Este documento describe cómo las bancas públicas en las plazas y parques de Michoacán se han convertido en escenarios para historias de vida real. Las bancas no solo sirven como asientos, sino que también albergan a personas que descansan, esperan, comen, duermen o se enamoran. Una cámara captura lo que sucede en diferentes momentos del día y estaciones del año, mostrando cómo la vida en las bancas continúa fluyendo y cambiando constantemente desde diversas perspectivas.