La era Tinder. Factor consumista por representación agregando un valor desechable.
1. Chillons Reyes.
La era Tinder. Factor consumista por
representación agregando un valor desechable.
La era digital en conjunto con la globalización, podrían haber llegado a crear
una transformación en el desarrollo de nuestros hábitos y comportamientos,
adentrándonos en una nueva era de las relaciones humanas, creando un sinfín de
preguntas y comparaciones de la comunicación cara a cara, construyendo una
representación, siguiendo un patrón de consumismo y por ende desechar al ser
humano y ya no a un objeto.
En la actualidad los espacios virtuales han aumentado de usuarios creando así una
cotidianeidad, transformando la forma de relacionarnos, pero también ha sido popular
en la búsqueda de ‘’nuestra alma gemela ‘’, ‘’ligue’’ o simplemente de compañía
(Ardèvol, 2005).
Es el caso de ‘’Tinder’’, es una aplicación (APP) para conocer a personas y ligar. La
APP sincroniza parte de tu perfil de Facebook, Instagram, o anónimo, de donde
seleccionas fotos, y las complementas con un texto que te describa. Ajustas el rango
de edad de las personas que quieres conocer, su ubicación aproximada y orientación
sexual. Basado en ese perfil, te arroja una selección de posibles candidatos de los
cuales decides quién te gusta y quién no. Cuando le das me gusta a un candidato, que
a su vez le dio me gusta a tu perfil, la APP te felicita pues “tienes un Match”.
Automáticamente se abre la posibilidad de chatear con esa persona (Valenzuela,
2014).
2. Chillons Reyes.
Costa y Piñeiro (2012) señalan que el desarrollo de Internet y de la llamada Web
participativa ha propiciado que las nuevas narrativas busquen una mayor implicación
de usuarios y audiencias.
Específicamente la representación del individuo en la red social esta medida por
imágenes y no por sucesos, si nos centramos en el caso de las relaciones sociales
cara a cara, la identidad esta marcada directamente por medio de una construcción que
forman a el sujeto, en cuestión de una app social ‘Tinder’ que trata de unir socialmente
a personas con un ‘Match’ por tener un interés mutuo, ha derivado muchas
concepciones acerca de lo que busca el individuo tratándose de etiquetar como ‘Free’,
‘’Sin compromiso’’ o ‘’Pasar el rato’’.
La concepción del amor romántico nace en el siglo XVIII en Occidente, desde entonces
ha experimentado cambios. ‘’Si anteriormente su máxima expresión era el matrimonio
para toda la vida, actualmente lo es la monogamia sucesiva’’ (Fortunez, 2014).
En el aspecto social se vuelve complicado poder establecer un compromiso, ya que lo
rápido y fácil suele ir acompañado de ciertos productos de consumo, sin embargo, en
este caso se enfatiza en la forma de entablar una relación, por ciertos fenómenos
sociales, la cuestión económica y que estos traen a la creación de aplicaciones de
ligue para así sacar provecho. ‘’En este contexto el amor se convierte en paradójico: es
más anhelado que nunca y al mismo tiempo más difícil de conseguir’’ (Gómez, 2016).
Cada vez son más los recursos que se puede tener al alcance de la mano.
Simplemente con tocar la pantalla del Smartphone. El estar en busca de consumir
periódicamente relaciones y encontrar pareja puede satisfacer una necesidad, sin
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embargo, que se puede esperar en este tipo de APPS, el consumir a través de una
aplicación por medio de una representación del sujeto creando una identidad y ya no
directamente del sujeto cara a cara puede llevar un sinfín de opciones convirtiendo al
usuario como un desechable y tener la opción de borrar en el momento indicado sin
tener que hacer una despedida, con el simple hecho de no contestar el mensaje puede
comunicarse como un fin.
Puede ser complejo el preguntarse qué tipo de personas se pueden encontrar en estos
sitios, pero siendo franco que tipo de persona buscaría un compromiso si al deslizar la
pantalla para poder buscar a tu media naranja se convierte como el entrar a una tienda
de ropa y ver qué tipo de prenda es lo que te satisface visualmente, para ponértelo de
vez en cuando y así terminar desechándolo, así llega a convertirse los usuarios que se
vuelven activos en este tipo de aplicaciones, ver lo que realmente nos llena sin conocer
sentimentalmente al individuo, solo satisfacer una necesidad que no involucre el
compromiso.
Actualmente la concepción que se maneja sobre este fenómeno de conservador a lo
liberal, puede llegar a ser comparado como antes se usaba, salir a una discoteca, era
el punto perfecto para ir de ligue, y esta nueva tendencia de conocer a gente por
‘Tinder’ abre nuevas posibilidades, lo que pudiera convertirse en un fin de semana en
un bar cara a cara, sucede desde tu celular dentro de tu casa.
Todo evoluciona, teniendo en cuenta que las percepciones y conductas que existen
sobre el amor, por una línea del tiempo histórica y económica. No cambian las formas
de relaciones, lo que evoluciona es la manera en cómo se vincula, se vive y se siente.
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Tinder, tiene su propia forma de jugar, es gustar y ser el más atractivo de todos los
usuarios. Puede llegar a ser dicótomo. Para individuos que llegan a un espacio sin
conocer a nadie puede ser una manera habitual positiva de poder descargarla.
La interactividad se define como “cualquier proceso que implica el intercambio
recíproco (bidireccional) de acciones y reacciones que se producen entre dos o más
entidades” ” (Tur-Víñez y Rodríguez, 2014: 119). En este caso nos referimos a los
usuarios que hacen Match y hagan tendencia esta APP.
Si bien, todo está hecho por un bien económico, en que momento lo liberal se convirtió
tan consumista y desecharlo como si el sujeto no tuviera un valor agregado, la etiqueta
de tener una relación formal no es la apropiada para este tipo de APPS.
Convertirse en un círculo vicioso en donde las opciones de ‘’Matches’’ acumulados
para conocer al individuo perfecto, llegan a crear dudas y disonancia al momento de
tomar la decisión perfecta, es aquí donde la frase ‘la suerte de la fea la bonita la desea’,
muchos quisieran tener.
Es complejo poder describir como las formas de relacionarse están evolucionando en
un contexto económico consumista. Deslizar como si todo es desechable, ‘’ ¿Cómo no
voy a ser desechable yo también? y, si yo soy desechable ¿cómo voy a acceder a algo
no lo sea?’’ (Niemeyer, 2015).
Hay que saber realmente que es lo que buscamos y por dónde, antes de ser un
desechable y bajar cierta aplicación.
Descripción de investigaciones sobre los procesos de Comunicación
5. Chillons Reyes.
Referencias:
Ardèvol, Elisenda (2005): “Catálogo de Sueños: Las relaciones personales en Internet
como producto de consumo” Simposio Antropología de los media, X Congreso de
Antropología: Culturas, mercado y poder Sevilla, septiembre, 2005. Universitat Oberta
de Catalunya.
Costa Sánchez, Carmen y Piñeiro Otero, Teresa (2012): “Nuevas narrativas
audiovisuales: multiplataforma, crossmedia y transmedia. El caso de Águila Roja
(RTVE)”. Icono14, 10 (2), 102-125.
Fortunez, C. (2015). Ligar en tiempos modernos. El Pais, Recuperado de
https://elpais.com/elpais/2015/10/23/eps/1445602424_708600.html
Gómez, (2016). Resistencias estratégicas a la feminidad masculina en aplicaciones
móviles (app) de contacto homosexual entre varones. ‘’Las plumas a otro lado. Arte y
políticas de identidad, 15, pp. 137-154.
Niemeyer, Valentina. (2015). “TINDER: CONSTRUCCIÓN IDENTITARIA DE SUS
USUARIOS Y SUVISIÓN DE LAS RELACIONES: La desechabilidad y fragilidad de los
vínculos humanos”. Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Facultad de Filosofía
y Educación, Escuela de Psicología. Recuperado de http://opac.pucv.cl/pucv_txt/txt-
9000/UCE9105_01.pdf
Tur-Viñes, Victoria y Rodríguez Ferrándiz, Raúl (2014): “Transmedialidad, Series de
Ficción y Redes Sociales: El Caso de Pulseras Rojas en el Grupo Oficial de Facebook
(Antena 3. España)”. Cuadernos.info, 34, 115-131.
Valenzuela, Sandra. (2014). El amor en los tiempos de Tinder. NEXOS. Recuperado de
https://cultura.nexos.com.mx/?p=6627