De acuerdo con estadísticas de la OIT aproximadamente 1600 millones de trabajadores de la economía informal en todo el mundo se han visto afectados por las medidas de confinamiento, por lo que la idea no es combatir las actividades informales, sino ofrecerle condiciones dignas para que las personas puedan subsistir y evitar así caer en miseria.
El trabajo informal está muy presente en países en desarrollo, y quienes lo integran tienen bajos ingresos y no cuentan con protección social.
Lo que propongo en el libro es que a las personas integrantes de la economía informal especialmente los vendedores ambulantes, se le brinden garantías para desarrollar actividades que les permita un sustento, y participar de los procesos productivos incluyéndolos en la seguridad social.
Está vista la incapacidad de los Estados para incorporar la mano de obra informal a los sectores formales, y ante ese hecho lo mejor es brindar ayuda y apoyar tal práctica de tal manera que con el tiempo dichas actividades terminen legalizándose.
1. David Francisco Camargo Hernández. Nacionalidad Colombiano.
Escritor, humanista y economista con especialización, maestría y
doctorado. Artista plástico. Inventor. Guionista. Becario de
universidades europeas. Director Fundación Sueños de Escritor y
ediciones Dafra. Premios literarios y académicos en los años 2001-
2005-2008-2010-2016-2017 en eventos internacionales. Profesor de
posgrado. Investigador CVLAC Colciencias. Conferencista
internacional basando los temas en sus propios libros. Propende por
una economía «más humana, más igualitaria, capaz de contribuir a
mejorar la calidad de vida de la comunidad». En 2010 algunas de sus
publicaciones fueron traducidas a varios idiomas. Una de las más
destacadas se titula: “cómo regionalizar el país”. Y por «su
sobresaliente trayectoria literaria y pensamiento comprometido
con los problemas de la cotidianidad».
Así como en el desarrollo de políticas dirigidas a la
formación académica, las Universidades tienen el
compromiso de centrar su atención en los estudiantes
como los ejes transformadores de la sociedad, de igual
manera por ser éstos los protagonistas principales tienen
la responsabilidad y el reto de aportar herramientas que
les permitan interactuar armónicamente con las
instituciones educativas.
Es por ello que desde las aulas de clase se debe gestar la
investigación dirigida hacia la construcción de valores
fundamentales que tengan como resultado la formación
de profesionales íntegros. Por tal razón este Código de
Ética va dirigido a los estudiantes de educación superior,
su finalidad es contribuir a la orientación de los
comportamientos individuales y colectivos, enfatizar en
los derechos, el cumplimiento de los deberes
procurando entregar un contenido crítico que permita
adoptar posiciones que impulsen la toma de decisiones
que beneficien al grueso de la población estudiantil.
David Francisco Camargo Hernández. Nacionalidad Colombiano.
Escritor, humanista y economista con especialización, maestría y
doctorado. Artista plástico. Inventor. Guionista. Becario de
universidades europeas. Director Fundación Sueños de Escritor y
ediciones Dafra. Premios literarios y académicos en los años 2001-
2005-2008-2010-2016-2017 en eventos internacionales. Profesor de
posgrado. Investigador CVLAC Colciencias. Conferencista
internacional basando los temas en sus propios libros. Propende
por una economía «más humana, más igualitaria, capaz de
contribuir a mejorar la calidad de vida de la comunidad». En 2010
algunas de sus publicaciones fueron traducidas a varios idiomas.
Una de las más destacadas se titula: “cómo regionalizar el país”. Y
por «su sobresaliente trayectoria literaria y pensamiento
comprometido con los problemas de la cotidianidad».
De acuerdo con estadísticas de la OIT aproximadamente 1600
millones de trabajadores de la economía informal en todo el
mundo se han visto afectados por las medidas de
confinamiento, por lo que la idea no es combatir las actividades
informales, sino ofrecerle condiciones dignas para que las
personas puedan subsistir y evitar así caer en miseria.
El trabajo informal está muy presente en países en desarrollo, y
quienes lo integran tienen bajos ingresos y no cuentan con
protección social.
Lo que propongo en el libro es que a las personas integrantes de
la economía informal especialmente los vendedores
ambulantes, se le brinden garantías para desarrollar actividades
que les permita un sustento, y participar de los procesos
productivos incluyéndolos en la seguridad social.
Está vista la incapacidad de los Estados para incorporar la mano
de obra informal a los sectores formales, y ante ese hecho lo
mejor es brindar ayuda y apoyar tal práctica de tal manera que
con el tiempo dichas actividades terminen legalizándose.
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