El documento discute las perspectivas de la iglesia, el estado y la medicina sobre la eutanasia. La iglesia se opone a la eutanasia porque considera que la vida humana es sagrada y participa de la dignidad. El estado también se opone porque la eutanasia violaría las leyes que protegen el derecho inviolable a la vida. La medicina generalmente no apoya la eutanasia porque va en contra de su objetivo de curar a los pacientes y prolongar la vida. Todas estas instituciones concuerdan en que la eutanasia no es una
2. Sub temas
Que piensa la iglesia sobre este tema.
Que piensa el Estado
Que piensa la medicina
Conclusiones
3. No se puede entender la eutanasia como una defensa a la vida y mucho
menos como una muerte digna, porque la vida del ser humano participa
de la dignidad y no se puede atentarse contra ella, aun así se realice por
compasión y misericordia. Es así como la vida de los seres humanos
participa de la dignidad. La eutanasia en el caso del paciente es tomado
como un suicidio y el que la aplica como un homicida. (Jubany Arnau,
1993)La eutanasia es un crimen contra la vida humana y contra la ley
divina, del que se hacen corresponsables todos los que intervienen en la
decisión y ejecución del acto homicida.
El tener fe nos hace creer en un Dios que nos ama. El dolor aunque no
podamos explicarlo tiene un sentido, el mismo cristo sufrió en una cruz,
pero encontrarle un sentido al sufrimiento debe ser una tarea para todo
cristiano. Acepta el sufrimiento que a su vez es redentor.
Que piensa la iglesia sobre este tema.
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4. Que piensa el Estado
El artículo tres de la carta de los derechos humanos
internacionales dice (Declaración de los Derechos
Humanos Internacionales , 1948): Todo individuo tiene
derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su
persona. Es sin duda un derecho primordial de cada
individuo y la eutanasia vendría hacer la destrucción de
la vida. Además (Colombiana, 1991)El derecho a la
vida es inviolable, No habrá pena de muerte. El Estado
debe de proteger y defender la vida del ser humano,
mediante leyes y normas jurídicas. Es claro que el
estado no puede Aprobar la eutanasia como una ley,
porque se iría en contra de sus propias leyes. (Jubany
Arnau, 1993)El Estado no puede atribuirse el derecho a
legalizar la eutanasia, pues la vida del inocente es un
bien que supera el poder de disposición tanto del
individuo como del Estado.
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ESTADO
5. Que piensa la medicina
Es interesante saber que hasta en la propia medicina se libra un
debate sobre este tema, y utilizando un eufemismo, para adornar el
tema de la muerte, y si este tema debe legalizarle, pero esto podría
tomarse como un suicidio medico asistido. Se sabe que la eutanasia
solo puede ser aplicada a pacientes terminales y no en su defecto a
toda clase de personas que deseen morir. No se puede tomar esto
como un proceso de benevolencia y mucho menos como un
asesinato, si no se conoce las razones por la que el paciente quiere
en su proceso terminal. La vida empieza cuando el ovulo ha sido
fecundado, es lo que dicen expertos en medicina.
Es claro que la medicina busca aliviar y curar las enfermedades de las
personas, y la mitigación completa de sus dolencias, pero la eutanasia
no puede ser una forma de medicina, porque es lo contrario, además,
si un médico la práctica, este estará negando al mismo tiempo lo que
lo hace ser un médico “velar por la vida de los pacientes” y el código
deontológico de un médico le prohíbe dar la muerte a un paciente,
pero esto en la actualidad no es del todo real. La eutanasia nos es un
recurso de la medicina, ya que esta es lo contrario porque es la
negación de la misma, es decir, de la vida
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70%
80%
95%
Medicina
no esta
de
acuerdo
Estado
no esta
de
acuerdo
Iglesia
no
están
de
acuerdo
6. CONCLUSIÓN
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La actitud que toman las personas que sufren enfermedades terminales es muy importante,
porque ellos sienten el sufrimiento y el dolor de forma diferente, no es lo mismo que la
madre sufra por ver a su hija luchando contra un cáncer, que lo que La hija pueda estar
pasando. Sentimos el dolor de otros y su sufrimiento como nuestro, pero jamás
alcanzaremos a sentir realmente estas cosas sino estamos en los mismos zapatos del
enfermo.