1. II
ENTRE LA ECONOMÍA MUNDIAL
Y LA INDIVIDUALIZACI6N,
EL ESTADO NACIONAL PIERDE SU
SOBERANÍA: ¿QUÉ HACER?
La conclusión salta a la vista: el proyecto de la moderni
dad parece haber hacasado. Los tlIósofos de la posrnoderni
düd fueron los primeros en extender -de manera jubilosa
y enfatica- el certificado de defunción a la pretensión de
racionalidad por parte de la ciencia. Lo que se hace pasar
por universalismo occidental de la Ilustración y de los dere
chos humanos no es otra cosa que la opinión de <(hombres
bLmcos, llluertos o viejos», que oprimen los derechos de las
minorías étnicas, religiosas y sexuales mientras imponen de
manera absoluta su «metadiscurso» partidista.
Mediante la tendencia secular a la individualización, se
dice luego, se torna poroso el conglomerado social, la socie
dad pierde conciencia colectiva y, por ende, su capacidad de
negociación política. La búsqueda de respuestas políticas a
las grandes cuestiones del futuro se ha quedado ya sin sujeto
y sin lugar.
Según esta negrísima visión, la globalización económica
no hace sino consumar lo que se alienta intelectualmente
mediante la posmodernidad y políticamente mediante la
individualización, a saber, el colapso de la lllodernidad. El
diagnóstico es el siguiente: el capitalismo se queda sin traba
jo y produce paro. Con esto se quiebra la alianza histórica
entre sociedad de mercado, Estado asistencial y democracia
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2. En mi libro Kinder da Freiheit (Hijos de la libertad) he
que hasta ahora ha integrado y legitimizado al modelo olci
tratado de mostrar cómo la denominada «degeneración de
dental, es decir, al proyecto de modernidad del Estado na
los valores» tal vez signifique el fmal del quehacer político
ciunal. Vistos desde esta perspectiva, los neoliberales SOll
de la ortodoxia colectiva, pero no el del quehacer políti
los liquidadores de Occidente, aun cuando se presenren
co propiamente dicho. Paralelamente al destenimienro del
como sus reformadores. Por lo que se refiere al Estado asis
medio social moral, van tomando forma curiosamente los
tencial, la democracia y la vida pública, la suya es una mo
fundamentos vitales --a nivel mundial- de un republiCtl
dernización condenada a muerte.
nismo cosmopolita, en cuyo centro se encuentra la libertad
Sin embargo. la decadencia empieza por el cerebro. El
fatalismo es también una enfermedad del lenguaje. Antes de cada cual.
En cualquier caso, es difícil elevar la voz contra el poder
de arrojarnos desde la Torre EiHd, deberíamos ir a ver al
global del mercado mundial. Esto sólo es posible a condi
médico del lenguaje. «Los conceptos están vacíos. y ya no
ción de acabar con la idea de un mercado mundial mun
aprehenden, iluminan ni seducen. Lo gris, que impregna
dialmente poderoso que gobierna en nuestros cerebros y
todo el mundo. tiene probablemente también su flmda
paraliza toda su actividad. En este libro me gustaría enfren
mento en un enmohecimiento de las palabras.» 1 Lo que pa
tarme a este megafantasma que actualmente recorre Euro
rece una degeneración podría, si sale bien. superar las orto
pa con el tirachinas de una simple diferenciación (entre,
doxias que han hecho iracasar a la primera modernidad y
por una parte, el globalismo y. por otra, la globi1lidad y la
auspiciar la irrupción de una segunda modernidad. 2
globalización). Esta diferenciación tiene la virtud de des
l. U. Bcd;, «V;iter del' Freiheit», en U. Beck (comp.l. KíntÍf'í' tÍa
marcarse de la ortodoxia territorial de lo político y lo social
Freiheit, Francfort de! Meno, 1997. págs. 377 y sigs. que surgió con el proyecto del Estado nacional de la prime
2. Pater -,pmpel' illcertu.. De un tiempo a e'ta parte se discure ,lcalo ra modernidad y se impuso omnímodamente a nivel cate
radamente en la prensa acerca de la paternidad de la expresión «segunda
gorial e institucional.
modernidad». Sin embargo, e! no haber leído ni poder citar no bastan
para ganarse la originalidad -ni para auaersc las snspecha.s- -. Au/dem sin duda la importancia que se atribuye a un concepto juega en esto un
Weg in die Zweite /1odernees e! título --bastante explícito-- de una co pape! insignificante. Desde el punto de vista del contenido. existe asi
lección por mí editada. Asimismo, Aufdem U:'l'g in eille andae /'v1ori''17Jf mismo una gran afinidad entre segunda modemidad), otra modernúLad:
es el subtítulo de mi libro Risikogeselúch¡¡fi, aparecido en 1986 en 13 edi los temas de la citada colección _individualización, crisis ecológicas.
ción de Suhrkamp. En esa misma colección se ha tenido ya ocasión de sociedad sin trabajo y hasta la misma globalización- son aspectos esen
distinguir claramente entre «modernización sencilla» y «modernización ciales de la sociedad del riesgo. Estoy seguro de que la siguiente queja se
reflexiva", así como entre "primera modernidad» v asegullda moder formulará así: ,,¡Vaya, no bay nada nuevo".!» Si existe algún parentesco
nidad» -como por lo dem;ís en todos los libros que han venido electivo conceptual, no puede ser más que con la palabra acuñada por
después --o Die Erfilldung des Politischcli (aparecido en 19').J, tamhién Jürgen Habermas "modernidad inconclusa». V,~ase también J. Haber
editado por Suhrkamp) se iba a haber llamado en un primer momento mas. "Jenseits des Nationalstaats?)'. en U. Beck (comp.), Po!irik da G!o
Iemeits ¡Ion Lin.ks und Rechts y. en un segundo momento. Zll'rÚe /vfodcr
!Jillisierung, francfort de! Meno, 1')97.
nc; pero ambos títulos se rechazaron luego por varios motivos. Además,
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3. Por g!oba!úmo entiendo la concepción segÍln la cual el Los proteccionistas negros lamentan el hundimiento de
mercado mundial desaloja o sustituye al quehacer político; los valores y la pérdida de importancia de lo nacional,
es decir, la ideología del dominio del mercado mundial o la pero, al mismo tiempo, y de manera un tanto contradicto
ideología del liberalismo. Ésta procede de manera mono ria, llevan a cabo la destrucción neoliberal dd Estado na
causal y economicista y reduce la pluridimensionalidad de cional.
la globalización a una sola dimensión, la económica, di Los proteccionistas verdes descubren el btado nacional
mensión que considera asimismo de manera lineal, y pone como un biotopo político amenazado de extinción, que
sobre el tapete (cuando, y si es que, lo hace) todas las demás protege los valores medioambientales contra las presiones
dimensiones --las globalizaciones ecológica, cultural, polí del mercado internacional y, en tal sentido, merece ser pro
tica y social- sólo para destacar el presunto predominio tegido al igual que la misma naturaleza.
del sistema de mercado mundial. Lógicamente, con esto no Los proteccionistas rojos siguen aireando en todas las
queremos negar ni minimizar la gran importancia de la glo cuestiones el lema de la lucha dc clases; para ellos, la t>;loba
balización económica en cuanto a opción y percepción de lización es un sinónimo más de «ya lo habíamos advertido».
los actores más activos. El núcleo ideológico del globalismo Están celebralldo la fiesta de Ulla resurrección marxista. En
reside más bien en que da al traste con una distinción fun cualquier caso, se trata de una cegada porfía dc la utopía.
damental de la primera modernidad, a saber, la existente De todas estas trampas del globalismo hay quc distin
entre política y economía. La tarea principal de la política, guir eso que -en la estela del debate anglosajón-- he dado
delimitar bien los marcos jurídicos, sociales y ecológicos yo en llamar globalidad y globalización.
dentro de los cuales el quehacer económico es posible y le La globa!idtld significa lo siguiente: hace ya úastante
gítimo socialmente, se sustrae así a la vista o se enajena. El tiempo que vivimos en Urltl sociedad rnundúzl, de manera que
globalismo pretende que un edificio tan complejo como la tesis de los espacios cerrados es ficticia. No hay ningün
Alemania -es decir, el Estado, la sociedad, la cultura, la país ni grupo que pueda vivir al margen de los demás. Es
política exterior--- debe ser tratado como una empresa. En decir, que las distintas formas económicas, culturales y po
este sentido, se trata de un imperialismo de lo económico líticas no dejan de entremezclarse y que las evidencias del
bajo el cual las empresas exigen las condiciones básicas con modelo occidental se deben justirlcar de nuevo. Así, «socie
las que poder optimizar sus objetivos. dad mundiah significa la totalidad de las relaciones sociales
Resulta cuanto menos singular el hecho de que -y la que no están integradas en la política del Estado nacional ni
manera como- el así entendido globalismo arrastra a su están determinadas (ni son determinables) a través de ésta.
bando a sus mismos oponentes. Existe un globalismo (¡fir Aquí la auto percepción juega un papel clave en cuanto que
mador, pero también otro negtldor, el cual, persuadido del la sociedad mundial en sentido estricto -para proponer
predominio ineluctable del mercarío mundial, se acoge a un criterio operativo [y polítiClmente relevanteJ-- signifi-
varias formas de proteccionismo: ca una sociedad mundial percibidtl y reflexiv(l. La pregUl1la
32 3.)
4. de hasta qué punto se da dicha sociedad se puede convertir las distintas lógicas de las globalizaciones ecológica, cultu
empíricamente, según esto (de acuerdo con el teorema de ral, económica, política y social, que no son reducibles --ni
Thomas, según el cual lo que los hombres consideran real explicables- las unas a las otras, sino que, antes bien, de
se convierte en real), en la pregunta de cómo y hasta qué ben resolverse y entenderse a la vez en sí mismas yen mu
punto los hombres y las culturas del mundo se perciben en tua interdependencia. La suposición principal es que sólo
sus diferencias respectivas y hasta qué punto esta autoper así se puede abrir la perspectiva y el espacio del quehacer
cepción desde el punto de vista de la sociedad mundial se político. ¿Por qué? Porque sólo así se puede acabar con
torna relevante desde el de la conducta. 3 el hechizo despolitizado!" del globalismo, pues sólo bajo la
En la expresión «sociedad mundial», «mundiai» signifi perspectiva de la pluridimensionalidad de la globalidad es
ca según esto diftrencia, pluralidad; y «sociedad» significa talla la ideología de los hechos consumados del globalismo.
estado de no-integración, de manera que (tal y como sostie Pero (qué es lo que torna irrevisable la globalidad? He aquí
ne M. Albrow) la sociedad mundial se puede comprender ocho razones, introducidas con frases programáticas:
como una pluralidad sin unidad. Esto presupone -como
se verá a lo largo del presente libro- varias cosas muy dife l. El ensanchamiento del campo geográfico y la crecien
renciadas; por ejemplo, t~órmas de producción transnacio te densidad dd intercambio internacional, así como
nal y competencia del mercado del trabajo, informes mun el carácter global de la red de mercados fin~Hcieros y
diales en los medios de comunicación, boicots de compras del poder cada vez mayor de las multinacionales.
transnacionalcs, formas de vida transnacionales, crisis y 2. La revolución permanente en el terreno de la infor
guerras percihidas desde un punto de vista «global», utiliza mación y las tecnologías de la comunicación.
ción militar y pacífica de la energía atómica, la destrucción 3. La exigen cÍf¡ , universalmente aceptada, de respetar
de la naturaleza, etc. los derechos humanos -también considerada (de
Por su parte, la globalización significa los procesos en vir boquilla) corno el principio de la democracia.
tud de los cuales los Estados nacionales soberanos se entre 4. Las corrientes icónicas de las industrias globales de la
mezclan e imbrican mediante actores transnacionales y sus cultura.
respectivas probabilidades de poder, orientaciones, identi S. La política mundial posinternacional y policéntrica:
dades y entramados varios. junto a los gobiernos hay cada vez más actores trans
Un diferenciador esencial entre la primera y la segunda nacionales con cada vez mayor poder (multinaciona
modernidad es la irrevistlbilidad de la globalidad resultante. les, organizaciones no gubernamentales, Naciones
Lo cual quiere decir lo siguiente: existe una afinidad entre Unidas).
6. El problema de la pobreza global.
7. El problema de los daños y atentados ecológicos glo
3. Véanse más adelante las págs. 87 y sigs., 103 Ysigs., y págs. 140
155 Y 173-216. bales.
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5. 8. El problema de los conflictos transculturalcs en llll
en primer lugar, un mayor espacio;
lugar concre1O. en segundo lugar, la estabilidad en el tiempo; y
en tercer lugar, la densidild (socia) de los entrama
Con tales presupuestos cobra la sociología nueva impor dos, las interconexiones Y las corrientes icónicas
tancia como investigación de lo que significa la vida hum:.! cransnacionales.
na en la inmensa gran trampa en que se ha convertido d Dentro de este horizonte conceptual, estamos ya en
mundo. La globalidad nos recuerda el hecho de que, a par condiciones de contestar a otras preguntas, como, por
tir de ahora, nada de cuanto ocurra en nuestro planeta po ejemplo: ,,¿En qué estriba la singularidad histórica de la
drá ser un suceso 10c:.!lmente delimitado, sino que todos los globaiización presente Y sus paradojas en un lugar concreto
descubrimientos, victorias y catástrofes afectarán a todo el (por ejemplo, en comparación con el denominado «sistema
mundo v que todos deberemos reorientar v reorganizar mundial capitalista>., que se encuentra ya en formación des
nuestra vidas y quehaceres. así como nuestras organiz;lCio de el cnlonialismo v del que habla lmmanuel VallersteinFij
nes e instituciones, a lo largo del eje "local-global>.. Así en La singularidad del proceso de globalización radica ac
tendida, la globalidad ofrece a nuesrra consideración la nue tualmente (y radicar~l sin duda también en el futuro) en la
va situación de la segunda modernidad. En este concepto se Nmzificiláón, densidad y estttbilidild de sus rccíprocl1s redes de
recogen al mismo tiempo los motivos b;ísicos de por qué las relacio!lcs regionalc,--glob,t/cs empírictVnente mmprobables y
respuestas tipo de la primera modernidad resultan contra de su ilutod4inicidn de los medios de comunícacióll, así corno de
dictorias e inservibles para la segunda modernidad, con el los eS/ilirios sociales)' de ¡liS citadas corrientes icónicas en los
resultado de que se debe fundar y descubrir de nuevo la po piar/OS cultural, poLltico, ;ni/itar y ecollómico. ~ La socied;¡d
lítica para el tiempo que dure la segunda modernidad. mundial no es, pues, ninguna megasociedad nacional que
A partir de este concepto de globalidad, el concepto de comenga -y resuelva en sí- todas las sociedades naciona
/"lobaiiüzción se puede describir como UIl proceso (antigua les, sino un horizonte mundial caracterizado por la multi
mente se habría dicho: como una dialéctica) que crea víncu plicidad y la ausencia de integrabilidad, Y que sólo se abre
los y espacios sociales rransnacionales, revaloriza culturas lo cuando se produce y conserva en actividad y comunica
cales y trae a un primer plano terceras culturas --((un poco ción.
de esto, otro poco de eso, tal es la manera como las noveda Los escépticos de la globalidad se preguntarán: ¿qué hay
des llegan al mundo,) (Salman Rushdie)-. En este comple de nuevo en todo esto? Para luego sentenciar: nada del otro
jo marco de relaciones se pueden reformular las preguntas mundo. Pero se equivocan desde los puntos de vista histó
tanto sobre las dimemionescomo sobre las ftonterasde la glo-
balización resultante, teniendo presentes estos tres paráme 4. Sobre 1. Wallerslein, véanse las págs. 7')·-79 del presente lihro.
tros: 'l. Esto lo subraya el grupo de D. Held en "[)ie Clobalisierung dLT
Wirtschaft», en U. Beck (comp.), l'olitik da Globt//isierung.
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6. rico, empírico y teórico. Nuevo no es sólo la vida cotidiana Como trataremos de mostrar en la tercera parte -Erro
y las transacciones comerciales allende las fronteras del Es res del globalism 0 - , el espacio libre configurador, el prima
tado nacional al interior de un denso entramado con mayor do de lo político, sólo se puede recuperar con una crítica
dependencia y obligaciones recíprocas; nueva es la autoper-· decidida al globalismo.
cepción de esta transnacionalidad (en los medios de co En la cuarta parte -Respuestas a la globalización-, en
municación, en el consumo, en el turismo); nueva es la una especie de brainstorming público se presentan como
«translocalización» de la comunidad, el trabajo y el capital; co ntraveneno para la parálisis política actual diez puntos
nuevos son también la conciencia del peligro ecológico glo bá.sicos que permiten abordar las exigencias planteadas por
bal y los correspondientes escenarios de actividad; nueva es la era global.
la incoercible percepción de los otros transculturales en la El final lo conforma la siguiente «prueba del dedo» de
propia vida, con todas sus contradictorias certezas; nuevo Casandra: ¿qué ocurre cuando no ocurre nada? La brasile
es el nivel de circulación de las «industrias culturales globa ñización de Europa.
les» (Scott Lash/]ohn Urry); nuevo es también el paulatino
abrirse paso de una imagen estatal europea, así como la
cantidad y poder de los actores, instituciones y acuerdos
transnacionales; y, finalmente, nuevo es también el nivel de
concentración económica, que, pese a todo, se ve contra
rrestado por la nueva competencia de un mercado mundial
que no conoce fronteras.
Finalmente, y en consecuencia, globalización signifIca
también: ausencia de Estado mundial; más concretamente:
sociedad mundial sin Estado mundial y sin gobierno mun
dial. Estamos asistiendo a la difUsión de un capitalismo
globalmente desorganizado, donde no existe ningún poder
hegemónico ni ningún régimen internacional, ya de tipo
económico ya político.
Las otras tres partes del presente ensayo se abordarán en
el horizonte de esta diferenciación. En la segunda parte
-¿Qué significa la globalización?- se esbozan, y cotejan
entre sí, la pluridimensionalidad, ambivalencia y paradojas
de la globalidad y de la globalización desde los puntos de
vista social, económico, político, ecológico y cultural.
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