Ampliación de denuncia del Fiscal Federal por medicamentos en La Rioja
Ejercito peruano milenarismo nacionalismo y etnocacerismo-2011-my-ep-r-antauro-igor-humala-tasso
1. En diciembre 2001 Cundael periódico 011'0111, CU)'O
mco".je proselirista, contra todo pronésüco, logra
tener una aceptación '1udginos3, alcanzando el
mayur tirll,te111113historio (I~IperiolU<moperuano
(16;; mil ejemplares), Seríau lo. contingenres
rescrvlstns quienes se encargarían de la di<lñhuclcn
11 lo lnrgo y ancho dol p"t,. 1)I',I!'undo, Y.e mismo
uii" 'u funda 01Mo';mi.nro Nnci()n~lI"a Peruano,
pUltlUUJQ u ser el "Otlanta' Sil ól'gano ofirial)' ('1
etnecacertsmo 'u cimiento ideológico-milifante.
En t989 fonda la Logia Etnocacertsta •• ;'odo
apresado, procesado y despoj ado del mando de
Irop. por censíderársele un teniente "excéntrico" y
IllIc(Jconfiable para el Alto Mando. En 1992, al
mando de soldados aguarunas, descubre 3 hitos
perdidos en la Cordillera cid Cóndor. Aclende a
clll'itll" y tomn parte en tas ope.'aclnnes Mllea, de
1995,1uf'l,,,t~la guerr;o fratrIcida cun Ecuudo.', !Lu
19117nscíende a mayor y luego de Ingresar Q ¡.
E.cuela SUl'el·jorde Guerra es invitado en forma
iJIljJ81e i1egílimaal retiro, Una vez en el reríro se
desempeña como Oñcial M oy.ordel Institutn
Suumartinleno del Perú e Incursione en l. pr.ea del
riburón, tcrnnnando en un nAufragio por el Htnral
norperunno. 1':129 de octubre 2000 ~omsnd. In'
c.nlill~Clllc,>re.e"istas en In primera rebelión
('tlluc.,'cri~t" estallada en el sur (Lncumbn], que
<ontrlbuyc uectslvameme R 1"CJlÍlIa dd Iriu.n il'.tu
MuutcsiuO'lo-Fujimori-Cúpula Mililar. Lu"):o de
deponer las arruas 1lD,te el presidente Paniagua, es
coojuutameute con los demás rebeldes encarcelado
ea el Real ficlipe. de donde por presión popular son
amnlstíados por c!1 Congreso. Una vez amnisriad«,
~C' dl'C.Iicu n or-gani:zar poUlicamrDte!t los reH"'i..-l:b
peruanos (veteranos de lo gocrro con "-elladur) ti"
la lucl," centrasubverstva), en, .11 ¡¡fa" ",.. on.
desempleados y ablUldonado. por el 0";010 LSlodo
01cual <ir'.ieron, En abril 2001. con un contingenle
de reservistas ",cnenos se presenta en J. Un••
fronteriza, Icgrando derribar una caseta d.
vigitancia chilena establecida eo territorio peruano,
lo cual le cuesta ser detenido por Seguridad de
ROlado (Tacna). Tres meses después publica el libro
Ejél'cito Peruano: mllenarlsmo, naelonulismo y
eumcacertsm», el rual §eri. más conocido como
"Vademécum del Ernocacerlsmc",
"1 mayor de ínfaatcría Anf,unI Hurnala Ta~!o (29-
OtKi3),de estirpe ayacu('bana, cursó estudies en el
CEP Y..uuco Peruano (Lima), eu el Colegio
Nacional "Ciencias" (Oosqo), la UlÚvcrsidld
"atioualAgrQcia "1"9 ~,(olina"y la "Escuela'1ili, ar
de Chorrillo'. Pertenece a las pro mocínnM de
ondMI"~que, .gresados N' In plenitud d~ 1.. llutrra
eenrrssubverstva, combmen como jcr.. de "a'rull.
) que ndcrué> de obtener su respectiva beñd. d.
b.Ja. se ven obligltdo>IImeditar sobre el signilkndo
,ocioculluraJ de aquel collOicto~L. repre ...nlalho
de un segmento de !JI oficbilidad que, rechsoeedo ,,1
adoctrinamiento de l'rente Interno
emanado del Comando Sur del US Anuy. adopl. IIn
ptanreamtento "ctno(acerista" con rCS(WCIOa In
relación pueble-ejérclto, b."uJu en un
etMnaclonaJlsmo que relvindíeu l. e.Urp<' ancL,>lr.1
col>rl/'" de nut>lra mJllcl~ bi>lórica.
ANTAURO HUMA,LA TASSO
Nacionalismo
•
ansmo
2. LIMA· MAYO 2001
IEDITORIAl nnTAURPI I
EJERCITO PERUANO:
Milenarismo,
Nacionalismo
y
ETNOCACERISMO
My. EP(r) Antauro Humala Tasso
3. 3
51
51
52
54
56
60
CAPh"uLO 111:
EL RASGO ANDINO
Instinto comunitario
Pueblo en armas
Infantería
Empresa social
Abismo tecnológico
41
43
46
CAPITULO 11:
EL RASGO OCCIDENTAL
La r~juvenecida caballería y el «pesar» de Carvajal
Las «compañías blancas»
31
32
35
CAPITULO 1:
FUERZA ARMADA Y FUERZA DESARMADA
La co-operación bélica
El monopolio armado
ARMAS Y RAZAS
PRIMERA PARTE
3
11
15
27
Indice
Presentación
Prólogo a la 1ra Edición
Prólogo a la 2da Edición
INOICE
Prohibida la reproducción parcial o total, por cualquier medio o
método de este libro sin previa autorización del autor.
ISBN N°: 978-612-46065-0-2
Hecho el Deposito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú
N° 2011-10078
Impreso en los Talleres Gráficos de:
Edit. y Comerz. Cartolan E.I.R.L.
Dirección: Pj. Atlántida 113, Lima 1
Primera Edición: Enero 2001 - 2000 ejemplares
Segunda Edición: Setiembre 2011 - 5000 ejemplares
Edición a Cargo:
Editorial Ollanta para su sello: Editorial Antaurpi
Psj. Velarde 188 Ot. 400 - Cercado de Lima
Lima - Perú
Telf.: 330 8375
Diseño y Diagramación:
Laza Barboza, Kusiska Urpi
EJERCITO PERUANO: Milenarismo, nacionalismo y
Etnocacerismo
Autor: Antauro Humala Tasso
Derecho de autor reservado
Empresa Editora: Editorial Antaurpi
4. 5
185
186
193
CAPITULO111:
LA FALSA DOCTRINA
Las trincheras del Putumayo
..Es imposible ...»
165
166
171
176
178
PARECER y NO SER
El "principio de hechor»
El subteniente «Custer »
Autentificación y esperanza
El monopolio de la modernidad
/
CAPITulO11:
"Antes de» y «después de"
La oficialidad negada
La captación antinacional
El fin de «la directa"
149
150
152
157
159
CAPiTULO1:
El OTRO ESCALAFON
LA ALIENACION CASTRENSE
TERCERA PARTE
117
117
119
1.26
95
95
102
105
79
4
CAPITULO111:
CIUDADANOS y «VOLUNTARIOS"
Reclutamiento e ideología
Laetnoleva
¿Allons enfants de la patrie?
CAPíTULO11:
LOS SOLDADOS DESCONOCIDOS DE LA HISTORIA
DESCONOCIDA
Los efectivos falsos
Cuestión de prestigio
Logística y rabonería
PIEL, MILICIA y DISCIPLINA
Homogeneidad, mixtura yalianza
La funcionalidad etno-táctica
El «esprit» disciplinario
CAPITULO1:
LAS TROPAS COBRIZAS
SEGUNDA PARTE
CAPITULOIV: CAPITULOIV:
EL ARQUETIPO CASTRENSE 65 CONSCRIPCION y CHOllFICACION 131
Los guardianes socráticos 66 La impertinencia francesa 132
Los mal nacidos cedecolor» 69 El «reconocimiento" del soldado cobrizo 133
La pauta aristotéiica 71 SMO, subdesarrollo y etnia 136
Origen y contenido militar de la utopía andina 72 Una falta de tino 140
La falacia del servicio voluntario .142
5. 7
Bibliografía
377
393
Anexos
CONCLUSION:
l:jército Peruano:nacionalismo o desarrollo del subdesarrollo
Institucional. 367
345
348
351
353
OAPITULO V:
LA RESELlON ETNOCACERISTA
La perspectiva histórica
121 planteamiento técnico
Crónica de los hechos
317
319
322
332
337
341
CArlTULO IV:
CARACTER ETNONACIONAUSTA DEL EP
n, raza y mestizaje
.nouerpo, pero aún no del todo en alma
~I «Plan Inca » de Vslasco
El excedente poblacional noc!vo del "Plan Verde»
Sucursal foránea o naci6n andina
291
295
301
307
310
312
CAPITULO 111:
nUMI MAQUI
I OS remanentes breñeros
1:1 Mesías incaico
11 mano del Tayta y la simpatía de Sánchez Cerro
, tnlcldad «castrense» y clasismo «civil»
h.dlgenismo y autoctonismo
281
285
286
Oonfllcto Interno cultural y conflicto inter-cultural
1" «comunista» Cáceres
I I1 (.juerrasucia
6
271
272
276
280
CAPITULO 11:
GENERALES y TAYTAS
El regreso de Manco Cápac
Aquel «horroroso» patriotismo
Guerra de liberación nacional, clase yetnoclase
261
262
266
268
CAPÍTULO 1:
EL CHOLO JETON
La confederación peruano-boliviana
La fraternidad mestiza
La utopía rediviva
UNA PASION ANCESTRAL
CUARTA PARTE
237
237
246
249
CAPÍTULO V:
SUSVERSION y GUERRA RACIAL
Fondo y forma del cambio social
Raza y bien común
Aspecto étnico del cambio social
Los cooperantes de Haquira
211
212
223
228
CAPITULO IV:
ESCUELAS, INSTRUCCION y ENAJENACION
De Colcampata a Chorrillos
De Chorrillos a Fort Benning
La guerra «de color» no convencional
196
201
La «losuboroínación» del comandante Marín
Auge y ocaso de la "escuela» de la Breña
6. Dedicatoria;
A los soldadosy reservistasperuanos,
bolivianosy ecuatorianos, descendientes
de las huestes talutantinsuyanas.
7. 11
Elloconstituye el más importanteaporte para el enriquecimiento
y conformación de nuestra inexorable cholificación. Al aceptar esta
realidad lograremos. en nuestra singular ascendencia y plural des-
cendencia, la anhelada identidad nacional que superando la natural
tendencia a la pugna étnica por la selección natural y cultural; nos
permitirá-por fin- desarrollar nuestropaís.
La existencia de varias etnias en nuestro país, como son:
- Lacobriza-incásica,eje ancestraly centralde latorrentera san-
guíneade lacholificaciónsupranacionalperuano-boliviana-ecua-
toriana.
- La blanca-occidental, invasora desde 1532 y salvo excepcio-
nes, plenamenteidentificadacon el terruño allende los mares e
históricamentecomportándosecomo extranjera.
- La negra (vparda»)-afro, arribada sin visa turística sino en cali-
dad de esclava acompañando a sus amos blancos y casi
culturalmentedominada.
- La amarilla personificada en los coolfes «importados» en las
bodegasde los barcosprovenientesde Macao,y posteriormen-
te llegados -los de origen nipón- con su plena veneración al
emperadorHiroito.
Testimonian lo dificultoso del proceso integrador de la nacionalidad
peruana dadoel hecho que todoslos exponentes racialesformamos
parte de estagran empresa, enIorrnaclón, llamada Perú.
Empresa en la que cada cual, en su proyección generacional
(y preocupación cotidiana), ha de conjugar el potencial multicultural
de "todas las sangres» no sin antes definir en el plano colectivo el
componentecentralde «nuestra»peruanidad,quedefinitivamentese
expone en la etnocultura nativa y. a la vez mayoritaria; esencia de
nuestro mestizaje racial y por consiguiente del sincretismo cultural
resultante.
PRESENTACION
8. 13
Ludwig Essenwanger Sánchez
Gral. Brlg. (r)
Jefe del SIN (1981·82)
Cabo combatiente del 41
Lima, mayo del 2,001
Por consiguiente no queda otra aHernativa qua aferrarse a la con- .
signa que la fortaleza de todo ejército, antes que sus cañones y
tanques, es su identidad popular; vale decir una convicción ideológi-
ca de fraternidad con «su» pueblo.
Hoy, en que aparentemente se recompone la epidermis «demo-
crática» del país, debemos reparar que las grandes frustraciones y
penurias de nuestro pueblo, independientemente al camaval electo-
ral, se agravan hasta grados jamás vistos. La institución militar pe-
ruana (y me refiero principalmente a los estamentos de tropa,
boficialidad y oficialidad subalterna) no debiendo aunarse a aquella
is en verdad leprosa, recuperan con el etnocacerismo una vigen-
cia doctrinal que, a mi entender, por el «etnonaclonalismo. que ema-
na, le permitirá vitaminizarse para neutralizar la ofensiva ideológica
foránea que, aprovechando coyunturalmente el desprestigio de un
Alto Mando «rnontesinista», visualiza (inmersa en la reducción míni-
ma de los aparatos estatales subdesarrollados) la desaparición de
nuestro aparato castrense; que en buena cuenta es lo que se sugiere
con términos de moda como "racionalización» y «re-ingeniería ».
Clase política. civil-militar, que en su necesaria ..huachatsrla» ideo-
lógica; se torna aberrantemente «nacional» (o antinacional) tal como
se puede entrever -en el campo castrense- con solo revisar aquel
denominado "Plan Verde» que llega a catalogar a nuestras
pauperizadas mayorías nacionales ..de color .. no blanco como ene-
migas potenciales del Estado e inclusive a descalificarlas como "ex-
cedentes poblacionales nocivos».
en aquella campaña esencialmente andina como fue la Breña, ipso
facto se potencia con un «incómodo» legado histórico que resulta
incompatible con el discurso virreynal y republicano de la clase polí-
tica peruana, dizque occidental.
12
La rebelión etnocacerista del 29 de Octubre acaecida en Locumba,
liderada por el teniente coronel Ollanta Humala Tasso secundado por
el autor del libro, más allá de lo meramente técnico, representa la
continuidad de la Ilnea'nativista iniciada desde la Vilcabamba de Manco
Inca, en la medida que la ..remembranza etnocacerista» al inspirarse
Detectados POf contrainteligencia en 1989, fueron sus autores
-teñientes en aquel entonces- detenidos y traídos esposados a las
instalaciones del Servicio de Inteligencia del Ejército (SIE), en donde,
luego de dos meses, son liberados. El SIE de entonces consideró
que los etnocaceristas representaban algo positivo para las FFAA.
Sin embargo los hechos posteriores, propios de la década infame
1990-2000, prescribieron que se les reconsiderara como elementos
negativos para la seguridad institucional; siendo despojados del mando
de tropa, dados de baja en su gran mayoría y proscritos,
El planteamiento etnocacerista, eminentemente agudo y nacio-
nalista, se inspira en las performances arguedianas del mariscal
aymara Santa Cruz, del ayacuchano mariscal Cáceres, del mítico
mayor Rumi Maqui asf como del nacionalismo castrense desplegado
por el Ejército Peruano en el perrodo 1968-75.
Deseo mencionar que el mayor Antauro Humala Tasso (autor del
libro), fue prácticamente expulsado del ejército aplicándole
antirreglamenlariamenle el criterio de «renovación de cuadros» por
haber osado pensar libremente e interpretar acertadamente el legado
étnico-nacionalista del Cáceres-tayta en cuanto ideología castrense
«sin calco ni copia" que en verdad renueva a la institución y que, de
por sí, impugna con toda legitimidad los principios doctrinarios hispa-
nos, franceses y norteamericanos que han desubicado nuestras es-
trategias desde San Francisco hasta Tiwinza.
H autor de este libro nos hace convivir esta dramática ..conjuga-
oloo.. de sangres, en el estudio que hace de una de nuestras instItu-
ciones tutelares como es el Ejército Peruano, en que a través de una
magnífica recopilación de datos y una lectura amena, descubrire-
mos, con la crudeza característica de todo ambiente castrense, que
tal realidad refleja los defectos y virtudes de la sociedad «civil» que lo
genera, o en todo caso resume una atmósfera social mayor, de alie-
nación y colonialismo, como es el Perú.
9. 15
Existe abundante antología sobre nuestra milicia: Los cronistas
(todos militares o clérigos) aparte de referir aquella guerra racial en
que substancialmente consistió la invasión europea, dedicaron
también algunos capítulos a la historia militar incaica, así como a la
ostructuración de su milicia. Pero de ahí, entramos a un salto largo
que recién culmina con los historiadores militares de a mediados del
r.lglo XX (De la Barra, Dellepiane, etc), que más que todo centran
ous estudios a la etapa republicana y en función a una metodología
que -aunque avanzada en ese entonces- se mostraba proclive al
protagonismo criollo.
Es algo similar el objetivo de este trabajo; proporcionar un nuevo
e desde un ángulo no acostumbrado, con el fin de obtener una
npreciación alterna respecto a la ubicación y devenir histórico de la
Institución militar del Perú. Este enfoque basa su apreciación en un
'nctor que ha venido rigiendo desde 1532 el destino de nuestro país:
'::1factor étnico, y en base a-ello, el diagnóstico y pronóstico de la
motivación y esencia que competería al ejército (y por extensión a la
fuerza armada) que dado el monopolio armado se constituye en ente
«tutelar» y, en última instancia, rector de la nación.
Todos los artistas que han representado en sus cuadros la
eruciflcción -a excepción de uno- lo han hecho mediante un enfo-
que esquemático frontal. Solamente Salvador pali lo ha hecho me-
dlante un esquema vertical, vale decir, enfocando al Cristo crucifi-
cado desde arriba, proporcionando de esa manera al observador un
nuevo ángulo visual y por consiguiente una nueva apreciación.
PROLOGO A LA PRIMERA EDJCJON
10. 17
Al adentrarnosen el accionardel ejército invasor hispano,adver-
tiremos el sumun filosófico de una guerra de conquista que según
Aristóteles:
.....lanaturalezamismahacíalegitima,puestoque
se refiere a la caza que se debe a las bestias
salvajes y a los hombres que nacidos para obe-
decer,rehusansometerse..."
Posteriormentese examina la influencia de los teatros de opera-
ciones euroasiático y andino. Encontraremos que mientras la geo-
grafía, floray fauna propició en Occidente y Oriente la necesidadde
la ruedaasí comoque las tropas marcharanmontadas(equinos,ca-
mellosy elefantes), aquí; los arenales costeños, las abruptas cordi-
lleras, la espesura selvática y la ausencia de bestiasde tiro hacían
impensablela rueday determinóque nuestro ejércitoanoestralhaya
sido netamenteinfantero.
Laprimeraparte del presentetrabajo refíereelorigende la institu-
ción militar: Cómo es que en la comunidad primitiva (en donde el
ejército erael pueblo en armas)van dándose condiciones-conexas
a la evolucióndel armalherramlenta- para el surgimientode dos tuer-
zas separadas en función a la monopolización del armamento; la
fuerza armada (o milicia) y la fuerza desarmada (o civilidad), y asi-
mismo qué implicancias tuvo en la conformación de la oficialidad y
tropa en cuantoversión castrense de la división social del trabajo.
Al estudiar la estructuración del ejército peruano, advertiremos
unacategorizaciónen donde raza,cultura y clasesocialse yuxtapo-
nen. En términos genéricos constataremos -adjunta a su [erar-
quización- una graduación de pigmentación de piel impregnadaen
sus estamentosbásicos (oficialidad,sub-oficialidad y tropas) poseí-
dos-a suvez- del recelomutuoqueprimóentrelascastasvirreinales.
Sehaceentoncesnecesario-dada la implicanciadeelementoscomo
raza y cultura- remontarse hastael géneSisde los ejércitos andino
y occidental.
decirse casi, que si estudiamos la historia es
para resolver la cuestión racial ...»
16
El enfoque étnico, puesto que conjuga la rafz biológica de la
cultura -como es la raza- resulta más profundo que los enfoques
«estrictamenteculturales» como podrían ser el político y económi-
co. Se trata de un factorcuyo potencial,con más repercusióny des-
de antes que el factor clasista. sacude a la humanidad desde los
conflictos tribales de la antigüedad, las invasiones «bárbaras» que
acabaron con Roma, la expansión del Islam, la destrucción de las
civilizaciones cobrizas. la colonización de los pueblos ..de color», el
tráfico de negros, la conquista del «FarWest", las guerras mundia-
les (a causa del pan-germanismoblsrnarkianoy nazi) e inclusive el
sionismoy los recientesconflictos enel Africa negra y los Balkanes.
Como bienconcluiría el historiador francés Camile Jullian:
«,», El problema de la raza, sea cual sea la
manera como se resuelva. es el problema más
importante en la historia de los pueblos. Puede
Si consideramos la regimentación de castas virreynal y el racis-
mo hipócrita de la República, el presente planteamiento resulta natu-
ral y necesario; precisamente en un teatro de operacionesporel que
hanmarchado,combatidoy sucumbidoejércitos representativosde
lascuatro razas humanas:Tenemosa nuestro ancestral ejército co-
brizoque sucumbió en las selvas de Vilcabamba, al ejército blanco
de los invasores europeos que se extinguió vía una gradual y cons-
tantecholificaclón,al denominadoejército«etíope" (negro)de la ú •
ma "guerra civil" (Hernándezde Girón-1553)y por últimoel contin-
genteamarillo,de 1,200coolíes, queconformóla vanguardiadel ejér-
cito de Baquedano en su marcha de Pisco a Lurín.
Asimismo, la información que logran generar se resume a un
calendario «cívico-patriótico» de campañas, batallas y biografías de
personajes cuya validez y trama (adornada de monumentos y
efemérides) proviene de lo que hoy llamaríamos «comunicados ofi-
clales». Recién con las obras del mayor Vtctor Vlllanueva se puede
verificar un análisis estructural técnicamente abordado desde una
perspectiva clasista. Entonces pretendo llenar, el vacío en el estudio
general de nuestra milicia, con este planteamiento doctrinal esen-
cialmente étnico.
11. 19
Causará asombro el hecho que la infanterfa, caballería y artillería
colonial y republicana (hasta el siglo pasado) hayan sido organiza-
das -en el estamento de tropa- de acuerdo al color de piel: la intan-
tería india, la caballería blanca / mulata / "parda» y la artillería mesti-
za. Funcionalidad cuya faceta étnica, luego de cinco siglos, se ha
choliñcado racialmente mas no culturalmente; correspondiendo
a superior estamentación mayor occidentalización y asimismo
-dentro del espectro del mestizaje- una diferenciación biológica:
Oficiales bien nutridos y teóricamente superando el 1.68 m,
sub-oficiales medianamente nutridos y del 1.63 m para arriba y
soldados con gran índice de desnutrición y masivamente bordeando
el 1.60 m. Una Escuela de oficiales que al exigir determinada talla
V peso mínimos, genéticamente veta al 90% de la juventud del
oafs: muchachos cetrinos (cholos, indios y zambos) flagelados por
a miseria, el hambre y la drogadicción, que constituyen -en un
apartheid etnotáctico- el erosionado recurso humano de nuestros
:uerpos de tropa. '
En la segunda parte, abordamos la funcionalidad que contempló
la subordinación de los remanentes de las tropas colaboracionistas
cobrizas hacia una oficialidad blanca en la estructuración del ejército
virreynaJ. Examinamos las peculíaridades de una disciplina que sigue
teniendo la finalidad de afianzar el mando occidental y -a la vez-la
subordinación andina. No cabe duda que la disciplina es -como se
dice-Ia "base fundamental de los ejércitos», lo que es fundamenta-
do en la medida que permite la jerarquización, pero cuando esa
jerarquización deja de ser solo técnica, sino que además recrea el
icto inter-étnico de su colectividad, entonces adquiere rasgos
__"~n¡:!rr.i'livrl~apropiados para el presidio, antes que para el cuartel de
«hombres libres» o de «soldados-ciudadanos».
ficticios reinos de oro puro como la Canela, el Paytiti y el Dorado. No
es difícil percatarse que el denominador común de estas ansiedades
era la riqueza obtenida inmoralmente yen donde el idealismo propug-
nado (si así se le puede llamar) se refiere al sentimiento codicioso.
Siendo perfecta la incompatibilidad entre ambas utopías, existe pues,
entre la Canela de Gonzalo Pizarra y la ..Ciudad Feliz., de Sócrates,
un Inkari de diferencia.
18
Tal actitud denota la descalificación moral de la institucionalidad
militar occidental Impuesta en el ande. Degradación que se refleja
con solo fijarse en las «utopías» (entre comillas) elaboradas por la
imaginación castrense-vlrreynal en sus «entradas» a la selva; en donde
la respectiva ..espiritualidad .. consistía en una lotería con aquellos
Con la destrucción del Tahuantinsuyo se destruiría la manifesta-
ción terrena de la milicia socrática. Destrucción cuya carga traumática
generó un mesiánico Inkari a manera de esperanzador Pachaculi que,
cual Juicio Final, deberá rectificar este ..mundo al revés» para el grues~
poblacional cobrizo, convertido en su propia tierra, de soberano él
paria. Tendencia subversiva (en la medida que impugna el statu quo)
que -paradójicamente- sería también manifiesta en los desgarradores
testamentos de ciertos conquistadores (veteranos como Mancio
Sierra, Lorenzo de Aldana, Pedro de Alvarado, Alonso Ruiz, etc).
El Tahuantinsuyo confirmaría -luego de dos mil años- el ideal de
la república socrática con guardianes incluídos: Las descripciones
de los cronistas armonizaban admirablemente con su relato y surgi-
rían, como bestsellers de aquella época, obras como la «Utopía» de
Moro, «La Ciudad del Sol.. de Campanella y la «Nueva Atlántida» de
Sacón.
Pero a su vez, esta ideología bélico-religiosa tendría su contrape-
$0 filosófico en los «guardianes socráticos » que despreciaban el oro
en pro de la regulación de una «ciudad feliz» que según Sócrates:
«...no está en parte alguna de la tierra, pero en el
cielo hay, probablemente un modelo de ella ...»
Esta cimentación ideológica, conjugada con la «imagen y seme-
janza» a un Cristo blanco, al ser adoptada por Occidente con respec-
to a una cultura extra-blanca como la incaica (por lo menos los ára-
bes son una rama del tronco racial caucásico) y referida por las evi-
dentes diferencias anatómicas, ya no individuales, sino masivas, o
sea raciales; convertiría la diferenciación -vde color»- de estos nue-
vos «bárbaros» (o «inñeles») en corolario de la tesis aristotélica: El
racismo.
12. 21
• 1'.11,1""mili",. contratada entre 1927y 1930por el gobierno de !..eguóa,
Comobrevemuestratenemosla realidaddemográfico-militarpre-
viaa laofensiva alemana sobreFrancia(1939)y simultáneamentela
previaal conflictoperuano-ecuatorianode 1941:Antesde las respec-
tivasmovilizaciones, los ejércitosfrancés, alemán, peruanoyecua-
toríano tenían los ef~tivos siguientes; 438,000, 580,000,18,293 Y
5,214 respectivamente, y el total de sus fronteras terrestres era de:
7,608 kms., 2,829 kms., 6,419kms. y 1,809 kms. respectivamente.
00 estos datos, teóricamente resulta que la densidad de soldados
porkilómetrodefronteraerade 168(Francia),205 (Alemania),3 (Perú)
y:3 (Ecuador). Porconsiguiente,si en Europa el frentede un batallón
(doefectivo aproximado a 700hombres)oscila -con plenacoheren-
ola- entre 1 a3 kms., en los ejércitosandinosresultaabsurdoquese
pnrststaen esteplanteamiento.
Es así que nuestra milicia se saturaría de «doctrinas»foráneas
que extra-oficialmente han tenido (empezando por la reducción de
nuestrasfronteras) efectos nefastos: Misiones hispanas,británicas
(en los ejércitos de Bolívar y San Martín), francesas, alemanas" y
norteamericanas,arribadas con sus técnicas, tácticas y estrategias
que han hecho de «nuestra» doctrina de guerra una Torrede Babel
en laque se mezclan ycontradicenconceptosy planteamientosbajo
el común denominador que asumen como teatro de operaciones
normal» las llanuras europeas y catalogan como anormalidad
al terreno selvático, montañoso y desértico que precisamente
describen al Perú.
tencialidad andina como factor progresista en la dinámica del
sincretismo cultural. Y esta tendencia, adversa al legado nativo
(principalmente en la Armada Peruana), tiende a interpretar dicha
potencialidad como un «incompetente»lastre que justifica, en pro
de la foránea "modernidad", una merecida postergación. Actitud
queconlleva a un autodesahucloinstitucional cuyas implicanciasse
manifiestanen los traumas y frustraciones que ningunode nuestros
historiadores-tanto civiles como militares- han logradodisimular.
20
En la tercera parteexaminamoslaalienaciónpropiaa todamilicia
«de color» subdesarrollada. En nuestro caso, esta «tara» cuyo
Ifquidoamnióticovienea ser el complejopsíquico-étnicodel elemen-
to mestizo (queprecisamenteconstituyeel grueso de nuestraoficia-
lidad),determina unaactituddespojadadeoriginalidad,adictaa toda
influenciaextranjeray por endesin capacidadinterpretativade la po-
Como figuras de estafuncionalidad étnico-táctica tenemos, casi
convisos de folklore,la raboneríay la levade cholos. Una rabonería
que surge-en las marchasy contramarchasque caracterizarona la
milicia peruana hasta fines del s. XIX- como suplemento ante el
colapso del sistema logístico incaico, y que recién se extingue a
inicios del presente siglo con la motorización del ejército. Y una
etnoleva que surge con las cuotas de «indios de servicio» que lo
comandantes españoles imponían al curaca local, dándoseel caso
(si hemos de creer a Cieza de León) que cierto curaca -ante la
despoblación de varones- remitió mujeres para cargar la artillería
europea.Esta forma de captación o «mitacastrense» -cuya vigen-
cia solo ha cambiado en su forma mas no en su fondo- sería el
principal motivo de la incompetencia institucionai demostrada en
1879.Al respecto, el Times de Londreseditorializaba así:
«...Chile es un estado mejor organizado que
tiene las simpatías de su pueblo; es así que
mientras el Perú tiene que compeler a entrar a
filas por la fuerza, arriando cholos. negros e
indios,Chile confía en el serviciovoluntario...»
Una institucionalizada "erosión proteínica» que si en el ámbito
extracastrense es desde ya alarmante, en nuestros cuarteles -puesto
que involucra la fibra humana de la seguridad nacional- adquiere
rasgos de traición; empezando por el hechohistórico que el raciona-
miento diario del soldado -que en 1915fue de 3,554 calorías- ha
disminuido gradualmente hasta las «teóricas» 2,648 calorías hoy
vigentes.Se torna ..reglamentario»entonces,el incrementoporcen-
tual de tropas «tebecianas»,lo cual-rebasando el dominio militar-
en última instancia se encuadra en el apartheid ya mencionado.
Vemospues, bajo la crudeza castrense,al Perú desnudo.
13. 23
Todo ello convergiendo hacia la redefinición de una institucio-
nalidad cada vez más policiaco-burocrática y cada vez menos
campañoso-operativa. Una milicia desvirtuada en su originalidad fun-
cional e indoctrinada con un concepto de soberanía incompatible
con el Interés popular, y que contempla el término frontera como
algo obsoleto o de rndole económica antes que geográfica, y por
consiguiente alérgica a todo «arcaicisrno patriotero» como podría
ser la recuperación de Tarapacá. En fin, "pragmáticamente» adecuán-
dose a un siglo XXI en donde una fuerza multinacional -«aliada»
o «casco azul»> liderada por una dirigencia anqloarnericana se
proyecta en el rebasamiento de los casi domesticados y cada vez
más impopulares ejércitos centro y sudamericanos.
y si este complot lo conjugamos con la «solución .. dada a los
diferendos con Ecuador y Chile, entonces nos percataremos que la
supresión de las principales hipótesis de guerra que justificaban la
dimensión y estructuración «para el combate» del EP, ha de mani-
festarse en lo que se podría llamar el «ocaso de las armas» (en don-
e las unidades de tropa de las clásicas infantería, artillería y caba-
llería perderían convencionalmeme su razón de ser) conexa a una
coyuntura contrasubversiva o de seguridad interna de la que emana
el auge de la ingeniería (acción cívica), la degeneración de la inteli-
gencia "de combate» en inteligencia de «control de la población» (o
soplonería) y el apogeo de los -cada vez más obesos- intendentes.
Se culmina el presente estudio abordando lo que se vislumbra
como el Inicio de un cambio institucional de tanta trascendencia como
el de 1898. Me refiero a la transformación de nuestra milicia
enmarcada en un globalismo que al contemplar el auge de las
privatizaciones y Ia reducción a ultranza del aparato estatal; apunta
a la supresión de las FFAA subdesarrolladas (como en Panamá,
Puerto Rico, Costa Rica y Haití) o -en el mejor de los casos- su
reducción (reflejada en la substitución del SMO por el SMV, la reduc-
ción de vacantes en los centros de formación castrenses, la incorpo-
ración de féminas para fines administrativos y/o decorativos, etc) que
en el razonamiento de Lyndon la Aouche se califica como "complot».
22
~ Pueseoque se uuncó con la ""C'en~iónde Piérola, tJlIlCO apanc de liceaeiar ,,1ejército de Cáeeres y
suprimir su Colegio Militar, contraté a l. ;{isión MilitR!Francesa fundQdorode la EMCH.
También se aborda la repercusión profesional. burocrática y
cultural de la misión militar francesa, que formalmente consolidó, en
versión subdesarrollada, la «inserción» doctrinal y material de nues-
tra milicia bajo la «modernidad» del patrón occidental, y conexo a
ello las reacciones nacionalistas de una oficialidad veterana y breñera
que serta licenciada o relegada con la ascensión del régimen pierolista
en 1895, y que históricamente merecía dirigir la institucionalidad
castrense del siglo XX. Es así que surge, entre 1896 Y 1924, una
serie de sublevaciones militares «caceristas» en las que destaca,
por su performance etnonacionalista, la del mayor Teodomiro Gutiérrez
Cueva -escolta del «Tayta» durante la Breña- en el altiplano puneño
de 1916.
Entre estos personajes destaca Cáceres, cuya performance
breñera rescata al escalafón kechua sumido desde 1532 en la
clandestinidad, y que elabora la única doctrina de guerra «rnade
in Perú» denominada por él «de circunstancias especiales de
montaña andina", la cual se adelanta medio siglo a la conceptualiza-
ción maoista de la «guerra prolongada» y que, como efímero renací-
rniento'", estimuló la aparición de una corriente doctrinal cuyo más
conspicuo discípulo seria el comandante Julio Guerrero-secretario
de Cáceres- que llegó a publicar un manual (<<Guerrade guerri-
llas») que tecnifica y desarrolla el aporte cacerista; cuyas «rnern
rias» formarían parte de la biblioteca reglamentaria del oficial aus-
tríaco como «ejemplo notable de guerra de montaña» y -corno
sabemos- también conformaría la bibliografía de guerra senderista.
En la cuarta y última parte recurrimos al legado histórico-cultural
de tres personajes cuyas mesiánicas performances demuestran
la pujanza del potencial nativista de nuestro ejército: Santa Cruz
((el Cholo Jeton»), Cáceres (el «Tayta») y Teodomiro Gutiérrez
(<<RumiMaqui») sintetizan que la utopra andina en verdad no tiene
nada de utópica y que el rescate de nuestras fuentes se ha tornado
en una necesidad nacional.
14. 25
Mas que una propuesta viene a ser un compromiso. Busquémos
juntos la verdad por mas insolente que sea, y si en el transcurso del
trabajo -amigo lector- discrepamos en nuestras ideas, no olvide-
mos que cuando se discrepa se denota preocupación por algo; y ese
algo no es otra cosa que la gran patria nuestra, la cual, independien-
temente a nuestras voluntades, afortunadamente siempre prevale-
cerá como nuestro vínculo de unión.
ámbito castrense- a renegar de la performance andino-breñera del
Cáceres-tayta.
24
Ante el colapso de un sistema, recurrir a la re-actualización de un
modus operandi valedero aunque antiguo, ha sido asumido históri-
camente como la superación cultural a la respectiva crisis estructu-
ral: El Re-nacimiento y su derivado humanista consistió en la
re-vaíorízación de las fuentes ancestrales helénicas, y justamente el
Renacimiento (que hiciera florecer a Occidente luego de un milenio
de oscurantismo) viene a ser el antecedente de la Edad Moderna.
Algo análogo se vislumbra en nuestra patria; en donde la lógica
e~ige -urgida por una caótica coyuntura- la revalorización de los
planteamientos políticos del ecosistema nativo que permitió (pese
a la falencia de medios) -por ejemplo- solucionar el problema
alimenticio sin «ayudas», «préstamos. ni «importaciones». Claro
es, que para los «modernistas» actuales dichos logros se obvian
o descalifican como «arcaicos», en una versión laica de la.intolerante
«extirpación de idolatrías». conforme a la cual se pretenden exorcisar
las «ñccíones indigenistas» de Arguedas, que equivaldría -en el
y esta alternativa o formula, frustrada en la medida que se espe-
ranzaba en que un desarmado y alienado «pueblo unido jamás sería
vencido», ha de contar con la participación del soldado como requi-
sito para la rectificación histórica de aquel «mundo al revés o> cuya
deshumanización denunciara Huamán Poma: Lo cual; conjugado con
la comunión arguediana de «todas las sangres». amparado en ladoc-
trina de guerra cacerista y regido geopolíticamente por el proyecto
confederativo pan-andino del mariscal Santa Cruz, determinarán el
resurgimiento. redimensionamiento y desalienación de la cultura
nativa para la autorealización de una Gran Nación Chola: No sol •
mente considerando al Perú. además -mas allá de las actuales fron-
teras- incluyendo a Bolivia, Ecuador y demás regiones incásícas.
Uno ama a su país no porque sea grande o rico, adelantado o
atrasado, sino porque es suyo. Es así que mediante el estudio
del factor étnico, percibiremos la necesidad de revalorar el aporte
andino, de tal manera que luego de la expansión de nuestra
intelectualidad y replanteando el concepto de modernidad. avizore-
mos una alternativa ante una globalización que nos desintegra y
subdesarrolla escandalosamente.
15. En esta nueva coyuntura, se dan -por consiguiente- condiciones
extraordinarias para el repotenciamiento de las organizaciones re-
servistas (licenciados de tropa de las FFAA) en cuanto germen del
27
Por ende, la presidencia de Ollanta (bajo el formato electoral de
"Gana Perú"), pese a todas sus limitaciones, constituye un logro
parcial del etnocacerismo (vanguardia del etnonacionalismo), no
obstante sus cientos de cuadros reservistas encarcelados a conse-
cuencia de los hechos del Andahuaylazo de Enero del 2005.
Once años de etnocacerismo generador de un par de rebeliones ar-
madas (Locumba contra Fujimori y Andahuaylas contra Toledo), asl
como de una prensa antisistémica cuyo mérito histórico fue "actualizar
el 'chip (etno)nacionalista' en el cerebro del pueblo peruano". Lamen-
tablemente (entendiendo que se trata de un proceso generacional),
la flamante presidencia de 011anta, por las concesiones efectuadas
I criollismo principalmente de derecha, no implica necesariamente la
plasmación del ideario etnicista en la gobernatura estatal, pero por lo
menos -y acá está lo valorable- determina un terreno fértil para, desde
ahí, reimpulsar con más vigor la labor liberadora que más temprano
que tarde rebasará al actual NACIONALISMO PERUANO DE DNI
enquistado en el Palacio "de Pizarro" (cuyo Premier es un ciudadano
extranjero -el israelí Siomi Lerner- "con DNI peruano") por el NACIO-
NALISMO TAWANTINSUYANO DE ADN (O ETNONACIONALlSMO),
este último desplazado de la gobematura estatal desde el día siguien-
te de la emboscada de Cajamarca de 1531.
Transcurridos once años de aquella primera rebelión etnocacerisla
acaecida en Octubre del 2000 en Tacna/Moquegua, y ad portas del
ascenso presidencial del Cmdte. Oüanta Humala, es harto perti-
nente la re-edición de este libro.
PROLOGOALASEGUNDA EDICION
16. Armas y Razas
PRIMERA PARTE
28
Prisión de Piedras Gordas, Julio de 2011
Antauro Humala Tasso
My EP (r)
Debe, pues, siempre recordarse que no ha sido de los "congre-
zoos", sino de los cuarteles cobrizos desde donde se han ejecu-
tado los grandes cambios de nuestra sociedad, desde la abolición
del tributo indio y la esclavitud negra, hasta la reforma agraria ve-
lasquista ... y -ahora- el actual preámbulo reformista hacia la ins-
tauración revolucionaria de una Nueva República tawantinsuyana.
Desde tal perspectiva, se visualiza que la regeneración de la Re-
pública tiene como requisito castrense la despentagonización de
sus estamentos, particularmente la oficialidad ... La cual, una vez
copada por promociones "traperas y kechuaymara-hablantes", fi-
nalmente deberá restituir la wifala inkaica por el cada vez más des-
colorido rojiblanco criollo.
Reforma a revolución: lo cual implicará la respectiva transformación
de las Fuerzas Desarmadas (ciudadanía civil y partidocracia política)
como de las Fuerzas Armadas (Ejército, Marina, Aviación y FFPP).
Proceso que, por su vena revolucionaria/pachacutista, solo podrá ser
complementado castrensemente por el estamento más identificado
con la etnicidad: la tropa reservista altamente politizada, o sea la re-
serva etnocacerista. Rol también facilitado por la bancarrota moral del
generalato y almirantazgo firmante de la llamada "Acta de Sujeción" al
fujimontesinismo y cuyos principales jefes siguen presos por corrup-
ción y traición, y delitos de lesa humanidad.
Nuevo Ejército de la también Nueva República, se supone, sino
establecida con Ollanta (reitero, dada las concesiones efectuadas,
algo improbable), por establecer con Antauro. Y es que nada mejor
que un escenario reformista peruano como preámbulo del posterior
escenario revolucionario tawantinsuyano.
17. 31
y en las cuales constituye el arma el elemento diferenciador.
¿Siemprefue y será esta situación? ¿Siemprelas fuerzas armadas
existieronenformaseparada de lacivilidad? ¿Siempreexistióla civi-
lidad?
Si dividimos cualquier sociedad dentro de un marco puramente
militar,encontraremosactualmenteun sector que monopolizalas ar-
mas y otro que carece de ellas. Esdecir, distinguiremos al hombre
armadodel hombredesarmadoen dosfuerzasseparadas:
- las FuerzasArmadas (FFAA).
- las Fuerzas Desarmadas (FFDD).
Asimismo, correlativa a la evolución social de la humanidad,
tenemostambién la evolucióntécnica de la herramienta,y dentro de
esta; la del armamento,desde el individual hastael colectivo.
Cada una de estas milenarias épocas se subdividen a su vez en
estadioso etapas(detalladasy muybienexplicadasporLewisMorgan)
nos resultan, para fines explicativos, de mayor utilidad que la
~""""''' ..''., clasificaciónde las «olas» (agraria-industrial-informátlca)
toftlerianas.
Para estudiar el origen y evolución de la institución militar, se
hace necesarioremontarse a la antigüedad. Científicamente, en la
historiade la humanidadse puedefácilmentedistinguirtres épocaso
períodos:
1. Salvajismo : Estadio inferior - Estadio medio - Estadiosuperior
2. Barbarie Estadio inferior - Estadio medio - Estadiosuperior
3. Civilización : Esclavismo - Feudalismo- Capitalismo
FUERZA ARMADA Y FUERZA DESARMADA
CAPITULO 1
18. 33
Siguen pasando los siglos. Los hombres comienzan a tener bie-
nes considerables, pues perfeccionan sus conocimientos agrfcolas
(irrigaciones, andenerías, reservarlos, acueductos, etc.), dominan el
uso de ciertos metales. además comienzan a desarrollar el arte de
Luego de la campaña ......cada guerrero -incluíoo el jefe- «deponía»
las armas y se reincorporaba a las actividades productivas normales,
acatando el consejo comunal y a los sacerdotes que comenzaban a
proliferar. Era necesario explicarse el mundo como sea y tener un
sustento moral. La religión les calmaba esas inquietudes.
La elección era democrática, en la que el pueblo en armas desig-
naba a su miembro más idóneo. Una vez elegido el jefe. este toma-
ba el mando en el campo netamente militar y durante la «campaña»
para luego subordinarse nuevamente al consejo comunal. Luego de
finalizada la campaña. aquel ,;ejército» regresaba con sus muertos,
heridos y unos cuantos prisioneros a los cuales se sacrificaba o sen-
cillamente se les adoptaba en el seno de la tribu a veces a manera
de «reserva alimenticia». El sustento era muy limitado. Era esta
situación en extremo deteriorada la que acarreaba la antropofagia;
un recurso universal.
Con el transcurrir de los siglos avanza la ciencia y el hombre
aprende a hacer redes, anzuelos. cerarnios, descubre la a.gricultura,
la cerbatana, elliwi y la lanza. En fin. la comunidad vivía mejor; co-
menzaba cada individuo a tener sus pequeños y escasos bienes, los
cuales consistían más que todo en utensilios y herramientas para el
sustento diario. estando entre ellos inclufdas las armas -un poco
más «sofisticadas» que en el salvajismo- las cuales eran usadas
oomo medio de producción (herramientas de caza) o como medio de
destrucción (guerra) brindando seguridad y protección a la tribu, pues
a veces había que defenderse o atacar para el sustento (pastos. cha-
cras, animales, caza, etc.). Cuando sucedía aquello se hacía nece-
sario empuñar las armas. y entre los miembros adultos en edad mili-
tar se elegía a un jefe por sus cualidades bélicas (compañerismo,
habilidad. resistencia, moral, etc) para que los co-mandara en aque-
lla ca-operación bélica.
32
En aquella época no existía ni lo propio ni lo ajeno, porque dada
la pobreza de la comunidad, no existían bienes ni propiedad ",,,I...ro.__
las cosas. Todo era de todos. ¿Quién mandaba entonces, si hasta
en las sociedades animales siempre existe un jefe que los guía ante
el peligro? Como todo era de todos, o más bien lo poco que habra
era de todos, siendo todos en ese sentido iguales;los que dirigían la
sociedad eran los mejores naturalmente. Y estos lo eran los ancia-
nos, siendo tal el origen de los -consejos de ancianos» que todas las
culturas han experimentado. Era aquello lógico porque en esos tiem-
pos tan remotos los ancianos eran muy escasos, y los pocos que
lograban serlo. era luego de una experiencia a toda prueba contra un
sin número de peligros que los acechaban; fieras. enfermedades,
catástrofes. cacerías, incursiones. la furia del mismo hombre, etc.
Llegaban a la ancianidad los más fuertes e inteligentes, o sea; los
mejores.
Por lo expuesto, podemos afirmar que en el salvajismo la socie-
dad humana era el pueblo en armas ya que estas se encontraban al
alcance de cualquiera, dándose la situación de que cada miembro
de la comunidad era a la vez un combatiente. Era esta la I'",n~¡...¡"¡...
que impedía en aquel tiempo -en función de la casi Ine,xísterlte-~
tecnología- el antagonismo FFAA-FFDD. r3·i.,.j
Miles de años atrás. en la época del salvajismo los hombres dada
su primitiva situación no dominaban la naturaleza, por el contrario,
esta los dominaba. Siendo indispensable la lucha por la vida, la
sociedad -organizada en vínculos de parentesco- brindábase
mutua protección contra el clima, las fieras y otras comunidades tan
primitivas como ella. Aquello era indispensable para la supervivencia
de la especie. Pues bien, ¿quiénes proporcionaban esa seguridad?
Todos los miembros adultos de la comunidad, y para ello sólo era,
menester coger una piedra o empuñar un garrote que, dado lo atra-
sado de la época, eran las herramientas y armas en boga, subordi-
nadas al avance Incipiente de la ciencia en aquel entonces.
LA CO-OPERACION SEUCA
19. 35
1 Esdecir;como l. erspa socio-cuhur.l hum." •. deum"ad. enrre el descubrimiento de l. nl(.",ri. ),1.
agricultul'2h.st2 el de los mctoles -previa iIl ese del alfabeto fonético- y regida por relaciones de
corua,,¡,'uinid.d ante9 que por relaciones roUOCtS.
2 l.2 pretendida supcriorid-.d racial blanca que poSM' el .gobini,mem es su falso pedestal .1 que
muchos se adhieren aún ahora: ... .1. I1cg"raque representa la pos;¿'n es semejante al animal, l.
.m.rilla que representa la mediocridad, es ap.tica. l. bbnc. que posee l. r:o~ónr un honor semejante
• los dioses es superior. todos...» (Gohincaux: «L'ín¿g.lité des raccs humaincs>t' Francia , 185S).
¿y porqué razones o circunstancias exlstea aquella diferencia tan
abismal entre los niveles de desarrollo logrados entre la variedad blanca
y la variedad cobriza? ¿Superioridad de razas? ¿gobinismo?2, La res-
puesta la encontramos sin lugar a dudas en el respectivo análisis de
ambos «teatros naturales»: Eurasiáfrica y América.
EL MONOPOLIO ARMADO
34
Era talla importancia de la guerra para la tribu que el jefe guerre-
ro se hacía acreedor de una deferencia especial. Esta época histó-
rico-social la explica muy bien Margan: la descendencia pasa del
lado materno al paterno, y con esto la herencia, incluyendo en ella
los cargos públicos como por ejemplo el de jefe guerrero (sachem,
basileus, auqui, etc.) o el de sacerdote (druida, chaman,laika, etc).
Todavía podemos apreciar que -en esencia-los' ejércitos del salva-
jismo y de la barbarie poco diferenciaban entre sí; ambos son el «Pue-
blo en Armas» y su finalidad se subordina y está en función al inte-
rés de la sociedad por entera. Las FFAA las siguen constituyendo
todos los adultos en edad para soportar las caminatas y con vigor
para blandir las armas (aptos para el combate), las cuales-dada su
confección- eran netamente de alcance popular.
Hasta esa época las culturas autóctonas americanas llevaron un
desarrollo totalmente espontáneo y original, siendo su gran protago-
nista el hombre cobrizo. Pero en nuestro continente no todas las
Ituras llegaron al nivel alcanzado por incas, aztecas y mayas; pues
~lléi~Jéi::; las condiciones naturales, algunas todavía continuaban en los
estadios inferiores de la barbarie o todavía en el salvajismo. En ultra-
mar otra variedad de la especie humana -la raza blanca-le llevaba
en aquel entonces a nuestros antepasados, siglos de adelanto por-
que hacía tiempo habían superado la barbarie y se encontraban en
plena civilización. desarrollándose en el apogeo del feudalismo.
Es necesario aclarar que en el presente estudio conceptualizamos
el término «barbarie» en el estricto sentido que le da Lewis Margan
en su obra científica ..La Sociedad Primitiva»', y no en el sentido
vulgar, peyorativo y an1icientífico de «bestialidad», "ferocidad», «cruel-
dad», "incultura», etc.
Hasta esa época ya hemos llegado al tercer estadio de la barba-
rie, a punto de la aparición expresa de la propiedad individual (dada la
«riqueza» de la sociedad), la esclavitud (en su performance
«yanacona» andina) y el Estado (en su doble carácter). Hasta esa
fase, en conformidad con la singularidad del modo de producción
andino, llegaron nuestros antepasados; bárbaros que alfan ya a
«esclavistas», a civilizados: Ese fue nuestro Tahuantinsuyo.
la cantería para la construcción de fortalezas (pucaras), templos y
viviendas, las cuales edificaban en las partes altas a modo de defen-
sa. La sociedad evidenciaba cambios, vivían un poco mejor que an-
tes. Ahora tenían agricultura, ganadería, cerámica, mejores armas,
y cuando los adultos regresaban de ..campaña» traían consigo
semillas, ganados y hasta prisioneros. Evidentemente la guerra se
convirtió en un muy importante recurso para la economía social:
«... Ies atrae más fácilmente pelear con el
enemigo o recibir heridas que labrar la tierra
y levantar cosecha; aún más. creen que es
muestra de indolencia y pusilanimidad adquirir
con sudor lo que puede obtenerse con la
sangre ...» (Tácito-tribus bárbaras germanas).
«... estos indios (...) "amados auca pachac runa;
gente guerrera de estas tierras, empezaron a
construir fortalezas en los cerros y peñas más
inaccesibles para poderse defender (...) las lu-
chas al principio de simples riñas se convirtieron
poco a poco en sangrientas batallas (...) empe-
zaron a distinguirse los capitanes más bravos y
los guerreros más animosos, utilizando en sus
peleas gran variedad de armas (...). Se quitaban
sus mujeres, hijos, chacras ...» (Huamán Poma:
"Nueva Crónica y Buen Gobiemo»).
20. 37
Debla existir entonces una institución, un organismo nuevo que
amparase y regulaseestos hechos: propiedad privada.clases anta-
gónicasy esclavitud.Surge entoncesel clásico «EstadoCiudadano»
(la polis griega) con todo su aparato: Constituciones, leyes, prisio-
nes y FFAAcomo ente autónomo en relación a la civilidad (FFDD).
Tenemos claros ejemplos en Teseo y Sol6n: El primero, quien
institucionaliza los estratos sociales entre la clase de los hombres
libres en Atenas; eupátridas o nobles, geomoris o campesinos y
demiurgis o artesanos, y -el segundo- quien lo hace en Esparta;
terratenientes,caballeros,pequeñospropietariosyjomaleros.
36
Además, las guerras -muy importante recurso- abastecían de
gran cantidad de prisioneros a los cuales, en calidad de esclavos,
se les hacía trabajar y producir.Téngase presente que en la Roma
antigua, la esclavitud, proveníade tres fuentes:
- Guerras (prisioneros).
- Deudas (entre ciudadanos).
- Piraterías (cualquieraque no pudiera pagar su rescate).
Vislumbrábase así, la denominada «economíadel pillaje••propia de
la civilización.
Una diferencia tremenda que explica aquel abismo. ¿Cómofuá
entonceseltránsito-en lasculturasdeultramar- de la barbariehasta
lacivilización?Hemosvistoque en el tercerestadiode la barbarieI
hombresya habían Incrementadosu producción con respectoa los
otros estadios inferioresy al salvajismo. Puesbien, habiendo gana-
dería, agricultura,alimentosy prisionerosde guerra en abundancia.
por primera vez en la historia de la humanidad se crea la riqueza, o
mejordicho el plus-producto,que era unexcedente económicoen la
producciónsocial;y estofué lo que determinó la apariciónde lo pro-
pio y de lo ajeno: La propiedad privada. Dadas estas condiciones,
comienzan a diferenciarse en la sociedad, individuos que poseían
más y otros que poseían menos.
Podemosapreciarque la esclavitud u opresión primeramentese
ejercla «externamente»sobretribus vencidas y luego «internamen-
te» sobre compatriotas caldos en desqracía que habían perdido
eneralmente por deudas- su ..calidad» ciudadana. La moralidad
se encuadrabaen ese contexto; Varrón,legisladorromano, clasificó
la propiedadasí:
- Instrumentosparlantes (esclavos)
- Instrumentos semiparlantes (bueyes)
- Instrumentosmudos (arado)
Era totalmente "moral» que -en la Grecia esclavista- la juventud
"noble» espartanase dedicara de vez en cuando a la «cacería» de
ilotas (esclavosde por vida).
Comienzaentonces a desarrollarseen el interiorde la sociedad,
un sector poderosodonde anteriormenteexistía la igualdad; los sa-
cerdotes, los jefes guerreros y otros más, con cargos hereditarios.
Aparece la moneda,las deudasy los préstamos. Aquel miembro de
la comunidadque'nopodía saldaruna deuda, se veíaforzadoa ven-
der a su mujer e hijos, y si no bastaba, él mismo se incluía en el
engrosamiento del hato de esclavos de un inflexible acreedor; el
"hombre libre»:
" ... Ruégotepues, que tu ciervo quede en lugar
deljoven por esclavo de miseñor, a fin de que el
jovenpuedavolverconsus hermanos...»(Judáa
José, para salvar de la esclavitud a Benjamín.
Deuda: la copa de oro del ministro del FaraónI
Génesis-Hist.de José).
Verémosen Eurasláfricaal equino,vacuno,caprino, ovino,porci-
no,camélido,avesde corral, conejos, etc. En cuanto a vegetalesse
refiere: todos los cereales (trigo, avena, garbanzo, arroz, cebada.
etc.) menos el maíz. Añadiremos el terreno (particularmente euro-
peo) menos accidentado. En cuanto a América autóctona veremos
solamente (en ciertas partes de Sud-América) el cuy, la llama, la
papa, el maíz, la yuca, la quinua y el paliar.Añadiéndole un terreno
tan accidentado y difícil que hacIa inútil e impensable la rueda.
Aquí se hace imprescindible remarcar -para entender el concepto
de Eurasiáfrica- que en aquel entonces había continuidad territorial
entre Africa y Eurasia (el Canal de Suez no existía por supuesto).
Asimismo, no está demás afirmar que el concepto de Europa como
continente es netamente artificial y en lo absoluto geográfico.
21. ~VI
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Losregímenes;timocrático,ollgocridco, democránco,riranocrático y aristocrático,
4 No pretendo esrsblecer, que en el ejército pre-hispánico no existiera oficialidad.Tenia que hsberla:
pero esencialmentesupeditada. un crirerio técnico.
el)
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Es necesario" precisar que los esclavos -quienes constituían la
mayoría poblacional- no estaban incluídos en dicha «clasificación
ciudadana» que, por supuesto, solamente atañía a los hombres
libres (patricios y plebeyos en la Roma imperial). O sea que la socíe-
dad esclavista podla graficarse (Cuadro W 01) en dos estratos total-
mente contradictorios: los hombres «libres» o ciudadanos y los hom- en c
O -o
bres «no libres» o esclavos. Y -ya dentro del primer estrato «eluda- Z '0 VI
<C
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dano---Ia variante de «sub-estratos» (que mas exactamente venían a ~
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ser «subclases») organizadas según la «sabiduría» de cada lagenda- <C .¡¡;
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rio legislador local, y cuya funcionalidad política daría lugar a la serie ::l
o
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de variables gubernamentales de las cuales nos habla Platón en su O
«Bepúbllca-? O
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El cambio cualitativo dentro de la sociedad, en el tránsito de la >- '0 >-Q)
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barbarie a la civilización, repercutió también en sus FFAA. Aprecia-
en (ij Q)
O Q. o::
mos que hasta la barbarie, estas estaban constituIdas por todo adulto Z , ,
«de la tribu, siendo el ejército el pueblo en armas. Pero una vez surgl- Q VI (1)
da la propiedad privada, determinando a unos «pocos» que poser~ oC( o Q)
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«mucho» y los «muchos-que poseían "poco", esos "pocos» pe 'O ::l
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poderosos, se percatan que esos «muchos», constituyen por su sola Ü Q) S ::1 ,- al
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y necesaria presencia un peligro permanente hacia ellos, Es enton- en :J
~ Ü Q. es. ~
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ces que se crea por primera vez la FFAA como ente separado del
~pueblo (FFDD) y como fuerza pública al servicio del emergente íi)
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sector pudiente y poderoso. ...
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De esa manera, la FFAA, en cuanto ente monopolizador del
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armamento, ya no serfa controlada (ni conformada) por la totalidad en , ,
de la sociedad, sino solamente por un sector, pues ya no era conve- >- VI
niente -para los nuevos poderosos- que esta siguiera siendo adml- en (ij CD ~
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nistrada en función al interés comunal. De aquí aparece la oficialidad
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conformada por elementos de la aristocracia y/o por elementos no
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aristocráticos pero (por convicción o coacción) "atines» a ella, como ... 1lí E.:
U) w o u
ente distinto a la tropa' a manera de versión castrense de la divi- w J: .......
sl6n social del trabajo.
22. 41
Al 1492 D. C., fecha en que se inicia la inserción de la América
cobriza al proceso globalizador mundial, la antiquísima formación
cultural occidental-imperio tras imperio, invasión tras invasión- venía
siendo moldeada por la pauta ideológica predominante, como era la
doctrina cristiana:
«•..Con la caída de Roma y la aparición del cris-
tianismo como poder principal de Occidente, la
historia perdió hasta la pequeña base científica
que poseía a medida que la Iglesia procedía a
transf6rmarla para sus fines teológicos. Lo
primero era establecer un pasado reputado al
Cristianismo: para eso era necesario tomar
ciertos aspectos de la historia Judía -hasta
entonces relegada a una posición insignificante
en la historia- y elevarlos al rango de movimien-
to principal de la civilización que cumplió su
destino dando origen a la Iglesia. Luego dieron
Si contemplamos el mapamundi y buscáramos determinar la zona
céntrica de todas las masas continentales; definitivamente tendría-
mos que descartar a América (particularmente sud-América) y
Oceanía por sus evidentes aislamientos. Sin duda, tendríamos que
ubicar dicho "epicentro» entre Mesopotamia y Europa Central. Es
decir, el centro terráqueo del mundo viene a ser -a la vez- el eje de
aquel megacontinente que en verdad es «Eurasiáfrica » con su gran
lago comunicador Mediterráneo o «Mare Nostrum .. romano. Y si a
ello agregamos el acaparamiento casi total de las especies animales
y vegetales, no puede resultar «asombrosa .. la actual preponderan-
ia del Occidente Cristiano (EEUU y Canadá, lógicamente -dado el
___.......~, exterminio del indio norteamericano- son parte de ella).
EL RASGO OCCIDENTAL
CAPITULO Il
40
Hasta aquí hemos llegado aproximadamente al siglo XVI OC, dis-
tinguiéndose en la cordillera andina un Tahuantinsuyo aún bárbaro y
en Eurasiáfrica la civilización «Occidental y Cristiana» de la época
feudal. Estos fueron los niveles de ambas etnoculturas a su violento
encuentro. Lógicamente también lo fué para sus respectivas FFAA.
La caballería de la época feudal como esclavista, la conforma-
ban los individuos pertenecientes al sector poderoso (véase a los
ejércitos atenienses o la caballerfa medieval con sus roldanes, art~ros
y reinaldos), quedando la infanterra reservada para el comun y
corriente de la gente. Este aspecto tiene especial importancia para
el caso andino. En cuanto a diferencia, si la hubo -entre las FFAA
esclavistas y feudales- esta fué muy poca (solo técnica) pues el rol
fundamental no cambió:
-La guerra externa con la finalidad de obtener riquezas (boHn).
-La guerra interna contra sectores sociales disconformes
(subversión latente).
En aquella época las FFAA mejoran su técnica y su táctica; se
emplea en forma sistemática la infanteda, la caballería y la fuerza
naval, constituyendo el arma de caballería -dada la tecnología de la
época- un arma poderosísima contra la cual muy poco podía hacer
la infantería. Era el equino -animal inexistente en los andes- una
distinción social y un símbolo de poder, según refiere el mismo
Aristóteles:
«... La educación de un gobernante debe ser
distinta, y en verdad los hijos de los reyes se
educan en el arte de cabalgar y en ejercicios
militares (...) Las clases superiores poseen distin-
ciones que corresponden a su riqueza y a la cuan-
tía de sus propiedades; una yeguada o un cria-
dero de caballos, ya que no es fácil criar caballos
sin ser rico, y esta es la f"azón por la que hubo
ollgarqu(as en todos los estados cuya fuerza
estaba en la caballería ..•» (..Polülca»).
23. 43
1 A Malee : «Le Moy." Ageo (La Edad Media).
2 Lo. jenlUto. croa los soldado. de la infantería tura que, desde muy tiema edad, servían de por
vid., y • los cuales les estaba prohibldo abandonar su _dedicación tOM a las arma. y hacer una
familia. Tuvieron en su formación cierta semejan.. con las órdenes miliwcHocligioso.scristianas.
Pese a ello, la combinación de las armas o «especialidades»
-infantería, caballería y artillería- innovada por el ejército turco, que
además había logrado neutralizar «...Ias cargas de la pesada caba-
llería europea, en aquel entonces metida en armaduras de hierro ...»1,
determinó que en los mandos occidentales se planteara la necesi-
dad de nivelar la combatividad de su olvidada y casi desamparada
infantería con respecto a la profesional infanterfa turca «jenfzara-", y
por otra parte -dentro de su propia organización «europea" para el
combate- compensarla en relación a la fuerza de choque y movili-
dad de su ..épica» caballería y a la potencia de fuegos de su princi-
piante -y cada vez menos empfrica- artillería.
42
La sociedad hispana del siglo XVI era feudal: Por lo tanto sus
FFAA tenían que ser de esa naturaleza; un organismo ajeno a la
civilidad, cuya misión suprema (muy lejana al concepto de bien
común) consistfa en garantizar, en función al status de clase, los
intereses de poder -reales, eclesiásticos y monetarios- de las jerar-
El reino espar'ol-baluarte del catolicismo ultraconservador con-
tra la secesión protestante- venía de librar una guerra «santa» y de
liberación en contra de los califas árabes. Una cruzada más, que
los convertía en paladines victoriosos de la cristiandad. Se trataba
pues, de un imperio en ascenso; hasta llegar a ser la primera poten-
cia de su tiempo; que, en la América indiana se jugaría su última
cruzada, ya no contra Alá, sino, más bien contra otro ..inñel»: El
Pachácamak.
Esta fuerza armada debía el incremento de su tecnología, técni-
ca y táctica, a las casi constantes campañas militares o «cruzadas»
llevadas a cabo por la etnocultura occidental, cristiana y blanca
-entre los siglos XI y XV- contra árabes y turcos. A su vez, estos
últimos habían asimilado valiosas enseñanzas de los ejércitos
mongoles que precisamente los habían invadido en el siglo XIV, ha-
-hí."'nrlln pues, particularmente los turcos, adquirido el conocimiento
del empleo de la pólvora y subsecuentemente organizado una inci-
piente artillería seguramente de efectos mas psicológicos que
destructivos .
LA REJUVENECIDA CABALLERIA y EL «PESAR» DE
CARVAJAL
quías dominantes mediante las armas; guerra externa o guerra inter-
na. Este tipo de FFAA fue la que irrumpió en los andes, pero bajo la
modalidad de los «ejércitos particulares» conformados por los secto-
res de la feudalidad no arraigados al suelo y que pugnaban por un
cupo en la alta sociedad. En cuanto al aspecto financiero tenemos a
los inversionistas (prestamistas, banqueros, curas, etc) como el sa-
cerdote Luque; socio «capitalista» del contrato de Panamá.
No extrañan pues, los exhorcisantes prejuicios que impregnaron
de intolerancia la conducta cívico-militar occidental en sus exponen-
tes anglosajón e hispano, con respecto a los habitantes «reciente-
mente dsscublertos» en las Indias Occidentales; a quienes, negada
su humanidad por el "humanista» Ginés de Sepúlveda
finalmente reconocidos como individuos -indivisión de cuerpo y alma-
sujetos a tutela) -planteada la duda- excepcionalmente llegarían,
.en su imagen y semejanza cobriza, a ser considerados como
"prójimos» .
aire a los milagros y leyendas que rodeaban la
personalidad de Jesús y sus discípulos, entrete-
jiéndolos en un drama trascendental. Tuvieron
pues, que disminuir y desacreditar toda la
historia pagana. En consecuencia, pintaron toda
historia no cristiana como una horrible pesadilla
de guerra, crimen e impiedad, por ejemplo San
Agustín no vió mas que dos reinos en la tierra: El
de Satán y el de Jesús, lo que pertenecía a la
iglesia era de Dios y por lo tanto bueno, mientras
que todo lo demás pertenecía a Satán y por lo
tanto malo ...» (Arquitectos de ideas - E. Trattner).
24. 45
A su vez, el empleo de la infantería europea en el nuevo teatro de
operaciones andino, resultaría -paradójicamente- mas eficaz entre
Pero si bien es cierto que allá, en Europa, luego de tantos siglos
la infanterla volvía a recuperar -desde el tiempo de los legionarios-
su primacía en perjuicio de la caballería por las razones ya comenta-
das, observamos que el subsecuente relegamiento que sufriría el
jinete occidental operante en el teatro de operaciones eurasiático,
hubiese resultado -en América- operativamente contraproducente;
en un continente desprovisto por la naturaleza misma de «compe-
tencia equina» y además con una muy distinta y accidentada geo-
grafía no acorde con el prototipo europeo propicio para las relativa-
cortas marchas de su repotenciada intanterfa. Lo cual conñ-
Y"'!!I""". un dilatado teatro de operaciones en donde la superioridad
_~(",nn,lt'l("I¡(,~conjugada con la ausencia de caballería y poder de fue-
go en una fuerza enemiga intantera y de la edad de bronce, le permi-
tiría a los ejércitos hispanos reverdecer los "épicos» lauros de una
lería devaluada en el viejQ continente. Esto explica la razón por
cual llegaron a ser excesivamente estimados los caballos, y tam-
bién -en su afán por reconceptualizar la dinámica occidental intantera
en el teatro de operaciones andino- el por qué Francisco de Carvajal,
el infante europeo mas destacado en América, llegaría a concluir:
«...IPesar de tal! El buen soldado del Ferú, que
por ser del Perú, ha de tener obligación de ser
mejor que todos los del mundo, ha de comer un
pan en el éusco y hecharlo en Chuquisaca ..;»
(Comentarios Reales).
En alusión a la necesidad de contar con una infantería de extraordi-
naria resistencia y velocidad de marcha; apta para los extensos y
accidentados itinerarios que exigía la geografía andina .
Observarnos que el tiempo de la conquista corresponde, en el
campo militar, al cambio cualitativo de los últimos ejércitos medieva-
les, fuertes en caballería, al de los primeros ejércitos modernos; fuer-
tes en infantería y que llegarían a su máximo esplendor -tres siglos
después- con el genio de Bonaparte, quien denominarla a la infante-
ría nada menos que «reina de las batallas",
44
3 Las primeras plC2Ude 1rúlle,b, incipiente! en su modo de It'x:ción y soberbiamente pc:s><bs en
reloción 2 1> cnerg12mUlCulu que las ctn<I2In», en SUSanicias(So XV) requerían de I~ mulas !",r
pie".. Su inamovilidaddUl"UllC11b,Wl. tU cui IOW. Ejbciro vencidoO en r.II,,,,I. UlIcs¡>cS1Jv2,
perdía sus pieu&. .
•...Señores. be viSIO el! 1000 el transcurso de mJ sold2de"a en Italia, que ~Icron lIlas de cu2tenla
años retirarse de sus enen,igos al Rqde Francia y 11gran capitán .~tonJ~ de Lc)'''''_Y al conde
Pedro Navarro y a FobricioColono y demás capilones famosos de nus tiempos as!es~ole$ como
italianos...» (pilibm de Cntv1ijallamentsndo la l)uld1de Diego Centeno ;-«Comen~ Realese).
*...Su sargenlo mayor. llamado Pedro Variz., que hablo sido soKbdo ~liDcO en ~raIia y sabía bien
de míticia, receoeeiendo la 'enraja que en el sitio Itnim sus contrarios, formo IU UCU2dr6n al
modo de sus encmlgos ...»(M..ese de Campo de Almogro d mozo en lo.bot>ll~ ~e Ch."pas-
.comc:nl2rios Re.ks.).E.spcrboc:ntC referir que en l. I>1I12U.de ChuI"''I, se:dIO l. co~ ,!"e
los do. maeses de campo (o generale.) de ambos ci&(lIOS -Carva¡aI y Vl:rtlt- ..duchos. en miiicW,
fueran 'elc:N1>O$ de lnf.nlcna en lu SU"",,s de ¡",U•. Can-:l¡.J, por 'u p~rle, gonono su 1TIll)'><
prestigiocomo l:ictkO en el.magiSlr:al empleo de sus areabocerosen l. b.,,~'" d. Huanna.
6 Uno de lo. doce almoS,i"., ....oballcros de la cap"'" que asesinaron a PIZ.rr",
7 A. Male,: Ob. cit.
«...Ias antiguas armaduras de acero cubriendo
al hombre y al caballo de pies a cabeza, y las
armas nuevas; cañones y arcabuces destinados
a inutilizar toda armadura. Si la acorazada caba-
llería, fuerza principal de los ejércitos de la Edad
Media, representó papel brillante en Italia, se vió
aumentar la importancia de la infantería, fuerza
principal de los ejércitos modernos ...» 7.
otras:
Una vez asimilados estos aportes provenientes del Medio y leja-
no Oriente, y dado el «renacimiento» del espíritu cientffico en Euro-
pa, prontamente son mejorados -dichos aportes bélicos- con el
surgimiento de una infantería dotada de poder de fuego (arcabuz) y
de una artillería que, aunque pesada", venía incrementando su con-
tundencia y por consiguiente su efecto psicológico.
Así como la toma de Constantinopla (o para otros el descubri-
miento de América) determina el tránsito de la Edad Media a la Edad
Moderna, para entendidos en la materia, son las guerras de Italia
(1494 - 1518) -entre franceses, españoles y austriacos por apode-
rarse de Nápoles y Milán- las que marcan dicho tránsito en el as-
pecto militar. Huelga reterir que en la infantería española participante
en esas campañas se foguearían personajes como Francisco de
Carvajal", Pedro Vertiz" y Cristóbal de Sotelo" entre otros. En dichas
campañas por última vez se vió, en suelo europeo, unas aliado de
25. 47
9 Tal fue el caso p.rocul.; <Id mariscal Alo"so de Ih'orado, quien rlesm,ullliudo por su derrota ante
los indios en Chu'Iuinca, fallecen. poco tiempo después:
.....estando y. para expirar. lo ¡>as~rol1de su cama o un repostero que estaba en el suelo c~n la cruz
de ceniza, como lo manda la retigi6n mmlar de b orden de Santiago...:o(~.rc:il:uo:Oh cit.)
10 Lo, ordenes rcligioso.mitit",es (templados, caballeros teutones, hVfPUalU1~$.sannsgos, <,te);
1U~~on su auge con 1as CTW<:adude Onen re y se comenaeroe a ~"ngwr en el ~,glD>:1.
Conformaron UDve:rdaderoejército profesioful y permanente en !>;Olcst"'.y se c:ll2elen.oron por
su (aM,,'ml) religioso f su férrea o,!!O!Uzoci<M;'rirquíca De dIchas oqyotllucion~ ¡xovien.en
10$ prtmeras regiamen",ciones o manuales de l. OOIdenprofessonal eutrcrue~, l. cual ado~lOri.
-desde entonces- los grados iel'Órquico.'l'1"e, desde 1" epoca de los cenrunoncs y decuriones
rom.no, ..hablan casi desaparecido. Aporocen pues, los grndos profesionales de mariscal, coronel,
comandante, hasta soldado raso.
Se trataba de verdaderos -contratistas» de la guerra cuyas vo-
nAlllC1lJt1::> se vendían al mejor postor. y que en sus "llamamientos"
al servicio mercenario (entre los cuales, los mas cotizados
eran -por su «competencia ..- los suizos, españoles y gascoñes).
Por consiguiente eran, individual y colectivamente, absolutamente
«sobornables»: Nada mas natLlCalentonces que las constantes «oorn-
(como la del ejército del adelantado Alvarado por Almagro),
«deserciones» (denominados -los desertores- como «tejedores») y
"traiciones» como -la mas espectacular-la del lugarteniente pizarrista
Hernando de Bachicao en la batalla de Huarina; quien se pasaría al
bando contrario por dos veces consecutivas. Al respecto, nada mas
46
8 Cieza de León: "Crómcndel Pero".
En relación al recurso humano de las fuerzas armadas hispanas
que desembarcaron 'sucesivamente, desde 1492,'en las costas ame-
ricanas, podemos establecer que dichos ejércitos =apoyados por la
corona y la Iglesia- eran integrados en gran proporción por veteranos
de las guerras medievales (llevando impreso su naturaleza mercena-
ria así como sus rezagos esclavistas), habiendo provenido -el grue-
. LAS «COMPAÑIAS BLANCAS»
Si bien es cierto que la emboscada de Cajamarca debe su
traumática performance a la caballería de Hernando de Soto y a
artillería del griego Pedro de Candia, y que además los mismos
nistas coincidieron en que «...gracias a los caballos los cristianos se
apoderaron de este reino ..." tácitamente -ello- determinaría la ur-
gencia de replantear (en el ande) la dinámica de una infantería occi-
dental que volvía a devaluarse en América. Es meritoria pues, la luci-
dez de Francisco de Carvajal al visualizar la nueva dinámica del com-
batiente a pie en el Perú; en función..a.la técnica occidental conjuga-
da con la ancestral potencia de marcha del infante andino.
Las «compañías blancas» o «bravacons», no eran otra cosa que
bandas de aventureros que se reclutaban sin que se atendiera na-
cionalidad ni categoría y en donde el único estímulo era el botín, el
pillaje y el rescate de prisioneros. Su equivalente en altamar fueron
los filibusteros y corsarios. Los jefes más famosos de estas bandas
fueron el francés Beltrán Duguesclin y el condottieri italiano Bartolomé
Colleoni. Estos ejércitos particulares deambulaban por el suelo eu-
ropeo entre los siglos XII Y XVI al servicio de talo cual rey, duque o
conde, y hasta por cuenta propia.
1so- de la modalidad más en boga y «popular» en el viejo continente:
Las compañtas blancas, y muy excepcionalmente de la otra modali-
dad que fueron las órdenes reliqioso-rnilitares" ya en franco decUve
y extinción 10.
los mismos ejércitos «convencionales» hispanos que contra los
breñeros ejércitos incas en su modalidad combativa «no convencio-
nal». En efecto, sin soslayar la mortandad que debió causar entre las
filas indias, particularmente por la acción de los arcabuceros («illapas»
= rayos), es consensual en tascronícas. aceptar que una vez "fami-
liarizados» los combatientes indios con la lentitud y/o pesadez del
infante español para desplazamientos y cuestas -a las que tenían
que subir «cogidos de las colas de los caballos-e- no obstante con-
tarcon sus respectivos «auxiliares» (indios o negros) que les carga-
ban el equipo, terminaron por tener -los infantes indios- al soldado
europeo a pie «en nada». Por otra parte; es la infanterra arcabucera,
antes que la caballería y la artillerta, la que decidiría los resultados en
las convencionales batallas de las guerras «civiles» (particularmente
en Chupas y Huarina).
26. 49
11 c...F.s1X>' mi. csbellicos mt.ire do.2 dos se los Uevael aire..»
<I.. •• y na cesó de cantar, h.cicndo burla de Jos que no habían admitido su consejo, h2S12que no
quedó soldado alguno de 10$.uyos .;» (Garcilazo: Ob.cir.)
48
......._- .....v--__...1
Por otra parte, referente a lo de «rezagos esclavistas» (la canti-
dad de africanosllegados con loseuropeos),tengamos en conside-
ración que ya en 1452 el Papa Calixto 111, por medio de una bula
pontificia, autorizó a nombre de la Iglesia la trata de esclavos
(negros)y su «cristianización", convirtiéndoseel comercio de gente
-bajo el vistobueno eclesiástico- en un gran negocio. Resultaperti-
nente considerar que el navío de mayor «tradición negrera" en el
s. XVI y que normalmente fondeaba en el Callao era el «Buen
Jesús". Lo que en Africa y las costas americanas fue «trata de
negros» aquí, en los andes, sería "servidumbre de indios».
«... herradores, silleros, carniceros, costureras y
lavanderas,médicos, cirujanos y hasta emplea-
dospara llevar cuentas,servirde secretarios,re-
dactarsalvooonductosy requerimientosdirigidos
a los pueblos, los castillos y a las ciudades
Intimidándolas a pagarcon amenaza de saqueo
o incendio..... (A. Malet: Ob. cit.).
Además, téngase presente que en el medioevo, el clásico castillo
erainimaginablesin su respectivaprisiónparalossubsecuentes«res-
cates»de personajeslrnportaptes.Constituíatoda unaactividadem-
presarialcon exclusivos fines de lucro.
(:)
.~
c:Q)
o
Q;
E
patético que la tonadilla 11 de Francisco de Carvajal ante la masiva
defeocióndesus tropas en Jaquijahuana.
V'
Comofrancasantecesoras de las huestes «peruleras»,las men-
cionadas compañías tenían como norma que el botín obtenido en
cada campaña fuera centralizado en una caja común y -luego de
saldar los gastos «admtntstrativos ..- repartirlo entre todos los aso-
ciados (tal como acaeció -fuera del Quinto Real- con el rescate de
Atahualpa).Lasmarchas y estacionamientosde estasbandasarma-
das involucraban, además del lumpen merodeador, francas
movilizaciones sociales; les seguían, aparte de mujeres y niños,
también:
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27. 51
Además de lo referido con respecto al firmamento tenemos el
hecho de haberse desarrollado la cultura andina, en un ambiente
adverso en geografía, fauna y flora. Podemos advertir que las gran-
des culturas de la antigüedad se establecieron -por lo general- en
geogratras suaves y que brindaban por su fauna y flora un mínimo vital
para el florecimienlo del genio humano. El antiguo Egipto -según
Herodoto- era un «Don del Nilo", el Imperio Babilonio-Asirio se desa-
rrolló en los fértiles valles del Eufrates y Tigris o "Paraíso Terrenal"
bíblico. y algo similar (en mayor o menor grado) podría decirse con
respecto a las otras expresiones culturales que han marcado hitos
en el devenir histórico de la humanidad. En un subcontlnente aislado
de toda la gran masa terráquea eurasiáfricana, el caso andino viene
a ser, de veras, algo novedoso:
INSTINTO COMUNITARIO
50
Existen dos firmamentos apreciables desde nuestro planeta: El
boreal (norte) y el austral (sur). En cada uno de estos, que han sido
durante miles de años observados por el hombre; este -desde los
inicios de la astrología- ha referido ciertas estrellas como «eje" de
su respectivo firmamento. En el hemisferio norte fue la Estrella Polar
(llamada también ..Estrella de David») yen el hemisferio surla Cruz
del Sur (llamada por los incas «Chacana»). Como refiere Carlos Milla
en su obra ..Génesis de la Cultura Andina", este primordial detalle,
en cuanto elemento formativo del ser social del hombre andino,
durante milenios delineó su conciencia en función a ese conjunto de
uatro - tahua) astros que conforman la Chacana; se inspiraría ast
instinto comunitario. En contraposición, en el hemisferio norte, la
Estrella de David -única- inspiraría el individualismo característico
en las culturas euroasiáticas.
EL RASGO ANDINO
CAPITULO 111Tal era la naturaleza de las fuerzas armadas, propias de la civiliza-
ción Occidental, cuyo más famoso pensador-Aristóteles- había ya
fundamentado su espíritu bélico:
••...La guerra es en cierto modo un medio
natural de adquirir, puesto que se refiere a
la caza que se debe a las bestias salvajes y
a los hombres que nacidos para obedecer,
rehusan someterse, es una guerra que la
naturaleza misma ha hecho legítima...»,
28. 53
lEste aspecto se encuentra también detallado en fa «Nueva Crónica y Buen Gobierno» de Huarnán
Pomo de Al")~'
Nos damos cuenta que este sistema, riguroso y drástico en apa-
riencia, resultaba en el fondo, razonable y beneficioso para cualquier
pueblo que se hubiese establecido en los andes y en donde el
concepto de_J,libertad" debía ser generado en tuncíón.evolutlva al
desenvolvimiento cultural. Y esto no es una teoría, es algo que se
ejercitó por nuestros antepasados, y lo que es mejor, fue que dio
resultados positivos. Es el único sistema que ha funcionado real-
mente en el Perú, Bolivia y Ecuador. Es esta la organización bárbara
del "pueblo en armas" llevada a la casi perfección en una geografía
Sabemos también por los cronistas, la prohibición en el incario
de que sus habitantes se trasladasen a otras regiones por cuenta
propia, caso distinto al de los mitimaes. La razón de esto estriba en
que se desorganizaba todo el sistema socio-militar. Al respecto, este
tipo de "prohibición" (bajo el rótulo de «ley contra la vagancia») tarn-
estuvo vigente en la Inglaterra medieval. Se trata pues, de un
empleado por el Estado independientemente a su nivel
cultural. Esta ley incaica servía de complemento a su sistema
organizativo para convertirlo no solamente efectivo sobre la pobla-
ción, sino -más exactamente- sobre «esa» población establecida
en "esa" geografía tan difícil~ Agrégamos que cualquier trasgresión
a esta organización era penada, al igual que en el medioevo inglés,
con la muerte.
que sería aparentemente la estructuración estrictamente «militar» 1.
A primera vista creeremos que son dos sistemas independientes entre
sí, el primero para las FFDD y el segundo para las FFAA. Pero pro-
fundizando más, nos daremos cuenta que se trata de un sistema
único que abarc6 a la sociedad por entero. Siendo la sociedad andina
(en donde aún no se establecía del todo la estructuración «clasísta»)
substancialmente comunitaria, sus FFAA tenfan que serlo también,
no existiendo por lo tanto la división entre FFAA y FFDD dentro de
la sociedad. Ambas conformaban un todo. El Tahuantinsuyo era en
tiempo de paz una sociedad militarizada y en tiempo de guerra un
ejército-pueblo.
52
En el Cap. XI del libro 2do. de los Comentarios Reales, apreciare-
mos una organización aparentemente «administrativa;', la cual se
trataría de la organización «civil" (FFDD). Más adelante, en el Cap.
XIII del libro Sto. el religioso Bias Valera describe otra organización
Sabemos que la sociedad andina contaba con un eficaz sistema
de administración que permitía un excelente control-hasta ahora rro
alcanzado- sobre la población y il territorio. Esta organización basa-
da sobre los lazos de parentesco permitía una hábil conducción del
gobierno. ¿Y cómo es posible que en el Tahuantinsuyo del siglo XVI,
con una tecnología empírica y de la edad de bronce, aproximada-
mente 20 millones de personas vivieran proporcionalmente mejor
que hoy en día, en el siglo XXI, con «ayuda externa», «tecnología
moderna .. y tantos agravantes más? ¿Porqué antes del choque cul-
tural entre el Tahuantinsuyo y Occidente, existía más bienestar en
los andes que en nuestros días de dependencia externa? Para poder
darnos una verdadera respuesta, será necesario redescubrir nues-
tro pasado cultural autónomo.
PUEBLO EN ARMAS
Como se sabe, el instinto social de la especie humana se genera
precisamente en función a la co-existencia con un medio ambiente
que por milenios lo ha subyugado. Pues bien, siendo la realidad
andina más adversa que su similar occidental, resuitaba lógico,
que -en estas tierras- aquel "instinto comunitario» haya sido más
desarrollado y vigoroso durante el salvajismo y la barbarie, haciendo
mas dificultosa la extinción institucional del ejército-pueblo.
.....allí todo era inferior excepto el hombre (...)
jamás ninguna civilización de la antigüedad tuvo
a disposición medios tan reducidos. Desiertos de
rocas o de arena, falta de agua en la costa, falta
de calor en la meseta, escasez de animales, todo
constreñía a una lucha perpetua al hombre que
quería vivir y crecer ..." (L. Baudin: «L' empire
socialiste des incas»)
29. 55
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54
2 Drscurso del Gnl. Il Hoyos Rubio por la victoria de Taapaci (Nov 1979)..
Constatamos, dada la mezquindad de la naturaleza en cuanto a
animales útiles al hombre, que aquí todo desplazamiento tuvo que
realizarse a pie, ya que no existfan los equinos por estas tierras.
Estos llegaron con la invasión occidental. Esta-elrcu.nstancla hizo de
nuestra sociedad un pueblo exclusivo de peatones, y de nuestro ejér-
cito ancestral una fuerza netamente de infantería. Vale por esta razón
la frase que pronunciara el Gral. Hoyos Rubio:
«El pueblo peruano es y será infante por raza
y por geografía»2
Más conciso no se puede ser.
INFANTERIA
Resulta curioso que actualmente -en plena ..modernidad ..-
fomente el no aumento de la población. Asimismo, el «res:pQns;ml,e,.._
tenía que ser el mejor, Huamán Poma le llama ualliyak » (el privilegia-
do por su valía de talento). José María Arguedas, en "Todas las
Sangres» lo designa como K'ollana (El mejor-en emulación- para
el trabajo; para producir).
Con respecto al Cuadro W 03, no se vaya a pensar que el "res-
ponsable .. vendría ti ser una especie de ..déspota asiático» o algo
parecido a un señor ..feudal.·•. Escuchemos a Huamán Poma:
..... Al que tiene un hijo se le honra: Yupay Chas-
ca (hombre de bien). Al que tiene dos hijos se le
haga mercedes. Al que tiene tres hijos se le dá
sementeras. Al que tiene cinco hijos se le nom-
bra mandoncillo de sus hijos: Pichica Camachiooc.
A los que tienen más de diez hijos se les llama
señores principales; a los que tienen 30, 40, 50
hijos se les autoriza para establecerse donde
quieran vivir, debiendo ser señores de esos
lugares ...»
agreste, por una cultura gentilicia y montañesa. Algo mejor en aquel
terreno yen las mismas condiciones resuttaba imposible.
30. 57
4 .HuacchacúY,""I(amador de pobres) era uno de lo•• obrenombrel que obUgadamcnte u•• ban lo.
incas .egún ID, «Comeetarics ~e.».
" ...En China la población tuvo muy pronto balles-
tas mientras que los señores no posejan sino
unas pobres armaduras para su defensa. Es
Este aspecto de la ideología religiosa contiene importancia espe-
cial para la comprensión de las sociedades andinas, y-por lo tanto
para el estudio de nuestras FFAA: Muy a parte de las buenas o ma-
las intenciones de los dirigentes cusqueños, es necesario considerar
que, dado su nivel tecnológico en cuanto al armamento se refiere
(porras, hondas, escudos ligeros, cascos hechos de madera, algo-
dón y cuero, liwis, etc...) y cuya confección era accesible al pueblo
en general; entonces dichas condicionantes Imposibilitaban un rno-
nopoliO de armas, imprescindible para la coacción, por parte de los
ayllus incas sobre el inmenso Tahuantinsuyo. Fijémonos en la cuítu-
rachina:
¿Cuál era entonces el espíritu de conquista de los cusqueños?
Parte de la respuesta se puede encontrar comparando los respecti-
vos enfoques hacia el1rabajo, de la gentilidad andina y del feudalis-
mo occidental; el primero en cuanto ..trabajo para sí.. a manera de
bendición y el segundo en cuanto cctrabajoen sf» a manera de mal-
dición, en donde el lucro individual adquiría premlnencia sobre el
Interés colectivo y en el que se enmarca aquel slogan de ..Los trece
del Gallo» ("al sur a ser ricos»): A despojar y ser servidos a fin de
gozar -como los «bíen nacidos ••de Aristóteles- del «ocio digno». En
cuanto al enfoque Incaico, este se reforzaba con la ideologra doml-
en el ande: La religión; el «Hoacohacúvac» o «amador de po-
s", tenía la misión divina de vivlry velar por el Interés del pueblo",
ría la vanguardia cultural del imperialismo bárbaro-comunitario de
primer orden en América. Dada su condición de FFAA-pueblo, el
ejército incaico no podía «exportar- lo que se denomina «opresión
de clase» ya que estas no existían; al contrario los pueblos con-
quistados -mayormente «seducldosv- una vez incorporados al
Tahuantinsuyo, constataban aquel "yugo» tan sui-géneris.
56
3 iI reapecto, es necuarlo tener presente -comc lo e:xpücaMenéndez Pida!- que en la Espafta
medieval,un caballocqulvalla(osi como su montura y aperos) a veindcinco bueyes,o que en el
sigloXl, en Prancia,1,10 cabaUovalla100sueldos'1un hombre (siervo) 3~ sueldos.
SI el ejército español constituyó la vanguardia del imperialismo
feudal de primer Orden en Europa, el ejército inca a su vez constitul-
EMPRESA SOCIAL
Así la cabaüerra se convertiría en un arma «aristocrática» en con-
traposición a la infantería «plebeya» y particularmente en el Perú,
Bolivia y Ecuador, en contraposición a la infantería «plebeya» yade-
más «cobriza». Se desprende entonces que, en los ejércitos de la
civilización, a la división táctica se incluía la división social. Esto no
acaeció en las FFAA incaicas, en donde del primer al último comba-
tiente guerreaban a pie, como Infantes. Ello contribuiría a robustecer
aún más su Identidad popular.
Al respecto -en su «Potñicav- Aristóteles, en el análisis que hace
de las ..clases militares", observa que:
" ...En los lugares aptos para la erra de caballos,
las condiciones favorecen el establecimiento de
olígarquías ...»
En contraposición los estados en donde el suelo no era propio para
la orianza caballar y por consiguiente obligados a conformar sus ejér-
oltos en base a ia Infantería, la situación se invertía:
1, ••• (la Infantería ligera) elemento totalmente de
visos democráticos. Por consiguiente donde
abunda, los oligarcas llevan la peor parte ..."
Hemos visto que el ejército ateniense en su organización táctica
empleaba varias armas (o «especialldades»): La caballería integrada
por la gente más pudiente, de ahíse bajaba al siguiente escalón que
era la infantería más o menos «pesada» constitufoa por gente de
menor renta, y así se llegaba hasta la infantería ee ligera» integrada por
los menos favorecidos. Esta característica de las ejércitos helénicos
quedaría para la posteridad en las FFAA de la civilización, lo cual
convertiría a la caballería en un símbolo de poder social y económico"
en perjuicio y menosprecio del guerrero infante.
31. 59
7 Observemos -en otros aspectos- como esadlscorcbnóa "oulo patente, En macés; al ,eferirse al
euyy l. p.pa.se eraduceliteralmente como ecochino (cado) de indi_(cocbond'indes) y«rnanzaru
de uen.,.(pomme de terre),lo cual no tiene "i analiáca ni cientlf1camento>-relación con l. realid.d
y COflSb(uye Un.9 nberracién que solamente hubicu hecho concluir sandeces, de DO existir actualmente
dicho anim,l y dicho tubérculo,
Llegamos a la conclusión de que el Tahuantinsuyo fue un gobier-
no en el cual llegó a su máxima expresión y eficiencia el sistema
comunal empírico, propio de la gentilidad humana. Todo tenía su sitio
y su tiempo calculado detalladamente y lo que algunos llaman «ex-
plotación .., «despotismo», "etc .. por parte de los incas, en realidad
es una planificación y puesta en ejecución drástica y sin miramien-
tos en la que sé administraba la pobreza con talento e inteligencia.
y los incas mismos eran los que ejercían el control de aquel sistema
por su ideología original «buaccbacúvac» por «mandato divino».
Sabiendo que las principales actividades económicas en el
Tahuantinsuyo fueron la agricultura y la ganadería (ambas bajo con-
trol estatal) y en donde las innovaciones de la administración incaica
aplicadas a la nueva provincia conquistada surtieron sus mejores
efectos, es que nos permitímos el uso del término «seducción».
Con respecto a la generalizada tendencia de adscribir la concep-
tualización de las culturas nativas americanas en función a la pers-
pectiva europeísta", escuchemos al propio Morgan:
«.•Jos conquistadores españoles que se apode-
raron de México sostuvieron acerca del gobierno
azteca la teoría errónea que era una monarquía
análoga en puntos esenciales a las existentes
en Europa. Esta opinión fue acogida por los
escritores españoles de los primeros años sin
Investigar minuciosamente la estructura y princi-
pios del sistema social Azteca. Este concepto
engendró una terminología no concordante con
las instituciones, la que ha viciado la narración
histórica casi tan completamente como si fuera
una invención calculada ...» (La «La sociedad
primitiva» )
58
5 r...incorporación d. Tucumán (Argentina),Cotabambas (ApuIÍm2c)ydc Huamacheeo (La Libertad]
2l incario lo cercioran (<<Coment2riosRealese),
6 Paraconcepnelíasr 2lEscodoAndino, 0$ necesario -previamente-entender cab2lmente el concepto
de cunC2, el cu:al no debe ser .tnducid"" como d. reye:.ueloO oigo similar. G. Pr.do!lg -direeeor
dellnsawlo Francés de Estudios Arufi.".,._ M el"bondo un estudio (oIndivkluabsmoe iatereambio
en la culrura tn.cbcion:aLt)el cual sugiue que el Inca detonaba en relIlid,adl. posición del _cunea
entre los cunos" y que esto', a su -vez, U211 ¡efes su!génen. que:
.....no tienen poder de favorecer sus propioS intereses en detrimento de los delgrupo. o en C!ISO de
hacerlo ,cndrin que atenerse a 1., consecuencias (...) les podría COSt2r aro; si se cree • Garcilazo,
cierto curaea chachapO}'afue muerto porque 'e le metió en la cabeza hacer ITlblja.r sus tierras'
antes que 1.1$ de un. viuda...»
En cuanto al aparato estatal inca, este; propio de una sociedad
bárbara, priorizaba sus funciones principalmente a la ::InITllrll"'Tlr::lf'lnn
y control: Teóricamente el Estado-tipo occidental tiene dos caracte-
res básicos que son:
- Carácter técnico-administrativo.
- Carácter de dominación política.
El Estado comunitario inca -propío de un medio diferenteS al
euroasiático- como tal, ejercía básicamente el1er. carácter estata],
es decir la función técnico-administrativa antes que la de domina-
ción política, que evidentemente debió de ejercer, pero aún de ma-
nera embrionaria, en comparación a la de las esclavistas ciudades-
estado de la Grecia antigua.
Más que por la ..coacción» -dIficultada en el ande por el nivel
tecnológico del armamento (acceso popular) y la geografía acciden-
tada (idónea para resistencias)- fue la "persuasión» mediante la
religión lo que permitió el predominio cusqueño en el Tahuantinsuyo:
Una ideología religiosa tolerante y transigente que dejaba «espacio»
para la convivencia con los otros dioses andinos. Esta genialidad
incaica fue una de las bases de la "persuasión», que Incrementada
con las innovadoras medidas administrativas, la convirtió -en mu-
chos casos- en «seducción->.
por esto que en circunstancias paralelas hubo
de emplearse en China la persuasión ante el
pueblo y no la fuerza armada, de ahí la importan-
cia de los confucionistas ...»
(J. Needhah: ..La sclence chlnoise et Occident»)
32. 61
10 Gcorge. Men.hen, «Lo dencla y l. inslÍtucl.óomilil"'"
11 Idom.
Vémos-pues, que es decisivo el aspecto tecnológico; de ello
depende la técnica, táctica y estrategia de un ejército. Los ejércitos
peatones incaicos, en donde el principio de masa era primordial, es-
taban a merced de los ejércitos europeos en donde la fuerza de cho-
que con la potencia del fuego hacfan una combinación mortal. Es
60
Moqulovdo en au«Arte de I~S"ctrU especifica que loscañones europeos del J. XVI di.panban
piedras e.(~rica. de 50lb•.y 15lb•.,y. 'u vee, el coronel mexicano ¡, León 050riO (cLas guerral
ontigua",)refiere c¡ueen el ,Itio d. ConlW1dnoplo Uegaron. "sane ...upcr proyectile, ~1t'Co•• de
1,100lb•. c¡uorcc¡uor{anpor cad. dJIParo, ruadamenos que 540 lbs. de 1'61"0111;eran los olbo~8
artilleros.
9 ....200¡nF.anlc•• 28 clballerol y 20 masánes eOU08 que hicierondealtOW8en loscuerpos de Indios
de.nudo...JI (B. de lu C.UR' «.Hlat. de 1.. IndiA8lO,pu.je en que rtafn un•• gua."bAr"" entre l••
fuorza, de Colón. indio. caribes, en el isl. Isabel, el 24de muzo d. 1495).
El acorazamiento de la caballería e infantería condiciona una es-
trategia en la que la calidad substituye a la centíoad: implicando for-
mas de combate en que las armas manuales arrojadizas son casi
inútiles. Tal es así que García de Lerma, conquistador español, se
jactaba -en la carta a Su Majestad- deoír:
Esta descripción de G. Menahem nos recuerda en algo a
CaJamarca, y si le agregamos el uso del caf'lón y arcabuz, entonces
"""'ArTln¡:¡ el reacondicionamlento de un modo de conducción de la
en que, ante la masa de infantes emplumados, con armas
arrojadizas casi inofensivas, armas metálicas de bronce y armas
defensivas de madera encuerada y algodonada, será la potenoia de
fuego occidental un arqurnento prácticamente divino:
" ...Ia naturaleza de las armas y los medios de
destrucción cuya utilización proporciona una
superioridad manifiesta en los conflictos, deter·
mina en gran medida la naturaleza del modo
de conducción de la guerra, aar como la
naturaleza misma de 105conflictos •••11,.
Por otra parte, dicho acorazamiento determinaba que la "fuer-
za de choque» del que la infanteria ligera cobriza carecía, se consti-
tuyera en el argumento supremo de las batallas:
«... EI caballero medieval de Europa occidental.
cubierto de pies a cabeza por su armadura metá-
lica, provisto de lanza y espada, montando un
caballo también cubierto por armadura (...) podía
arremeter contra una multitud de campesinos y
degollarlos a todos sin que estos pudieran deten-
derse...1o»
«...Con satisfacción el ruido de las flechas gol-
peándole el pecho (de la armadura), viéndolas
rebotar...»
En esa ..edad» empieza el auge del arma de fuego (bombarda,
culebrina, arcabuz, mosquete, cañón, obús, fusil, ametralladora, tan-
que, etc.) que recién en el s. XX es superada por la tecnologra nu-
clear. SI al arma de fuego le agregamos -en el s. XVI- el
«zoológico» de una caballería que había llegado a su máximo nA~:A""""
rrollo con el acorazamiento del conjunto jinete-caballo, además del
aporte de los «mastines de guerra»9 incomparables al "aleo» ameri-
cano, entonces se evidencia el abismo tecnológico-zoológico entre
el soldado infantero americano de la edad de bronce y el soldado-
jinete europeo de la edad del hierro revolucionado con el arma de
fuego y acompañado de su mastin de guerra.
La diferencia tecnológica entre un hacha pétreo y uno metálico es
cualitativa, puesto que se requiere un mínimo de ciencia (la metalur-
gia). Ello marca el salto de la milicia de la «edad de piedra» a la de la
«edad de los metales» (bronce y hierro). El siguiente salto cualitativo
dentro de la tecnología militar, lo tenemos en el empleo de la pólvora
con fines artilleros; nada menos que gracias a los proyectiles de
piedra turcos' es que caen losmuros de Constantinopla marcando el
inicio de la "Edad Moderna».
ABISMO TECNOLOGICO
Esta es la cultura que el ejército del Tahuantinsuyo ..exportaba»:
Antes que una campaña bélica, una empresa social.