Llegó un momento en que en Tierrolandia, todo se volvió un caos, se presentaban manifestaciones en todas partes, había una insatisfacción generalizada con los gobernantes de turno. Abuso de poder y falta de crecimiento económico.
Los habitantes buscaban mejorar sus condiciones de vida y hacían huelgas para presionar reformas laborales y sociales. Los más aventurados buscaban su independencia, por lo que se presentaban confrontaciones que terminaban en ríos de sangre.
El fenómeno se extendía cada vez más por el planeta y, quienes ostentaban el poder buscaban perpetuarse a como diera lugar sin importarles el sacrificio de vidas.
Los que al comienzo fueron gobernantes ecuánimes se transformaban en dictadores crueles y ambiciosos que promovían guerras absurdas.
Se había perdido la moral y la ética, y en cada país de Tierrolandia, se depredaban selvas y bosques desestabilizando ecosistemas, y generando cambios climáticos que producían sequías en unas partes e inundaciones en otras.
Las preguntas que flotaban en el ambiente eran: ¿a dónde conducirán los conflictos genocidas?, ¿la irracionalidad de los gobernantes llevaría a la destrucción del planeta Tierrolandia?
Ante tal panorama se contrataron algunos expertos para ayudar a poner fin a los conflictos en el planeta Tierrolandia, llegando a algunas conclusiones importantes para el mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes.
1. David Francisco Camargo Hernández. Nacionalidad Colombiano.
Escritor, humanista y economista con especialización, maestría y
doctorado. Artista plástico. Inventor. Guionista. Becario de
universidades europeas. Director Fundación Sueños de Escritor y
ediciones Dafra. Premios literarios y académicos en los años 2001-
2005-2008-2010-2016-2017 en eventos internacionales. Profesor de
posgrado. Investigador CVLAC Colciencias. Conferencista
internacional basando los temas en sus propios libros. Propende por
una economía «más humana, más igualitaria, capaz de contribuir a
mejorar la calidad de vida de la comunidad». En 2010 algunas de sus
publicaciones fueron traducidas a varios idiomas. Una de las más
destacadas se titula: “cómo regionalizar el país”. Y por «su
sobresaliente trayectoria literaria y pensamiento comprometido
con los problemas de la cotidianidad».
Así como en el desarrollo de políticas dirigidas a la
formación académica, las Universidades tienen el
compromiso de centrar su atención en los estudiantes
como los ejes transformadores de la sociedad, de igual
manera por ser éstos los protagonistas principales tienen
la responsabilidad y el reto de aportar herramientas que
les permitan interactuar armónicamente con las
instituciones educativas.
Es por ello que desde las aulas de clase se debe gestar la
investigación dirigida hacia la construcción de valores
fundamentales que tengan como resultado la formación
de profesionales íntegros. Por tal razón este Código de
Ética va dirigido a los estudiantes de educación superior,
su finalidad es contribuir a la orientación de los
comportamientos individuales y colectivos, enfatizar en
los derechos, el cumplimiento de los deberes
procurando entregar un contenido crítico que permita
adoptar posiciones que impulsen la toma de decisiones
que beneficien al grueso de la población estudiantil.
David Francisco Camargo Hernández. Nacionalidad Colombiano.
Escritor, humanista y economista con especialización, maestría y
doctorado. Artista plástico. Inventor. Guionista. Becario de
universidades europeas. Director Fundación Sueños de Escritor y
ediciones Dafra. Premios literarios y académicos en los años 2001-
2005-2008-2010-2016-2017 en eventos internacionales. Profesor de
posgrado. Investigador CVLAC Colciencias. Conferencista
internacional basando los temas en sus propios libros. Propende
por una economía «más humana, más igualitaria, capaz de
contribuir a mejorar la calidad de vida de la comunidad». En 2010
algunas de sus publicaciones fueron traducidas a varios idiomas.
Una de las más destacadas se titula: “cómo regionalizar el país”. Y
por «su sobresaliente trayectoria literaria y pensamiento
comprometido con los problemas de la cotidianidad».
Llegó un momento en que en Tierrolandia, todo se volvió un caos, se
presentaban manifestaciones en todas partes, había una insatisfacción
generalizada con los gobernantes de turno. Abuso de poder y falta de
crecimiento económico.
Los habitantes buscaban mejorar sus condiciones de vida y hacían
huelgas para presionar reformas laborales y sociales. Los más
aventurados buscaban su independencia, por lo que se presentaban
confrontaciones que terminaban en ríos de sangre.
El fenómeno se extendía cada vez más por el planeta y, quienes
ostentaban el poder buscaban perpetuarse a como diera lugar sin
importarles el sacrificio de vidas.
Los que al comienzo fueron gobernantes ecuánimes se transformaban en
dictadores crueles y ambiciosos que promovían guerras absurdas.
Se había perdido la moral y la ética, y en cada país de Tierrolandia, se
depredaban selvas y bosques desestabilizando ecosistemas, y generando
cambios climáticos que producían sequías en unas partes e inundaciones
en otras.
Las preguntas que flotaban en el ambiente eran: ¿a dónde conducirán los
conflictos genocidas?, ¿la irracionalidad de los gobernantes llevaría a la
destrucción del planeta Tierrolandia?
Ante tal panorama se contrataron algunos expertos para ayudar a poner
fin a los conflictos en el planeta Tierrolandia, llegando a algunas
conclusiones importantes para el mejoramiento de la calidad de vida de
los habitantes.