El documento describe cómo, a partir de la crítica de Juan Friede, Walter Engel y Marta Traba, el arte colombiano entró en una nueva etapa tras la creación del Museo de Arte Moderno de Bogotá en 1962, lo que permitió que la historia del arte colombiano del siglo XX adquiriera una identidad propia. Además, presenta una línea de tiempo con algunos de los pintores y escultores colombianos y extranjeros más destacados de ese período.