1. LA EXPERIMENTACIÓN CON ANIMALES EN LA ACTUALIDAD
Al contrario de lo que la mayoría de la población cree, en la actualidad, la mayoría de experimentos con animales NO se
realizan con finalidades estrictamente médicas, sino militares. Por tanto son doblemente rechazables, ya que se causan
daños innecesarios a los animales con la finalidad de causar la mayor cantidad de daños innecesarios a personas.
Debido al estricto secreto de Estado, se conoce muy poco sobre los experimentos militares, pero lo poco que se ha podido
saber revela que su finalidad es básicamente probar gases tóxicos, la capacidad de destrucción de nuevas armas, e incluso
entrenar a los soldados para que estos se insensibilicen y se familiaricen con la acción de matar.
A la experimentación militar le sigue la experimentación con finalidades comerciales. Esta implica la experimentación de
cosméticos, maquillajes, protectores solares, dentífricos y productos de higiene personal (a raíz de la Directiva 2003/15/CE,
del Parlamento Europeo y del Consejo de la UE,
la UE prohíbe la experimentación en animales de productos cosméticos acabados y sus ingredientes, así como la
comercialización de productos cosméticos experimentados en animales o que contengan ingredientes
experimentados en animales),
detergentes de uso doméstico e industrial, herbicidas, pesticidas, fertilizantes, pinturas, disolventes y barnices, tabaco,
conservantes alimenticios, colorantes alimenticios y para otros usos, potenciadores de sabores artificiales para bebidas y
alimentos modificados, comida para mascotas, alimentos modificados o transgénicos, etc.
El objetivo de estos experimentos se basa en un plan de marketing que pretende presentar una innovación al
mercado y hacer creer al consumidor que necesita dicho producto innovador. El éxito de la campaña de
marketing que lo acompañe se verá reflejado cuando haya conseguido que el consumidor considere
imprescindible el nuevo producto.
EL PORQUÉ DE TALES EXPERIMENTOS RESPONDE A VARIAS ESTRATEGIAS COMERCIALES
- Probar sustancias adictivas. La empresa quiere conseguir un producto que a cause adición en el
consumidor, y por ello quiere medir los índices de adicción de algunas sustancias.
- Pruebas de toxicidad. La empresa quiere realizar un estudio para conocer los efectos que pueda tener su
producto, para afrontar y defenderse de posibles demandas judiciales futuras de consumidores a los cuales el
producto haya podido causar algún efecto negativo. De esta forma la empresa puede presentar estudios
realizados previamente en los cuales alega no haber detectado efectos secundarios indeseados.
La experimentación con finalidades estrictamente médicas es un hecho que muchas personas, aunque les pese,
consideran un mal necesario. La causa de este hecho se encuentra en las campañas de marketing de las
poderosísimas industrias farmacéuticas, y en mantener a la población desinformada sobre las alternativas
efectivas que pueden ser más fiables que la experimentación animal.
LA VERDAD SOBRE LA INDUSTRIA FARMACÉUTICA
La industria farmacéutica es poderosísima ya que controla los precios de semillas, medicamentos y vacunas
que pueden salvar la vida de millones de personas y animales, y estos precios no son precisamente asequibles.
La industria farmacéutica también se nutre del marketing, la publicidad, la adicción de los clientes y sobre todo
de las patentes. Cuando un laboratorio farmacéutico descubre la fórmula de un medicamento para tratar una
enfermedad determinada, este laboratorio tiene derecho a ejercer el monopolio de este durante un número
determinado de años. Este derecho se conoce como la patente. La patente permite que la empresa venda
medicamentos y vacunas de primera necesidad a precios desorbitados, ya que ejerce un monopolio comercial.
La competencia entre empresas para descubrir nuevas fórmulas y poderlas patentar causa que los
experimentos sean de estricta confidencialidad. El no intercambio de información entre laboratorios provoca que
se utilicen más animales, pues se puede estar repitiendo un experimento cuyo resultado ya se conozca. Esta
realidad no es únicamente perjudicial para los animales, sino también para los enfermos y en especial para el
2. avance de la ciencia, ya que si este conocimiento no se comparte, atrasa investigaciones que podrían servir
para el bien común.
El derecho comercial de las empresas a obtener la patente, en muchos casos ha chocado con los derechos
humanos, ya que los precios impuestos no son en absoluto asequibles para la mayoría de la población, con lo
cual se ha negado un derecho tan básico como la asistencia médica. Por ejemplo, las primeras patentes del los
fármacos que componen el cóctel antirretroviral para tratar VIH tenían un coste de mil dólares mensuales, siendo
la mayoría de afectados personas que vivían en extrema pobreza.
Una vez la patentes han caducado, otros laboratorios pueden comercializar la misma fórmula, pero sin la firma
del laboratorio prestigioso, Este tipo de medicamentos se conoce como los genéricos, una especie de marca
blanca para medicamentos.
Los genéricos han supuesto una gran esperanza para miles de enfermos en países en vías de desarrollo. Los
grandes países productores de genéricos son la India y Brasil, pero la creciente demanda de este tipo de
fármacos no ha dejado indiferentes a los grandes laboratorios.
Uno de los mayores ejemplos de la perversidad de la industria farmacéutica se puede encontrar en la demanda
judicial que presentó la empresa farmacéutica multinacional suiza Novartis al gobierno de la India con el objetivo
de que este país dejara de producir un fármaco genérico para tratar enfermos de cáncer. Finalmente, la justicia
dio la razón al gobierno indio, pero la multinacional farmacéutica demostró no tener ningún escrúpulo en dejar
sin tratamiento a centenares de miles de enfermos para poder obtener un monopolio.
Además de los intereses que genera conseguir la patente de un fármaco, las empresas farmacéuticas no se
preocupan ni de la salud, ni del bienestar de los enfermos, ya que sólo investigan aquellas enfermedades de
las cuales podrán obtener grandes beneficios económicos. Si bien se han conseguido grandes avances en el
cáncer y el SIDA, es porque estas son una pandemia en el mundo desarrollado y resultan un mercado atractivo.
Por lo tanto se realizan investigaciones porque generarán grandes ventas.
Las enfermedades minoritarias, por muy crueles que sean, no son un mercado atractivo para las farmacéuticas,
ya que suponen un mercado reducido. En este caso, estas enfermedades serán ignoradas y no se investigan.
De hecho la mayoría de enfermedades del mundo no son investigadas. El porqué de esto es simple. La mayoría
de enfermedades del mundo sólo tienen incidencia en los países subdesarrollados, y sólo afectan por ser más
vunerables y por exposición al medio, a personas pobres. Males como el Chagas, el Kala-azar, dengue, malaria,
tuberculosis, etc., no encuentran cura porque sus enfermos son demasiado pobres para pagar el precio de un
tratamiento, aunque algunas de esas enfermedades en otras circunstancias diferentes tendrían cura.
¿Es útil la experimentación con animales?
La experimentación con animales es uno de los temas más polémicos y que levantan algunas de las discusiones
más acaloradas y apasionadas, ya que las implicaciones que se derivan no se reducen al ámbito animalista,
sino que se extienden a científicos, legisladores, estudiantes, industrias, opinión pública y medios de
comunicación.
Es muy difícil permanecer impasible ante según qué protocolos experimentales, ya que el gran dilema que se
presenta es ¿hasta qué punto es lícito, o científica y éticamente aceptable, llevar a cabo experimentos con
animales? ¿En qué medida el análisis de la ratio sufrimiento del animal-beneficio para humanos compensa o
justifica ciertos experimentos?
Y es que, en efecto, detrás de los sentimientos o razonamientos inmediatos subyace un sinfín de interrogantes
que merece la pena tener en consideración. Podemos afirmar que no es aceptable inducir sufrimiento a
animales, que aspiramos a un desarrollo tecnológico y médico, que son necesarias unas garantías a los
consumidores, que los estudiantes deben aprender... ¿pero es posible encajar todas estas piezas en un puzzle
perfecto que nos satisfaga a todos?
3. Los experimentos con animales tienen su base en el hecho de considerar a otras especies animales como
modelos en miniatura de los problemas humanos, sin los severos cuestionamientos éticos que conlleva
experimentar con humanos. Esta idea básica, y comprensible desde el punto de vista metodológico y teórico
(que no ético ni científico), es puesta en tela de juicio continuamente.
Por poner un ejemplo clásico e ilustrativo que puede servir como primera reflexión sobre esta cuestión, nos
referiremos a un estudio que elaboró luna Comisión de la Comunidad Europea en el que tomaron parte 100
laboratorios para valorar la fiabilidad y validez del test DL 50 (se administra a una población de animales de
laboratorio por vía oral, intravenosa, intravaginal, anal... etc una sustancia hasta que muere el 50% de los
animales del estudio).
Se restringieron al máximo todos los factores susceptibles de incrementar la variabilidad en los resultados (a
mayor variabilidad, menor valor de la prueba) y, a pesar de ello, al analizar los resultados se documentaron
variabilidades que oscilaban del 144 al 738%.
Es obvio que la comunidad científica no se plantearía la experimentación con animales si no hubiera estudios
como éste que hacen tambalear algunas de las ideas clásicas de la Ciencia, las cuáles se perpetúan, no por su
valor científico, sino por la tradición, la inercia y el miedo al cambio, tan inherente al ser humano.
Se realizan experimentos con animales básicamente en tres campos: la docencia, la industria y la investigación.
Las prácticas docentes con animales tienen como objetivo el aprender ciertos procesos fisiológicos, caracterí-
sticas anatómicas o adquirir habilidades clínicas y quirúrgicas (entendiendo esto último, no como parte de un
proceso tutelado, sino como un puro entrenamiento mecánico sin tratarse de un caso clínico). El hecho de
utilizar animales (en general ratas y ratones, vertebrados con un sistema nervioso que les permite sentir dolor
como mecanismo fisiológico de defensa) para experimentos reiterativos e innecesarios, ya que se pretende
demostrar un concepto de sobras conocido, supone un sufrimiento gratuito (para animales y alumnos).
Muchas organizaciones como Physicians Comittee for a Responsible Medicine, EuroNICHE, the American Anti-
vivisection Society, the National Anti-vivisection Society, the New England Anti-vivisection Society y muchas
otras, desarrollan y ofrecen métodos pedagógicos que no suponen sufrimiento para los animales (tengamos en
cuenta que, por ejemplo, las facultades de Medicina de Stanford, Harvard, NY, Ohio,etc.... no utilizan animales
para prácticas docentes, y en Israel se ha prohibido recientemente realizar experimentos con animales en el
ámbito educativo). ADDA presentó un Proyecto de Ley de Objeción de Conciencia a las prácticas con animales
con el fin de promover la implementación de los métodos docentes que no requieren animales, y proteger al
mismo tiempo a la persona que rechaza estas prácticas y aboga por aprender de una manera más ética.
Respecto a la industria cosmética, merece la pena destacar los avances que se han producido, a pesar de que
aún existen laboratorios que testan sus productos en animales. El Real Decreto 93/35 aprobado por el Consejo
de Ministros del Gobierno español estipula que estará prohibido vender productos cosméticos que hayan sido
testados en animales. Este Real Decreto está basado en una Directiva de la UE que entró en vigor el año
pasado en el Reino Unido, sentando un importante precedente. Actualmente, hay un número ingente de
laboratorios cosméticos que no realizan experimentos con animales, y es posible disponer de una lista
pormenorizada de éstos poniéndose en contacto con AnimaNaturalis.
La ECEAE (European Coalition to End Animal Experiments) ha trabajado en un proyecto para unificar los
criterios del etiquetado de "no testado en animales" y evitar la confusión al consumidor. Los laboratorios que se
adhieren al proyecto se comprometen a que sus productos finales y las materias primas utilizadas no hayan
sido testados a partir de una determinada fecha. Estos laboratorios se reconocerán por un logo exclusivo.
En la investigación es quizá el campo donde la tradición de experimentar con animales está más arraigada. Con
el pretexto de comprobar una hipótesis, por inútil, absurda o excéntrica que fuera, se justificaba cualquier
atrocidad (contemporáneos de investigadores como Claude Bérnard reconocen la extrema crueldad con que
eran tratados los perros y se manifiestan totalmente contrariosa ello).
4. Actualmente, gracias a la presión de colectivos de defensa de los animales, de científicos, políticos, estudiantes,
opinión pública, etc., se están realizando tímidos avances. Conviene destacar el hecho de que existen en todo
el mundo centros de investigación y desarrollo de métodos alternativos al uso de animales como el GTEMA
(Grupo de Trabajo Especializado en Metodologías Alternativas, dirigido por el Dr. Repetto), el ubicado en la
Universidad Johns Hopkins (The Johns Hopkins Center for the Validation of Alternative Methods), el ECVAM
(European Center for the Validation of Alternative Methods), FRAME, etc.
Nos encontramos, por tanto, en un punto de inflexión. La Ciencia y la Sociedad está avanzando respecto a hace
unos años, pero aún quedan muchas lagunas por cubrir y muchos obstáculos por superar. Por ello, es
importante que no cesen los esfuerzos por parte de los colectivos que apoyan los métodos alternativos para
que se siga invirtiendo en su desarrollo e implementación en todos los ámbitos, ya que de este modo todos nos
beneficiaremos: los humanos porque desarrollaremos modelos más fiables (se está investigando, por poner un
ejemplo, sobre la metabolización de fármacos en cultivos de hígado humano y se están obteniendo resultados
más fiables que en otras especies, cosa, por otra parte, lógica y esperable) y los animales no humanos, porque
evitaremos su sufrimiento innecesario...
Pero hasta que la sociedad logre este loable fin... ¿Cuántos errores vamos a cometer en la prescripción de
fármacos a humanos? ¿Cuántos animales deberán sufrir en silencio en los laboratorios?
De nosotros depende.
La clave está en la siguiente reflexión del Profesor Charles Marbel:
Por qué se experimenta con animales: Porque los animales son como nosotros.
Por qué es moralmente correcto: Porque los animales no son como nosotros.
La experimentación animal se basa en una contradicción lógica.