1. VERDAD CLAVE: La mente es el campo de batalla en donde hay una lucha
decisiva con el enemigo
OBJETIVO: Aprender a identificar las estrategias del enemigo para levantar
FORTALEZAS en la mente y tomar cautivo los pensamientos y no estén
sometidos a CRISTO
BASE BIBLICA: 2 Corintios 10: 3-5, Proverbios 23:7
2. EFESIOS 1-2:7 Y COLOSENSES 1:13-29; 2:6-15
A. Fuimos creados para vivir en la autoridad de
Dios sobre la tierra y
los poderes de las tinieblas aquí en la tierra,
pero perdimos este
derecho con la caída de Adán y Eva. La buena
noticia es que
nuestro Señor Jesucristo recuperó esta
autoridad y la restauró a
nosotros.
1. Dios nos creó para gobernar la tierra y toda la
creación en ella.
Génesis 1: 28 y los bendijo con estas palabras:
«Sean fructíferos y
multiplíquense ;llenen la tierra y sométanla;
dominen a los peces del mar y a las
aves del cielo, y a todos los reptiles que se
arrastran por el suelo.»
3. . Cuando Adán y Eva creyeron las
palabras del ―encantador‖, ellos (tanto
como nosotros) perdieron su posición de
autoridad que Dios les había dado. Ellos
creyeron y pusieron su fe en la mentira
que: lo que Dios les había dado no era
bueno, ni completo, y que necesitaban
rechazar Su autoridad para llegar a ser
como Dios. Ellos deseaban
«discernimiento falso», el
conocimiento del bien y del mal, en vez
de discernimiento verdadero que viene
con una relación personal con Dios.
Génesis 3: 1-7
3. Un resultado de esta pérdida de
autoridad es que el hombre ya era
incapaz de hacer lo que Dios le pedía a
Caín acerca de su enemigo espiritual, que
era dominarlo
4. B. El Señor Jesucristo vino a recuperar esta autoridad sobre la tierra
que fue robada. Su misión exacta era “destruir las obras del
diablo”. 1 Juan 3: 8
Esta recuperación de autoridad para nosotros sería completa cuando Dios
resucitó a Cristo Jesús “de entre los muertos y lo sentó a su derecha en las
regiones celestiales, 21 muy por encima de todo gobierno y autoridad,
poder y dominio, y de cualquier otro nombre que se invoque, no sólo en
este mundo sino también en el venidero. 22 Dios sometió todas las cosas
al dominio de Cristo,* y lo dio como cabeza de todo a la iglesia. 23 Ésta,
que es su cuerpo, es la plenitud de aquel que lo llena todo por completo.
Efesios 1:20-23
5. C. Cristo Jesus nos confirió Su
autoridad en la Gran Comisión.
En San Mateo 28: 18-19, Él les
dice a sus discipulos, “Dios me
ha dado toda autoridad en el cielo
y en la tierra. Vayan pues...”
Cristo transfirió Su autoridad a la
iglesia en Pentecostés (Hechos 2)
cuando prometió que iban a recibir
poder cuando el Espíritu Santo
llegara. “pero cuando el Espíritu
Santo venga sobre ustedes,
recibirán poder y saldrán
a dar testimonio de mí....Hechos 1: 8
6. La mente es el campo de batalla donde Satanás y sus demonios
contienden contra la VERDAD.
La Voluntad y las Emociones del Ser, son una Ciudadela que los
espíritus malignos ansían re-capturar
1. La mente es la precursora de todos los
actos. Romanos 8:5. Nuestros actos son el
resultado de nuestros pensamientos e ideas,
sean buenas o malas.
2. Estamos en guerra espiritual y nuestra
mente es el campo de batalla. Efesios 6:12. El
diablo se ocupa de bombardear
constantemente nuestras mentes con
pensamientos de derrota y contrarios a la
Palabra de Dios.
3. La Escritura nos señala que el enemigo
coloca fortalezas (pensamientos destructivos)
pero que sin embargo la victoria es nuestra. 2
corintios 10:4-5. Una fortaleza es un área en
la cual el diablo nos mantiene en atadura.
7. Tenemos el poder por medio de nuestras armas espirituales
para destruir a todas las fortalezas del enemigo.
1. En la misma manera como un general tiene autoridad militar y
poder para
conquistar al enemigo, nosotros también tenemos el poder y la
autoridad
para derrotar a Satanás y su ejército. En la misma manera, tenemos
la autoridad de nuestra asignada posición en Cristo.
2. Tenemos las armas más poderosas en el universo a nuestra
disposición para completamente derrotar al enemigo. El Señor
Jesucristo está apoyando nuestros mandatos con Su poder y
el ejército entero de su reino.
8. Un cristiano debe renovarse. En otras palabras, permitir que Dios opere
una transformación en su forma de pensar y de actuar. Cuando asume
esta disposición, experimentará verdaderamente crecimiento en dos
dimensiones fundamentales: la personal y la espiritual.
Renovarse, entonces, es primordial, como explicó el apóstol Pablo a los
creyentes del primer siglo y a nosotros también: “Y no vivan ya como
vive todo el mundo. Al contrario, cambien de manera de ser y de
pensar. Así podrán saber qué es lo que Dios quiere, es decir, todo lo
que es bueno, agradable y perfecto.”(Romanos 12:2, Versión
Lenguaje Sencillo)
Esa renovación debe ir íntimamente ligada a nuestra nueva naturaleza de
creyentes, de hijos de Dios, redimidos por la obra de Cristo. Cambia
nuestra forma de pensar y colateralmente se modificarán nuestras
acciones, tal como instruyó el apóstol Pablo a los creyentes de
Roma:“Con respecto a la vida que antes llevaban, se les enseñó que
debían quitarse el ropaje de la vieja naturaleza, la cual está
corrompida por los deseos engañosos;ser renovados en la actitud de
su mente; y ponerse el ropaje de la nueva naturaleza, creada a imagen
de Dios, en verdadera justicia y santidad.”(Romanos 4:22-24, Nueva
Versión Internacional)
9. ¿Qué ocurre con los cristianos que no
experimentan crecimiento y, por el contrario,
viven un continuo revés? Dan un paso adelante,
y dos atrás. Puede tratarse de una fortaleza mental
que haya establecido Satanás para impedir su
crecimiento personal y espiritual. Lo hace a través
de pensamientos derrotistas, de fracaso y una
opinión miserables de sí mismos. Les hace sentir
que jamás lograrán cambiar y que lo mejor, para
evitarse frustraciones, es seguir como estaban
antes.
Es importante identificar algunas de las
consecuencias que establece nuestro
adversario en la mente de las personas:
10. Cierto día alguien buscaba una dirección en un populoso barrio de la ciudad. Se
acercó a preguntarme por la calle. Y, para mi sorpresa, nos encontrábamos
frente al edificio que buscaba. ―Es aquí‖, le indiqué. Me miró sorprendido y se
excusó: ―Realmente no se qué me pasa. He pasado por este lugar muchas
veces y a pesar de ser evidente la nomenclatura, no la hallaba‖. Tal vez su afán
lo tenía cegado.
Igual ocurre con muchas personas que abrieron su mente a pensamientos y
acciones de maldad y sobre quienes Satanás ha edificado fortalezas; presentan
ceguera espiritual. El apóstol Pablo advirtió que había quienes pasaban por esa
fase: ―No hacemos como Moisés, quien se ponía un velo sobre el rostro para
que los israelitas no vieran el fin del resplandor que se iba extinguiendo. Sin
embargo, la mente de ellos se embotó, de modo que hasta el día de hoy tienen
puesto el mismo velo al leer el antiguo pacto. El velo no les ha sido quitado,
porque sólo se quita en Cristo. Hasta el día de hoy, siempre que leen a Moisés,
un velo les cubre el corazón.‖(2 Corintios 3.13-15, Nueva Versión Internacional)
Quienes han sido cegados por el demonio, rechazan las Buenas Nuevas
del Evangelio y aún sabiendo que están en pecado, no quieren cambiar
porque tienen cauterizada la conciencia.
11. Satanás es muy hábil. Por ese motivo y conociendo las debilidades de algunos
creyentes, los arrastra de nuevo al mundo de pecado del que les había rescatado
el Señor Jesús. Cuando estas personas abren su mente a pensamientos de
sensualidad o imágenes de pornografía, entre otros factores externos que les
influencian, terminan inclinados a los deseos de la carne nuevamente.
―Los que viven conforme a la naturaleza pecaminosa fijan la mente en los deseos
de tal naturaleza; en cambio, los que viven conforme al Espíritu fijan la mente en
los deseos del Espíritu. La mentalidad pecaminosa es muerte, mientras que la
mentalidad que proviene del Espíritu es vida y paz.‖(Romanos 8:5,6, Nueva
Versión Internacional)
Es imperioso que reconozcamos de dónde nos sacó el amado Salvador y
entender que, caer de nuevo en ese mismo fango, es tanto como el esclavo que
fue declarado libre y continuo cayendo en la escalvitud
Usted y yo no solo actuamos motivados por los instintos. Dios nos dio la
posibilidad de escoger, de razonar sobre lo que vamos a hacer. ¡No se deje
arrastrar de nuevo por Satanás!
12. Todos los seres humanos luchamos cuando debemos tomar decisiones. El
asunto se agudiza cuando somos cristianos. En el corazón sabemos que
debemos ser fieles a Jesucristo, pero Satanás pone a nuestro paso tentaciones y
–como niños—nos dejamos llevar por lo que agrada a la carne.
El apóstol Pablo fue claro al advertir: ―Porque en lo íntimo de mi ser me deleito en
la ley de Dios; pero me doy cuenta de que en los miembros de mi cuerpo hay otra
ley, que es la ley del pecado. Esta ley lucha contra la ley de mi mente, y me tiene
cautivo. ¡Soy un pobre miserable! ¿Quién me librará de este cuerpo
mortal?‖(Romanos 7:22-24, Nueva Versión Internacional)
Hace poco encontré a un joven rescatado por Jesucristo de la drogadicción.
―¿Qué haces, Juan?‖, le pregunté al verlo deteriorado físicamente y en su
presentación: ―Volví a caer en las drogas. No se qué hacer para salir de esta
maldición‖, se lamentó.
Concluimos que la decisión de caer nuevamente en pecado es nuestra y
nada más que nuestra. Satanás, como hábil engañador, pone el tinglado,
quienes terminamos arrastrados por esa inclinación a satisfacer los deseos
de la carne, somos nosotros. Y él sabe sacar ventaja de esa situación.
13. La Biblia provee abundante información sobre la importancia de tener control
de nuestra mente...
Satanás, de quien tenemos que tener claro que
es nuestro más peligroso enemigo, termina
aprovechándose de nuestra insensatez y falta de
dependencia del Señor Jesucristo, y establece
fortalezas en la mente. Como consecuencia,
mina la capacidad de ver la realidad, de
reconocer los errores y el pecado, y de tomar
decisiones, como la de escapar con ayuda de
Dios.
Quienes estaban al servicio del diablo,
terminaban con ataduras mentales: ―Con el resto
(madera) hace un dios, su ídolo; se postra ante
él y lo adora. Y suplicante le dice: «Sálvame,
pues tú eres mi dios.» No saben nada, no
entienden nada; sus ojos están velados, y no
ven; su mente está cerrada, y no
entienden.‖(Isaías 44:17-19,)
14. No hay razón para que siga atado a una situación lamentable. ¡Es hora de derribar
la fortaleza que ha establecido Satanás en su mente y que le impide avanzar y
crecer en lo personal y espiritual! Si no se decide, terminará como aquellos a los
que se refería el rey Salomón, dominados por la maldad en su forma de pensar:
―Tus ojos verán alucinaciones, y tu mente imaginará estupideces.‖(Proverbios
23:33, Nueva Versión Internacional).
Una vez tiene gobierno en su ser, el diablo lo convertirá en un instrumento de
maldad, en la forma de pensar y de actuar: ―¿Acaso ustedes, gobernantes, actúan
con justicia, y juzgan con rectitud a los seres humanos? Al contrario, con la mente
traman injusticia, y la violencia de sus manos se desata en el país. Los malvados
se pervierten desde que nacen; desde el vientre materno se desvían los
mentirosos.‖(Salmos 58:1-3) y también ―El malvado trama el mal en su mente, y
siempre anda provocando disensiones. Por eso le sobrevendrá la ruina; ¡de
repente será destruido, y no podrá evitarlo! ‖(Proverbios 6:14, 15).
Al meditar en este asunto, pienso en lo que ocurre con la hiedra. Es una planta
que progresivamente gana terreno. Una vez logra afianzar sus ramas, se apodera
de todo lo que encuentra a su paso. Satanás es igual. Tienta sutilmente. Arrastra
al mal. Cuando logra su cometido, ataca y domina.
Dios quiere que nos vaya bien en todo
Rompa toda atadura de Satanás en su mente por el poder de Jesucristo…
15. 1. La mente es la precursora de todos
los actos. Romanos 8:5. Nuestros
actos son el resultado de nuestros
pensamientos e ideas, sean buenas
o malas.
2. Estamos en guerra espiritual y
nuestra mente es el campo de
batalla. Efesios 6:12. El diablo se
ocupa de bombardear
constantemente nuestras mentes
con pensamientos de derrota y
contrarios a la Palabra de Dios.
16. a. Estamos en guerra espiritual todo el
tiempo.
b. Nuestro enemigo es Satanás.
c. La mente es el campo de batalla.
d. El diablo (el acusador) se encarga de
levantar fortalezas.
e. Lo hace usando asechanzas (mentiras,
engaños, trampas).
f. No tiene prisa, siempre está esperando
oportunidades.
17. Se nos asegura la victoria pero para
obtenerla hay que emplear tiempo y
sabiduría espiritual. ¿Cómo se logra la
victoria?
i. Adquiriendo el conocimiento de la verdad
de Dios. Juan 8:32.
ii. Renovando nuestra mente con Su
Palabra. Romanos 12:1-2.
iii. Empleando las armas de guerra:
iii.1. La oración e intercesión.
iii.2. La Palabra de Dios. Confesando la
palabra.
iii.3. La alabanza.
18.
19. a.-Israel procuraba alcanzar solidez en su territorio, en materia económica,
gubernativa y militar. Los fracasos obedecían a su actitud idólatra.
b.-Frente a esta, el profeta Samuel fue contundente al instruirles sobre la
imperiosa necesidad de quitar de en medio, en sus vidas y hogar, todo aquello
que robara el primer lugar a Dios: 1 Samuel 7:2, 3
Renuncia. Un término que encierra disposición de corazón.
c.-La razón de que no podamos ser más eficaces, estriba en compartir la gloria de
Dios—que sólo le corresponde a Él—con la mundanalidad, a la que abrimos las
puertas y permitimos que anide en nuestro corazón. Termina convirtiéndose en una
fortaleza que gobierna la mente y acciones en todos los ámbitos en que nos
desenvolvemos: el físico y el espiritual.
d.-Una vez evaluamos nuestra vida y descubrimos que hay hábitos, inclinaciones,
pensamientos e incluso, comportamientos que levantan un muro en nuestra
relación con el Señor, es necesario proceder a derribarlos. Implica dos elementos
esenciales: compromiso y acción. Sólo así damos pasos firmes hacia la victoria
espiritual.
20. a.-Es imperioso y esencial que nos deshagamos de todo
cuanto nos contamina.
El pueblo de Israel, tras reconocer que su estancamiento y
reveses de carácter espiritual y material obedecían a su
distanciamiento de Dios, dispuso echar fuera todo vestigio de
idolatría: 1 Samuel 7:4, 5.
Piense por un instante que está cruzando un puente. Ha
avanzado hasta la mitad de la estructura participando en
toda suerte de prácticas mundanas. ¡Está a tiempo para
volver atrás! No continúe adelante porque será la perdición y
entrará en la frontera del enemigo espiritual, que no
desaprovecha oportunidad.
21. Romper todo nexo con la mundanalidad, lo que lleva a que Satanás pierda
―derecho‖ sobre las personas, implica asumir un compromiso decidido y
consistente con Dios, es imperioso que rompamos con todo lo que nos ata.
1 Samuel 7:6
Hasta tanto reconozcamos el pecado, no tendremos victoria. Y recuérdelo:
Satanás y su intrincada red de demonios que le asisten en el mundo de las
tinieblas, sí sabe cómo está su vida espiritual; si tiene conciencia o no de su
autoridad en Cristo, si la ejerce y, por supuesto, si tiene tal autoridad o la perdió
por abrirle las puertas a la mundanalidad.
22. Si entendemos que Él anda tras nosotros buscando a quién
devorar, es imperativo que lo mantengamos a raya, resistiéndolo,
como recomienda el apóstol Santiago. Si lo hacemos, el adversario
tiene que irse en retirada (Cf. Santiago 4:7)
Juan 10:10, debemos mantenernos alerta frente a sus asechanzas.
El enemigo, operando a través de los filisteos, procuró poner
tropiezo a los israelitas en momentos en que ellos estaban
buscando a Dios: 1 Samuel 7:7, 8.
―El Adversario pone tropiezos en su camino para asegurar que
vuelva atrás, que desista de su propósito de ser fiel al Padre
celestial.‖
Cuando vengan las dificultades, antes que desanimarnos o volver
atrás, lo que debemos es prendernos de la mano del Señor
Jesucristo en oración. Él es quien nos asegura la victoria. La
oración es clave. No podemos dejar de perseverar.
23. Cuando vengan en su contra dificultades, no las enfrente en sus fuerzas sino en el
poder de Dios.
Obrar en nuestras capacidades, traerá derrota y desolación; en cambio, movernos
en el poder de Dios nos permite caminar siempre de triunfo en triunfo.
Al enfrentar la arremetida de los filisteos, ―Samuel tomó un corderito: 1 Samuel 7:9,
10.
Observe que la derrota de los enemigos se produjo cuando dieron la batalla en la
dimensión espiritual. Clamaron en oración, y Dios respondió
El Dios en el que usted y yo hemos creído, es un Dios de milagros. Nada puede
detenernos cuando avanzamos en Su poder y ejercemos el poder que Cristo nos
ha dado.
No hay problema, por grande que parezca, que no podamos doblegar con las
armas espirituales, en oración.
24. Cuando nos movemos en el camino de Dios, nada ni nadie podrá
derrotarnos. La razón es sencilla: Él nos ofrece su protección. Está
siempre con nosotros, y brinda su cuidado y protección por nuestra
condición de hijos, redimidos gracias a la obra del Señor Jesús en la cruz.
Conscientes de que Dios era quien peleaba por ellos, a su favor, los
israelitas se volvieron contra los filisteos, hasta derrotarlos: 1 Samuel
7:11, 12.
Igual cuando experimentamos ataques de Satanás y sus colaboradores.
No podemos ni volver atrás ni ceder terreno. Hay que librar la batalla
hasta el final, seguros de la victoria en Jesucristo. Reconozca la
protección de Dios, siempre y en todo momento, y muévase en el poder
de Aquél que todo lo puede.
25. A menos que usted levante una barrera de protección a su alrededor,
producto de una íntima relación con Jesucristo, en Sus caminos y en oración,
Satanás querrá volver a merodear. Pero ¡cuidado! Hay que mantenerlo a la
raya.
Inmediatamente después se produjo la derrota de los filisteos, el pueblo
sentó su disposición de seguir a la expectativa, para repeler nuevos ataques:
1 Samuel 7:13, 14
Es lo mismo que usted y yo debemos hacer con Satanás. Llevarlo a la
derrota y levantar muros para evitar nuevas incursiones del mundo de las
tinieblas. En ese proceso resulta clave depender de Dios, confiar en Él y orar.
¡Dios nos concede la victoria!
Desconozco cuál sea su problema, incluso el tipo de ataque que haya podido
experimentar en el mundo de las tinieblas, pero puedo asegurarle que
prendidos de la mano, nuestro capitán y poderoso Gigante, tenemos
asegurada la victoria cualquiera que sea la situación.
Es menester que nos volvamos a Dios en consagración, en el
convencimiento de que tenemos asegurada la victoria.