El documento presenta la historia de Corto Maltés a través de varias referencias y documentos. Se describe el primer avistamiento de Corto en el libro de 1913 del almirante Nagumo, donde se le describe como un joven marino italiano y amigo del escritor Jack London. Otras referencias incluyen los escritos de Joseph Conrad donde menciona a Corto como su discípulo marino, y la participación de Corto en el viaje de John Reed como grumete en 1910. El documento también resume el capítulo de Hugo Pratt sobre la juventud de Corto,
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Retrato de un marino adolescente. Juan Antonio de Blas.
La primera alusión a Corto Maltés figura dentro del libro Port-Arthur del almirante Nagumo, en la
documentación anexa publicada en las ediciones Fayard, en Paris 1913. El texto es el siguiente:
"Al almirante Nagumo: debe tener las más severas medidas de seguridad y vigilancia con
respecto al escritor norteamericano prisionero Jack London, que durante sus actividades como
corresponsal de guerra en primera linea en Port-Arthur su comportamiento ha ocasionado
diversos problemas, asi por ejemplo cuando expresa, sin la menor moderación, sus opiniones
sobre el círculo de nuestros oficiales, entre los cuales cuenta con varios amigos. La actitud de
London es incalificable: no contento con estar fijado en sus ideas socialistas, por otro lado muy
patentes en su obra literaria, él defiende además la presencia norteamericana en el Pacífico. En
la medida en que esto constituye un obstáculo a nuestra legítima expansión. Él sostiene que
tarde o temprano, Japón y los Estados unidos se enfrentarán inevitablemente en guerra para
asegurarse el control del inmenso mercado chino. La ambigüedad de su comportamiento nos
lleva a no ver en él más que un escritor aventurero, y no un agente secreto como pretenden
ciertas declaraciones de otros corresponsales extranjeros. Un último y grave incidente, que
causó la muerte a uno de nuestros oficiales, ha inducido al comandante del frente a decretar la
expulsión de London fuera de la zona de combate. Entre sus amigos había un joven marino,
seguramente italiano, que viajaba con un pasaporte británico. Su nombre es Corto Maltés y, a
pesar de su edad, poseía numerosas relaciones dentro de las milicias china y manchú. Nosotros
creemos que es un agente inglés, dado que sus datos corresponde a los de un grumete que
tomó parte activa en la batalla de Pekín, en 1900, cuando la revuelta de los Boxers.Visto que
nosotros le consideramos potencialmente peligroso para nuestros intereses, recomendamos que
se pasen sus comunicados a través de los militares de nuestras embajadas". Mayor Ukeda.
Responsable de la Información militar del frente Port-Arthur, 1905."(Archivos generales de
Kempeïtaï. Servicio de información militar de Japón) (1).
Hay otra referencia perfectamente documentada que evoca, aunque con posterioridad, un
periodo anterior al referido en el artículo de Port-Arthur. En concreto, se puede establecer que
Corto figura dentro de uno de los dos libros de recuerdos escritos por Joseph Conrad. El Capitán
de la marina mercante británica, y ex polaco Téodor Konrad Korzeniowski escribió en A Personal
Record, por entonces ya era un autor de renombre internacional: "Durante mi último año de
navegación, yo comandaba el Osborn, un navío que realizaba la ruta Australia-Inglaterra. Me
costó mucho decidirme a dejar mi vida de hombre de mar. Como todos los ancianos hice lo
imposible por comunicar a otro todo cuanto sabía. Un joven marino de origen maltés se convirtió
en mi atento discípulo - éste joven poseía la astucia para no intentar más que comprender el
mundo en lugar de cambiarlo-, sus consejos y opiniones me convencieron para que redactara
mis memorias en forma de relatos. Los años pasaron, este muchacho habría de llegar a ser uno
de los mejores marinos que jamás haya conocido, además de un excelente amigo." (2) Su
relación con James Joyce es más tardia. En 1909, el escritor irlandés vivió en Trieste. Corto,
avisado por la carta de un amigo común, el sindicalista Connaly, va a acompañar todas las
tardes a este hombre delicado, miope y tímido, incapaz de un propósito vulgar ante una dama, y
le incita a recorrer los burdeles en su compañía.
El cuarto documento que tengo sobre la juventud de Corto relata un hecho poco conocido de la
biografía de su amigo John Reed. "En 1910, Corto era oficial de segunda en el S.S Bostonian,
una embarcación reservada al transporte de ganado entre Boston y Liverpool. En el curso de
uno de sus viajes, dos estudiantes norteamericanos, Reed y Pierce, se enrolaron como
grumetes. Debido a la dureza del trabajo el segundo desertó, prefiriendo realizar la travesía en
un barco de línea. Pero su desaparición, de la que no se dan cuenta hasta llegar a alta mar, le
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vale a John Reed la acusación de homicidio, dado que, en la cabina que compartían se
encuentra la documentación y el dinero de Pierce. Corto no paró hasta que Reed le explicara
cómo habían sucedido de verdad los hechos. Al momento moviliza por medio de los navios más
rápidos a sus amigos en Inglaterra, aunque John Reed habrá de comparecer frente a la corte de
Manchester para responder del asesinato. Corto pudo traer a la sala del tribunal al señor Pierce
en persona aunque era contrario a dar la cara. Para el severo capitán del Bostonian, la confusión
se transforma en ridículo, y Reed queda en libertad. En cuanto a Corto, la aventura le cuesta a la
vez su empleo y el entrar a formar parte de la lista negra, de la "mafia", de los capitanes. Pero él
gana un amigo. Deja de navegar en barcos yankees para lanzarse al tráfico de contrabando
entre las Antillas y Brasil. (3)
Hugo Pratt dejó, dentro de sus trabajos de investigación sobre la biografía de Corto Maltés
publicado en la revista (A SUIVRE) (nos 51,52 y 53) y en L'Eternauta, (nos 1-9), un capítulo en
el que reconstruye una parte de la juventud del marino maltés basándose en los recuerdos de
Jack London. Éste capítulo es de gran importancia para los entusiastas de la saga, porque
cuenta en ella el nacimiento de la gran amistad entre Corto y Rasputín iniciada en Manchuria en
1905 y que tendrá su apogeo 17 años más tarde cuando Corto arriesgue su pellejo por salvar al
excéntrico siberiano de una prisión en Samarkanda.
El año 1905 fue un año decisivo para la civilización europea (si se puede llamar civilización a la
venida del fascismo, el stalinismo y de los campos de concentración). Durante todo el siglo
precedente el Hombre Blanco, exaltado por Kipling, había avanzado a su mayor grado de
expansión comercial a escala mundial denominada colonialismo. Pero en 1905, dos hechos
importantes van a significar el final del Viejo mundo: la derrota de los Rusos Blancos por los
japoneses y la insurrección de Odessa. A partir de estos dos acontecimientos el mundo va a
cambiar, y nosotros tenemos en Corto Maltés un testigo de excepción. Hugo Pratt nos da un
relato donde la figura central es Jack London. En medio de esta peligrosa aventura nos cuenta el
encuentro entre Rasputín y Corto. Ésta Historia seconstruye como una pequeña anécdota en la
que Pratt cuenta de manera privilegiada el retrato de los personajes junto a la descripción del
entorno mientras transcurre la acción. El marino adolescente se nos presenta al final de esta
primera parte del relato con una dosis de imperturbabilidad y de sentido común poco comunes
en un joven de su edad. Finalmente, todo el lio entre London y Sakai no será más que un globo
que se irá desinflando a causa de un estado mayor japonés poco precupado en crear un
conflicto ante la prensa internacional. Pero generalmente cuando surge un problema en el que
se está personalmente implicado se tienden a ignorar aquellas circunstancias susceptibles de
resolver la situación aunque sea para el bien de uno mismo.Sakai en su orgullo violento y
London en su desapego olvidan que no son libres de moverse a sus anchas y se resisten a
aceptar las reglas de juego establecidas por sus superiores.
Para completar el retrato de Corto adolescente el autor presenta en primera plana a otros
personajes a través de los cuales y de lo que cuentan nos provee de información sobre la
personalidad del marino de Malta. El asesino Rasputín , con su particular sentido de la amistad,
se cruza en la vida de Corto Maltés para pasar a formar parte de ésta para siempre (4) como se
verá cuando Corto arriesgue su vida para liberarle de La casa Dorada de Samarkanda. Además
refleja en el retrato de estos tres jóvenes las principales características de la personalidad de
Corto: una aparente indiferencia que le transforma en estoico, con sentido común, un tipo muy
convincente y hábil en las relaciones, para Corto la amistad es una de las pocas cosas que
cuentan y el hará amigos hasta en el infierno.
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Gráficamente, Pratt continúa componiendo sus viñetas dentro de su tradicional estilo,
simplificando las líneas y usando las sombras para dotar de volumen. Pratt es Pratt y, para mí, el
mejor narrador de cómic que hay. Su sentido del equilibrio, el empleo de planos "mudos" junto a
secuencias activas o explicativas, son una auténtica maravilla descriptiva, así es la primera
página que comienza el libro. Su talento narrativo se asemeja a una película de John Ford. Las
historias que cuenta cautivan desde el comienzo y él muestra especial cuidado a la hora de
definir los personajes secundarios, que dan consistencia y credibilidad al relato. Además cabe
subrayar un hecho importante: antes de narrar una historia, Pratt estudia la Historia a fondo y, a
continuación, se esfuerza por hacer pasar toda la información de la manera más breve y directa
posible a fin de que, en la lectura, todas las piezas encajen.
La presente aventura de Corto entra en escena, entre rusos y japoneses, en un momento en que
el conflicto toca a su fin, un enfrentamiento que no sería comprensible si un periodista no hiciera
alusión al hecho de que el general Kouropatine persiga a la resistencia con sus tropas a la vez
que el resto de las fuerzas rusas ya ha aceptado el alto el fuego. No importa que un autor de
cómic omita esta explicación como superflua para centrar la relación únicamente en sus
personajes principales. Pratt no, el sabe que la "realidad" del relato no es posible más que
cuando se dan todas las claves, y ésta es la verosimilitud que volverá creíble toda la saga de
Corto.
(1) Hizumi Nagumo, Port-Arthur, Paris, 1913, pp 464 ss
(2) Joseph Conrad, A Personal Record, Flight Books, Londres, 1924, p262.
(3) Hugo Pratt y Juan Antonio de Blas, La saga di Corto Maltese.
(4) Rasputín, octogenario vivía en Diciembre de 1960 en Barbados: finalmente lo consiguió, llegó
a ser millonario y propietario de una isla. Sus recuerdos, en los que Corto aparece
constantemente, fueron recogidos por Cain Groovesnore y, por suerte, recopilados por Hugo
pratt. El total de éstas memorias permanecen inéditas.