El documento contrasta el Romanticismo y el Positivismo, dos movimientos culturales que surgieron en Europa durante el siglo XIX. El Romanticismo, que se impuso en la primera mitad del siglo, valoraba la originalidad, la imaginación y los sentimientos sobre la razón. El Positivismo, por otro lado, surgió en la segunda mitad del siglo y promovía el método científico y el progreso material como guía para el conocimiento y el desarrollo humano.