Madriguera es la hoja de poesía que edita el Grupo Musaraña desde sus comienzos. A lo largo de los años ha sufrido múltiples cambios al igual que el Grupo y las actuales Ediciones Madriguera. Actualmente se encuentra fuera de los espacios urbanos a los que estaba acostumbrada pero puedes tener más información si entras aquí.
2. Cuando hay odio y muerte en el mundo
las palabras quedan en silencio. Cuesta escribir
cuando vivimos en guerra, cuando en la mirada
del compañero encontramos egoísmo y simpleza;
un acto de superioridad, de poseer una verdad que mata.
Las palabras en ellos hieren, es un misil
que se estrella en la razón.
Entonces el silencio en mí se humilla,
se cuelga en la pasarela de la Intercomunal Coro-La vela,
se disgrega y salta con la cuerda.
Abajo la espera un camión, el asfalto
y el perro muerto de la semana pasada.
En la pared hay un cuadro
de un escritor famoso, dentro de
él un poema Pimpollo,
la ciudad que promete algún día
revelarse. En el patio de la casa
los perros acarician entre sus
colmillos poemas destruidos, una
uña recién cortada del pie
sudoroso de mi hermano y
una estampita de la vecina
de al lado, mostrando una rata
que adoraba y a cambio
la protegía.
A veces las palabras no logran cavar
y pasar del otro lado de nuestro patio.
Porque hay otros sitios debajo de nosotros
y mueren en ellos no sólo las hormigas.
Desearía regar el árbol y saciar la sed de los desterrados.
Pero vivimos en sequía,
el espacio se reduce y sé que pronto
las bombas estarán cayendo en el patio de la casa.
A veces las palabras no logran alcance
y nos cuelgan de los postes como
fachadas políticas, nos dibujan en el cuello
escombros de la guerra.
Él no lucha por su cama,
lo he oído murmurar,
entra por la ventana y come sólo
de las sobras del gato.
Silencio, eso escriben los poetas
en días de guerras, de hambrunas y sequías.