1. UNIVERSIDAD YACAMBU
VICE-RRECTORADO DE INVESTIGACION Y POSTGRADO
INSTITUTO DE INVESTIGACION Y POSTGRADO
Maestrante: Abg. Karen Escandela
CI. V- 16.003.418
Exp. MCP-152-00014
Barquisimeto, Julio del 2015
Maestrante: Abg.Karen Escandela
CI. V- 16.003.418
Exp. MCP-152-00014
2. Introducción
El pensamiento filosófico en divide en cuatro grandes fases históricas. La
primera de ellas es la etapa griega, la cual abarca desde el siglo VI antes de Cristo
(A.C.), hasta el siglo III después de Cristo (D.C.); la etapa Medieval, que empieza en
el siglo IV y termina en el siglo XIV; la etapa moderna que se inicia con el
Renacimiento, siglo XV y se prolonga hasta el siglo XIX, por último está la etapa
contemporánea, que empieza a finales del siglo XIX y perdura hasta nuestros días.
Ahora bien, haciendo énfasis en la etapa griega, y destacando el contexto histórico de
ella, se desarrolla en tres períodos, a saber, la filosofía preática, la cual integra a los
llamados antiguos físicos, entre ellos Tales de Mileto, Anaximandro de Mileto,
Anaxímenes de Mileto y Heráclito de Efeso, quienes argumentaron sobre la realidad
natural, considerando que nada es definitivo y perfecto, nunca se repiten dos veces la
misma cosa y todo es relativo, además razonan los principios de la dualidad y la
funcionalidad de los opuestos naturales, es decir, la lucha cíclica entre lo caliente y lo
frío, lo seco y lo húmedo, lo positivo y lo negativo. Después de los antiguos físicos
vienen los pitagóricos, cuyo máximo representante será Pitágoras de Samos y sus
seguidores Arquitas de Tarento e Hipócrates, exponiendo el orden cuantificable en
todos los fenómenos y llevan los conocimientos existentes al campo científico,
apartándose de los prejuicios mitológicos o mágicos. Luego vendrán los Eleatas tales
como Jenófanes el teólogo, Parménides de Elea y Zenón de Elea quienes expresaron
un solo Dios espiritual, universal e inmóvil, y la esencia del movimiento, es decir,
nada está quieto. Posteriormente aparecerán los naturalistas, destacándose
Empédocles de Agrigento, Anaxágoras de Clazomene y Demócrito de Abdara
quienes establecen los principios constitutivos de la naturaleza, en los llamados
cuatro elementos: tierra, aire, agua y fuego y el continuo enlace químico entre los
átomos de los elementos.
El segundo período lo abarca la filosofía ática, cuyos exponentes son los
sofistas como Protágoras de Abdara y Georgias de Leontino, el primero sostiene un
individualismo relativístico, donde destaca que el hombre es la medida de todas las
cosas, en el segundo encontramos tres tesis, la primera es que nada existe, la segunda
es que si algo por acaso existiera no podría ser conocido y por último, si pudiera ser
conocido, no podría ser expresado, predicando así un relativismo absoluto, a manera
de ejemplo, una pregunta relativista absoluta sería, ¿el cinco existe?, bueno, ¿el seis
existe?, etc. También en este periodo, aparece la Edad de Oro de la filosofía ática
cuyos máximos exponentes son Sócrates, Platón y Aristóteles. El primero no busca el
saber científico, sino conocerse así mismo, su anhelo es enseñar la virtud,
3. el hombre nunca podrá saberlo todo. Mediante la dialéctica y la Mayéutica, su
búsqueda tiende a inducir lo universal de lo particular y a mostrar tanto la
inconsistencia de los valores comunes como la inmoralidad de algunos sofistas que
cobran por enseñar, por su franqueza y claridad en señalar los males y la corrupción,
fue acusado a envenenamiento. Platón, discípulo de Sócrates, cree firmemente en la
validez e importancia del conocimiento, se destaca por sus ideas políticas y
los derechos de las élites, hace diferencias entre el trabajador común, los soldados y
los gobernantes, estableciendo privilegios, según su estatus. Finalmente Aristóteles,
discípulo de Platón, afirmó que la única realidad existente está basada en la física y
el método del conocimiento científico se lo asigna a la lógica.
El último período de la etapa griega se basará en la filosofía helenístico-
romana, subdividida en cuatro corrientes, la primera referida a los Epicúreos, cuyo
representante será Epicuro de Samos quién a su vez sostiene que el mundo está
conformado por átomos, luego vendrá la corriente de los Estoicos, entre los cuales
destaca Zenón de Citio con su transferencia del conocimiento mediante las
sensaciones y luego al alma, también Panecio de Rodas el cual manifiesta que la
filosofía es práctica y no teoría, luego aparecerá Lucio Anneo Seneca con
el concepto central de la ética en la virtud y Marco Aurelio, quién predica que todo
hombre es una parte del mundo y debe, por lo tanto, someterse al todo y todos deben
amarse los unos a los otros. En la corriente de los Escépticos destacan Pirrón de Elide
hace referencia a la inexistencia de la verdad y Timón de Fliunte acepta el hecho de la
imposibilidad de conocer la verdad. Finalmente tenemos la corriente del
Neoplatonismo liderado por Plotino quién acentúa la unidad y la trascendencia de
Dios, afirmó que Dios no es cognoscible por la razón, sino se le puede conocer sólo a
través de una intuición pura y culmina esta corriente con Porfirio de Tiro, criticando
los dogmas de la creación, factible sólo si ama la belleza y logra el éxtasis. A
continuación se desarrollará la vida y obra de Sócrates.
4. Reseña histórica deSócrates
Sócrates nació en Atenas el año 470 a. C. y murió en el 399 a. C.1 Hijo de un
escultor y una comadrona, recibió una educación
tradicional: literatura, música y gimnasia. Más tarde se familiarizó con la dialéctica y
laretórica de los sofistas. Al principio, Sócrates siguió el trabajo de su padre; realizó
un conjunto de estatuas de las tres Gracias, que estuvieron en la entrada de
la Acrópolis hasta el siglo II a. C. Durante la guerra del Peloponeso contra Esparta,
sirvió como hoplita con gran valor en las batallas de Potidea en el 432-
430 a. C., Delio en el 424 a. C., y Anfípolis en el 422 a. C.
Era de pequeña estatura, vientre prominente, ojos saltones y nariz
exageradamente respingona. Su figura era motivo de chanza. Alcibíades lo comparó
con los silenos, los seguidores ebrios y lascivos de Dioniso. Platón consideraba digno
de ser rememorado el día en que le lavó los pies y le puso sandalias, y Antifón, el
sofista, decía que ningún esclavo querría ser tratado como él se trataba a sí mismo.
Llevaba siempre la misma capa, y era tremendamente austero en cuanto a comida y
bebida.
Fue el verdadero iniciador de la filosofía en cuanto que le dio su objetivo
primordial de ser la ciencia que busca en el interior del ser humano. El método de
Sócrates era dialéctico: después de plantear una proposición analizaba las preguntas y
respuestas suscitadas por la misma. Sócrates describió el alma como aquello en virtud
de lo cual se nos califica de sabios o de locos, buenos o malos, una combinación de
inteligencia y carácter.Tuvo gran influencia en el pensamiento occidental, a través de
la obra de su discípulo Platón.
Creía en la superioridad de la discusión sobre la escritura y, por lo tanto, pasó
la mayor parte de su vida de adulto en los mercados y plazas públicas de Atenas,
iniciando diálogos y discusiones con todo aquel que quisiera escucharle, a quienes
solía responder mediante preguntas. Privilegió un método, al cual denominó
(probablemente evocando a su madre partera) mayéutica, es decir, lograr que el
interlocutor descubra sus propias verdades.
Fue obediente con las leyes de Atenas, pero evitaba la política. Creía que
podría servir mejor a su país dedicándose a la filosofía. No escribió ningún libro ni
tampoco fundó una escuela regular de filosofía. Todo lo que se sabe con certeza sobre
sus enseñanzas se extrae de la obra de Platón, que atribuyó sus propias ideas a su
5. maestro. Platón describió a Sócrates escondiéndose detrás de una irónica profesión de
ignorancia, conocida como ironía socrática, con gran ingenio y agudeza mental.
La base de sus enseñanzas y lo que inculcó, fue la creencia en una comprensión
objetiva de los conceptos de justicia, amor y virtud; y el conocimiento de uno mismo.
Creía que todo vicio es el resultado de la ignorancia y que ninguna persona desea el
mal; a su vez, la virtud es conocimiento y aquellos que conocen el bien actuarán de
manera justa. Su lógica hizo hincapié en la discusión racional y la búsqueda de
definiciones generales. En este sentido influyó en sus discípulo Platón y, a través de
él, en Aristóteles.
Otro pensador y amigo influenciado por Sócrates fue Antístenes, el fundador
de la escuela cínica de filosofía. Sócrates también fue maestro de Arístipo, que fundó
la filosofía cirenaica de la experiencia y el placer, de la que surgió la filosofía más
elevada deEpicuro. Tanto para los estoicos como el filósofo griego Epicteto, para el
filósofo romano Séneca el Viejo como para el emperador romano Marco Aurelio,
Sócrates representó la personificación y la guía para alcanzar una vida superior.
Según Guthrie (2003), menciona que Sócrates no escribió ninguna obra y lo
que se conoce de él es por medio de cuatro fuentes, a saber, la mayor parte de lo
conocido proviene del historiador Jenofonte, éste manifiesta lo sabio que era,
buscaba el conocimiento y la virtud, pero podía tocar la vulgaridad cuando era
necesario, también encontramos al comediógrafo Aristófanes quién lo resaltó en su
comedia "las nubes" en el año 423 A.C. y destacó las sátiras e ironías que hacía
Sócrates en sus discursos. Uno de los que destaca más una imagen idealizada e
importante de él, es Platón en sus "diálogos", éste aparece como personaje principal y
en su obra "Apología de Sócrates" da una versión del discurso que Sócrates
pronunció en su defensa ante los tribunales atenienses, en el juicio en el que se lo
acusó de corromper a la juventud y de no creer en los dioses de la polis y finalmente
encontramos a Aristóteles, haciendo énfasis en la búsqueda de la felicidad basada en
la virtud, enseñanza esta de Sócrates.
Según Domínguez (2004), nace en la antigua Atenas en el año 469 A.C., hijo
del escultor Sofronisco y de la comadrona Faenarete, después de
recibir educación ateniense normal en música, geometría y gimnasia, practicó las
artes de su padre, cuando llegó a la adolescencia se distanció del taller de su padre.
Siendo joven fue a la guerra, como todos los atenienses, se acostumbró desde
temprano a una vida sobria, laboriosa y dura. No le gustaba el lujo, ni echaba de
menos tener riquezas. Participó en varias batallas como soldado de infantería en la de
Samos durante el año 440 A.C., en Potidea en 432 A.C., en Delio en 424 A.C. y su
última batalla fue en Anfípolis durante el año 422 A.C.
6. Se dice que en su juventud a la edad de 17 años ya tenía una agudeza en sus
razonamientos y su facilidad de expresión, en sus discursos, completándolo con una
ironía elegante con la cual hacia enojar grandes pensadores de su época, incluso, esta
forma discursiva será tomada como provocadora al final de sus años, cuando los
jueces lo acusen y lo sentencien a muerte. Se casó a los 40 años con Jantipa,
una mujer de 19 años con un mal genio, quién puso a prueba su paciencia y
moderación en muchas ocasiones, tan era el grado de rebeldía de la mujer o de
impaciencia de ella tenía, que después de haberlo insultado, no había logrado alterar
aquel hombre, logrando según Domínguez (2004), arrojarle desde una jofaina, agua
en la cabeza, sin embargo Sócrates sin perder su serenidad le dijo: "Después de tanto
tronar había de seguir el aguacero" (p.15). Sin embargo, Platón llega a mostrar que
dicha relación matrimonial era normal e incluso buena, además menciona dos hijas y
un hijo en dicha unión.
Sócrates era un hombre de figura corpulenta, con vientre prominente, ojos
saltones y labios gruesos, poco ordenado en su vestimenta, deambulando por las
plazas y mercados de Atenas. Lograba tomar el centro de atención en lugares
públicos y le agradaba dialogar con campesinos, mercaderes y artesanos de los cuales
se nutría con el conocimiento popular y este a su vez le brindaba las herramientas de
la lógica para que ellos lo aplicaran en sus diálogos, muy contrario era cuando se
encontraba con gente erudita y con cierto nivel elevado de conocimiento, aquí él le
gustaba desempeñar el rol de ignorante y se dedicaba solo a preguntar cada cosa
conocida que su interlocutor hablaba, luego de tanto preguntar, dicho interlocutor
manifestaba su ignorancia en el tema, así que Sócrates mediante la ironía y la
mayéutica, por medio de un diálogo en el que el filósofo proponía una serie de
preguntas, se daba cuenta y ponía reparos a las respuestas recibidas, de modo que al
final fuese posible reconocer si las opiniones originales de su interlocutor eran una
apariencia engañosa o de un verdadero conocimiento, en cierto modo, le gustaba
destrozar a los egocéntricos eruditos y sabios que encontraba en su camino. (Pérez,
2007).
Sócrates pensó que él debía ser el único que reconocía su ignorancia y fue
Querefonte quién le manifestó lo sabio que era en toda la región de Atenas, así que
logró llegar a la conclusión de que solo hay un bien, el cuál es el conocimiento y solo
hay un mal, la cuál era la ignorancia. Sócrates era un hombre tan superior, que
reconoció los dislates y la falsedad de la Mitología y sin revelación comprendió que
no había ni podía haber sino un solo Dios verdadero. Sócrates fue acusado por Melito
ante el Areópago (tribunal), fue condenado por éste a muerte. Dicha acusación se
basaba en que Sócrates no creía en los dioses oficiales y en corromper a la juventud,
basado en sus enseñanzas y discursos, éste fue condenado a muerte y a beber "La
7. Cicuta", la cuál era una bebida a base del néctar de esta planta. Sócrates aceptó el
veredicto aunque no lo compartió, pero dijo que es mejor obedecer las leyes aún si
uno no está de acuerdo, sus discípulos planearon la fuga de él, pero no la aceptó.
Muere a los 70 años pese haber demostrado su inocencia en el año 399 A.C.
Obrasprincipales
La postura de Sócrates ante el mundo intelectual de su época es
la resistencia a la sabiduría tradicional, él continuamente se retiraba a su casa para
recobrar su paz interior, su entendimiento, su armonía con su "yo individual" y
cíclicamente volvía a enfrentar la "vida pública" en las calles de la polis, las plazas, y
cualquier lugar que encontrara en sus caminatas. Argumentaba sus ideas, enseñaba a
quienes no presentaban egos de grandeza y sin cobrar nada a nadie por sus clases,
pero ¿acaso no pudo plasmar sus ideas, dejarlas por escrito?, lamentándolo mucho
eso no fue posible. Según el Diccionario de la Real Academia Española (2001), una
obra hace referencia a cualquier producto intelectual en ciencias, letras o artes, y con
particularidad el que es de alguna importancia. También es aplicable a alguna cosa
hecha o producida por un agente. Entonces, a partir de este concepto, podemos dar a
conocer las ideas de Sócrates, sus pensamientos y acciones, todas ellas escritas por
sus cuatro grandes seguidores (Jenofonte, Aristófanes, Platón y Aristóteles), entre
ellas tenemos:
Obras de Sócrates
1. El Conocimiento de uno mismo
Relata Sobrino (2008), que cuando se entraba al templo de Delfos, estaba la
inscripción "conócete a ti mismo", dicha advertencia invitaba al ser humano a indagar
en su naturaleza, en su esencia, es decir, en el mismo individuo, ese "yo interior".
Sócrates optó por dedicarse a reflexionar sobre sí mismo, sobre la vida del hombre en
la polis, sobre las individualidades y su interrelación con los demás.
La Definición y la Dialéctica
El entendimiento radica en la definición. Quien no tiene la habilidad de definir
la justicia, no la conoce y no sabe valorar lo que es justo, y lo mismo ocurre con las
demás virtudes. La dialéctica es una técnica de la conversación o demostración
lógica cuyo fin es buscar nuevas ideas o crear los conceptos, mediante el arte de la
pregunta que hagan descubrir al otro interlocutor su propia ignorancia, utilizando así
el recurso de la ironía, utilizando también la Mayéutica que mediante preguntas, va
haciendo que el discípulo descubra nociones que en él estaban latentes.
8. Intelectualismo Moral
El mismo Echegoyen (2009), manifiesta que el intelectualismo moral es una
teoría que se basa en la conducta moral desde el conocimiento del bien y la justicia,
dicha tesis afirma que sí solo se conoce a fondo estos dos conceptos (bien y justicia)
se podrá realizar, es decir, sí se conoce, entonces es realizable.
2. El Conocimiento de uno mismo
A Sócrates se le considera según Sobrino (2008), el fundador de la ética, de la
ciencia de la moral, reconociendo que cada persona presenta límites y por lo tanto a
medida que indaga más sobre un tema, descubre que hay más cosas por conocer, que
cada vez aparecen nuevas verdades, nuevos conocimientos, nuevas ideas y al
revisarlas nos vemos en la necesidad de reconocer nuestra ignorancia, de saber que el
ser humano no se la sabe todas, de reconocer nuestras debilidades, quizás las
fortalezas engrandezcan el ego, pero si en ego se apodera del ser, entonces uno
mismo se desconoce, se pierde, deja su brillantes y toca la estupidez. También
afirmaba que el concepto moral de virtud reside en el conocimiento, es una riqueza
interior que proviene de ser sabio, se puede saber y enseñar y solo el ignorante se
equivoca obrando mal.
El secreto de la sabiduría era reconocer sus propios errores y los errores de los
demás, cuando Sócrates conocía algún sabio, este creía que lo sabía todo, y Sócrates
le daba a relucir sus errores, partiendo de la premisa de que no hay que alimentar el
ego, pues el ego destruye la sabiduría. Él mismo llegó a decir: "Sólo sé que no sé
nada".
Para Sócrates, era necesario tener dominio de sí mismo, dominar las pasiones, sus
apetitos y tener control sobre sí mismo. Es importante saber quién es cada uno y el rol
que cumple en una sociedad, por ejemplo, para ser un buen zapatero implica conocer
los zapatos, sus formas, los tipos y su función, ahora bien, sí queremos preguntarnos
en qué consiste ser un hombre bueno (o mujer buena), lo primero que necesitamos
saber, es en qué consiste eso de ser bueno y para saberlo necesariamente tenemos que
conocernos, indagar nuestras fortalezas y nuestras debilidades, una vez que nos
conozcamos, podremos aprender a cuidar de nosotros, pero si no, nunca lo haremos.
Dicho de otra manera, el conocer implica funcionalidad, y la función es en
esencia gobernar, regir o controlar, ¿pero cómo se logra esto?, solo si sus cimientos o
sus bases están asentadas en la verdad. De aquí que Sócrates no hable de una
pluralidad de virtudes, sino de la unidad de la virtud, la cuál es la sabiduría, y el
camino para hallarla parte desde el interior del ser humano, cuando somos capaces de
reconocernos, de saber quién soy, entonces podremos ayudar al prójimo, alguien
9. podría recordar la reflexión bíblica del Evangelio de Lucas 6, 37-42 que dice: "¿Por
qué miras la paja que hay en el ojo de tu hermano y no ves la viga que está en el
tuyo?". Muchas veces vemos los defectos de los demás y nos parecen feos y terribles,
pero esos mismos defectos o quizás peores en uno mismo, nos parecen insignificantes
y encima se llegan a justificar.
Definición y Dialéctica
La definición expresa el núcleo común de todos los actos virtuosos y sólo ella
sirve de criterio para diferenciarlos de los que no lo son. La universalidad de la
moral se sustenta en la razón, fijando así la esencia inmutable de la realidad
investigada a través de la inducción, es decir, extrayendo a partir de determinadas
observaciones o experiencias particulares y basado en cuatro principios básicos:
la observación y la anotación de todos los hechos; el análisis y el orden de los hechos;
la obtención inductiva de una generalización a partir de los hechos; y la contrastación.
Esto supone que, tras una primera fase de observación, análisis y clasificación de los
hechos, se deriva una hipótesis que soluciona el problema planteado. Una manera de
llevar a cabo el método inductivo es proponer, a partir de la observación repetida de
objetos o acontecimientos de la misma naturaleza, una conclusión para todos los
objetos o eventos de dicha naturaleza.
En la búsqueda de una definición, se usa un método basado en el diálogo, la
llamada Dialéctica. Sus características son, según Echegoyen (2009):
1. Ironía. Con ella se trata de deshacer los prejuicios.
2. Mayeutica. Arte de descubrir la verdad mediante hábiles preguntas.
3. Reducción al absurdo. Con ella se refutan las tesis contrarias Si nuestra tesis es
p, llegamos a una contradicción con (p (tesis contraria) y deducimos p.
Formalización:
4. Inducción. Conclusión de una definición general a partir de casos particulares
semejantes .
El razonamiento inductivo tiende a ser completo, sí la conclusión no aporta
más información que la dada por las premisas, o incompleto, sí la conclusión va más
allá de los datos que aportan las premisas; la verdad de las premisas no garantiza la
verdad de la conclusión. Veamos dos cuadros a manera de ejemplos.
Razonamiento inductivo completo.
10. Razonamiento inductivo incompleto.
Como puede verse, en el segundo ejemplo todas las premisas son verdaderas, pero la
conclusión es falsa.
3. El Intelectualismo Moral
Según Echegoyen (2009), un hombre bueno es el que obra bien, pero para ello ha
de conocer qué es el bien. Sócrates sostiene que el bien es la máxima felicidad, por
ello, el que conoce el bien no obra mal, pues siente que puede perder esa felicidad.
Para llegar al Intelectualismo Moral es necesario y obligatorio definir que es el bien y
los demás términos morales.
La templanza, la prudencia, la fortaleza, la justicia, la piedad, la fe, la esperanza,
la caridad y muchas más virtudes se reducen a una sola: La Sabiduría. A continuación
presentamos el cuadro nº 4, de dicho concepto.
Concepto de Sabiduría.
11. La sabiduría apunta nuestra voluntad hacia el bien, por lo tanto se tiene que
recordar:
Quien obra mal es porque desconoce qué es el bien, sino su propia voluntad le
obligaría a obrar bien.
El intelectualismo moral de Sócrates negará el escepticismo y el relativismo,
afirmando que sin el conocimiento no existe la virtud, es decir, solamente el que sabe
llega a ser justo.
Solo hay un bien: El Conocimiento
Solo hay un mal: La Ignorancia
En esta moral no existe lugar para el sentimiento de culpa, el que obra mal es,
simplemente, ignorante y más que un castigo, precisa educación.
En la doctrina de Sócrates destacan los siguientes aspectos:
El Conocimiento de sí mismo, es el primer principio de la filosofía socrática,
así que todo mortal que deseé ser sabio debe partir de su raíz, enfocando su estudio y
conocimiento del hombre como ser moral, llegándose a estudiar así mismo. Sócrates
será un escéptico con respecto al mundo y a las ciencias físicas, expresándolo
mediante el aforismo que repetía con cierta frecuencia: Sólo sé que no sé nada.
El método socrático tiene su punto de partida en la observación de los
fenómenos, en la reflexión y los análisis razonados. Por eso, la variabilidad y
flexibilidad de su método de enseñanza, hacía que el oyente o discípulo se sintiera
12. maravillado. A veces Sócrates aparentaba ignorancia del objeto en cuestión, realizaba
preguntas intencionadas y dialécticas, empleando a su debido tiempo, la inducción y
la analogía, esto provocaba dudas en el diálogo y ahora, las cuestiones sencillas se
empezaban a complicarse, sin embargo Sócrates conducía insensiblemente a sus
oyentes al conocimiento de la verdad y esta a su vez salía espontáneamente del fondo
de la conciencia. Sócrates utilizó la técnica de la pregunta en su método, tales
preguntas estaban formuladas bajo el siguiente estilo: ¿Qué pretendes decir realmente
con…?; ¿cómo llegas a esa conclusión?; ¿realmente qué estás diciendo?; ¿qué
consecuencias tendría sí fuese falso …?; ¿realmente dices la verdad?; ¿qué tan
importante es…?
El ser humano está obligado a investigar el bien y conectarlo en su conducta,
una vez conocido. Debe alejarse de las pasiones y las malas inclinaciones,
sujetándolas a la razón para así conseguir la perfección moral cuya finalidad
verdadera es la felicidad del ser en el espacio y tiempo que lo rodea. Señala Sócrates
que lo importante no es el vivir, sino el vivir bien, conforme a las normas morales y
la justicia. Así que la armonía radica en obedecer dichas normas y creer en la justicia,
por lo tanto no se debe tomar venganza de las injurias, ni devolver mal por mal, el
llamado "ojo por ojo y diente por diente". Se debe anteponer la justicia y el
patriotismo, cumpliendo las leyes. Las virtudes básicas como la prudencia, la justicia,
la templanza y la fortaleza serán las bases de la perfección moral del ser humano.
La mayéutica
Al parecer, y durante buena parte de su vida, Sócrates se habría dedicado a
deambular por las plazas y los mercados de Atenas, donde tomaba a las gentes del
común (mercaderes, campesinos o artesanos) como interlocutores para sostener largas
conversaciones, con frecuencia parecidas a largos interrogatorios. Este
comportamiento correspondía, sin embargo, a la esencia de su sistema de enseñanza,
la mayéutica.
El propio Sócrates comparaba tal método con el oficio de comadrona que
ejerció su madre: se trataba de llevar a un interlocutor a alumbrar la verdad, a
descubrirla por sí mismo como alojada ya en su alma, por medio de un diálogo en el
que el filósofo proponía una serie de preguntas y oponía sus reparos a las respuestas
recibidas, de modo que al final fuera posible reconocer si las opiniones iniciales de su
interlocutor eran una apariencia engañosa o un verdadero conocimiento.
En sus conversaciones filosóficas, al menos tal y como quedaron reflejadas en
losDiálogos de Platón, Sócrates sigue, en efecto, una serie de pautas precisas que
13. configuran el llamado diálogo socrático. A menudo comienza la conversación
alabando la sabiduría de su interlocutor y presentándose a sí mismo como un
ignorante: tal fingimiento es la llamada ironía socrática, que preside la primera mitad
del diálogo. En ella, Sócrates proponía una cuestión (por ejemplo, ¿qué es la virtud?)
y alababa la respuesta del interlocutor, pero luego oponía con sucesivas preguntas o
contraejemplos sus reparos a las respuestas recibidas, sumiendo en la confusión a su
interlocutor, que acababa reconociendo que no sabía nada sobre la cuestión.
Tal logro era un punto esencial: no puede enseñarse algo a quien ya cree
saberlo. El primer paso para llegar a la sabiduría es saber que no se sabe nada, o,
dicho de otro modo, tomar conciencia de nuestro desconocimiento. Una vez admitida
la propia ignorancia, comenzaba la mayéutica propiamente dicha: por medio del
diálogo, con nuevas preguntas y razonamientos, Sócrates iba conduciendo a sus
interlocutores al descubrimiento (o alumbramiento) de una respuesta precisa a la
cuestión planteada, de modo tan sutil que la verdad parecía surgir de su mismo
interior, como un descubrimiento propio.
La Filosofía de Sócrates
La cuestión moral del conocimiento del bien estuvo en el centro de las enseñanzas de
Sócrates, con lo que imprimió un giro fundamental en la historia de la filosofía
griega, al prescindir de las preocupaciones cosmológicas de sus predecesores. Como
se ha visto, el primer paso para alcanzar el conocimiento consistía en la aceptación de
la propia ignorancia, y en el terreno de sus reflexiones éticas, el conocimiento juega
un papel fundamental. Sócrates piensa que el hombre no puede hacer el bien si no lo
conoce, es decir, si no posee el concepto del mismo y los criterios que permiten
discernirlo.
El ser humano aspira a la felicidad, y hacia ello encamina sus acciones. Sólo
una conducta virtuosa, por otra parte, proporciona la felicidad. Y de entre todas las
virtudes, la más importante es la sabiduría, que incluye a las restantes. El que posee la
sabiduría posee todas las virtudes porque, según Sócrates, nadie obra mal a sabiendas:
si, por ejemplo, alguien engaña al prójimo es porque, en su ignorancia, no se da
cuenta de que el engaño es un mal. El sabio conoce que la honestidad es un bien,
porque los beneficios que le reporta (confianza, reputación, estima, honorabilidad)
son muy superiores a los que puede reportarle el engaño (riquezas, poder, un
matrimonio conveniente).
El ignorante no se da cuenta de ello: si lo supiese, cultivaría la honestidad y
no el engaño. En consecuencia, el hombre sabio es necesariamente virtuoso (pues
14. conocer el bien y practicarlo es, para Sócrates, una misma cosa), y el hombre
ignorante es necesariamente vicioso. De esta concepción es preciso destacar que la
virtud no es algo innato que surge espontáneamente en ciertos hombres, mientras que
otros carecen de ella. Todo lo contrario: puesto que la sabiduría contiene las demás
virtudes, la virtud puede aprenderse; mediante el entendimiento podemos alcanzar la
sabiduría, y con ella la virtud.
Conclusión
Una de las razones que justifican el estudio de la filosofía es que nos enseña a
pensar con mayor claridad en un amplio conjunto de problemas. Los métodos del
pensamiento filosófico resultaran útiles en muchas situaciones, porque el análisis de
los argumentos en pro o en contra de una determinada posición se puede aplicar a
cualquier orden de la vida. Por lo tanto la filosofía es una actividad humana que se
motiva en la necesidad de comunicar las particularidades de nuestra experiencia, ese
vivir produce asombro y el asombro es solo uno de los comienzos en que llegamos a
planteamos preguntas, las analizamos, las contestamos y argumentamos las
respuestas. Ahora bien, dicha actividad humana también se ocupa de examinar
cuidadosamente los conceptos y las estructuras conceptuales con base en las cuales
pensamos nuestra realidad que inducen o posibilitan los cambios sociales, políticos,
artísticos y morales, todo esto requiere de una actitud crítica, la cual consiste en estar
en disposición de examinar todas nuestras creencias, la cual envuelve a su vez la
actividad de razonar, que sencillamente nuestra capacidad de comprender y evaluar
razones mediante el argumento. La disciplina que evalúa argumentos es la lógica, por
lo tanto, para hacer filosofía hay que comprender los procesos básicos de ella. El
saber argumentar pasa por las proposiciones, las premisas, la conclusión, la verdad, la
validez y su aplicabilidad, todo esto fue planteado por Sócrates y es por ello que
muchos filósofos concuerdan que él fundador de la filosofía moral, la cual ha tenido
peso en la filosofía occidental, incluso en nuestros días.
15. Bibliografía
Domínguez, L. (2004). Sócrates. Buenos Aires: Editorial Kapelusz.
Echegoyen, J. (2009). Historia de la Filosofía. Madrid: Editorial Paidos.
Guthrie, W. (2003). Historia de la Filosofía griega. Madrid: Editorial Gredos.
Pérez, C. (2007). Sócrates y los Sofistas, La Vida en La Polis. España: Ediciones
Hare.
Sobrino, L. 82008). Perfiles Filosóficos. El Salvador: Editorial Espíritu-Salt.
Real Academia Española. (2001). Diccionario de la Lengua Española.
Madrid: Editorial Espasa-Calpe