1. PRATT HABLA DE CORTO MALTÉS Es mágico cuando estoy solo con él, cuando comienzo a dibujarle y a verle aparecer. Comienzo casi siempre por los ojos porque son el centro de la cabeza. Comienzo por los ojos que me dan la dimensión del resto y, además, sus ojos empiezan a mirarme; nace, aparece y me dice: “Míranos otra vez juntos una vez más, ¿qué hacemos, ahora?”. El juego entre nosotros dos comienza entonces. Diría que es un juego entre amigos, como una partida de póker, no sabe qué preparo y no sabe las cartas que tengo en la mano. En general, siempre es él quien gana la partida; es un jugador profesional y juega bien; es un buen amigo y no quiero hacerle jugar una mala partida. Pero necesito igualmente ser independiente y no puedo estar unido a Corto Maltés. Tengo algunas veces necesidad de estar lejos de mis mejores amigos o de la mujer que amo y de separarme también de Corto. Hay periodos de tiempo en los que no nos vemos como hay también momentos precisos para encontrarnos, porque no puedes dejarle fuera de juego durante largo tiempo, es necesario hacerle venir en el buen momento, sabemos cuando debe volver. Corto Maltese es consecuencia de los encuentros que tuve con otros individuos a lo largo de mi vida y de mis viajes, a lo largo de lo que puede constituir la suma de mis experiencias. Coadyuvada, claro, por la experiencia profesional. Agarrando todas estas experiencias y hecha una síntesis, sale Corto Maltese. Creo que de todo aquello elegí lo que me parecía más importante. Cuando emigré de Italia a Argentina, estaba bajo las consecuencias de la segunda guerra mundial. Los primeros conflictos histórico-económicos efectivos los viví en mi casa. La extracción de mi familia es popular, con aspiraciones burguesas: mi abuelo, socialista; mi padre, fascista y yo, todo lo contrario: libertario. Hubo un momento en que había que elegir una actitud política u otra. Yo elegí la otra. No podía ser nazi. Para Corto Maltese, elegí un período histórico que es el principio de este siglo, porque era un período de grandes cambios económicos y políticos. Desde el romanticismo se giró hacia la toma de conciencia que las grandes revoluciones, Marx y Engels, han proporcionado a la sociedad. No puede perderse de vista el materialismo histórico, y para estar en comunión con la conciencia del individuo había que analizar cuanto estaba pasando. Pienso que Corto Maltese es un ejemplo del tipo de individuo correspondiente a esta situación. Partiendo de una actitud romántico-aventurera, toma conciencia de los importantes cambios que hubo en aquella época. Un trabajo basado sobre la acción hubiera llevado a recalcar la temática del aventurero romántico de la literatura aventurera anglosajona. El europeo en general se define como hijo de la cultura burguesa francesa, mientras que la cultura popular ha estado impuesta por la riqueza de los pueblos anglo-sajones. Corto Maltese ve los problemas desde su condición de aventurero. Antes que nada es un individuo y vive en consecuencia dentro de una cierta ética... que es la suya y no la mía. No quiero permitir que Corto Maltese sea mi alegato personal. Mientras realizaba sus historias, muchas veces me daba cuenta de que Corto hacía o decía cosas contrarias a mi manera de ser.(de unas declaraciones a Javier Coma, 1980) Fragmento extraído de
Historia de los Comics
N39