2. Distintos tipos de heridas
Cualquier cosa que rompa la piel es una herida porque,
cuando se abre la piel, existe el riesgo de que
entren gérmenes en el cuerpo y causen infecciones.
Cuanto más profunda, más grande o más sucia sea una
herida, más cuidados necesitará.
3. Heridas limpias
• Aquellas que no están contaminadas por bacterias, son las que
se asocian a menor riesgo de infección, lo que facilita su
cuidado.
4. Heridas sucias o infectadas
• Como los abscesos, las rozaduras o los cortes profundos o las heridas
por arma de fuego son otro cantar. Requieren un tratamiento
especial, así como supervisión para prevenir las infecciones.
Limpiar la zona afectada con
agua y un líquido antiséptico
apropiado. Secar con
suavidad la herida. Aplicar
una crema antiséptica,
evitando así que se
contamine. Cubrir
la herida con un vendaje
limpio y no olvidar cambiarlo
con frecuencia.
5. Herida limpia contaminada
• A veces, una herida está limpia, pero existe un riesgo de
infección por el lugar del cuerpo donde se encuentra. Si la
herida se encuentra en un área donde abundan las bacterias
(como las vías urinarias, el sistema gastrointestinal o el sistema
respiratorio, los fluidos u otras sustancias contaminantes
podrían entrar en la herida y provocar infecciones. La suciedad
o que haya entrado un objeto extraño en la herida también
pueden aumentar el riego de infección.
6. Proceso de curación
• Antes de que se inicie la curación, el cuerpo se prepara para
protegerse de las infecciones.
• Mientras el cuerpo hace su proceso de curación por dentro, se
forma una costra (una cáscara seca y de breve duración) por
fuera. La función de la costra consiste en proteger la herida
mientras la piel lesionada se cura por debajo.
• Debajo de la superficie protectora de la costra, se forma tejido nuevo.
• Una vez finalizado el proceso de curación, la costra se seca y se cae,
dejando la piel reparada y, a menudo, una cicatriz.