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2010
Administrar hospitales públicos… tarea
USS
súper fácil.
Sebastián Jarufe
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2. sadasdadad
Administrar hospitales públicos… tarea súper fácil
¿Quién ocupa hoy día un cargo de jefatura en un hospital público y no sabe que?:
“Para administrar necesita, planificar, organizar, dirigir y controlar, y además que, estas son las
cuatro acciones básicas que le permitirán llevar a la organización al cumplimiento de su
objetivo, hecho que representa la tarea fundamental de un administrador?
Honestamente, creo que la respuesta a esta interrogante es: nadie.
Más aún, yo creo que también es sabido que desarrollan labores de administrador todos
aquellos a los cuales la institución les coloca recursos a su cargo, es obvio que cada vez que se
colocan recursos a cargo de algún funcionario se espera que éste cumpla con algún objetivo
predeterminado, y que la suma de todos esos objetivos, permite a la organización el
cumplimiento del gran objetivo institucional. De esta forma, la labor del Director del Hospital
sería la de controlar a sus jefaturas en el cumplimiento de sus objetivos, de la concordancia de
éstos con el gran objetivo institucional y de la mediación de intereses entre las unidades en
juego a objeto de evitar que objetivos intermedios tiendan a convertirse en si mismos en la
gran razón de ser (suele ocurrir que cada jefatura visualiza su “negocio” como el más
importante dentro de la organización).
Además, todo lo anterior se desarrollará siempre en un entorno donde los recursos serán
siempre escasos frente a las infinitas necesidades que existen sobre ellos. Esto significa que no
alcanzan para satisfacer todas las necesidades de salud de la población que atienden.
¿Es fácil o no es fácil administrar hospitales?
Y si estamos tan claros, entonces ¿por qué fallamos?
Sin duda cada lector de este artículo me podrá esbozar más de una respuesta, después de
muchos años de trabajo en el sector salud he escuchado varias, y algunas de estas respuestas
ayudan a explicar una parte del problema que enfrentamos. No obstante ello, me permitiré
esbozar las que a mi juicio representan el grueso de la problemática.
Primera falla: Si la gran tarea del profesional al cual le pusieron recursos a su cargo es alcanzar
un objetivo, lo primero que debe estar claro es ese objetivo que se espera alcanzar, y este
hecho aunque parezca trivial, no esta bien desarrollado en la mayoría de los casos, a manera
de ejemplo pregunten cual es el objetivo que debe alcanzar un Jefe de Servicio Clínico en un
Hospital, ¿pudieran, por ejemplo, los jefes del Servicio de Dermatología de los Hospitales Base
del Sistema indicar cual es el objetivo al que fueron desafiados al momento de asumir su
jefatura de servicio?, o más bien, cada uno interpretó el objetivo que debía alcanzar a su mejor
entender, ¿se ha hecho en cada organización un esferazo conciente tendiente a determinar
ese objetivo?, o se estima tan obvio que no ha sido trabajado.
Si apuramos a una definición precisa del objetivo a ser alcanzado, probablemente existirán
variadas visiones basadas en la experiencia propia de estas jefaturas. Ahora, lo más probable
es que esta visión particular de cada uno tendrá una expresión bastante amplia y buscará los
más nobles y elevados principios, pero estos ¿se encuentran dimensionados a la realidad
local?, ¿existe una expresión objetivable de ellos? de forma de saber si los estamos
cumpliendo o no, o si son una meta deseable, ¿podemos saber a que distancia estamos de
ella? y ¿cual es el camino preciso que estamos recorriendo para alcanzarla? A objeto de poder
saber si estamos cumpliendo con lo que se espera de nosotros como jefes. La verdad es que la
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observación de la realidad me indica que las jefaturas se pasan el día “apagando incendios”,
terminan su jornada extenuados y con la sensación de que no alcanzaron a realizar gran cosa,
es más, yo diría que la organización es la que los maneja a ellos y no son ellos los que están
conduciendo a la organización al cumplimiento de su objetivo. Lo que es peor, la evaluación de
su actividad dependerá del ojo con que se le mire no existiendo ningún criterio objetivo pre
acordado de evaluación.
Segunda falla: En un mundo donde los recursos no alcanzan para satisfacer todas las
necesidades que existen sobre ellos, la primera tarea sustantiva es conocer con absoluta
claridad cual es el total de necesidades que enfrentamos a objeto de priorizarlas, y concientes
de que no las podremos satisfacer todas abocarnos a la dura tarea de determinar cuales serán
satisfechas y bajo que estándares de calidad serán resueltas, estándares que sin duda, se
alejarán de lo que de acuerdo al estado de desarrollo de las artes sería calificado como óptimo,
no obstante ello, no debemos olvidar que como los recursos están limitados, el asumir el
estándar más adecuado en una determinada acción implicará que alguna necesidad adicional
dejará de ser satisfecha. ¿Cuantas jefaturas clínicas se ha abocado con su equipo al estudio de
las necesidades de salud de su población, a su priorización y a la determinación precisa de
estándares en la solución de ellas?
Tercera falla: Si no tengo un objetivo conocido, preciso y dimensionable, ¿Qué planificación,
organización y dirección voy a realizar? ¿Cómo puedo dirigir si no he diseñado la estrategia, el
gran plan, y lo que espero de aporte para cada recurso asignado al plan? ¿como puede un
director de orquesta dirigir una sinfonía y tener éxito, si no trabajo para cada músico su
partitura?.
Pero, a esta altura no importa, asumamos que tenemos jefes de unidades clínicas con
objetivos a ser alcanzados precisos, objetivables, conocidos por todos, que las infinitas
necesidades de salud de la población fueron estudiadas, consensuada su relevancia y la forma
de abordarlas, que elaboramos la mejor planificación y organización y que contamos con un
profesional preparado, además de dotado de los mayores talentos para dirigir. ¿Sabe usted
que aún así, no lograremos conducir nuestra organización al cumplimiento de su objetivo?
La afirmación anterior es terrible, pero real. Es terrible porque honestamente no creo que
estemos cumpliendo con los supuestos ideales realizados, y si aún así estamos complicados,
querría decir que definitivamente no estamos administrando nada.
¿Que falta para alcanzar el objetivo de la organización (único indicador de éxito en la
administración) en nuestro mundo ideal planteado en el párrafo anterior?: El Control,
elemento clave en ausencia del cual no sirve de nada la adecuada Planificación, Organización y
Dirección.
¿Por qué es tan determinante el control?
Porque en ausencia de él no podemos saber si estamos cumpliendo o no con el plan que nos
trazamos, si los recursos asignados a determinada tareas cumplieron o no con lo esperado, nos
permite chequear si los supuestos que elaboramos eran los adecuados, etcétera, pero lo más
sustantivo, es que el control nos permite entregar “cariños” y “coscorrones” en ausencia de los
cuales los hombres y las mujeres que son el alma de las organizaciones no tienen incentivo
alguno a cumplir con las tareas asignadas.
¿De donde viene esta afirmación tan dura?
En mi experiencia de más de diez años como profesor, primero del Programa Interfacultades
de Administración de Salud, y ahora del Instituto de Administración de Salud, en los cuales al
menos he realizado tres Diplomados por año, en materias de Economía y Gestión Hospitalaria,
he realizado siempre la siguiente pregunta a mis alumnos: ¿cual es su objetivo en la vida?,
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¿que es lo que busca en ella? y la respuesta final ha sido siempre la misma: tratar de ser lo más
feliz posible, o sea, los hombres y las mujeres, que son el alma de la organización, tiene como
objetivo de vida la búsqueda de su felicidad, nunca ninguno me contesto que su objetivo en la
vida era lograr que la organización a la cual pertenecía alcanzará sus objetivos institucionales,
o bien cooperar con sus jefaturas para que estas desarrollarán de la mejor forma su papel.
El hecho, en todo caso, no debería causarnos sorpresa, pues la conclusión de que todo ser
humano busca fundamentalmente su felicidad formaba parte de los resultados de los trabajos
de los grandes pensadores de la humanidad, ya Aristóteles planteaba que ser feliz era el fin
natural de la condición humana. Ahora la cuestión es intentar definir en que consiste esa
felicidad y cual es el camino para alcanzarla en un contexto predeterminado.
Los Economistas asumen en la estructuración de sus Teorías de Mercado que el hombre busca
su felicidad, desde la perspectiva de la disciplina plantean que existe una función de Utilidad
(indicadora del nivel de felicidad) la cual depende del consumo de bienes y servicios.
Formalmente:
U= F(X1,X2,X3………Xn)
La lectura es: la Utilidad (felicidad) es función del consumo de diferentes bienes y servicios (Xi),
ahora de lo que se trata es de maximizar esa función de Utilidad, o sea, de maximizar la
felicidad:
Max. U= Max. F(X1,X2,X3………Xn).
En la estructuración de la teoría se respeta la diversidad en la búsqueda, pues es sabido que no
todos tenemos los mismos deseos ni ciframos la dicha en las mismas cosas. Cada cual
determinara de acuerdo a sus gustos y posibilidades cual es la combinación óptima de bienes y
servicios que maximiza su propia función de utilidad. De esta forma, en algunos casos Xi será
una misa matinal, en otros será la pertenencia a un voluntariado, en otros será un convertible
rojo, en otros entregar la mejor educación a sus hijos, etcétera. Lo que si es claro, es que todas
nuestras acciones se realizan en la búsqueda de nuestra propia felicidad.
Ya sabemos que la tarea de un Jefe de Unidad Clínica es hacer que su organización alcance el
objetivo que la institución espera, a objeto de que este hecho, sumado a la consecución del
objetivo indicado a muchas otras unidades internas, permitan finalmente que se alcance el
gran objetivo institucional. Pero, los hombres al interior del Servicio Clínico emprenderán
acciones al interior de él que los lleven a cumplir con su propio objetivo de vida, es decir a
maximizar su propia felicidad, y en la búsqueda de su propia felicidad, sólo un azar del destino,
al que le atribuyo nula posibilidad, los objetivos institucionales serán los mismos que busque el
individuo para su propia satisfacción.
Alguien aquí me podrá argumentar que conoce individuos que trabajan sustantivamente más
horas que las contratadas y que incluso han aportados recursos propios para desarrollar su
actividad, la pregunta es ¿y se encontraban realizando tareas que le habían sido programadas
por su jefatura o realizaban actividades que les permitirían obtener algún beneficio profesional
que redundaría en la obtención de algún bien o servicio incorporado en su función de utilidad?
Supongamos por un momento que nos dejarán a nuestro libre albedrío al interior de la
organización, y que somos unos enamorados de nuestra profesión, sin duda trabajaríamos con
ahínco muchas horas, pero ¿desarrollaríamos las actividades que la institución necesita para
cumplir sus objetivos institucionales o desarrollaríamos aquellas actividades que nos realizan
con más fuerza profesionalmente?
¿Qué se necesita entonces? Hacer coincidir los objetivos de la institución con el gran objetivo
personal, tal como lo planteamos estos dos aspectos sólo por un azar, con prácticamente nula
posibilidad, serán los mismos.
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¿Cómo lo logramos? Introduciéndonos en la función de Utilidad de los individuos y haciendo
que alguna Xi (o sea alguno de los bienes y/o servicios que el individuo puede consumir) sean
“coscorrones” o “cariños” provenientes de la organización, consumirá “coscorrones” cuando
no cumpla con lo que la organización espera de él de acuerdo con la planificación y
organización efectuada, y recibirá “cariños” cuando su conducta se encuentre absolutamente
acorde con lo esperado, ahora como los coscorrones nos restan felicidad y los cariños nos la
aumentan, obviamente en la búsqueda de su propia felicidad el individuo cooperará con el
logro de los objetivos institucionales.
De una manera así de fácil, no tendremos que apelar al trabajo de individuos nobles, buenos y
entregados, que en un estado casi de santidad, sirviendo al prójimo, nos ayuden a cumplir con
nuestra tarea.
Preocupándonos sólo de estos tres aspectos mencionados, seguro que nos irá muy bien.
Tabla de contenido
Administrar hospitales públicos… tarea súper fácil..........................................................2
Y si estamos tan claros, entonces ¿por qué fallamos?.......................................................2
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