2. Es importante y necesario recordar que un
jurista no sólo debe de entender el
derecho, sino también el manejo de la
información digital y su entorno.
Por ello es importante dar una mirada a
las herramientas tecnológicas que los
profesionales del Derecho deben conocer
e implementar:
3. Estos ya han comenzado a remplazar al papel y
desde las aulas de Derecho las soluciones virtuales
sobresalen sobre los libros de hojas sustituibles y los
códigos bajo el brazo que, aunque siguen existiendo,
hoy le dan paso a documentos virtuales e interactivos
que pueden consultarse con facilidad desde
diferentes dispositivos móviles.
Textos de este tipo han desplazado al papel y corren
en espacios virtuales sobre plataformas
especializadas entre las cuales se destaca MOODLE,
un software diseñado para ayudar a los educadores
en Derecho a crear cursos en línea y entornos de
aprendizaje que incluyen textos, animaciones,
gráficos, videos, chats, foros e incluso correos
electrónicos.
4. Aunque son de uso cotidiano en todo el mundo, estas
poderosas herramientas permiten controlar de manera
inteligente todas las actividades de una oficina legal,
como la trazabilidad sobre las actuaciones de sus casos,
alertas, agendamiento y escalonamientos sobre el
vencimiento de términos.
Entre las más usadas se encuentra LegisOffice, que
además de permitir el seguimiento de procesos genera
informes automáticos, tiempos de trabajo, asignaciones
y estadísticas, entre muchas otras funcionalidades que
tiene.
5. Entre una gran variedad, estas aplicaciones tienen
infinidad de usos como la facilidad de consultar
jurisprudencia, legislación y acceder a resúmenes y
análisis de los acontecimientos jurídicos.
Otras muy usadas por los abogados son las grabadoras
de conversaciones de llamadas y las transcriptoras de
dictados que funcionan convirtiendo la voz en textos al
estilo de una eficiente secretaria virtual.