1. DIANA CORNEJO ESPINOZA
PREPARACIÓN VERBAL
2013
EJERCICIOS SOBRE TÉCNICAS NARRATIVAS CONTEMPORÁNEAS
INDICA LA TÉCNICA NARRATIVA CONTEMPORÁNEA INFLUIDA POR LA PSICOLOGIA PRESENTE EN CADA UNO DE
LOS SIGUIENTE FRAGMENTOS
1.-
… ¿Cómo y por qué motivo llegué hasta aquí? Por los mismos motivos por los que he llegado a tantas partes. Es una historia
larga y lo que es peor, confusa. La culpa es mía: nunca he podido pensar como pudiera hacerlo un metro, línea tras línea,
centímetro tras centímetro, hasta llegar a ciento o a mil; y mi memoria no es mucho mejor: salta de un hecho a otro y toma a
veces los que aparecen primero, volviendo sobre sus pasos sólo cuando los otros, más perezosos o más densos, empiezan a
subir a su vez desde el fondo de la vida pasada… Manuel Rojas: Hijo de Ladrón
2.-
“Voy a hacer mi defensa en la prédica será mi alegato defensivo ante el tribunal que ha venido a erigir el negro ante el juez
negro ante su conciencia negra debo prepararme debo meditar bien las palabras apropiadas las ideas que podrían influir en su
ánimo tal vez salvar su alma y no por qué me miento por qué trato de engañarme yo no estoy tratando de salvar su alma ojalá
que la salvara ojalá que quisiera salvarla que pudiera querer algo más que salvarme yo y debería ser lo contrario primero su
alma y después mi vida habrá más regocijo en el reino de los cielos por un pecador arrepentido que por cien justos o mil justos
olvidé cuántos justos no importa…” Guillermo Blanco, Misa de Réquiem.
3.-
“Pero ¿Quién soy yo? ¿Quién es ésta, apoyada en la verja, contemplando cómo mi setter traza círculos con el hocico? A
veces pienso (aún no he cumplido los veinte años) que no soy una mujer, sino la luz que ilumina esta tierra. Soy las
estaciones, pienso a veces, enero, mayo, noviembre, el barro, la niebla, el alba. No puedo tolerar que me trasteen de un lado
para otro, ni puedo flotar dulcemente, ni mezclarme con mis semejantes” Virginia Wolf, Las Olas
4.-
“Si porque él nunca habría hecho tal cosa como pedir el desayuno en la cama con una par de huevos desde el Hotel City Arms
cuando solía hacer que estaba malo en voz de enfermos como un rey para hacerse el interesante con esa vieja bruta de la
señora Riordan que él se imaginaba que la tenía en el bote y no nos dejó ni un ochavo todo en misas para ella sola…”
James Joyce, Ulises
5.-
Ya está la vieja llamándome. Ya está tratando de buscar la manera de incomodarme. Desgraciada. Qué madre me he sacado.
Para mí que me persigue. Sí, me persigue. Si voy a la cocina se me queda mirándome, como un perro mira a una persona
que está comiendo. Y enseguida me entra una incomodidad que me dan ganas de tirarle el caldero a la cabeza. Si entro en el
cuarto me pregunta qué quiero, que si se me ha perdido algo. Me lo pregunta así, como si fuera una gatica que no quiere
hacer daño. Vieja cabrona, como si yo no tuviera con lo que tengo para soportar, de ñapa, que me vigilen. ¿Es que piensan
que me voy a ir con un hombre? Ojalá. Pero no sé quién va a cargar conmigo, si ya estoy que ni el amolador de tijeras me
piropea; y antes, por cierto, hasta me sacaba conversación y todo. Aunque primero muerta que casada con el amolador de
tijeras. Pero, en fin, el caso es que ya ni siquiera me mira. Y el vendedor de helados hace un siglo que ni pasa por aquí. Ése
era otro de mis pretendientes... Reinaldo Arenas, El palacio de las blanquísimas mofetas