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EL GRAN VOLATINEROFRIEDRICH WILHELM NIETZSCHE

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Se me estará agradecido si condenso un conocimiento tan esencial, tan nuevo, en cuatro tesis: así facilito la
comprensión, así provoco la contradicción.
       Primera tesis. Las razones por las que "este" mundo ha sido calificado de aparente fundamentan, antes
bien, su realidad, -otra especie distinta de realidad es absolutamente indemostrable.
       Segunda tesis. Los signos distintivos que han sido asignados al "ser verdadero" de las cosas son los
signos distintivos del no-ser, de la nada, -a base de ponerlo en contradicción con el mundo real es como se
ha construido el "mundo verdadero": un mundo aparente de hecho, en cuanto es meramente una ilusión
óptico-moral.
       Tercera tesis. Inventar fábulas acerca de "otro" mundo distinto de éste no tiene sentido, presuponiendo
que no domine en nosotros un instinto de calumnia, de empequeñecimiento, de recelo frente a la vida: en este
último caso tomamos venganza de la vida con la fantasmagoría de "otra" vida distinta de esta, "mejor" que
ésta.
       Cuarta tesis. Dividir el mundo en un mundo "verdadero" y en un mundo aparente", ya sea al modo del
cristianismo, ya sea al modo de Kant (en última instancia, un cristiano alevoso), es únicamente una sugestión
de la decadence, -un síntoma de la vida descendente... El hecho de que el artista estime más a la apariencia
que la realidad no constituye una objeción contra esta tesis. Pues a la "apariencia" significa aquí la realidad
una vez más, sólo que seleccionada, reforzada, corregida... El artista trágico no es un pesimista, - dice
precisamente sí incluso a todo lo problemático y terrible, es dionisíaco... NIETZSCHE, El crepúsculo de los
ídolos, capítulo “La „razón‟ en la filosofía”, apartados 1, 4 y 6 (trad. A. Sánchez Pascual, Madrid, Alianza,
1998, pp. 51, 53-54 y 55-56).

1.- RESUMEN DEL TEXTO:
¿Cuál es el tema del texto? ________________________________________________________________
Señala las ideas más importantes:
1ª) _____________________________________________________________________________________
2ª) _____________________________________________________________________________________
3ª)_____________________________________________________________________________________
4ª) _____________________________________________________________________________________

Explicación de las ideas:
1ª) El mundo aparente se sustenta en razones que fundamentan su realidad. La división platónica de mundo
sensible y mundo inteligible carece de fundamento. Sólo hay una realidad: el mundo sensible. El mundo
inteligible o suprasensible es la clave de bóveda de la metafísica. Pero con Hume, primero y después con
Kant vimos que la metafísica no es posible como ciencia. De modo que, Nietzsche hubiera apoyado la tesis
humeana de arrojar los libros de metafísica y teología a la hoguera. Este presupuesto exige una genealogía
de la moral y la transvaloración (revaluación de todos los valores). El mundo “verdadero” platónico y cristiano
es una ficción. No hay más realidad que esta. El bisturí que emplea es la psicología del desenmascaramiento.
2ª) El mundo real es una ilusión óptico-moral del mundo verdadero. Contra el Ser de Parménides, inmóvil,
homogéneo, compacto, lleno, perfecto, equidistante como los radios de una esfera, Nietzsche reclama la
realidad del devenir, el todo fluye de Heráclito. Recordad: “nadie baja dos veces a bañarse al mismo río”. El
río de Heráclito es una metáfora de la vida. La concepción dinámica de Nietzsche contrasta con el
inmovilismo y el estatismo de las Ideas platónicas y la eternidad cristiana. Dioniso contra Apolo. La metafísica
cartesiana, de nuevo, es derribada: Dios, Alma, Mundo no son presupuestos morales sino inmorales de una
realidad que Nietzsche repudia. La ilusión óptico-moral es la ilusión trascendental. “Bueno” y “malo” no son
sino engaños. Nietzsche reduce los problemas ontológicos a problemas axiológicos, tales son: la moral, la
política, el conocimiento, la ciencia, el arte. Los valores son condiciones de la voluntad de poder. Nietzsche
distingue entre morales activas expresión de la vida ascendente y morales reactivas que son indicio de la
decadencia y la debilidad. Con Hume, Nietzsche detesta las virtudes cristianas de fe, esperanza y caridad, así
como las virtudes monacales como el ayuno, la abstinencia, el celibato, el silencio, la negación de uno mismo.
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Nietzsche distingue entre una moral de señores: aristócratas, nobles, guerreros y una moral de esclavos, el
cristianismo y el socialismo. La moral noble es creadora; la moral vulgar asimila los valores con los que se
encuentra. El guerrero tiene las virtudes del cuerpo, el sacerdote inventa el espíritu. En el origen de la
conciencia moral está la perversión de los instintos, en particular, está el instinto de crueldad.
3ª) No hay más mundo que éste. No existe una realidad trascendental o una Ciudad de Dios. Toda la cultura
occidental se basa en la metafísica, en la afirmación de la realidad del mundo suprasensible, como la
condición de su existencia. En Platón el Bien se manifiesta con caracteres divinos. Los primeros teólogos
reconocieron en la Idea de Bien a Dios. El problema del Ser y del Valor permanecerá unido al problema de
Dios pero Dios ha muerto. “Bien”, “Verdad”, “Belleza” se hundieron junto con el tesoro de la fragata Mercedes.
¿Dónde está el caza tesoros que lo recuperará? ¿Dónde está la Odyssey metafísica?
4º) Ni cristianismo ni kantismo, dos etapas de la fábula del mundo. Al final de todo: Zaratustra. Con Nietzsche
asistimos a una ontología en negativo. La labor de zapa comienza con la idea de “sujeto” y de “sustancia”.
Todo empieza por lo que él denomina la ficción del yo. Donde no hay yo, no puede haber sustancia. Las
consecuencias son incalculables, por la misma razón tampoco hay “ni espíritu, ni razón, ni conciencia, ni
voluntad: todos son ficciones inútiles”. El mundo de la metafísica en su totalidad se hunde en la nada y con él
se hunde también el mundo categorial de Kant y de la conciencia moderna: causalidad, determinismo,
teleología, materialidad, son nociones que hemos inventado a imagen del sujeto. Parménides dijo: “no se
piensa lo que no es”. Nosotros decimos: “lo que puede ser pensado tiene que ser con seguridad una ficción”.

2.- EXPLICACIÓN DE DOS NOCIONES PRESENTES EN EL FRAGMENTO
EL CONCEPTO DE DIOS
EL FRAGMENTO 125 DE LA GAYA CIENCIA
“Dios ha muerto”, el pórtico de entrada a esta filosofía se encuentra en el fragmento 125 “El insensato” de La
gaya ciencia (1882) en el que por primera vez Nietzsche introduce el tema de la muerte de Dios: “¿No oísteis
hablar de aquel loco que en pleno día corría por la plaza pública con una linterna encendida gritando sin
cesar: „¡Busco a Dios! ¡Busco a Dios!‟? Cómo estaban presentes muchos que no creían en Dios, su gritos
provocaron risa. „¿Se te ha extraviado?‟ –decía uno. „¿Se ha perdido como un niño?‟ –preguntaba otro. (…) El
loco se encaró con ellos y clavándoles la mirada, exclamó: „¿Dónde está Dios? Os lo voy a decir. Le hemos
matado; vosotros y yo, todos nosotros somos sus asesinos. Pero ¿Cómo hemos podido hacerlo?‟. (…) Se
añade que el loco penetró el mismo día en muchas iglesias y entonó el Réquiem aeternam Deo. Expulsado y
preguntado por qué lo hacía, contestaba siempre lo mismo: „¿De qué sirven estas iglesias, si son los
sepulcros y los monumentos de Dios‟?” El insensato es, sin duda, un símbolo del propio Nietzsche. No se
trata de un loco cualquiera sino como decía Unamuno de D. Quijote: “Un hombre sesudo y cuerdo que
enloquece de pura madurez de espíritu”. La escena recuerda también la imagen de Diógenes, paseando en
pleno día por el centro de Atenas con una linterna encendida y gritando: “¡Busco a un hombre!”
DIOS HA MUERTO EN ASÍ HABLÓ ZARATUSTRA
Los pasajes de La Gaya Ciencia pasan a ser completados por Así habló Zaratustra (1883-85), el viejo santo
del bosque observa que: “¡Será posible! ¡Este viejo santo del bosque no se ha enterado todavía que Dios ha
muerto!” Nietzsche quiere dar a entender que la “muerte de Dios” es la situación fundamental de su nuevo
héroe: Zaratustra. “Dios ha muerto” no es una proposición teórica o especulativa sino una proposición
parabólica o dramática. Lógicamente, Dios puede existir o no existir pero no puede morir. Lo que ha muerto
es la fe del hombre en Dios pero ¿Quién es ese Dios de quien Nietzsche anuncia su muerte? Se trata del
Dios cristiano. “La fe en Dios cristiano se ha vuelto increíble”. Pero Dios no es sólo el dogma de ciertos
creyentes sino la clave de bóveda del mundo suprasensible o metafísico. Es en este sentido como hay que
entender la muerte de Dios, a la luz de la inversión de la metafísica. El mundo metafísico se ha desmoronado.
El ateísmo de Nietzsche no es el ateísmo de Marx o Feuerbach, poner otras cosas en lugar de Dios: la
humanidad, la futura ciudad socialista, ni de sustituir el ideal perdido por los nuevos valores laicos: razón,
progreso, la civilización, la ciencia, el bienestar general, la moral humanitaria, el utilitarismo. Dios significa
aquí el “lugar”, Dios ha sido suprimido como lugar.
ATEÍSMO
Su ateísmo contiene tres motivos: 1º) La oposición a la moral. Kant representa un teísmo postulatorio. La
moral exige a Dios y la inmortalidad como condición de posibilidad. Nietzsche no propugna la inmoralidad sino
un nuevo tipo de moral aristocrática, creadora, la moralidad del hombre fuerte que no conoce ni normas ni
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prohibiciones. Ese nuevo hombre estaría de acuerdo con la sentencia de aquel personaje de Dostoievski: “Si
Dios ha muerto, todo está permitido”. Nietzsche está pensando en Dioniso. 2º) Un motivo humanista.
Nietzsche concibe al hombre como creador de valores. La creatividad así entendida lleva consigo la exclusión
de Dios. Si hay Dios, no hay nada que crear, ya que “crear” y “hay” esexcluyente. 3º) El tercer motivo es
teológico. En el fondo está la vieja sentencia: “seréis como Dios”. Nietzsche sabe que el hombre jamás puede
convertirse en Dios pero, al menos, puede ser un hombre nuevo, superior. Todos lo caminos conducen al
ultrahombre. Por eso, espera Nietzsche que la “muerte de Dios” sea el comienzo de una nueva etapa de la
historia. La muerte de Dios es una verdad amarga.
EL ETERNO RETORNO
En el verano de 1881, mientras trabajaba en la segunda parte de Aurora que se publicaría con el nombre de
La gaya ciencia, tuvo lugar la visión de la doctrina cosmológica del eterno retorno. “Primeros días de agosto
de 1881 en Sils-María, a 6.000 pies de altura sobre el nivel del mar y mucho más alto aún sobre todas las
cosas humanas”. Aquel día de agosto en el que paseando a orillas del lago Silvapalana, junto a una roca
majestuosa no lejos de Surlei: “Estaba yo sentado ahí expectante/ esperando, nada, gozando del juego
cambiante/ de luz y sombra, más allá del bien y del mal/ todo mediodía, todo lago, todo tiempo sin final/ de
pronto de uno se hizo dos/ y Zaratustra pasó a mi lado”. Zaratustra no es únicamente el profeta del
superhombre sino también el maestro de la doctrina del eterno retorno. Entre los apuntes que Nietzsche
escribe ese día encontramos: “El nuevo centro de gravedad: el eterno retorno de lo idéntico. Importancia
infinita de nuestro saber, de nuestro errar, de nuestros hábitos y modos de vivir, para todo lo venidero. ¿Qué
hacemos con el resto de nuestra vida –nosotros los que hemos pasado su mayor parte en la más esencial
ignorancia? Nos dedicamos a enseñar esta doctrina –es el medio más eficaz para asimilarla nosotros mismos.
Nuestra especie de felicidad como maestros de la más grande doctrina”. El eterno retorno es el principio de
superación del nihilismo. Si es verdad que Dios ha muerto, entonces no hay otro mundo que este mundo ni
otra vida que esta vida y este mundo y esta vida pasan. ¿Cómo conceder peso de eternidad a algo que es en
sí pasajero? Nietzsche acude a un viejo mito religioso. En los Vedas hindúes y en la antigua tradición
germana se encuentra el mito indo-ario del eterno retorno. El mito pasó por influjo oriental a los presocráticos
y al pitagorismo primitivo y se concretó en la idea del “gran año cósmico” en el que todo lo que ha ocurrido
volvía exactamente a ocurrir en el mismo orden de sucesión temporal. Como escribe Mircea Eliade, el mito
del eterno retorno es “un intento extremo de solidificar el devenir, de anular la irrevocabilidad del tiempo”.
EL FRAGMENTO 341 DE LA GAYA CIENCIA
En el fragmento 341 de La gaya ciencia aparece por primera vez formulada la doctrina del eterno retorno. El
fragmento se titula: “Peso formidable” y se expresa así: “¿Qué ocurriría si día y noche te persiguiese un
demonio en la más solitaria de las soledades diciéndote: „Esta vida, tal como como la vives en el presente, tal
como la has vivido, tendrás que vivirla otra vez y otras innumerables veces, y en ella nada habrá de nuevo; al
contrario, cada dolor y cada alegría, cada pensamiento y cada suspiro, lo infinitamente grande y lo
infinitamente pequeño de su vida, se reproducirán para ti, por el mismo orden y en la misma sucesión;
también aquella araña y aquel rayo de luna, también este instante; también yo. El eterno reloj de arena de la
existencia será vuelto de nuevo y con él tú, polvo del polvo?‟ ¿No te arrojarías al suelo rechinando los dientes
y maldiciendo al demonio que así te hablaba? ¿O habrás vivido el prodigioso instante en el que podrías
contestarle: „¡Eres un dios! ¡Jamás oí lenguaje más divino!‟. Si este pensamiento arraigase en ti, tal como
eres, tal vez te transformaría, pero acaso te aniquilara: la pregunta „¿quieres que esto se repita una e
innumerables veces?‟ ¡Pesaría con formidable peso sobre tus actos y por todo! ¡Cuánto necesitarías amar
entonces la vida y amarte a ti mismo para no desear otra cosa que esta suprema y eterna confirmación!”. Y, a
continuación, en el fragmento 342: Incipit tragoedia o, lo que es lo mismo, Incipit Zaratustra. El eterno retorno
le permite salvar un vacío en su filosofía. Traza sobre el flujo del devenir la imagen del ser, sin crear un ser
que trascienda el universo. Además, al impedir la introducción de una deidad trascendente, corta el paso al
panteísmo. La teoría excluye también la idea de un “más allá” personal aunque crea un sustituto de la misma:
la posibilidad de vivir la propia vida un sin número de veces. Para Eusebi Colomer es un imperativo
cosmológico en contraposición al imperativo categórico kantiano: “lo que quieres, quiérelo de tal manera que
desees su eterno retorno.
EL CREPÚSCULO DE LOS ÍDOLOS
Tras la publicación de Más allá del bien y del mal en 1886 y mientras corregía las pruebas de Genealogía de
la moral, a finales del verano de 1887, Nietzsche tomó la decisión, Nietzsche tomó la decisión de no imprimir
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ninguna cosa más durante una serie de años. Pensaba dedicarse a elaborar su proyectada obra La voluntad
de poder, a dar, por fin, una exposición detallada de su filosofía. A Nietzsche le quedaba, en aquel momento,
poco más de un año de vida lúcida. Sin embargo, pese a sus propósitos, en este último año, Nietzsche dio a
la imprenta o dejó preparadas para su impresión nada menos que seis obras, a saber: El caso Wagner,
Crepúsculo de los ídolos, El Anticristo, Ecce Homo, Ditirambos de Dioniso y Nietzsche contra Wagner.El
Crepúsculo de los ídolos pretende ser un compendio de su filosofía. Por el momento, la obra lleva otro título:
“Ociosidad de un psicólogo”. El 7 de septiembre de 1888 escribe a su editor desde Sils-María: “Estimado
señor editor: esta vez voy a darle una sorpresa. Sin duda pensará usted que hemos acabado con las
impresiones: pero he aquí que acaba de salir hacia usted el más limpio de todos los manuscritos que yo le
haya enviado nunca. Se trata de un escrito que, en lo que respecta a su formato, debe ser en todo hermano
gemelo de El caso Wagner. Su título es: Ociosidad de un psicólogo. Me es necesario publicarlo ahora porque
probablemente hacia finales de año próximo, tendremos que procederé a imprimir mi obra capital, la
Transvaloración de los valores”. Peter Gast propone a Nietzsche el 20 de septiembre que cambie de título. La
respuesta de Nietzsche el día 27 desde Turín fue la siguiente: “El nuevo título será: „Crepúsculo de los ídolos
o Cómo se filosofa con el martillo‟”. El significado del título queda explicitado por el propio autor: “¿Acaso
también [el título] una nueva guerra? ¿Y son auscultados nuevos ídolos?... Este pequeño escrito es una
declaración de guerra; y en lo que se refiere a la auscultación de ídolos, esta vez no son ídolos de nuestro
tiempo, sino ídolos eternos los que aquí son tocados con el martillo como un diapasón, -no hay en absoluto
ídolos más viejos, más convencidos, más llenos de aire que éstos… Tampoco más huecos… Esto no impide
que sean los más creídos”.
LA CRÍTICA A LOS FILÓSOFOS
La consecuencia de la muerte de Dios es el nihilismo. Son el mismo acontecimiento. ¿Qué entiende
Nietzsche por nihilismo? Desvalorización de todos los valores. “Nada” significa ausencia de Dios y del mundo
suprasensible y, en consecuencia, ausencia de origen y meta de toda realidad. Falta el fin, falta la respuesta
al por qué. Para el hombre nihilista, todo es vano. Nietzsche tiene conciencia de que el nihilismo es una
actitud que se autodestruye como los mensajes del agente secreto 007. ¿Tiene sentido negar el valor de la
vida y seguir viviendo? El nihilismo pasivo, teórico, se ve empujado hacia el nihilismo activo, práctico. Al final
del camino aparece el suicidio. Es preciso abandonar el nihilismo ¿en qué dirección? En el Crepúsculo de los
ídolosencontramos “Cómo el mundo verdadero acabó convirtiéndose en una fábula”, esto es, la Historia de un
error. Por “verdadero mundo” entiende Nietzsche el mundo suprasensible de la metafísica en contraposición
al mundo sensible, el cual, de rechazo, se convierte en el “mundo aparente”. Esta contraposición es una
ilusión y la historia de la metafísica no es más que la historia de un error. Nietzsche nos invita a seguir paso a
paso sus etapas más relevantes: platonismo, el mundo verdadero asequible al sabio, la forma más antigua de
la Idea, “relativamente inteligente, simple, convincente. Transcripción de la tesis „yo, Platón, soy la verdad‟;
cristianismo, el mundo verdadero inasequible al sabio por ahora, pero prometido, la Idea se convierte en una
mujer, se hace cristiana; kantismo, el mundo verdadero inasequible, indemostrable, imprometible, pero un
consuelo, una obligación, un imperativo, en el fondo, el viejo sol pero visto a través de la niebla y el
escepticismo, la niebla Königsberguense; positivismo, el mundo verdadero ¿inasequible? Inalcanzado,
también desconocido, primer bostezo del positivismo; nihilismo, el mundo verdadero una idea que ya no sirve
para nada, que ni siquiera obliga, una idea que se ha vuelto inútil, rubor avergonzado de Platón, ruido
endiablado de todos los espíritus libres; Zaratustra, hemos eliminado el mundo verdadero ¿qué mundo ha
quedado? ¿El mundo aparente? No, al eliminar el mundo verdadero también hemos eliminado el aparente, es
medio día, el instante de la sombra más corta, final del error más largo, punto culminante de la humanidad:
Zaratustra. Nietzsche expresa la sensación de claridad y plenitud que le embriaga con la imagen del
mediodía, instante de la sombra más corta (alusión al Mito de la caverna). Lo sensible no es ya mera sombra
del mundo inteligible. Es la auténtica realidad. Una nueva historia puede comenzar: Zaratustra.
ZARATUSTRA
Hasta la configuración definitiva en Así habló Zaratustra, el personaje se manifiesta como mínimo en tres
ocasiones en la vida de Nietzsche. El 25 de enero de 1881, Nietzsche envía a Peter Gast el borrador de
Aurora, con el fin de que haga una copia en limpio. A mediados de marzo, consiguen entre los dos tener listo
el manuscrito para la imprenta. Como descanso pretende viajar a Túnez con Gersdorff, un viejo amigo, y
pasar allí uno o dos años pero el conflicto franco-tunecino impide el viaje. El 1 de mayo, Nietzsche viaja con
Peter Gast a Recoaro, cerca de Vicenza. En palabras de Nietzsche “En una pequeña localidad termal de
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montaña, no lejos de Vicenza, en Recoaro, donde pasé la primavera de 1881, descubrí juntamente con mi
maestro y amigo Peter Gast, también él un „renacido‟, que el fénix Música pasaba volando a nuestro lado con
plumaje más ligero y más luminoso del que nunca había exhibido” (Ecce Homo, pp. 93-94). Para Andrés
Sánchez Pascual, aquí se sitúa la génesis afectiva de Zaratustra. Una segunda génesis de Zaratustra hay
que situarla en agosto de 1881 en Sils-María, a 6000 pies sobre el nivel del mar “y mucho más alto aún sobre
todas las cosas humanas”. Zaratustra pasa a su lado, al mismo tiempo, concibe el principio cosmológico del
eterno retorno para su filosofía: ésta sería la génesis conceptual. Finalmente, la génesis figurativa en enero
de 1883. Después de pasar el verano de 1882 con Lou von Salomé en Tautenburgo, idilio que acaba en
dolor, Nietzsche recala el 23 de noviembre en Rapallo, cerca de Génova. “Mi Zaratustra nació en este
invierno”. Por las tardes y siempre que se encontraba con fuerzas Nietzsche rodeaba la bahía entera de
Santa Margherita hasta llegar detrás de Portofino. “En estos dos caminos se me ocurrió todo el primer
Zaratustra, sobre todo, Zaratustra mismo en cuanto tipo: más exactamente, éste me asaltó” (Ecce Homo, p.
95). En diez días, del 1 al 10 de febrero de 1883, Nietzsche redacta el primer libro de Así habló Zaratustra.
LA MUERTE DE WAGNER
Acababa de escribir la obra el día 10 de febrero en Rapallo, Nietzsche va a Génova el día 14, para enviar el
manuscrito al editor. Posiblemente, durante la noche del 13 termina de escribir los últimos párrafos de ese
manuscrito, que iba a enviar a Leipzig. Al llegar a Génova compra “en contra de mi costumbre”, el número
vespertino del periódico Caffaro y lee la noticia de la muerte de Wagner. Éste había fallecido la noche anterior
en Venecia. Más tarde escribirá Nietzsche: “La parte final, esa misma de la que he citado algunas líneas en el
prólogo, fue concluida exactamente en la hora sagrada en que Richard Wagner moría en Venecia” (Ecce
Homo p. 94).
ASÍ HABLÓ ZARATUSTRA
Así habló Zaratustra. Un libro para todos y para ninguno. Las cuatro partes de la obra aparecieron por
separado entre 1883 y 1885. El superhombre, la voluntad de poder y el eterno retorno son los temas más
importantes del escrito. Zaratustra como el insensato es un doble del propio Nietzsche. Después de la muerte
de Dios, sólo son posibles dos revoluciones: el superhombre, anunciado por él o el “último hombre”, mediocre
e incapaz de pensar. ¿Quién es Zaratustra? Zaratustra es una figura semilegendaria de la antigua Persia.
Fundador de una religión que fue la propia de esa zona hasta su conquista por los árabes. Se cree que vivió
en el siglo VI antes de Cristo y que los elementos más auténticos de su doctrina están recogidos en los
himnos del Avesta (colección de textos sagrados). El propio Nietzsche ha destacado sus rasgos elementales:
“Zaratustra nacido junto al lago Urmi, en la provincia Aria, abandonó su patria a los treinta años, marchó hacia
las montañas, y escribió durante diez años de su soledad el Zend Avesta”. En el mundo griego esta figura fue
conocida cobre todo como filósofo y mago y se le atribuían extraños milagros y visiones. “Zaratustra fue el
primero en advertir que la auténtica rueda que hace moverse a las cosas es la lucha entre el bien y el mal, -la
transposición de la moral o lo metafísico, como fuerza, causa, fin en sí, es obra suya. Zaratustra creó ese
error, el más fatal de todos, la moral; en consecuencia, también él tiene que ser el primero en reconocerlo. Su
doctrina considera la veracidad como virtud suprema –esto significa lo contrario de la cobardía del „idealista‟
que, frente a la realidad, huye. Decir la verdad y disparar bien con flechas, esta es la virtud persa. La
autosuperación de la moral por veracidad” (Ecce Homo p. 125). La autosuperación de la moral por veracidad
es, pues, Zaratustra y los cuatro grandes pensamientos que dominan la obra forman entre sí un anillo, el
anillo del eterno retorno. Estos cuatro pensamientos son: el superhombre, la muerte de Dios, la voluntad de
poder, el eterno retorno.
EL ULTRAHOMBRE
¿Quién es el ultrahombre? El ultrahombre es un tipo de hombre que se hace cargo del nihilismo y de su
superación. En cualquier caso el ultrahombre está por venir. Nietzsche lo anuncia como una promesa de
futuro. Hay que entender el ultrahombre desdela transvaloración de todos los valores. A los treinta años,
Zaratustra se retira a la soledad de la montaña, donde le acompañan sus dos animales heráldicos: el águila,
símbolo del orgullo, y la serpiente, símbolo de la inteligencia. Allí aprende su sabiduría y un día decide bajar
a predicársela a los hombres. Después de encontrarse con el viejo santo del bosque que no había oído hablar
de la noticia de que Dios ha muerto, Zaratustra llega a la primera ciudad: “Encontró reunida en el mercado
una gran multitud: pues estaba prometida la exhibición de un volatinero. Y Zaratustra habló así al pueblo: „Yo
os enseño el superhombre. El hombre es algo que debe ser superado. ¿Qué habéis hecho para superarlo?
Todos los seres han creado hasta ahora algo por encima de ellos mismos: ¿y queréis ser vosotros el reflujo
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de esa gran marea, y retroceder al animal más bien que superar al hombre? ¿Qué es el mono para el
hombre? Una irrisión o una vergüenza dolorosa. Y justo eso es lo que el hombre debe ser para el
superhombre: una irrisión o una vergüenza dolorosa. Habéis recorrido el camino que lleva desde el gusano
hasta el hombre, y muchas cosas en vosotros continúan siendo gusano. En otro tiempo fuisteis monos, y aun
ahora es el hombre más mono que cualquier mono. Y el más sabio de vosotros es tan sólo un ser escindido,
híbrido de planta y fantasma. Pero ¿os mano yo que os convirtáis en fantasmas o plantas? ¡Mirad, yo os
enseño el superhombre! El superhombre es el sentido de la tierra. Diga vuestra voluntad: ¡sea el superhombre
el sentido de la tierra!” (Así habló Zaratustra, 3. Edición de Andrés Sánchez Pascual, Alianza Editorial, Madrid,
1993, p. 34). “El hombre es una cuerda tendida entre el animal y el superhombre, -una cuerda sobre un
abismo. Un peligroso pasar al otro lado, un peligroso caminar, un peligroso mirar atrás, un peligroso
estremecerse y pararse. La grandeza del hombre está en ser un puente y no una meta: lo que en el hombre
se puede amar es que es un tránsito y un ocaso. (…) Mirad yo soy un anunciador del rayo y una pesada gota
que cae de la nube: mas ese rayo se llama superhombre”(Así habló Zaratustra,4, op. cit., p. 38).
UN CÉSAR ROMANO CON ALMA DE CRISTO
El verdadero objetivo de Nietzsche no es sólo superar a Dios, sino también las consecuencias negativas de
su muerte. No es cuestión de dejar al hombre sin valores sino empujarle a la creación de nuevos valores.
Nietzsche exige en el fondo del hombre un comportamiento heroico. El último Nietzsche enturbiará con rasgos
biológicos la relativa pureza de su primera visión del ultrahombre. Éste se entiende cada vez más desde la
voluntad de poder. Como medio para preparar el advenimiento del ultrahombre, Nietzsche sueña en una
alianza entre el filósofo y la clase dominante que conduzca a la “gran política”. Una raza de señores que no se
dejarán formar por nadie, sino que se formarán a sí mismos. No se guiarán por valores sino que determinarán
ellos mismos el valor. Serán a la vez, como Napoleón, monstruos y ultrahombres. La fórmula para definirlos
no puede ser más equívoca: un “César romano con alma de Cristo”.
DE LAS TRES TRANSFORMACIONES
En este sentido hay que entender el texto “De las tres transformaciones”: “Tres transformaciones del espíritu
os menciono: cómo el espíritu se convierte en camello, y el camello en león, y el león, por fin, en niño. ¿Qué
es pesado? Así pregunta el espíritu paciente, y se arrodilla, igual que el camello, y quiere que se le cargue
bien. ¿Qué es lo más pesado, héroes? Así pregunta el espíritu paciente, para que yo cargue con ello y mi
fortaleza se regocije. Pero en lo más solitario del desierto tiene lugar la segunda transformación: en león se
transforma aquí el espíritu, quiere conquistar su libertad como se conquista una presa, y ser señor de su
propio desierto. Aquí busca a su último señor: quiere convertirse en enemigo de él y de su último dios, con el
gran dragón quiere pelear para conseguir la victoria. ¿Quién es el gran dragón, al que el espíritu no quiere
seguir llamando señor ni dios? „Tú debes‟ se llama el gran dragón. Pero el espíritu del león dice „yo quiero‟.
Todos los valores de las cosas han sido ya creados, y yo soy –todos los valores creados. ¡En verdad, no debe
seguir habiendo ningún „¡yo quiero!‟ Así habla el dragón. Hermanos míos, ¿para qué se precisa que haya el
león en el espíritu? ¿Por qué no basta la bestia de carga, que renuncia a todo y es respetuosa? Crear valores
nuevos –tampoco el león es aún capaz de hacerlo: mas crearse libertad para un nuevo crear, eso sí es capaz
de hacerlo el poder del león. Crearse libertad y un „no‟ santo incluso frente al deber: para ello, hermanos
míos, es preciso el león. Pero decidme, hermanos míos, ¿qué es capaz de hacer el niño que ni siquiera el
león ha podido hacerlo? ¿Por qué el león rapaz tiene que convertirse en niño? Inocencia es el niño, y olvido,
un nuevo comienzo, un juego, una rueda que se mueve por sí misma, un primer movimiento, un santo decir
sí. Sí, hermanos míos, para el juego de crear se precisa un santo decir sí: el espíritu quiere ahora su voluntad,
el retirado del mundo conquista ahora su mundo. Tres transformaciones del espíritu os he mencionado: cómo
el espíritu se convirtió en camello, y el camello en león, y el león, por fin, en niño” (Así habló Zaratustra, op.
cit., pp. 49-41). El camello representa el “tú debes”, debe transformarse en león que representa al hombre que
se libera de Dios y de la ley moral. El león sustituye el “tú debes” por el “yo quiero”. Su voluntad es ley. Es una
libertad de pero no una libertad para. Por eso, el león debe transformarse en niño. El niño dice sí. Dicta
nuevos valores. “El niño es la inocencia y olvido, es un nuevo comienzo, un juego, una rueda que gira por sí
misma, un primer movimiento, un santo decir sí. Si hermanos míos, se precisa un santo decir sí para el juego
de crear”.
EL ARTE TRÁGICO Y EL ARTE DIONISÍACO
En El nacimiento de la tragedia desde el espíritu de la música (1872), su primera obra comenzada durante el
fragor de la batalla de Wörth. “Medité sobre estos problemas a las puertas de Metz”.Un libro condenado
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desde el principio. Dedicado a Wagner, presenta el contraste entre la cultura griega anterior y posterior a
Sócrates y argumenta que la cultura alemana contemporánea está impregnada por el espíritu racionalista
socrático que acabó con la tragedia. A los veintiséis años, Nietzsche experimentaría el fracaso en toda su
crudeza. Queda descalificado como filólogo. El filólogo estrella de la Universidad de Basilea se convierte de la
noche a la mañana en un apestado. En noviembre de 1872 escribe a Rohde: “El resultado más inmediato es
para mí algo deprimente de que en nuestra Universidad no se han presentado estudiantes de filología para
este cuatrimestre de invierno”. ¿Por qué tanto escándalo? Nietzsche establece una distinción que se da entre
“las artes plásticas, las apolíneas y el arte no figurativo de la música, el de Dioniso”. Detrás de ambos géneros
se encuentran dos impulsos opuestos de la naturaleza en el arte, los cuales se expresan en el sueño o en la
embriaguez. Es dionisíaco el temprano conocimiento y sentimiento griego de los “horrores y monstruosidades
de la existencia”; eso se expresa en la sabiduría del Sileno cuando afirma que lo mejor es no haber nacido y
lo segundo mejor es morir pronto. Apolo y, según él, todos los dioses olímpicos son la bella apariencia alegre,
en la que el griego busca la redención de su visión pesimista. Con la contraposición entre el mundo de la
apariencia, el velo de Maya y Dioniso, el uno originario, Nietzsche se apropia de forma caprichosa de la
distinción de Schopenhauer entre voluntad y representación. En los capítulos 7-10 muestra como en la
tragedia lo apolíneo y lo dionisíaco se funden en una unidad, la acción trágica es sólo una visión apolínea del
embriagado coro dionisíaco. En el fondo, el héroe trágico es Dioniso. Esto tiene validez sólo para Esquilo y
Sófocles. Con Eurípides comienza el ocaso de la tragedia. Con Eurípides, se impone en el escenario la
tendencia racionalista, psicológica y con Sócrates el hombre teórico vence sobre la concepción trágica del
mundo, el optimismo científico se alza con la victoria sobre el pesimismo trágico. Sócrates es un punto de
viraje. En su tiempo se abre paso un movimiento contrario. Con Schopenhauer y con Kant ha comenzado ya
un conocimiento trágico, tendente a disolver la ciencia y su optimismosocrático-alejandrino. Y, a su juicio, este
conocimiento necesita un consuelo metafísico que sólo pude concederle el arte trágico. En los dramas de
Wagner, la tragedia renace desde la música. No habíamos llegado al Caso Wagner (primavera de 1888)
donde realiza un ajuste de cuentas con el compositor.
EL VITALISMO
En los esbozos de una obra que Nietzsche dejó inacabada y que sus primeros editores, su hermana Elisabeth
y su amigo Peter Gast, presentaron como su obra fundamental, aparece un nuevo tema que se escogió como
título: La voluntad de poder (1886, 1906). “¿Qué es la vida? Se precisa aquí un concepto nuevo y más exacto
de vida. Mi fórmula dice así: la vida es voluntad de poder”. El término voluntad no se refiere a una actividad o
facultad del espíritu cuyo carácter básico se haya en una tendencia. Voluntad significa más bien la esencia
oculta de todo lo real, el carácter global de la existencia. No tanto voluntad de poder como voluntad como
poder, poder de poder llegar a ser cada vez más poderosa. ¿Cómo llega Nietzsche a esta idea? “Dondequiera
que he encontrado algo viviente, enseña ya Zaratustra, he encontrado voluntad de poder. Incluso en la
voluntad de quien sirve, he encontrado voluntad de ser amo”. Schopenhauer había visto en la voluntad la
realidad auténtica –como la cosa en sí de Kant- que se escondía tras las apariencias del mundo.
Schopenhauer caracterizó esta voluntad ciega e irracional como voluntad de vivir. Nietzsche la convertirá en
voluntad de poder. La voluntad de poder se suma al viejo concepto físico de fuerza como principio interno de
determinación. La fuerza dice siempre en relación a otra fuerza. Nietzsche aspira a su contraposición. La
voluntad de poder es el principio inscrito internamente en la misma fuerza de que dependen la cualidad y la
tensión. El mundo como lo concibe Nietzsche consiste en una combinación de fuerzas que luchan por el
poder: unas dominan y otras son dominadas, pero todas quieren el poder. Sí hay una ley en la naturaleza:
voluntad de poder. El tema de la voluntad de poder con su nota heraclitiana e inmoralista encaja a la
perfección con el pensamiento de Nietzsche.
LA NOCHE ESTRELLADA DE VINCENT VAN GOGH
La noche estrellada de Vincent van Gogh representa como ninguna otra el dinamismo cósmico que inspira la
filosofía de Nietzsche. Con diez años de diferencia, ambos sufrieron destinos idénticos. El crepúsculo de los
ídolos se puso a la venta el mes de enero de 1889, el 25 de ese mes, Nietzsche tiene los primeros ejemplares
de la obra. Inmediatamente después sufre su definitivo derrumbamiento mental. Envió a Jacob Buckhardt la
llamada “cédula de locura”. Seguidamente fue ingresado en la clínica de enfermedades nerviosas de Basilea
y una semana más tarde en el manicomio de Jena. En una creciente demencia, Nietzsche pasó los últimos
años de su vida, primero bajo el cuidado de su madre en Naumburgo y, desde 1897, con su hermana
Elisabeth-Förster-Nietzsche en Weimar. El 27 de Julio de 1890, Vincent van Gogh se da un pistoletazo en el
8

pecho en un campo de trigo de Auvers-Sur-Oise. Muere el 29 a la una y media de la mañana, su último
cuadro Trigal con cuervos.
3.- CONTEXTUALIZACIÓN
BIOGRAFÍA
Filósofo y filólogo clásico, era el primogénito de la familia de un pastor protestante. Nació el 15 de octubre de
1944 en Röcken en la Sajonia prusiana. Su niñez estuvo ensombrecida por la temprana muerte de su padre.
Desde 1858 a 1864 estudió en la escuela real de Pforta. Su admiración por Grecia despertó aquí siendo sus
autores favoritos Platón y Esquilo. En octubre de 1864 fue a la Universidad de Bonn, junto con su compañero
Paul Deussen, el futuro filósofo y orientalista. Al año siguiente se trasladó a Leipzig para continuar sus
estudios filológicos bajo la dirección de Ritschl. Hizo gran amistad con Erwin Rhode, estudiante entonces y
más tarde profesor de universidad. En 1865 Nietzsche ya había abandonado el cristianismo. Y cuando en
Leipzig llegó a conocer a Schopenhauer El mundo como voluntad y representación, uno de los aspectos que
más le interesó fue el ateísmo de su autor.
En mayo de 1869, ocupa la cátedra de filología clásica de la Universidad de Basilea gracias a la intercesión
de Ritschl. Al estallar la guerra franco-prusiana, Nietzsche se incorpora al cuerpo de ambulancias del ejército
alemán pero deja el puesto por enfermedad. Al poco tiempo regresa a la Universidad de Basilea.
Las visitas que Nietzsche hacía desde Basilea a la villa de Richard Wagner en el lago Lucerna, constituían un
bálsamo para su salud. A principios de 1872 aparece El origen de la tragedia. Con este libro se inicia el
período de dieciséis años de creatividad de Nietzsche. Como dijimos es un libro que nace ya condenado al
fracaso. La crítica del joven filólogo Wilamowitz-Moellendorff hizo que Nietzsche perdiera el prestigio
académico.
De 1873 a 1876, Nietzsche publicó cuatro ensayos, bajo el título común de Consideraciones intempestivas.
En el primero, ataca a David Strauss; en el segundo ataca la idolatría del conocimiento histórico como
sustituto de la cultura viva; en el tercero elogia a Schopenhauer; y en el cuarto, describía a Wagner como
fundador del renacimiento del genio griego.
En 1876, fecha de la publicación del cuarto titulado Wagner en Bayreuth, Nietzsche y Wagner han
comenzado ya a distanciarse. Su ruptura con el compositor significó el final de la primera fase de Nietzsche.
El segundo período en el que se inicia su fase de filósofo racionalista ilustrado comienza con Humano,
demasiado humano que originariamente se publicó en tres partes entre 1878-1879. En la primavera de 1879,
su mala salud le obliga a renunciar a la cátedra de la Universidad de Basilea. Durante los diez años siguientes
llevará una vida errante buscando la salud perdida en distintos países: Suiza, Italia.
En 1881, Nietzsche publica Aurora, a la que siguió en 1882 una de sus obras principales: La gaya ciencia en
donde hayamos la idea del cristianismo como hostil a la vida, la muerte de Dios, el eterno retorno, Zaratustra.
Ninguna de estas obras tuvo mucho éxito.
La tercera fase del pensamiento de Nietzsche se inicia con Así habló Zaratustra. Como indicamos, las dos
primeras partes se publicaron separadamente en 1883. La tercera en la que se proclama la teoría del Eterno
Retorno apareció a principios de 1884, y la cuarta fue publicada a principios de 1885.
Más allá del bien y del mal que apareció en 1886 y Genealogía de la moral que aparecería en 1887, son junto
a Zaratustra sus escritos más importantes.Más allá del bien y del mal lleva como subtítulo Preludio para una
filosofía del futuro. Su idea del título adecuado cambió varias veces. En un principio, iba a ser La voluntad de
poder, una nueva interpretación de la naturaleza o La voluntad de poder, un ensayo para una nueva
interpretación del universo. Nietzsche adoptaba el término “Voluntad” prestado de Schopenhauer. Finalmente,
el título sería: La voluntad de poder, un ensayo hacia la transmutación de todos los valores. Pero, de hecho,
esta obra nunca fue completada. El Anticristo estaba destinado a ser su primera parte. Definitivamente, fue la
única parte. O sea, lo que conocemos como Voluntad de poder se publicaría como El Anticristo. Nietzsche
dejó la obra que planeaba para dirigir un feroz ataque contra Wagner, El caso Wagner aparecería en 1888,
seguido por Nietzsche contra Wagner. Este segundo ensayo, así como otros trabajos de 1888, el ya citado El
crepúsculo de los ídolos, El Anticristo y Ecce Homo, una especie de autobiografía fueron publicados después
del derrumbamiento de Nietzsche. A finales de 1888, como señalamos con anterioridad, empezaron a
aparecer signos evidentes de locura y en enero de 1889, Nietzsche fue trasladado de Turín, donde se hallaba
a Basilea. Nunca se recobró totalmente, pero tras un tratamiento en Basilea y en Jena, pudo ir a Naumburgo
a casa de su madre. Después de la muerte de ésta, vivió con su hermana en Weimar. Por entonces era ya un
hombre famoso, pero desgraciadamente no podía apreciarlo. Murió el 25 de agosto de 1900.
9


Con Nietzsche el hombre moderno llega a una encrucijada. El terror se apodera del espíritu cartesiano
cuando entra en el universo de Nietzsche. Entre Marx y Nietzsche no encontramos la continuidad que existe
entre Feuerbach y Marx. El hilo se ha roto y estamos ante un nuevo comienzo. Si hay alguna relación entre
ambos es de oposición. Aunque Nietzsche no salde expresamente sus cuentas con Marx como lo hizo con
Kant y con Hegel, no reserva críticas al socialismo. Lo mira con desprecio como un síntoma de la decadencia
europea. El socialismo es para él cosa del rebaño, de la plebe, de pobres gentes que quieren calentarse
mutuamente. Nietzsche restablece apasionadamente con su hermano gemelo y enemigo Kierkegaard, el
principio del individuo. Sólo en lo que se refiere al ateísmo, Nietzsche toma el relevo de Marx. Es sintomática
a este respecto, la coincidencia de fechas. Marx moría en Londres en 1883. Un año antes Nietzsche daba la
última mano en Génova a una de sus obras más radiantes La gaya ciencia. En ella anuncia la “muerte de
Dios”. Nietzsche coincide con Marx de que está empezando una nueva etapa de la historia, una etapa no
tanto atea como post atea. Pero, de nuevo, ahí empiezan las diferencias. En opinión de Nietzsche, toda la
filosofía alemana estaba infectada de teología. Hegel no es ninguna excepción. Éste último es el responsable
del retraso de la victoria del ateísmo. La historia juega en Hegel el papel de Dios: juzga absolutamente y exige
obediencia absoluta. Marx sigue a Hegel, cree en un sentido de la historia. Esta concepción teleológica de la
historia es para Nietzsche una concepción teológica. Presupone un sentido de la historia sin poder
demostrarlo. Parece como si Marx no supiera que, donde no hay Dios, tampoco puede haber sentido. Ahí
radica la novedad de Nietzsche. Dios ha muerto y con él también la razón y el sentido. Estamos ante un
nuevo ateísmo. A su lado, los ateísmos de Marx y Feuerbach son un juego de niños. Sin embargo, ese gran
ateísmo es un ateísmo trágico. Nietzsche sabe que no puede sustituir a Dios por otra cosa. Pero su
desesperanza le lleva a hacerlo. Y lo hace en forma de “simulacros”, es decir, de creaciones de verdad y de
valor, de las que uno conoce el carácter voluntario y ficticio. Pero Nietzsche también avanza a Freud. Su
teoría de la cultura viene a ser una especie de psicoanálisis corrosivo. Sus armas son las mismas de Freud: la
genealogía, la psicología del resentimiento y la sospecha. Él mismo habla significativamente de “filosofar con
el martillo”. Nietzsche no busca tanto demostrar, contraponer argumentos, razones a razones cuanto hacer
tabla rasa del viejo árbol de la religión, de la metafísica y la moral. En una palabra, Nietzsche pretende
desmontar el discurso moral y metafísico buceando en sus resortes ocultos. No sin razón lo ha denominado
H. Lefevre el “gran descodificador” del mundo occidental. Nietzsche representa la inversión de la metafísica y
no otro es su secreto y también su fuerza y su debilidad.

CONCLUSIÓN DE NIETZSCHE
El filósofo formado en la escuela de Descartes sabe que las cosas son dudosas. No son tal y como aparecen.
El abandono del realismo ingenuo así lo prueba. Pero no dudamos de que la conciencia sea tal y como se
presenta a sí misma. En ella, sentido y conciencia del sentido coinciden. Desde Marx, Nietzsche y Freud, lo
dudamos. Son los tres maestros de la sospecha. Pero estos tres maestros de la sospecha no son tres
maestros del escepticismo. Según Paul Ricoeur, los tres despejan el camino para una nueva Verdad. No sólo
por el camino de una crítica “destructora” sino mediante la invención de un arte de “interpretar”. Se trata de un
método de “desciframiento”. Freud ha entrado en el tema de la “conciencia falsa” por el doble pórtico del
sueño y el síntoma neurótico. Marx ataca el problema de las ideologías en términos de economía y
alienación. Nietzsche se sitúa desde la perspectiva del valor, de la evaluación y la transvaluación y la voluntad
de poder. En el fondo, para Ricoeur, la Genealogía de la moralen el sentido de Nietzsche, la teoría de las
ideologías en el sentido marxista y la teoría de los ideales y las ilusiones en el sentido de Freud representan
tres procedimientos convergentes de la desmitificación. Los tres comienzan con la sospecha con respecto a
las ilusiones de la conciencia y continúan con el ardid del desciframiento. Lo que quiere Marx es liberar la
praxis por el conocimiento de la necesidad pero esta liberación es inseparable de una toma de conciencia que
responde a las mistificaciones de la conciencia falsa. Lo que quiere Nietzsche es el aumento de la potencia
del hombre, la restauración de su fuerza. La voluntad de poder junto con el eterno retorno, el superhombre y
Dionisos. Lo que quiere Freud es ampliar el campo de la conciencia, la “curación por la conciencia”. Los
maestros de la sospecha coinciden: estamos ante una liberación de la conciencia de sus medias verdades y
mitos. Sin duda, el siglo XX será heredero de estos tres analistas de la cultura y todavía aún no podemos
pensar sin ellos en el nuevo siglo XXI que comienza.

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El gran volatinero Friedrich Wilhelm Nietzsche

  • 1. 1 EL GRAN VOLATINEROFRIEDRICH WILHELM NIETZSCHE 6 Se me estará agradecido si condenso un conocimiento tan esencial, tan nuevo, en cuatro tesis: así facilito la comprensión, así provoco la contradicción. Primera tesis. Las razones por las que "este" mundo ha sido calificado de aparente fundamentan, antes bien, su realidad, -otra especie distinta de realidad es absolutamente indemostrable. Segunda tesis. Los signos distintivos que han sido asignados al "ser verdadero" de las cosas son los signos distintivos del no-ser, de la nada, -a base de ponerlo en contradicción con el mundo real es como se ha construido el "mundo verdadero": un mundo aparente de hecho, en cuanto es meramente una ilusión óptico-moral. Tercera tesis. Inventar fábulas acerca de "otro" mundo distinto de éste no tiene sentido, presuponiendo que no domine en nosotros un instinto de calumnia, de empequeñecimiento, de recelo frente a la vida: en este último caso tomamos venganza de la vida con la fantasmagoría de "otra" vida distinta de esta, "mejor" que ésta. Cuarta tesis. Dividir el mundo en un mundo "verdadero" y en un mundo aparente", ya sea al modo del cristianismo, ya sea al modo de Kant (en última instancia, un cristiano alevoso), es únicamente una sugestión de la decadence, -un síntoma de la vida descendente... El hecho de que el artista estime más a la apariencia que la realidad no constituye una objeción contra esta tesis. Pues a la "apariencia" significa aquí la realidad una vez más, sólo que seleccionada, reforzada, corregida... El artista trágico no es un pesimista, - dice precisamente sí incluso a todo lo problemático y terrible, es dionisíaco... NIETZSCHE, El crepúsculo de los ídolos, capítulo “La „razón‟ en la filosofía”, apartados 1, 4 y 6 (trad. A. Sánchez Pascual, Madrid, Alianza, 1998, pp. 51, 53-54 y 55-56). 1.- RESUMEN DEL TEXTO: ¿Cuál es el tema del texto? ________________________________________________________________ Señala las ideas más importantes: 1ª) _____________________________________________________________________________________ 2ª) _____________________________________________________________________________________ 3ª)_____________________________________________________________________________________ 4ª) _____________________________________________________________________________________ Explicación de las ideas: 1ª) El mundo aparente se sustenta en razones que fundamentan su realidad. La división platónica de mundo sensible y mundo inteligible carece de fundamento. Sólo hay una realidad: el mundo sensible. El mundo inteligible o suprasensible es la clave de bóveda de la metafísica. Pero con Hume, primero y después con Kant vimos que la metafísica no es posible como ciencia. De modo que, Nietzsche hubiera apoyado la tesis humeana de arrojar los libros de metafísica y teología a la hoguera. Este presupuesto exige una genealogía de la moral y la transvaloración (revaluación de todos los valores). El mundo “verdadero” platónico y cristiano es una ficción. No hay más realidad que esta. El bisturí que emplea es la psicología del desenmascaramiento. 2ª) El mundo real es una ilusión óptico-moral del mundo verdadero. Contra el Ser de Parménides, inmóvil, homogéneo, compacto, lleno, perfecto, equidistante como los radios de una esfera, Nietzsche reclama la realidad del devenir, el todo fluye de Heráclito. Recordad: “nadie baja dos veces a bañarse al mismo río”. El río de Heráclito es una metáfora de la vida. La concepción dinámica de Nietzsche contrasta con el inmovilismo y el estatismo de las Ideas platónicas y la eternidad cristiana. Dioniso contra Apolo. La metafísica cartesiana, de nuevo, es derribada: Dios, Alma, Mundo no son presupuestos morales sino inmorales de una realidad que Nietzsche repudia. La ilusión óptico-moral es la ilusión trascendental. “Bueno” y “malo” no son sino engaños. Nietzsche reduce los problemas ontológicos a problemas axiológicos, tales son: la moral, la política, el conocimiento, la ciencia, el arte. Los valores son condiciones de la voluntad de poder. Nietzsche distingue entre morales activas expresión de la vida ascendente y morales reactivas que son indicio de la decadencia y la debilidad. Con Hume, Nietzsche detesta las virtudes cristianas de fe, esperanza y caridad, así como las virtudes monacales como el ayuno, la abstinencia, el celibato, el silencio, la negación de uno mismo.
  • 2. 2 Nietzsche distingue entre una moral de señores: aristócratas, nobles, guerreros y una moral de esclavos, el cristianismo y el socialismo. La moral noble es creadora; la moral vulgar asimila los valores con los que se encuentra. El guerrero tiene las virtudes del cuerpo, el sacerdote inventa el espíritu. En el origen de la conciencia moral está la perversión de los instintos, en particular, está el instinto de crueldad. 3ª) No hay más mundo que éste. No existe una realidad trascendental o una Ciudad de Dios. Toda la cultura occidental se basa en la metafísica, en la afirmación de la realidad del mundo suprasensible, como la condición de su existencia. En Platón el Bien se manifiesta con caracteres divinos. Los primeros teólogos reconocieron en la Idea de Bien a Dios. El problema del Ser y del Valor permanecerá unido al problema de Dios pero Dios ha muerto. “Bien”, “Verdad”, “Belleza” se hundieron junto con el tesoro de la fragata Mercedes. ¿Dónde está el caza tesoros que lo recuperará? ¿Dónde está la Odyssey metafísica? 4º) Ni cristianismo ni kantismo, dos etapas de la fábula del mundo. Al final de todo: Zaratustra. Con Nietzsche asistimos a una ontología en negativo. La labor de zapa comienza con la idea de “sujeto” y de “sustancia”. Todo empieza por lo que él denomina la ficción del yo. Donde no hay yo, no puede haber sustancia. Las consecuencias son incalculables, por la misma razón tampoco hay “ni espíritu, ni razón, ni conciencia, ni voluntad: todos son ficciones inútiles”. El mundo de la metafísica en su totalidad se hunde en la nada y con él se hunde también el mundo categorial de Kant y de la conciencia moderna: causalidad, determinismo, teleología, materialidad, son nociones que hemos inventado a imagen del sujeto. Parménides dijo: “no se piensa lo que no es”. Nosotros decimos: “lo que puede ser pensado tiene que ser con seguridad una ficción”. 2.- EXPLICACIÓN DE DOS NOCIONES PRESENTES EN EL FRAGMENTO EL CONCEPTO DE DIOS EL FRAGMENTO 125 DE LA GAYA CIENCIA “Dios ha muerto”, el pórtico de entrada a esta filosofía se encuentra en el fragmento 125 “El insensato” de La gaya ciencia (1882) en el que por primera vez Nietzsche introduce el tema de la muerte de Dios: “¿No oísteis hablar de aquel loco que en pleno día corría por la plaza pública con una linterna encendida gritando sin cesar: „¡Busco a Dios! ¡Busco a Dios!‟? Cómo estaban presentes muchos que no creían en Dios, su gritos provocaron risa. „¿Se te ha extraviado?‟ –decía uno. „¿Se ha perdido como un niño?‟ –preguntaba otro. (…) El loco se encaró con ellos y clavándoles la mirada, exclamó: „¿Dónde está Dios? Os lo voy a decir. Le hemos matado; vosotros y yo, todos nosotros somos sus asesinos. Pero ¿Cómo hemos podido hacerlo?‟. (…) Se añade que el loco penetró el mismo día en muchas iglesias y entonó el Réquiem aeternam Deo. Expulsado y preguntado por qué lo hacía, contestaba siempre lo mismo: „¿De qué sirven estas iglesias, si son los sepulcros y los monumentos de Dios‟?” El insensato es, sin duda, un símbolo del propio Nietzsche. No se trata de un loco cualquiera sino como decía Unamuno de D. Quijote: “Un hombre sesudo y cuerdo que enloquece de pura madurez de espíritu”. La escena recuerda también la imagen de Diógenes, paseando en pleno día por el centro de Atenas con una linterna encendida y gritando: “¡Busco a un hombre!” DIOS HA MUERTO EN ASÍ HABLÓ ZARATUSTRA Los pasajes de La Gaya Ciencia pasan a ser completados por Así habló Zaratustra (1883-85), el viejo santo del bosque observa que: “¡Será posible! ¡Este viejo santo del bosque no se ha enterado todavía que Dios ha muerto!” Nietzsche quiere dar a entender que la “muerte de Dios” es la situación fundamental de su nuevo héroe: Zaratustra. “Dios ha muerto” no es una proposición teórica o especulativa sino una proposición parabólica o dramática. Lógicamente, Dios puede existir o no existir pero no puede morir. Lo que ha muerto es la fe del hombre en Dios pero ¿Quién es ese Dios de quien Nietzsche anuncia su muerte? Se trata del Dios cristiano. “La fe en Dios cristiano se ha vuelto increíble”. Pero Dios no es sólo el dogma de ciertos creyentes sino la clave de bóveda del mundo suprasensible o metafísico. Es en este sentido como hay que entender la muerte de Dios, a la luz de la inversión de la metafísica. El mundo metafísico se ha desmoronado. El ateísmo de Nietzsche no es el ateísmo de Marx o Feuerbach, poner otras cosas en lugar de Dios: la humanidad, la futura ciudad socialista, ni de sustituir el ideal perdido por los nuevos valores laicos: razón, progreso, la civilización, la ciencia, el bienestar general, la moral humanitaria, el utilitarismo. Dios significa aquí el “lugar”, Dios ha sido suprimido como lugar. ATEÍSMO Su ateísmo contiene tres motivos: 1º) La oposición a la moral. Kant representa un teísmo postulatorio. La moral exige a Dios y la inmortalidad como condición de posibilidad. Nietzsche no propugna la inmoralidad sino un nuevo tipo de moral aristocrática, creadora, la moralidad del hombre fuerte que no conoce ni normas ni
  • 3. 3 prohibiciones. Ese nuevo hombre estaría de acuerdo con la sentencia de aquel personaje de Dostoievski: “Si Dios ha muerto, todo está permitido”. Nietzsche está pensando en Dioniso. 2º) Un motivo humanista. Nietzsche concibe al hombre como creador de valores. La creatividad así entendida lleva consigo la exclusión de Dios. Si hay Dios, no hay nada que crear, ya que “crear” y “hay” esexcluyente. 3º) El tercer motivo es teológico. En el fondo está la vieja sentencia: “seréis como Dios”. Nietzsche sabe que el hombre jamás puede convertirse en Dios pero, al menos, puede ser un hombre nuevo, superior. Todos lo caminos conducen al ultrahombre. Por eso, espera Nietzsche que la “muerte de Dios” sea el comienzo de una nueva etapa de la historia. La muerte de Dios es una verdad amarga. EL ETERNO RETORNO En el verano de 1881, mientras trabajaba en la segunda parte de Aurora que se publicaría con el nombre de La gaya ciencia, tuvo lugar la visión de la doctrina cosmológica del eterno retorno. “Primeros días de agosto de 1881 en Sils-María, a 6.000 pies de altura sobre el nivel del mar y mucho más alto aún sobre todas las cosas humanas”. Aquel día de agosto en el que paseando a orillas del lago Silvapalana, junto a una roca majestuosa no lejos de Surlei: “Estaba yo sentado ahí expectante/ esperando, nada, gozando del juego cambiante/ de luz y sombra, más allá del bien y del mal/ todo mediodía, todo lago, todo tiempo sin final/ de pronto de uno se hizo dos/ y Zaratustra pasó a mi lado”. Zaratustra no es únicamente el profeta del superhombre sino también el maestro de la doctrina del eterno retorno. Entre los apuntes que Nietzsche escribe ese día encontramos: “El nuevo centro de gravedad: el eterno retorno de lo idéntico. Importancia infinita de nuestro saber, de nuestro errar, de nuestros hábitos y modos de vivir, para todo lo venidero. ¿Qué hacemos con el resto de nuestra vida –nosotros los que hemos pasado su mayor parte en la más esencial ignorancia? Nos dedicamos a enseñar esta doctrina –es el medio más eficaz para asimilarla nosotros mismos. Nuestra especie de felicidad como maestros de la más grande doctrina”. El eterno retorno es el principio de superación del nihilismo. Si es verdad que Dios ha muerto, entonces no hay otro mundo que este mundo ni otra vida que esta vida y este mundo y esta vida pasan. ¿Cómo conceder peso de eternidad a algo que es en sí pasajero? Nietzsche acude a un viejo mito religioso. En los Vedas hindúes y en la antigua tradición germana se encuentra el mito indo-ario del eterno retorno. El mito pasó por influjo oriental a los presocráticos y al pitagorismo primitivo y se concretó en la idea del “gran año cósmico” en el que todo lo que ha ocurrido volvía exactamente a ocurrir en el mismo orden de sucesión temporal. Como escribe Mircea Eliade, el mito del eterno retorno es “un intento extremo de solidificar el devenir, de anular la irrevocabilidad del tiempo”. EL FRAGMENTO 341 DE LA GAYA CIENCIA En el fragmento 341 de La gaya ciencia aparece por primera vez formulada la doctrina del eterno retorno. El fragmento se titula: “Peso formidable” y se expresa así: “¿Qué ocurriría si día y noche te persiguiese un demonio en la más solitaria de las soledades diciéndote: „Esta vida, tal como como la vives en el presente, tal como la has vivido, tendrás que vivirla otra vez y otras innumerables veces, y en ella nada habrá de nuevo; al contrario, cada dolor y cada alegría, cada pensamiento y cada suspiro, lo infinitamente grande y lo infinitamente pequeño de su vida, se reproducirán para ti, por el mismo orden y en la misma sucesión; también aquella araña y aquel rayo de luna, también este instante; también yo. El eterno reloj de arena de la existencia será vuelto de nuevo y con él tú, polvo del polvo?‟ ¿No te arrojarías al suelo rechinando los dientes y maldiciendo al demonio que así te hablaba? ¿O habrás vivido el prodigioso instante en el que podrías contestarle: „¡Eres un dios! ¡Jamás oí lenguaje más divino!‟. Si este pensamiento arraigase en ti, tal como eres, tal vez te transformaría, pero acaso te aniquilara: la pregunta „¿quieres que esto se repita una e innumerables veces?‟ ¡Pesaría con formidable peso sobre tus actos y por todo! ¡Cuánto necesitarías amar entonces la vida y amarte a ti mismo para no desear otra cosa que esta suprema y eterna confirmación!”. Y, a continuación, en el fragmento 342: Incipit tragoedia o, lo que es lo mismo, Incipit Zaratustra. El eterno retorno le permite salvar un vacío en su filosofía. Traza sobre el flujo del devenir la imagen del ser, sin crear un ser que trascienda el universo. Además, al impedir la introducción de una deidad trascendente, corta el paso al panteísmo. La teoría excluye también la idea de un “más allá” personal aunque crea un sustituto de la misma: la posibilidad de vivir la propia vida un sin número de veces. Para Eusebi Colomer es un imperativo cosmológico en contraposición al imperativo categórico kantiano: “lo que quieres, quiérelo de tal manera que desees su eterno retorno. EL CREPÚSCULO DE LOS ÍDOLOS Tras la publicación de Más allá del bien y del mal en 1886 y mientras corregía las pruebas de Genealogía de la moral, a finales del verano de 1887, Nietzsche tomó la decisión, Nietzsche tomó la decisión de no imprimir
  • 4. 4 ninguna cosa más durante una serie de años. Pensaba dedicarse a elaborar su proyectada obra La voluntad de poder, a dar, por fin, una exposición detallada de su filosofía. A Nietzsche le quedaba, en aquel momento, poco más de un año de vida lúcida. Sin embargo, pese a sus propósitos, en este último año, Nietzsche dio a la imprenta o dejó preparadas para su impresión nada menos que seis obras, a saber: El caso Wagner, Crepúsculo de los ídolos, El Anticristo, Ecce Homo, Ditirambos de Dioniso y Nietzsche contra Wagner.El Crepúsculo de los ídolos pretende ser un compendio de su filosofía. Por el momento, la obra lleva otro título: “Ociosidad de un psicólogo”. El 7 de septiembre de 1888 escribe a su editor desde Sils-María: “Estimado señor editor: esta vez voy a darle una sorpresa. Sin duda pensará usted que hemos acabado con las impresiones: pero he aquí que acaba de salir hacia usted el más limpio de todos los manuscritos que yo le haya enviado nunca. Se trata de un escrito que, en lo que respecta a su formato, debe ser en todo hermano gemelo de El caso Wagner. Su título es: Ociosidad de un psicólogo. Me es necesario publicarlo ahora porque probablemente hacia finales de año próximo, tendremos que procederé a imprimir mi obra capital, la Transvaloración de los valores”. Peter Gast propone a Nietzsche el 20 de septiembre que cambie de título. La respuesta de Nietzsche el día 27 desde Turín fue la siguiente: “El nuevo título será: „Crepúsculo de los ídolos o Cómo se filosofa con el martillo‟”. El significado del título queda explicitado por el propio autor: “¿Acaso también [el título] una nueva guerra? ¿Y son auscultados nuevos ídolos?... Este pequeño escrito es una declaración de guerra; y en lo que se refiere a la auscultación de ídolos, esta vez no son ídolos de nuestro tiempo, sino ídolos eternos los que aquí son tocados con el martillo como un diapasón, -no hay en absoluto ídolos más viejos, más convencidos, más llenos de aire que éstos… Tampoco más huecos… Esto no impide que sean los más creídos”. LA CRÍTICA A LOS FILÓSOFOS La consecuencia de la muerte de Dios es el nihilismo. Son el mismo acontecimiento. ¿Qué entiende Nietzsche por nihilismo? Desvalorización de todos los valores. “Nada” significa ausencia de Dios y del mundo suprasensible y, en consecuencia, ausencia de origen y meta de toda realidad. Falta el fin, falta la respuesta al por qué. Para el hombre nihilista, todo es vano. Nietzsche tiene conciencia de que el nihilismo es una actitud que se autodestruye como los mensajes del agente secreto 007. ¿Tiene sentido negar el valor de la vida y seguir viviendo? El nihilismo pasivo, teórico, se ve empujado hacia el nihilismo activo, práctico. Al final del camino aparece el suicidio. Es preciso abandonar el nihilismo ¿en qué dirección? En el Crepúsculo de los ídolosencontramos “Cómo el mundo verdadero acabó convirtiéndose en una fábula”, esto es, la Historia de un error. Por “verdadero mundo” entiende Nietzsche el mundo suprasensible de la metafísica en contraposición al mundo sensible, el cual, de rechazo, se convierte en el “mundo aparente”. Esta contraposición es una ilusión y la historia de la metafísica no es más que la historia de un error. Nietzsche nos invita a seguir paso a paso sus etapas más relevantes: platonismo, el mundo verdadero asequible al sabio, la forma más antigua de la Idea, “relativamente inteligente, simple, convincente. Transcripción de la tesis „yo, Platón, soy la verdad‟; cristianismo, el mundo verdadero inasequible al sabio por ahora, pero prometido, la Idea se convierte en una mujer, se hace cristiana; kantismo, el mundo verdadero inasequible, indemostrable, imprometible, pero un consuelo, una obligación, un imperativo, en el fondo, el viejo sol pero visto a través de la niebla y el escepticismo, la niebla Königsberguense; positivismo, el mundo verdadero ¿inasequible? Inalcanzado, también desconocido, primer bostezo del positivismo; nihilismo, el mundo verdadero una idea que ya no sirve para nada, que ni siquiera obliga, una idea que se ha vuelto inútil, rubor avergonzado de Platón, ruido endiablado de todos los espíritus libres; Zaratustra, hemos eliminado el mundo verdadero ¿qué mundo ha quedado? ¿El mundo aparente? No, al eliminar el mundo verdadero también hemos eliminado el aparente, es medio día, el instante de la sombra más corta, final del error más largo, punto culminante de la humanidad: Zaratustra. Nietzsche expresa la sensación de claridad y plenitud que le embriaga con la imagen del mediodía, instante de la sombra más corta (alusión al Mito de la caverna). Lo sensible no es ya mera sombra del mundo inteligible. Es la auténtica realidad. Una nueva historia puede comenzar: Zaratustra. ZARATUSTRA Hasta la configuración definitiva en Así habló Zaratustra, el personaje se manifiesta como mínimo en tres ocasiones en la vida de Nietzsche. El 25 de enero de 1881, Nietzsche envía a Peter Gast el borrador de Aurora, con el fin de que haga una copia en limpio. A mediados de marzo, consiguen entre los dos tener listo el manuscrito para la imprenta. Como descanso pretende viajar a Túnez con Gersdorff, un viejo amigo, y pasar allí uno o dos años pero el conflicto franco-tunecino impide el viaje. El 1 de mayo, Nietzsche viaja con Peter Gast a Recoaro, cerca de Vicenza. En palabras de Nietzsche “En una pequeña localidad termal de
  • 5. 5 montaña, no lejos de Vicenza, en Recoaro, donde pasé la primavera de 1881, descubrí juntamente con mi maestro y amigo Peter Gast, también él un „renacido‟, que el fénix Música pasaba volando a nuestro lado con plumaje más ligero y más luminoso del que nunca había exhibido” (Ecce Homo, pp. 93-94). Para Andrés Sánchez Pascual, aquí se sitúa la génesis afectiva de Zaratustra. Una segunda génesis de Zaratustra hay que situarla en agosto de 1881 en Sils-María, a 6000 pies sobre el nivel del mar “y mucho más alto aún sobre todas las cosas humanas”. Zaratustra pasa a su lado, al mismo tiempo, concibe el principio cosmológico del eterno retorno para su filosofía: ésta sería la génesis conceptual. Finalmente, la génesis figurativa en enero de 1883. Después de pasar el verano de 1882 con Lou von Salomé en Tautenburgo, idilio que acaba en dolor, Nietzsche recala el 23 de noviembre en Rapallo, cerca de Génova. “Mi Zaratustra nació en este invierno”. Por las tardes y siempre que se encontraba con fuerzas Nietzsche rodeaba la bahía entera de Santa Margherita hasta llegar detrás de Portofino. “En estos dos caminos se me ocurrió todo el primer Zaratustra, sobre todo, Zaratustra mismo en cuanto tipo: más exactamente, éste me asaltó” (Ecce Homo, p. 95). En diez días, del 1 al 10 de febrero de 1883, Nietzsche redacta el primer libro de Así habló Zaratustra. LA MUERTE DE WAGNER Acababa de escribir la obra el día 10 de febrero en Rapallo, Nietzsche va a Génova el día 14, para enviar el manuscrito al editor. Posiblemente, durante la noche del 13 termina de escribir los últimos párrafos de ese manuscrito, que iba a enviar a Leipzig. Al llegar a Génova compra “en contra de mi costumbre”, el número vespertino del periódico Caffaro y lee la noticia de la muerte de Wagner. Éste había fallecido la noche anterior en Venecia. Más tarde escribirá Nietzsche: “La parte final, esa misma de la que he citado algunas líneas en el prólogo, fue concluida exactamente en la hora sagrada en que Richard Wagner moría en Venecia” (Ecce Homo p. 94). ASÍ HABLÓ ZARATUSTRA Así habló Zaratustra. Un libro para todos y para ninguno. Las cuatro partes de la obra aparecieron por separado entre 1883 y 1885. El superhombre, la voluntad de poder y el eterno retorno son los temas más importantes del escrito. Zaratustra como el insensato es un doble del propio Nietzsche. Después de la muerte de Dios, sólo son posibles dos revoluciones: el superhombre, anunciado por él o el “último hombre”, mediocre e incapaz de pensar. ¿Quién es Zaratustra? Zaratustra es una figura semilegendaria de la antigua Persia. Fundador de una religión que fue la propia de esa zona hasta su conquista por los árabes. Se cree que vivió en el siglo VI antes de Cristo y que los elementos más auténticos de su doctrina están recogidos en los himnos del Avesta (colección de textos sagrados). El propio Nietzsche ha destacado sus rasgos elementales: “Zaratustra nacido junto al lago Urmi, en la provincia Aria, abandonó su patria a los treinta años, marchó hacia las montañas, y escribió durante diez años de su soledad el Zend Avesta”. En el mundo griego esta figura fue conocida cobre todo como filósofo y mago y se le atribuían extraños milagros y visiones. “Zaratustra fue el primero en advertir que la auténtica rueda que hace moverse a las cosas es la lucha entre el bien y el mal, -la transposición de la moral o lo metafísico, como fuerza, causa, fin en sí, es obra suya. Zaratustra creó ese error, el más fatal de todos, la moral; en consecuencia, también él tiene que ser el primero en reconocerlo. Su doctrina considera la veracidad como virtud suprema –esto significa lo contrario de la cobardía del „idealista‟ que, frente a la realidad, huye. Decir la verdad y disparar bien con flechas, esta es la virtud persa. La autosuperación de la moral por veracidad” (Ecce Homo p. 125). La autosuperación de la moral por veracidad es, pues, Zaratustra y los cuatro grandes pensamientos que dominan la obra forman entre sí un anillo, el anillo del eterno retorno. Estos cuatro pensamientos son: el superhombre, la muerte de Dios, la voluntad de poder, el eterno retorno. EL ULTRAHOMBRE ¿Quién es el ultrahombre? El ultrahombre es un tipo de hombre que se hace cargo del nihilismo y de su superación. En cualquier caso el ultrahombre está por venir. Nietzsche lo anuncia como una promesa de futuro. Hay que entender el ultrahombre desdela transvaloración de todos los valores. A los treinta años, Zaratustra se retira a la soledad de la montaña, donde le acompañan sus dos animales heráldicos: el águila, símbolo del orgullo, y la serpiente, símbolo de la inteligencia. Allí aprende su sabiduría y un día decide bajar a predicársela a los hombres. Después de encontrarse con el viejo santo del bosque que no había oído hablar de la noticia de que Dios ha muerto, Zaratustra llega a la primera ciudad: “Encontró reunida en el mercado una gran multitud: pues estaba prometida la exhibición de un volatinero. Y Zaratustra habló así al pueblo: „Yo os enseño el superhombre. El hombre es algo que debe ser superado. ¿Qué habéis hecho para superarlo? Todos los seres han creado hasta ahora algo por encima de ellos mismos: ¿y queréis ser vosotros el reflujo
  • 6. 6 de esa gran marea, y retroceder al animal más bien que superar al hombre? ¿Qué es el mono para el hombre? Una irrisión o una vergüenza dolorosa. Y justo eso es lo que el hombre debe ser para el superhombre: una irrisión o una vergüenza dolorosa. Habéis recorrido el camino que lleva desde el gusano hasta el hombre, y muchas cosas en vosotros continúan siendo gusano. En otro tiempo fuisteis monos, y aun ahora es el hombre más mono que cualquier mono. Y el más sabio de vosotros es tan sólo un ser escindido, híbrido de planta y fantasma. Pero ¿os mano yo que os convirtáis en fantasmas o plantas? ¡Mirad, yo os enseño el superhombre! El superhombre es el sentido de la tierra. Diga vuestra voluntad: ¡sea el superhombre el sentido de la tierra!” (Así habló Zaratustra, 3. Edición de Andrés Sánchez Pascual, Alianza Editorial, Madrid, 1993, p. 34). “El hombre es una cuerda tendida entre el animal y el superhombre, -una cuerda sobre un abismo. Un peligroso pasar al otro lado, un peligroso caminar, un peligroso mirar atrás, un peligroso estremecerse y pararse. La grandeza del hombre está en ser un puente y no una meta: lo que en el hombre se puede amar es que es un tránsito y un ocaso. (…) Mirad yo soy un anunciador del rayo y una pesada gota que cae de la nube: mas ese rayo se llama superhombre”(Así habló Zaratustra,4, op. cit., p. 38). UN CÉSAR ROMANO CON ALMA DE CRISTO El verdadero objetivo de Nietzsche no es sólo superar a Dios, sino también las consecuencias negativas de su muerte. No es cuestión de dejar al hombre sin valores sino empujarle a la creación de nuevos valores. Nietzsche exige en el fondo del hombre un comportamiento heroico. El último Nietzsche enturbiará con rasgos biológicos la relativa pureza de su primera visión del ultrahombre. Éste se entiende cada vez más desde la voluntad de poder. Como medio para preparar el advenimiento del ultrahombre, Nietzsche sueña en una alianza entre el filósofo y la clase dominante que conduzca a la “gran política”. Una raza de señores que no se dejarán formar por nadie, sino que se formarán a sí mismos. No se guiarán por valores sino que determinarán ellos mismos el valor. Serán a la vez, como Napoleón, monstruos y ultrahombres. La fórmula para definirlos no puede ser más equívoca: un “César romano con alma de Cristo”. DE LAS TRES TRANSFORMACIONES En este sentido hay que entender el texto “De las tres transformaciones”: “Tres transformaciones del espíritu os menciono: cómo el espíritu se convierte en camello, y el camello en león, y el león, por fin, en niño. ¿Qué es pesado? Así pregunta el espíritu paciente, y se arrodilla, igual que el camello, y quiere que se le cargue bien. ¿Qué es lo más pesado, héroes? Así pregunta el espíritu paciente, para que yo cargue con ello y mi fortaleza se regocije. Pero en lo más solitario del desierto tiene lugar la segunda transformación: en león se transforma aquí el espíritu, quiere conquistar su libertad como se conquista una presa, y ser señor de su propio desierto. Aquí busca a su último señor: quiere convertirse en enemigo de él y de su último dios, con el gran dragón quiere pelear para conseguir la victoria. ¿Quién es el gran dragón, al que el espíritu no quiere seguir llamando señor ni dios? „Tú debes‟ se llama el gran dragón. Pero el espíritu del león dice „yo quiero‟. Todos los valores de las cosas han sido ya creados, y yo soy –todos los valores creados. ¡En verdad, no debe seguir habiendo ningún „¡yo quiero!‟ Así habla el dragón. Hermanos míos, ¿para qué se precisa que haya el león en el espíritu? ¿Por qué no basta la bestia de carga, que renuncia a todo y es respetuosa? Crear valores nuevos –tampoco el león es aún capaz de hacerlo: mas crearse libertad para un nuevo crear, eso sí es capaz de hacerlo el poder del león. Crearse libertad y un „no‟ santo incluso frente al deber: para ello, hermanos míos, es preciso el león. Pero decidme, hermanos míos, ¿qué es capaz de hacer el niño que ni siquiera el león ha podido hacerlo? ¿Por qué el león rapaz tiene que convertirse en niño? Inocencia es el niño, y olvido, un nuevo comienzo, un juego, una rueda que se mueve por sí misma, un primer movimiento, un santo decir sí. Sí, hermanos míos, para el juego de crear se precisa un santo decir sí: el espíritu quiere ahora su voluntad, el retirado del mundo conquista ahora su mundo. Tres transformaciones del espíritu os he mencionado: cómo el espíritu se convirtió en camello, y el camello en león, y el león, por fin, en niño” (Así habló Zaratustra, op. cit., pp. 49-41). El camello representa el “tú debes”, debe transformarse en león que representa al hombre que se libera de Dios y de la ley moral. El león sustituye el “tú debes” por el “yo quiero”. Su voluntad es ley. Es una libertad de pero no una libertad para. Por eso, el león debe transformarse en niño. El niño dice sí. Dicta nuevos valores. “El niño es la inocencia y olvido, es un nuevo comienzo, un juego, una rueda que gira por sí misma, un primer movimiento, un santo decir sí. Si hermanos míos, se precisa un santo decir sí para el juego de crear”. EL ARTE TRÁGICO Y EL ARTE DIONISÍACO En El nacimiento de la tragedia desde el espíritu de la música (1872), su primera obra comenzada durante el fragor de la batalla de Wörth. “Medité sobre estos problemas a las puertas de Metz”.Un libro condenado
  • 7. 7 desde el principio. Dedicado a Wagner, presenta el contraste entre la cultura griega anterior y posterior a Sócrates y argumenta que la cultura alemana contemporánea está impregnada por el espíritu racionalista socrático que acabó con la tragedia. A los veintiséis años, Nietzsche experimentaría el fracaso en toda su crudeza. Queda descalificado como filólogo. El filólogo estrella de la Universidad de Basilea se convierte de la noche a la mañana en un apestado. En noviembre de 1872 escribe a Rohde: “El resultado más inmediato es para mí algo deprimente de que en nuestra Universidad no se han presentado estudiantes de filología para este cuatrimestre de invierno”. ¿Por qué tanto escándalo? Nietzsche establece una distinción que se da entre “las artes plásticas, las apolíneas y el arte no figurativo de la música, el de Dioniso”. Detrás de ambos géneros se encuentran dos impulsos opuestos de la naturaleza en el arte, los cuales se expresan en el sueño o en la embriaguez. Es dionisíaco el temprano conocimiento y sentimiento griego de los “horrores y monstruosidades de la existencia”; eso se expresa en la sabiduría del Sileno cuando afirma que lo mejor es no haber nacido y lo segundo mejor es morir pronto. Apolo y, según él, todos los dioses olímpicos son la bella apariencia alegre, en la que el griego busca la redención de su visión pesimista. Con la contraposición entre el mundo de la apariencia, el velo de Maya y Dioniso, el uno originario, Nietzsche se apropia de forma caprichosa de la distinción de Schopenhauer entre voluntad y representación. En los capítulos 7-10 muestra como en la tragedia lo apolíneo y lo dionisíaco se funden en una unidad, la acción trágica es sólo una visión apolínea del embriagado coro dionisíaco. En el fondo, el héroe trágico es Dioniso. Esto tiene validez sólo para Esquilo y Sófocles. Con Eurípides comienza el ocaso de la tragedia. Con Eurípides, se impone en el escenario la tendencia racionalista, psicológica y con Sócrates el hombre teórico vence sobre la concepción trágica del mundo, el optimismo científico se alza con la victoria sobre el pesimismo trágico. Sócrates es un punto de viraje. En su tiempo se abre paso un movimiento contrario. Con Schopenhauer y con Kant ha comenzado ya un conocimiento trágico, tendente a disolver la ciencia y su optimismosocrático-alejandrino. Y, a su juicio, este conocimiento necesita un consuelo metafísico que sólo pude concederle el arte trágico. En los dramas de Wagner, la tragedia renace desde la música. No habíamos llegado al Caso Wagner (primavera de 1888) donde realiza un ajuste de cuentas con el compositor. EL VITALISMO En los esbozos de una obra que Nietzsche dejó inacabada y que sus primeros editores, su hermana Elisabeth y su amigo Peter Gast, presentaron como su obra fundamental, aparece un nuevo tema que se escogió como título: La voluntad de poder (1886, 1906). “¿Qué es la vida? Se precisa aquí un concepto nuevo y más exacto de vida. Mi fórmula dice así: la vida es voluntad de poder”. El término voluntad no se refiere a una actividad o facultad del espíritu cuyo carácter básico se haya en una tendencia. Voluntad significa más bien la esencia oculta de todo lo real, el carácter global de la existencia. No tanto voluntad de poder como voluntad como poder, poder de poder llegar a ser cada vez más poderosa. ¿Cómo llega Nietzsche a esta idea? “Dondequiera que he encontrado algo viviente, enseña ya Zaratustra, he encontrado voluntad de poder. Incluso en la voluntad de quien sirve, he encontrado voluntad de ser amo”. Schopenhauer había visto en la voluntad la realidad auténtica –como la cosa en sí de Kant- que se escondía tras las apariencias del mundo. Schopenhauer caracterizó esta voluntad ciega e irracional como voluntad de vivir. Nietzsche la convertirá en voluntad de poder. La voluntad de poder se suma al viejo concepto físico de fuerza como principio interno de determinación. La fuerza dice siempre en relación a otra fuerza. Nietzsche aspira a su contraposición. La voluntad de poder es el principio inscrito internamente en la misma fuerza de que dependen la cualidad y la tensión. El mundo como lo concibe Nietzsche consiste en una combinación de fuerzas que luchan por el poder: unas dominan y otras son dominadas, pero todas quieren el poder. Sí hay una ley en la naturaleza: voluntad de poder. El tema de la voluntad de poder con su nota heraclitiana e inmoralista encaja a la perfección con el pensamiento de Nietzsche. LA NOCHE ESTRELLADA DE VINCENT VAN GOGH La noche estrellada de Vincent van Gogh representa como ninguna otra el dinamismo cósmico que inspira la filosofía de Nietzsche. Con diez años de diferencia, ambos sufrieron destinos idénticos. El crepúsculo de los ídolos se puso a la venta el mes de enero de 1889, el 25 de ese mes, Nietzsche tiene los primeros ejemplares de la obra. Inmediatamente después sufre su definitivo derrumbamiento mental. Envió a Jacob Buckhardt la llamada “cédula de locura”. Seguidamente fue ingresado en la clínica de enfermedades nerviosas de Basilea y una semana más tarde en el manicomio de Jena. En una creciente demencia, Nietzsche pasó los últimos años de su vida, primero bajo el cuidado de su madre en Naumburgo y, desde 1897, con su hermana Elisabeth-Förster-Nietzsche en Weimar. El 27 de Julio de 1890, Vincent van Gogh se da un pistoletazo en el
  • 8. 8 pecho en un campo de trigo de Auvers-Sur-Oise. Muere el 29 a la una y media de la mañana, su último cuadro Trigal con cuervos. 3.- CONTEXTUALIZACIÓN BIOGRAFÍA Filósofo y filólogo clásico, era el primogénito de la familia de un pastor protestante. Nació el 15 de octubre de 1944 en Röcken en la Sajonia prusiana. Su niñez estuvo ensombrecida por la temprana muerte de su padre. Desde 1858 a 1864 estudió en la escuela real de Pforta. Su admiración por Grecia despertó aquí siendo sus autores favoritos Platón y Esquilo. En octubre de 1864 fue a la Universidad de Bonn, junto con su compañero Paul Deussen, el futuro filósofo y orientalista. Al año siguiente se trasladó a Leipzig para continuar sus estudios filológicos bajo la dirección de Ritschl. Hizo gran amistad con Erwin Rhode, estudiante entonces y más tarde profesor de universidad. En 1865 Nietzsche ya había abandonado el cristianismo. Y cuando en Leipzig llegó a conocer a Schopenhauer El mundo como voluntad y representación, uno de los aspectos que más le interesó fue el ateísmo de su autor. En mayo de 1869, ocupa la cátedra de filología clásica de la Universidad de Basilea gracias a la intercesión de Ritschl. Al estallar la guerra franco-prusiana, Nietzsche se incorpora al cuerpo de ambulancias del ejército alemán pero deja el puesto por enfermedad. Al poco tiempo regresa a la Universidad de Basilea. Las visitas que Nietzsche hacía desde Basilea a la villa de Richard Wagner en el lago Lucerna, constituían un bálsamo para su salud. A principios de 1872 aparece El origen de la tragedia. Con este libro se inicia el período de dieciséis años de creatividad de Nietzsche. Como dijimos es un libro que nace ya condenado al fracaso. La crítica del joven filólogo Wilamowitz-Moellendorff hizo que Nietzsche perdiera el prestigio académico. De 1873 a 1876, Nietzsche publicó cuatro ensayos, bajo el título común de Consideraciones intempestivas. En el primero, ataca a David Strauss; en el segundo ataca la idolatría del conocimiento histórico como sustituto de la cultura viva; en el tercero elogia a Schopenhauer; y en el cuarto, describía a Wagner como fundador del renacimiento del genio griego. En 1876, fecha de la publicación del cuarto titulado Wagner en Bayreuth, Nietzsche y Wagner han comenzado ya a distanciarse. Su ruptura con el compositor significó el final de la primera fase de Nietzsche. El segundo período en el que se inicia su fase de filósofo racionalista ilustrado comienza con Humano, demasiado humano que originariamente se publicó en tres partes entre 1878-1879. En la primavera de 1879, su mala salud le obliga a renunciar a la cátedra de la Universidad de Basilea. Durante los diez años siguientes llevará una vida errante buscando la salud perdida en distintos países: Suiza, Italia. En 1881, Nietzsche publica Aurora, a la que siguió en 1882 una de sus obras principales: La gaya ciencia en donde hayamos la idea del cristianismo como hostil a la vida, la muerte de Dios, el eterno retorno, Zaratustra. Ninguna de estas obras tuvo mucho éxito. La tercera fase del pensamiento de Nietzsche se inicia con Así habló Zaratustra. Como indicamos, las dos primeras partes se publicaron separadamente en 1883. La tercera en la que se proclama la teoría del Eterno Retorno apareció a principios de 1884, y la cuarta fue publicada a principios de 1885. Más allá del bien y del mal que apareció en 1886 y Genealogía de la moral que aparecería en 1887, son junto a Zaratustra sus escritos más importantes.Más allá del bien y del mal lleva como subtítulo Preludio para una filosofía del futuro. Su idea del título adecuado cambió varias veces. En un principio, iba a ser La voluntad de poder, una nueva interpretación de la naturaleza o La voluntad de poder, un ensayo para una nueva interpretación del universo. Nietzsche adoptaba el término “Voluntad” prestado de Schopenhauer. Finalmente, el título sería: La voluntad de poder, un ensayo hacia la transmutación de todos los valores. Pero, de hecho, esta obra nunca fue completada. El Anticristo estaba destinado a ser su primera parte. Definitivamente, fue la única parte. O sea, lo que conocemos como Voluntad de poder se publicaría como El Anticristo. Nietzsche dejó la obra que planeaba para dirigir un feroz ataque contra Wagner, El caso Wagner aparecería en 1888, seguido por Nietzsche contra Wagner. Este segundo ensayo, así como otros trabajos de 1888, el ya citado El crepúsculo de los ídolos, El Anticristo y Ecce Homo, una especie de autobiografía fueron publicados después del derrumbamiento de Nietzsche. A finales de 1888, como señalamos con anterioridad, empezaron a aparecer signos evidentes de locura y en enero de 1889, Nietzsche fue trasladado de Turín, donde se hallaba a Basilea. Nunca se recobró totalmente, pero tras un tratamiento en Basilea y en Jena, pudo ir a Naumburgo a casa de su madre. Después de la muerte de ésta, vivió con su hermana en Weimar. Por entonces era ya un hombre famoso, pero desgraciadamente no podía apreciarlo. Murió el 25 de agosto de 1900.
  • 9. 9 Con Nietzsche el hombre moderno llega a una encrucijada. El terror se apodera del espíritu cartesiano cuando entra en el universo de Nietzsche. Entre Marx y Nietzsche no encontramos la continuidad que existe entre Feuerbach y Marx. El hilo se ha roto y estamos ante un nuevo comienzo. Si hay alguna relación entre ambos es de oposición. Aunque Nietzsche no salde expresamente sus cuentas con Marx como lo hizo con Kant y con Hegel, no reserva críticas al socialismo. Lo mira con desprecio como un síntoma de la decadencia europea. El socialismo es para él cosa del rebaño, de la plebe, de pobres gentes que quieren calentarse mutuamente. Nietzsche restablece apasionadamente con su hermano gemelo y enemigo Kierkegaard, el principio del individuo. Sólo en lo que se refiere al ateísmo, Nietzsche toma el relevo de Marx. Es sintomática a este respecto, la coincidencia de fechas. Marx moría en Londres en 1883. Un año antes Nietzsche daba la última mano en Génova a una de sus obras más radiantes La gaya ciencia. En ella anuncia la “muerte de Dios”. Nietzsche coincide con Marx de que está empezando una nueva etapa de la historia, una etapa no tanto atea como post atea. Pero, de nuevo, ahí empiezan las diferencias. En opinión de Nietzsche, toda la filosofía alemana estaba infectada de teología. Hegel no es ninguna excepción. Éste último es el responsable del retraso de la victoria del ateísmo. La historia juega en Hegel el papel de Dios: juzga absolutamente y exige obediencia absoluta. Marx sigue a Hegel, cree en un sentido de la historia. Esta concepción teleológica de la historia es para Nietzsche una concepción teológica. Presupone un sentido de la historia sin poder demostrarlo. Parece como si Marx no supiera que, donde no hay Dios, tampoco puede haber sentido. Ahí radica la novedad de Nietzsche. Dios ha muerto y con él también la razón y el sentido. Estamos ante un nuevo ateísmo. A su lado, los ateísmos de Marx y Feuerbach son un juego de niños. Sin embargo, ese gran ateísmo es un ateísmo trágico. Nietzsche sabe que no puede sustituir a Dios por otra cosa. Pero su desesperanza le lleva a hacerlo. Y lo hace en forma de “simulacros”, es decir, de creaciones de verdad y de valor, de las que uno conoce el carácter voluntario y ficticio. Pero Nietzsche también avanza a Freud. Su teoría de la cultura viene a ser una especie de psicoanálisis corrosivo. Sus armas son las mismas de Freud: la genealogía, la psicología del resentimiento y la sospecha. Él mismo habla significativamente de “filosofar con el martillo”. Nietzsche no busca tanto demostrar, contraponer argumentos, razones a razones cuanto hacer tabla rasa del viejo árbol de la religión, de la metafísica y la moral. En una palabra, Nietzsche pretende desmontar el discurso moral y metafísico buceando en sus resortes ocultos. No sin razón lo ha denominado H. Lefevre el “gran descodificador” del mundo occidental. Nietzsche representa la inversión de la metafísica y no otro es su secreto y también su fuerza y su debilidad. CONCLUSIÓN DE NIETZSCHE El filósofo formado en la escuela de Descartes sabe que las cosas son dudosas. No son tal y como aparecen. El abandono del realismo ingenuo así lo prueba. Pero no dudamos de que la conciencia sea tal y como se presenta a sí misma. En ella, sentido y conciencia del sentido coinciden. Desde Marx, Nietzsche y Freud, lo dudamos. Son los tres maestros de la sospecha. Pero estos tres maestros de la sospecha no son tres maestros del escepticismo. Según Paul Ricoeur, los tres despejan el camino para una nueva Verdad. No sólo por el camino de una crítica “destructora” sino mediante la invención de un arte de “interpretar”. Se trata de un método de “desciframiento”. Freud ha entrado en el tema de la “conciencia falsa” por el doble pórtico del sueño y el síntoma neurótico. Marx ataca el problema de las ideologías en términos de economía y alienación. Nietzsche se sitúa desde la perspectiva del valor, de la evaluación y la transvaluación y la voluntad de poder. En el fondo, para Ricoeur, la Genealogía de la moralen el sentido de Nietzsche, la teoría de las ideologías en el sentido marxista y la teoría de los ideales y las ilusiones en el sentido de Freud representan tres procedimientos convergentes de la desmitificación. Los tres comienzan con la sospecha con respecto a las ilusiones de la conciencia y continúan con el ardid del desciframiento. Lo que quiere Marx es liberar la praxis por el conocimiento de la necesidad pero esta liberación es inseparable de una toma de conciencia que responde a las mistificaciones de la conciencia falsa. Lo que quiere Nietzsche es el aumento de la potencia del hombre, la restauración de su fuerza. La voluntad de poder junto con el eterno retorno, el superhombre y Dionisos. Lo que quiere Freud es ampliar el campo de la conciencia, la “curación por la conciencia”. Los maestros de la sospecha coinciden: estamos ante una liberación de la conciencia de sus medias verdades y mitos. Sin duda, el siglo XX será heredero de estos tres analistas de la cultura y todavía aún no podemos pensar sin ellos en el nuevo siglo XXI que comienza.