifiesto nuevamente la necesidad de educar
a la población sobre el maltrato de animales".
Si bien es importante la atención de los medios a estos crímenes y se agradece las reseñas
noticiosas de los periodistas, en mi opinión, cabe señalar que es irrelevante si el perro es realengo
o no. Eso es una cuestión meramente circunstancial del animal y de hecho fue el primer acto
criminal que se cometió contra él al abandonarlo. El perro sencillamente es una vida contra la
cual se ha atentado, independientemente de su forma y su circunstancia. Por otro lado, más que
poner de manifiesto la necesidad de educar a la población sobre el maltrato de animales, este
nuevo caso pone de manifiesto también la falta de interés de las autoridades y su inacción a lo
largo de décadas, para llegar a una de las raíces de la alta tasa de criminalidad que arropa a
Puerto Rico. A lo largo de los cuatrienios se ha hablado de distintos programas para combatir la
criminalidad y vemos como la misma continúa en aumento y los que de manera voluntaria y
desinteresada colaboramos con la solución a un problema social, nos preguntamos ¿realmente
existe un verdadero interés en resolver la criminalidad en Puerto Rico?
Desde hace tiempo distintos estudios han demostrado que las personas involucradas en el abuso
de los animales suelen cometer otros tipos de delitos también. Y recientemente estos estudios
han sido validados nuevamente por otro realizado por los Profesores Arluke Arnold y
Jack Levin de la Northeastern University y Carter Lucas de la MSPCA. Los resultados de su
estudio indican que el 70 por ciento de los que cometieron o cometen crímenes contra los
animales también habían participado en otros actos de violencia, uso y trasiego de drogas, robo,
maltrato de menores y de pareja así como otros crímenes violentos.
El estudio también concluyó que una persona que ha cometido abuso de animales es:
* 5 veces más propenso a cometer actos de violencia contra las personas
* 4 veces más propenso a cometer delitos contra la propiedad
* 3 veces más propenso de estar involucrado en delitos de embriaguez o alteración del orden
público
2. Los resultados de este estudio sirven para establecer el hecho de que una persona que abusa de
los animales es en realidad un peligro potencial para la sociedad y es más propensa a estar
involucrada en actos delictivos. Por tanto, si esto es así, ¿por qué entonces las autoridades
siempre han insistido en gastar millones de dólares en más equipo y mayor número de oficiales
de la policía en un intento por resolver un problema que ya está presente en lugar de evitar que el
problema surja? En términos porcentuales Puerto Rico ocupa el tercer lugar en el mundo con
mayor número de efectivos policiales y ciertamente no nos sentimos seguros porque aún así la
criminalidad va en aumento. ¿Porqué no se asignan mayores fondos para la prevención?
El estudió de Northeastern University también demostró que no solo cometieron actos delictivos
aquellos que cometieron maltrato contra los animales, sino también aquellos que presenciaron
maltratos. Yo diría que esto último en Puerto Rico es un problema mayúsculo ya que
lamentablemente todos, incluidos los niños, presenciamos maltrato diariamente en los animales
tirados a la calle, en el animal que no es alimentado por sus custodios, en el animal que
permanece amarrado y vive sobre sus propios desperdicios a agua sol y sereno, en el que es
golpeado y pateado y muchos etc. más, ante la mirada y la falta de interés y acción de las
autoridades de turno.
Es hora de que los gobiernos entiendan de una vez y por todas que con su falta de atención al
problema de maltrato de animales el mensaje que llevan es que no pasa nada si se comete un
crimen de este tipo porque sencillamente son animales, que por lo tanto el delinquir está bien y
que las autoridades están de acuerdo en que se cometan crímenes en nuestra sociedad. Es hora
de que entiendan que cuando no se hace nada para prevenir que un jovencito maltrate un animal
o presencie un maltrato, los gobiernos se hacen cómplices del desarrollo de un posible criminal y
del alza en la violencia de un país. Así que ¿realmente existe un verdadero interés en resolver la
criminalidad en Puerto Rico? No creo. Porque si así fuera, la autoridades harían hincapié a los
oficiales de policía, a los fiscales, a los jueces, que es imperativo hacer valer la Ley 154 para la
prevención del maltrato de animales. Se establecerían programas para la esterilización masiva
para controlar la sobrepoblación, se establecerían albergues regionales para que los pocos que
existen no tuviesen que continuar matando tantos animales por falta de espacio, se establecerían
en las escuelas como parte de su currículo, cursos destinados a sensibilizar y a desarrollar el
humanitarismo entre nuestros niños y jóvenes, entre otras cosas que se podrían poner en práctica.
Para finalizar, los mejores asesores que pueden tener los gobiernos para enfrentar el problema
del maltrato de animales y la criminalidad no solo se encuentran en el Colegio de Veterinarios o
en las oficinas del Departamento de Salud o en las oficinas de otros profesionales. Se encuentran
también e incluso mejores, en el conglomerado de voluntarios que están en la calle, que tienen la
sabiduría que da la práctica en el día a día enfrentando en vivo y a todo color este otro crimen.
3. Voluntarios que trabajan arduamente y sin remuneración, en ocasiones a costa de su propia salud
física y económica, en un problema que las autoridades tienen la obligación de atender porque
afecta a la ciudadanía a la que están dados a servir. Voluntarios que están dispuestos a continuar
trabajando y que lo único que piden a cambio es que las autoridades hagan su parte, lo que les
corresponde y que los vean como colaboradores y no como indeseables.
Sencillamente es el momento de actuar sin palabras, momento de expresar las palabras en obras,
recordar que las mayores catástrofes y males que ha tenido y tiene la humanidad, empezaron por
falta de una acción.