2. Textos digitales
Estos ya han comenzado a remplazar al papel y desde las aulas de
Derecho las soluciones virtuales sobresalen sobre los libros de hojas
sustituibles y los códigos bajo el brazo que, aunque siguen existiendo, hoy
le dan paso a documentos virtuales e interactivos que pueden consultarse
con facilidad desde diferentes dispositivos móviles.
En el caso colombiano, textos de este tipo han desplazado al papel y
corren en espacios virtuales sobre plataformas especializadas entre las
cuales se destaca MOODLE, un software diseñado para ayudar a los
educadores en Derecho a crear cursos en línea y entornos de aprendizaje
que incluyen textos, animaciones, gráficos, videos, chats, foros e incluso
correos electrónicos.
3. Los software de aplicación
legal
Aunque son de uso cotidiano en todo el mundo, Colombia es tímida en la
implementación de estas poderosas herramientas que permiten controlar
de manera inteligente todas las actividades de una oficina legal, como la
trazabilidad sobre las actuaciones de sus casos, alertas, agendamiento y
escalonamientos sobre el vencimiento de términos.
Entre las más usadas en el país se encuentra LegisOffice, que además de
permitir el seguimiento de procesos genera informes automáticos, tiempos
de trabajo, asignaciones y estadísticas, entre muchas otras
funcionalidades que tiene.
4. Apps especializadas
Entre una gran variedad, estas aplicaciones tienen infinidad de
usos como la facilidad de consultar jurisprudencia, legislación y
acceder a resúmenes y análisis de los acontecimientos jurídicos.
Otras muy usadas por los abogados son las grabadoras de
conversaciones de llamadas y las transcriptoras de dictados que
funcionan convirtiendo la voz en textos al estilo de una eficiente
secretaria virtual.