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Ensayo tendencias
1. Destrucción del Valor Debido al Impacto Tecnológico
Daniela Ruiz, Carlos González, Xavier Talavera
El desarrollo de nuevas tecnologías (impacto tecnológico) en el marco de una
economía de mercado puede impactar significativamente en la desaparición de un
determinado producto por otro, es decir, debido a un proceso de innovación que
tiene lugar los nuevos productos destruyen viejas empresas y modelos de
negocio. En este sentido, el sociólogo alemán Werner Sombart introduce el
concepto de destrucción creativa, el cual fue popularizado por el economista
austriaco Joseph Schumpeter en su texto Capitalismo, Socialismo y Democracia
(1942), en el cual expresa: “el proceso de Destrucción Creadora, es el hecho
esencial del capitalismo, siendo su protagonista central el emprendedor innovador.
La idea central es la sustitución de lo nuevo por lo viejo”.
Este proceso de destrucción implica necesariamente la destrucción del valor del
producto como tal. En primer lugar es importante diferenciar, desde el punto de
vista económico, lo que es valor de uso y valor de cambio. Con respecto al
primero este se define como lo útil que resulta una mercancía, y se mide por la
utilidad que presta; el segundo se establece como la capacidad que tiene la
mercancía de ser cambiada proporcionalmente por otra, en esta sociedad
moderna por dinero.
Y es precisamente ubicado en este marco conceptual que se realiza el siguiente
ensayo, donde se pretende dar una opinión argumentada por diversas ideas y
autores, sobre la siguiente inquietud, expresada a través de esta pregunta:
¿Tomando en cuenta los cambios generados por la tecnología se podría hablar de
un proceso de destrucción del valor debido al impacto tecnológico?
2. El valor de uso y de cambio dentro del contexto de destrucción creativa
El impacto tecnológico va de la mano de los procesos de innovación,
caracterizado por las fuerzas que hay detrás de un crecimiento económico
sostenido a largo plazo, y que puede destruir en su desandar el valor de
compañías bien establecidas. Este modelo de destrucción creativa involucra dos
acciones: un proceso de construcción de una nueva realidad (definida por un
producto, un mercado, entre otros) que viene a ocupar un lugar en el mercado; y
otro por la desaparición de ese producto, mercado, expulsado por el nuevo. Sin
embargo, no es cierto que cualquier aparición de un nuevo producto involucre la
desaparición del anterior. Se puede dar el caso de una coexistencia temporal de
ambos, como por ejemplo el libro impreso y el libro digital e-book. En muchas
ocasiones es inexorable un modelo de destrucción creativa, cuyo atributo es la
desaparición de uno para que se desarrolle otro, por ejemplo, la desaparición del
disco compacto CD por diferentes formatos digitales.
En el ámbito de las nuevas tecnologías de la comunicación (TICS) el contenido
abierto, es una de las tecnologías emergentes, y es considerado el caldo de
cultivo de la destrucción creativa. El fenómeno de la destrucción creativa es la
fuerza principal del crecimiento en un sistema abierto que permita la fluidez del
conocimiento, el trabajo colaborativo y la apertura de sus bienes (contenido).
Frente a esta situación hay dos posiciones antagónicas: se detiene la creación
para evitar la destrucción, o se admite la destrucción en el nombre de la creación.
La primera postura implicaría prohibir internet, para contrarrestar “la piratería
informática” y el CD, los softwares, y cualquier producto físico y tangible.
De tal manera, que cuando se habla de un proceso de destrucción creativa, hay
una destrucción del valor de cambio, pero en contraste se potencia el valor de uso,
porque más personas acceden al producto por su utilidad y no por su valor. Por
supuesto que esto involucra una postura ideológica. En este sentido, Harvey
concuerda con lo manifestado por el intelectual y humanista belga Francois
Houtart en su propuesta sobre la necesidad de una declaración Universal del Bien
Común, en la que expresa que:
3. "La transformación del paradigma de la economía consiste en
privilegiar el valor de uso en vez del valor de cambio, como lo hace el
capitalismo. Se habla de valor de uso cuando un bien o un servicio
adquieren una utilidad para la vida de uno. Estos adquieren un valor de
cambio cuando son objeto de una transacción. La característica de una
economía mercantil es privilegiar el valor de cambio. Para el
capitalismo, la forma más desarrollada de la producción mercantil, este
último es el único "valor". Un bien o un servicio que no se convierte en
mercancía, no tiene valor, porque no contribuye a la acumulación del
capital, fin y motor de la economía (M. Godelier, 1982)…”
De tal manera, que para el capitalismo el valor de uso es secundario y solo
puede adquirir el derecho a la existencia si se supedita a los requerimientos del
valor de cambio. Por lo que poner el acento sobre el valor de uso hace del
mercado un servidor de las necesidades humanas, y no a la acumulación de
capital como principio fundamental de esta doctrina económica.
De allí que este acceso gratuito al producto es una forma de rebelión
(inconsciente) entre la contradicción entre el valor de cambio -bajo el amparo de
lucro y la necesidad de capital- y el valor de uso. Por lo que de acuerdo a lo
argumentado a lo largo de este ensayo, se puede concluir que sí hay una
destrucción, pero del valor de cambio; lo que implica una revitalización del valor
de uso.
Referencias
Harvey, David. Discurso presentado en VI Encuentro Internacional de Economía
Política y Derechos Humanos. Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo,
Buenos Aires, 2012.
Schumpeter, Joseph, “Capitalismo, socialismo y democracia”, Londres, 1942.