1. Asociación Casa Luna
MUNICIPALIDAD DE SONAGUERA
OFICINA MUNICIPAL DE LA MUJER
Escuela de Promotoras Legales y de Género
SEGUNDO NIVEL
promoción, 2022
Angélica Andrade
Coordinadora de la OMM
Elicelda Yadira Guardado Martínez
Capacitadora
2. Objetivos:
Desarrollar un análisis excautivo
sobre el desarrollo, sus
implicaciones, en el bienestar del
ser humano.
Aplicar el enfoque de género, visto
el desarrollo desde las
necesidades estratégicas de las
mujeres.
3. Desarrollo
Crecimiento, aumento, reforzamiento,
progreso, desenvolvimiento o evolución
de algo.
Designa la acción y efecto de
desarrollar o desarrollarse.
Un proceso en desenvolvimiento, sea que
se trate de un asunto de orden físico, moral o
intelectual, por lo cual puede aplicar a una
tarea, una persona, una sociedad, un país o
cualquier otra cosa.
4. Características del desarrollo
Es un fenómeno universal, es decir, es propio de
toda realidad física (biológica), moral, intelectual
o social.
Es un proceso continuo y diacrónico.
Implica crecimiento, aumento o reforzamiento de
un determinado asunto o proceso, sea en una
dirección positiva o no.
Se desenvuelve por medio de etapas, cada
una de las cuales supone diversas
transformaciones y estados de maduración.
5. Desarrollo humano
según el Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo, es aquel que sitúa a las personas
en el centro del desarrollo. Trata de la
promoción del desarrollo potencial de las
personas, del aumento de sus
posibilidades, y del disfrute de la libertad
para vivir la vida que valoran.
6. DESARROLLO INTEGRAL
Es un proceso que se logra a través del
conjunto coordinado de acciones
políticas, sociales y económicas que se
fundan en la promoción de la dignidad
personal, la solidaridad y la
subsidiariedad para mejorar las
condiciones de desarrollo pleno de las
familias y las personas, contribuyendo a u
clima social y humano de confianza mutua
con especial atención a la situación de los
problemas de aquellos que tienen menor
posibilidad de acceso a los beneficios de la
modernidad, en un ambiente que proteja el
hábitat y en una dimensión que también los
asegure para las generaciones futuras.
7. DESARROLLO INTEGRADO
Es un enfoque particular de la ayuda
al desarrollo que consiste en integrar
todas las causas de un problema en
una respuesta completa.
8. El desarrollo integral personal
Es un proceso en el cual el ser
humano integra las distintas
manifestaciones de su ser en todo lo
que realiza, coordinando los
diferentes aspectos de su persona y
las diferentes áreas de su vida para
así constituir un desarrollo personal
más integrado.
9. Esto va de la mano con una
serie de mejoramientos
progresivos y coordinados entre
los diferentes aspectos o áreas
de la persona, tratándose
principalmente de avanzar en
todos estos ámbitos en
conjunto, sin dejar ninguno
rezagado.
10. Desarrollarse integralmente
como ser humano responde a
todos los ámbitos de la persona
de una manera equilibrada.
Abarca los aspectos biológico,
educacional, espiritual, cultural,
ético, residencial, económico,
técnico, cívico-comunitario, etc.
11. Por ejemplo; tener un buen
trabajo con una buena
remuneración puede constituir
para algunas personas la
manera de desarrollarse
financieramente, pero
asegurarse de desarrollar las
demás áreas de su persona, es
lo que les permitirá vivir
plenamente.
12. El ser humano está compuesto de
distintos elementos que
constituyen a un solo “sistema” y
está formado por más “sub-
sistemas” como el físico, químico,
psicológico, social, cultural y ético.
Todos integrados constituyen
nuestra personalidad.
Una buena coordinación de todos
los aspectos es lo que ayuda a
desarrollarnos de manera integral
y vivir sanamente.
13. Desarrollo Integral de las Mujeres
Constituye la principal
política pública del Estado
para mejorar las condiciones
de vida de las mujeres y
resolver las desigualdades e
inequidades que afectan a la
población femenina en su
diversidad étnico cultural,
especialmente a las mujeres .
14. Mujer, género y desarrollo
Estos temas tienen como marco regulador
internacional los Derechos Humanos, puesto
que, en el núcleo de la relación entre las mujeres
y el Estado está la multifacética discriminación
social a las mujeres y la cambiante, y a veces
inconsistente, voluntad política estatal para
enfrentarla.
Las relaciones entre mujer, género y desarrollo,
así como las políticas y sus encuentros y
desencuentros para transformar la posición y
condición de la mujer, se aprecian como partes
del complejo proceso de conquista de los
derechos de las mujeres, como derechos
humanos.
15. Desde la perspectiva integral de los
Derechos Humanos, los retos del desarrollo
implican la resolución de las amplias y
diversas demandas sociales en forma
simultánea, alterando significativamente los
límites entre lo público y lo privado.
Por ello, los análisis sobre mujer, género y
desarrollo son parte integral de los
derechos económicos de las mujeres y
estos a su vez, no pueden desprenderse de
los derechos humanos.
16. Desde el desarrollo hacia la
mujer
El primero de los enfoques en la planificación del
desarrollo, el de bienestar, es el más antiguo y
simplista.
Surgió después de la Segunda Guerra Mundial y fue
elaborado con una visión del bienestar social como
algo residual.
Los programas de bienestar se dirigieron a los pobres
de los países del Tercer Mundo, definidos como
grupos vulnerables, y las mujeres se identificaron
desde un principio como componentes específicos en
los programas.
Dentro de este mismo enfoque, a partir de 1975, las
estrategias de bienestar se han focalizado en las
mujeres.
17. En este enfoque, el trabajo con la
mujer se hace bajo tres
supuestos:
1. Que las mujeres son receptoras pasivas, o sea,
consumidoras y usuarias de recursos
2. Que la maternidad es el rol más importante de las
mujeres, y
3. Que el rol de puericultoras (crianza de los niños) es el
desempeño más efectivo de las mujeres en su contribución
al desarrollo.
En su conjunto, esta visión se enfoca en la dada madre-
hijo.
18. La mujer es identificada por el rol reproductivo y el hombre
por el productivo.
Los programas más recurrentes de este enfoque se han
dirigido a la sobrevivencia material de la familia, mediante
la provisión directa de alimentos y los programas de
educación nutricional.
Además, han ofrecido servicios diversos que facilitan las
tareas domésticas de las mujeres, con el fin de impulsar su
participación.
Los programas buscan acrecentar el bienestar familiar y los
más ambiciosos señalan metas de desarrollo de la
comunidad.
A partir de la década de los setenta, los programas de
planificación familiar pasaron a engrosar el enfoque
bienestarista de acciones para el desarrollo.
En ellos se identifica a las mujeres como responsables de
la limitación del tamaño de las familias, estrategia que
medió para controlar el crecimiento de la población.
19. Además del rol reproductivo como madres y
esposas, un segundo enfoque en la
planificación del desarrollo, el de la
equidad, reconoce a las mujeres el rol
productivo como agentes económicos, sobre
todo en la familia, donde cumplen funciones
importantes en la economía informal y de
subsistencia.
En este sentido, se las identifica como
participantes activas en el desarrollo.
Con este enfoque se empieza a señalar que,
al no reconocer la participación de las
mujeres, las estrategias anteriores de
desarrollo han tenido muchas veces como
resultado un impacto negativo en la igualdad
sexual.
20. De allí se derivó la estrategia de incorporar a
las mujeres en el desarrollo, mediante el
acceso al empleo y al mercado, para así
mejorar la productividad de las actividades
femeninas en los trabajos doméstico y
remunerado.
Se propugnó por una mejor educación y
capacitación para aumentar las oportunidades
de empleo y acción política.
El Año Internacional de la Mujer, celebrado en
México en 1975, y la Década de la Mujer, de
1976 a 1985, fueron programados dentro de
estas preocupaciones conceptuales, las cuales,
de una manera u otra, suponen como meta
general modificar la base material de las
desigualdades de género, es decir, la
desigualdad social del trabajo y sus
consecuencias en otras áreas.
21. Un tercer enfoque, el de la antipobreza, liga
las desigualdades económicas entre hombres
y mujeres con la pobreza, y no con las
asimetrías entre los géneros.
Su principal objetivo, consiste en disminuir
las desigualdades de ingresos entre los
sexos, con el fin de buscar la igualdad.
A la mujer del Tercer Mundo se la identifica
como la más pobre entre los pobres.
Las estrategias se orientan a movilizar a las
mujeres y unirlas en cooperativas y diferentes
tipos de grupos asociativos, que permitan la
generación de proyectos productivos, con el
fin de lograr mayores ingresos para las
mujeres y, por este medio, elevar el
bienestar de sus familias.
22. La Organización Internacional del Trabajo, OIT, lanzó
el programa de empleo a nivel mundial y el Banco
Mundial comenzó a hablar de erradicar la pobreza
absoluta, en 1971.
Con estas políticas surgió la estrategia de satisfacción
de las necesidades básicas, tales como comida,
vestido y vivienda.
Los programas que siguieron identificaron a las
mujeres de bajos ingresos como el grupo meta.
Los proyectos se centraron en el rol productivo,
asumiendo que el alivio de la pobreza y un mayor
crecimiento económico requerían de mayor
productividad por parte de las mujeres en los
hogares pobres.
La falta de acceso de la mujer a la tierra y al capital,
así como la discriminación en el mercado laboral,
estaban en la base de la subordinación de los
hombres hacia las mujeres.
23. El último enfoque presentado en esta relación es el
de la eficiencia o productividad.
Ha corrido parejo con la política neoliberal y hoy se
perfila como el de más amplia acogida entre los
programas de planificación para el desarrollo en las
agencias internacionales de mayor injerencia en la
cooperación.
En este enfoque, el énfasis ha desplazado la atención a
las mujeres hacia preocupaciones centradas en el
desarrollo.
Tal paso se ha dado bajo el supuesto de que, a mayor
participación en el desarrollo corresponde mayor
equidad entre hombres y mujeres.
En los círculos de planificación también ha aparecido la
preocupación de que las mujeres son esenciales para el
éxito de los esfuerzos del desarrollo en su conjunto.
Desafortunadamente, de esta importante premisa no se
derivó que el desarrollo, como una meta en sí misma,
debía mejorar la condición y la posición de la mujer.
24. La aparición de este enfoque coincidió con el
deterioro de la economía mundial y la recesión
económica del Tercer Mundo.
Como es bien conocido, para contener este fenómeno
se aplican las medidas de ajuste del Fondo Monetario
Internacional y el Banco Mundial, como recetas de
planificación del desarrollo.
En ellas, el tiempo de las mujeres se usa, en gran
parte como trabajo no-pago, otorgando cada vez mas
énfasis a su rol como gestoras comunitarias, pero sin
olvidar su creciente participación económica, dadas
las urgentes necesidades de sobrevivencia familiar.
Esta visión productivista del enfoque de la eficiencia
descansa, según Moser (1993), en la elasticidad que
tiene el trabajo de las mujeres en su rol reproductivo y
de gestión comunitaria, el cual, si bien es cierto
satisface necesidades materiales, lo hace a costa
de más horas de trabajo y aumento del trabajo no
pago.
25. Desde la mujer hacia el
desarrollo
Dos tendencias han caracterizado los escritos
académicos y las prácticas que vienen de las
mujeres hacia el desarrollo.
Para la primera tendencia, la década de las
Naciones Unidas para la mujer jugó un rol crucial, en
tanto, según Moser (1991: 57), permitió pasar de una
preocupación centrada en el rol de la mujer dentro de
la familia, a una comprensión del empleo de las
mujeres.
En esencia, lo que esto significó fue pasar de
visualizar la orientación de los programas guiados
sólo por el enfoque de bienestar que asumían la
maternidad como exclusividad de las mujeres a otra
visión que tenía en cuenta su rol multifacético
productivo.
26. Este giro dio origen a la tendencia conocida
como mujeres en el desarrollo (MED), la que
aparece al inicio de la década de los setenta,
auspiciada por la Agencia Internacional para el
Desarrollo de los Estados Unidos, y bajo la
influencia conceptual del trabajo pionero de
Ester Boserup (1970).
Esta tendencia tiene como supuesto
principal que las mujeres han estado
excluidas del desarrollo, y por tanto han
representado un recurso no aprovechado. De
esta premisa se derivó la necesidad de
integrarlas, con el fin de aprovechar su
contribución, la cual es potencialmente
importante.
27. La integración, según Portocarrero y Ruiz
(1990:35), significa la incorporación plena
en la corriente principal de la vida pública,
en la sociedad contemporánea: al trabajo en la
industria, al comercio, a la educación y a la
elaboración e implementación de políticas; o lo
que es igual, al esfuerzo en pro del desarrollo.
De esta manera, se entendió que la
marginación de la mujer obstaculizaba el
desarrollo para una sociedad más justa, y el
ejercicio igualitario de los derechos entre los
individuos.
28. Este enfoque se centra en la mujer, en su
papel en la sociedad, en su identidad y en la
necesidad de trasformar su situación.
Dentro de estos planteamientos, el
hombre fue dejado de lado, no fue
considerado, y, por tanto, no se esperaba
que cambiara en sus relaciones familiares ni
en el poder que usufructuaba dentro de la
sociedad.
En el mismo sentido, los derechos
humanos postulan una vigencia integral e
indivisible de derechos para hombre y
mujeres.
29. Los proyectos de generación de
ingresos han sido una de las
consecuencias más importantes de
esta tendencia.
En buena medida, los programas y
proyectos desarrollados según los
enfoques de equidad, antipobreza y
eficiencia se han encontrado con
esta orientación de mujer en el
desarrollo, al punto que podría
señalarse que han pasado a formar
parte de ella.
30. La segunda tendencia, conocida como
género en el desarrollo (GED), apareció
más recientemente, unida a los avances de
la teoría feminista, particularmente al
desarrollo de los conceptos de género y
empoderamiento.
ES evidente que mirar aisladamente a las
mujeres, como lo hicieron los enfoques
antes reseñados, que surgieron desde la
visión del desarrollo hacia la mujer, tenía
limitaciones conceptuales y políticas.
31. La nueva tendencia no centra su análisis de
manera unilateral en los problemas de la
mujer, ni busca sólo la transformación de la
población femenina.
El objetivo es el cambio de las relaciones
asimétricas e injustas entre los géneros, y el
mejoramiento de todas las personas y la
sociedad en su conjunto, tanto en términos
materiales, como físicos y emocionales, con el
objeto de lograr la plena ciudadanía y la
democracia social.
(Relaciones asimétricas: A diferencia de las
relaciones simétricas, las asimétricas son
aquellas en las que un miembro tiene
autoridad sobre el otro o los otros).
32. Como parte de la concepción de género en el
desarrollo, aparece el concepto de
empoderamiento (empowerment).
Este concepto surge como una estrategia
impulsada por el movimiento de mujeres del
Tercer Mundo, con el fin de avanzar en el
cambio de vida de las mujeres y en el proceso
de trasformación de las estructuras sociales,
que es el objetivo último del movimiento.
El empoderamiento es, entonces, la más
importante estrategia de las mujeres como
individuos y como organizaciones para ganar
poder por sí mismas, en forma individual y
colectiva, mediante acciones participativas.
33. Las mujeres, como actoras sociales aspiran a
estar donde se toman las decisiones para el
futuro de sus vidas y de sus sociedades. Para
ello, deben ejercer el poder y la autoridad, con
miras a dar forma a los procesos
trasformadores.
El concepto de empoderamiento tiene una
relación directa con el de poder, al tiempo que
tiene una vinculación con el de autonomía,
entendida como un proceso de negociación con
los espacios autónomos de otros, entre ellos el
Estado, y no como individualización y
separación.
En otras palabras, autonomía con significación
política .
34. El concepto de empoderamiento reconoce
las desigualdades entre hombres y mujeres,
y sitúa los orígenes de la subordinación en las
relaciones familiares, pone énfasis en que la
subordinación se manifiesta de manera
diferente, según su etnia, clase, historia
colonial y posición en el orden económico
internacional.
Por lo tanto, la estrategia de las mujeres es
desafiar simultáneamente estructuras a
diferentes niveles.
Se busca dar, así, poder a las mujeres, a
través de la redistribución del poder entre
países y en cada país, mediante la
transformación de las desigualdades de
género, clase y etnia, así como también dentro
de cada unidad doméstica.
35. La ciudadanía
Es una condición de todo ser
humano, lo que le permite Ser
parte de un país o de una
sociedad parece ser un hecho
inherente al ser humano, con
derechos y libertades.
Es sinónimo de derechos
humanos. Básicamente, porque
una persona debe poder
siempre participar de la
sociedad en la que vive.
36. la ciudadanía implica una serie de derechos
y de deberes, como los siguientes:
Conocer las leyes que regulan el sistema político
de la nación.
Contribuir a la sociedad como ciudadano o
ciudadana, pensando a escala colectiva y no solo
individual.
Cumplir con las obligaciones jurídicas.
Poseer los derechos que dictan las leyes del
territorio.
37. La Ciudadanía de las mujeres
El espacio de las necesidades
básicas y estratégicas de las
mujeres a la luz del derecho
antidiscriminatorio y la
participación política.
Participación activa en la toma
de decisiones.