Este documento describe los principales elementos y factores climáticos de España. Se divide la península ibérica en tres zonas climáticas (húmeda, seca y árida) según la pluviosidad. La variedad de climas se debe a factores como la latitud, altitud, influencia marítima y continental. Se analizan elementos como temperatura, precipitaciones, vientos e insolación y su distribución espacial.
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Climas de España: Factores y elementos climáticos
1. TEMA 5.
“Los Climas de España”
1. Los grandes rasgos climáticos de España:
Elementos y su distribución espacial
2. Factores climáticos en España
La variedad de climas en España y en la Península Ibérica es grande.
Situado el territorio del Estado español en la zona térmica templada (excepto el Archipiélago
Canario), la Península Ibérica tiene unas condiciones climáticas intermedias tanto
pluviométricas como, sobre todo, térmicas. Sin embargo, su situación y la variedad de sus
condiciones geográficas convierten a la Península en un mosaico de influencias y de contrastes
climáticos, lo que da lugar a la existencia de una gran diversidad, que se manifiesta en la
existencia de dominios climáticos variados: lluviosos –como el atlántico y el de montaña–,
secos –como el mediterráneo- y semiáridos –como el del Sudeste y el Canario–.
Las causas son:
Su carácter peninsular. Como península la influencia del mar es importante
(moderando las temperaturas y aportando humedad) aunque la forma del litoral (con
escasos entrantes) y del relieve (con cadenas montañosas paralelas a la costa) disminuyan el
impacto marítimo.
Su orografía. La distribución del relieve crea, desde el punto de vista climatológico, una
zona interior peninsular aislada de esa influencia marítima que, por proximidad, debería
afectarla pero que no es así: es la Meseta Central, rodeada de sistemas montañosos que la
separan de las masas de aire cargadas de humedad procedentes de los mares que la rodean.
La influencia de los continentes europeo y africano, que por su proximidad aportan
también su influencia a la conformación climática de la Península Ibérica.
Definición de tiempo y clima.
Tiempo y clima son términos que se utilizan con frecuencia de forma indistinta y que, sin
embargo, no debemos confundir. Debemos aclarar que son dos conceptos que hacen
referencia a escalas temporales diferentes:
o El aspecto diario que presenta la atmósfera, y que el hombre percibe, es el
tiempo. Éste podemos definirlo como el estado atmosférico caracterizado por una
combinación de elementos con valores específicos de temperatura, humedad,
presión, precipitaciones, viento, nubosidad... O sea, es un estado concreto y pasajero
de la atmósfera. Cada masa de aire o el contacto entre dos masas de aire, crea un
tipo de tiempo característico. Este concepto agrupa, por tanto, estados
atmosféricos similares que se reproducen a menudo. Lo estudia la Meteorología.
o El clima es la sucesión de los estados atmosféricos o tipos de tiempo –en el
transcurso de un año-, y se puede precisar en un área geográfica concreta. Lo
estudia la Climatología.
Antes de comenzar a definir los conceptos pertinentes a este apartado, es necesario
dejar claro que cuando hablemos de factores y elementos del clima, p.e.,
factores sería sinónimo de causa, condicionantes; y elementos sería
sinónimo de componentes, de aspectos observables y cuantificables.
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2. 1. Los Elementos del clima y su distribución espacial
La Insolación.
Se superan las 2.000 horas de sol de media anual, aunque con elevados contrastes entre el Norte
peninsular que no la alcanza y zonas de Andalucía que la superan.
La Nubosidad.
En paralelo al anterior elemento, los cielos cubiertos predominan en el Cantábrico mientras en
Andalucía abundan los días despejados.
La Humedad.
Es la cantidad de vapor de agua contenido en el aire. Depende de la proximidad al mar y de la
temperatura, pues diminuye cuando aumenta la temperatura. Se supera la media 70% en las costas
Niebla: suspensión de diminutas gotas de agua en la capa inferior de la
atmósfera, que limitan la visibilidad a menos de 1 Km.
Calima: bruma seca que se produce en las capas bajas de la atmósfera
debida a la presencia de una gran cantidad de partículas muy finas de polvo.
Presión y Vientos
• En la Península dominan en invierno las altas presiones y en primavera y
otoño las bajas y en verano nuevamente las altas. En Canarias, predominan las
altas.
• En la Península dominan los vientos de poniente a causa de su latitud, aunque
existen numerosos vientos locales (levante, tramontana, cierzo). En Canarias domina
el alisio del NE.
Las precipitaciones. Distribución espacial
Son un elemento fundamental pues de la cantidad de agua caída depende el paisaje vegetal y la
economía. Debido a la escasez de agua que hay en general en la Península los recursos hídricos se
cuentan como parte de los desequilibrios regionales.
La pluviosidad ibérica depende de:
La posición respecto a la circulación general atmosférica.
La altitud (una altitud media de más de 600 msnm*)
Los vientos húmedos.
La topografía.
La pluviometría peninsular muestra valores muy desiguales y es, en general, baja. A partir del
mapa pluviométrico medio, se pueden distinguir tres grandes franjas, que corresponden a la Iberia
húmeda, la seca y la árida.
1.1.1. La Iberia húmeda.
Es la única que recibe precipitaciones anuales abundantes, siempre superiores a los
800 litros, aunque existen puntos que superan los 2000 litros.
Comprende las vertientes noroeste y norte peninsular, desarrollándose sobre una
franja continua que va desde Galicia hasta Cataluña, incluyendo también las
zonas montañosas de esa vertiente norte: los macizos Galaico y Cantábrico y los
Pirineos.
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3. Las causas de la elevada pluviometría de estas áreas hay que buscarlas en su disposición
septentrional, con la consiguiente influencia de las borrascas y de los frentes atlánticos, y en
el relieve.
Fuera de estas áreas, sólo algunos núcleos aislados de la Península reciben precipitaciones
totales anuales similares, conformando auténticos islotes de humedad en medio de zonas
más secas.
En este caso, la altitud es la causa fundamental de las abundantes precipitaciones, de ahí
que su distribución esté estrechamente relacionada con las áreas montañosas de la
Península:
• Las zonas más elevadas de la Cordillera Ibérica,
• y de la sierra de Gredos, que supera ampliamente los 1500 litros.
• Además en esta circunstancia encontramos sectores de la Penibética,
• Y de las sierras de Cazorla y Segura,
• y puntos muy localizados de Sierra Morena.
• Merece destacarse la sierra de Grazalema, -la más lluviosa- que recibe más de
2.200 litros anuales, explicables por el efecto orográfico, la corta distancia al mar, su
posición respecto a los vientos húmedos con diferencia entre barlovento y sotavento,
1.1.2. La Iberia seca.
Es un área muy amplia delimitada por las isoyetas de 300 y 800 Mm anuales, y abarca el
72% del territorio peninsular.
Incluyendo las dos submesetas, los valles del Ebro y del Guadalquivir, zonas de
Levante y Cataluña, y la mayor parte de los archipiélagos.
Las causas de la disminución de las precipitaciones son, por un lado, el debilitamiento de
los flujos atlánticos a medida que penetramos hacia el interior de la Península; y por otro,
cuanto más al sur, mayor es la influencia del mundo tropical.
El paso de la Iberia húmeda a la Iberia seca se realiza a través de una zona de
transición, delimitada por las isoyetas de 600 a 800 litros anuales, se extiende
formando una aureola por la vertiente meridional de los Pirineos, Cordillera Cantábrica y el
sector occidental de ambas mesetas.
1.1.3. La Iberia árida.
Se corresponde con aquellos lugares que reciben menos de 300 litros de
precipitaciones totales anuales.
Se localiza en su mayor parte en el sureste peninsular y en el flanco levantino, cuenca del
Segura, e incluye también algunas comarcas dispersas del interior peninsular, Zamora,
como las altiplanicies granadinas y el bajo Ebro.
La atonía de las precipitaciones se explica, en unos casos, por el efecto de pantalla que
ejercen los relieves cercanos frente a la dirección predominante de los flujos
lluviosos; en otros, por su posición interior.
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4. 1.1.4. Carácter y reparto estacional de las precipitaciones
El carácter de las precipitaciones cambia también de un lugar a otro.
o Así, en la Iberia húmeda, las precipitaciones caen durante muchos días a lo largo de
todo el año -unos 150 días- y por eso son, por lo general, finas y persistentes.
o En cambio, en las zonas secas y áridas, el número de días de lluvia desciende de
manera considerable -75 y 25 días al año, respectivamente-, por lo que las
precipitaciones caen en forma de violentos aguaceros.
Tan importante como el número de días de precipitación es su régimen estacional, es decir,
su reparto a lo largo de las estaciones del año.
Los principales regímenes pluviométricos son tres:
o El máximo de invierno se corresponde con la franja más próxima al océano
abierto, esto es, todo el sector occidental de la Península;
o La existencia de dos máximos, uno en otoño y otro en primavera;
corresponden al interior y la mitad oriental peninsular
o En zonas muy localizadas del interior, algunas áreas presentan precipitaciones
estivales superiores a las de invierno.
También tenemos que referirnos a la nieve que disminuye de Norte a Sur.
Es importante en las sierras del Norte (más de 20 días al año). En las costas
levantinas y meridionales son desconocidas.
El granizo. Se incrementa de Sur a Norte y de Este a Oeste y con la altitud.
Los máximos son 10 días al año en sierras montañosas y los mínimos en las
costas levantinas y meridionales.
Evaporación, Evapotranspiración y Aridez
La evaporación es el proceso por el cual el agua se transforma en vapor a temperatura
ambiente. Se incrementa de norte a sur en verano.
La evapotranspiración es la perdida de humedad de la superficie terrestre debida a la
insolación y a la transpiración de plantas y animales.
La aridez es la insuficiencia de agua en el suelo y en la atmosfera. Es mayor cuando meros
son las precipitaciones y más altas las temperaturas.
Según De Martonne:
La Galicia litoral, Asturias, la mayor parte de Euskadi y el Pirineo central y catalán,
formarían parte de una Región húmeda.
El resto de Galicia, la zona norte de Castilla lindante con la cordillera cantábrica; la mayor
parte de Portugal; Alto Aragón al sur del Pirineo; la Cataluña vieja y zonas del Sistema Central y
del Ibérico, más la Andalucía del Valle medio del Guadalquivir, de la Vega de Granada y de las
sierras de Cazorla y Segura, integrarían una Región subhúmeda.
El resto de la Península Ibérica (franja sudoccidental de Portugal; en Andalucía la costa del
Andévalo y el territorio de sus cordilleras Béticas; las mesetas castellanas interiores; el medio y
bajo Valle del Ebro y el Levante valenciano) configurarían una Región semiárida. A esta
categoría se añadirían las Baleares con la excepción de las sierras de Mallorca (subhúmedas)
Las comarcas andaluzas del Campo de Dalias, Tabernas y Andarax, Cabo de Gata y Bajo
Almanzora -más el Campo de Cartagena- formarían parte de una Región subdesertica o
esteparia.
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5. En Canarias, por su parte, las islas de La Gomera, el Hierro y La Palma más el centro-norte
de las islas de Tenerife y Gran Canaria serían semiáridas, en tanto el sur de Tenerife y Gran
Canaria más las islas de Lanzarote y Fuerteventura serian parte de una Región desértica.
Las temperaturas. Distribución espacial.
La temperatura es el grado de calentamiento del aire por la acción de los rayos solares.
Su estudio permite caracterizar los climas. Se ve condicionada por:
• La latitud
• La altitud, tanto por el descenso de temperaturas como por las distintas vertientes.
• La influencia marina.
Una primera aproximación a la diversidad de las temperaturas puede venir del estudio de las
temperaturas medias anuales. Se aprecian una serie de contrastes que hay que destacar.
1.2.1. La latitud es la principal responsable de que las temperaturas medias aumenten de Norte a
Sur.
• La costa cantábrica es la más fresca, con medias térmicas inferiores a los 15º C.
• En el resto de la Península, las temperaturas medias superan los 15º C y en el valle bajo de
Guadalquivir se aproxima a los 20º C.
• En una situación intermedia se situarían las dos submesetas y las tierras extremeñas.
• La isoterma más alta es la 18.5º correspondiente a Córdoba y Sevilla.
1.2.2. La influencia marítima se aprecia en la mitad occidental de la Península, donde las
temperaturas son más frescas que en las áreas cercanas al Mediterráneo. Ésta es también la
causante de las elevadas temperaturas alcanzadas en la costa mediterránea. El poder atemperante
del mar, la acción termorreguladora que éste provoca da lugar a la diferencia entre centro y
periferia.
1.2.3. La altitud y la disposición del relieve hacen que en el interior peninsular las isotermas
se ajusten a las curvas de nivel con bastante fidelidad, de tal modo que los puntos más fríos
coinciden con las áreas más elevadas de Península. Un punto situado a la misma altitud puede
tener distinta temperatura.
En cuanto a las temperaturas extremas diremos que tienen incidencia sobre los ecosistemas y
la economía. Se trabaja con valores absolutos al hablar de estas temperaturas que establecemos de
la siguiente manera:
• Máximas más elevadas: valle del Guadalquivir, valle medio del Guadiana,
Badajoz, La Mancha, mitad sur del Valle del Ebro.
• Mínimas absolutas: Castilla, zonas del Sistema Ibérico (Molina de Aragón,
-30º), Bajo Aragón
Cuando la temperatura mínima es igual o inferior a 0º encontramos las heladas que se
distribuyen así:
• Interior: submeseta Norte (más de 80 días), la Mancha (entre 60 y 80 días) y en puntos de
los Pirineos (100 días) Valle del Ebro
• Costa: muy raras. Excepcionalmente en la costa del Norte y NO y casi nunca en la Costa
del Sol.
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6. 1.2.4. La amplitud térmica
Es la diferencia entre el mes más cálido y el más frío.
Presenta el contraste centro- periferia. Más amplitud térmica en el centro y menos en la periferia.
Si analizamos el mapa con las amplitudes térmicas, podrían añadirse nuevos matices y quedarían
así patentes las modificaciones que sufren las temperaturas a causa de la continentalidad.
Aunque las temperaturas medias anuales de la costa y las del interior no difieren en exceso, sí lo
hacen las amplitudes térmicas, a medida que nos alejamos del litoral. Los valores más
altos se corresponden con las Submesetas Norte y Sur de 20 a 21º C y de 17 a 21º C,
respectivamente-, seguidas del valle del Ebro.
Las causas habría que buscarlas en la escasa influencia marítima de estas zonas. El resultado será
un fuerte enfriamiento del aire en invierno y un notable recalentamiento en la estación estival. Los
inviernos del interior son fríos y largos. En la periferia son suaves y cortos.
En las campiñas de la Andalucía bética la amplitud termica se debe a la influencia estival africana.
En las costas meridional y oriental la amplitud térmica anual está entre 13 y 15ºC; la costa
septentrional peninsular en 10º C –la más baja- y el interior entre 17 y 18º C.
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7. 2. Los factores climáticos en España.
La variedad climática española es el resultado de la combinación de un amplio número de factores
geográficos y atmosféricos (o termodinámicos).
1. Factores Geográficos
a) La Situación de la Península Ibérica
o La Península Ibérica se sitúa dentro de la zona templada del hemisferio
norte (entorno a los 40º N). Esta zona se caracteriza por la existencia de dos
estaciones muy marcadas (invierno y verano), separadas por dos de
transición (primavera y otoño).
o Por otra parte, la posición de la Península Ibérica entre dos continentes y
entre dos mares, va a facilitar la entrada de masas de aire de características
muy distintas, que van a predominar en diferentes momentos del año dando
lugar a una gran variedad de tipos de tiempo.
b) La Latitud
• La latitud (proximidad al Ecuador) determina la insolación terrestre
(a menor latitud hace más calor), ya que la radiación solar incide más
verticalmente en el Ecuador y de modo más oblicuo en los polos (al
incidir verticalmente aporta más energía por superficie que cuando lo
hace de forma más oblicua). Por ello las tierras del Sur peninsular
son más cálidas que las del Norte.
c) La Altitud
• La altitud provoca un descenso de las temperaturas, denominado
“gradiente térmico vertical”, consistente en el descenso de una
media de 0,6 ºC por cada 100 m de altitud. En la Península Ibérica
con una altitud media de 660 m y la presencia de relieves
montañosos que superan los 1000 m este gradiente térmico se hace
patente.
d) El Relieve
o La orientación del relieve influye en las temperaturas y en las
precipitaciones. Las laderas orientadas al sol (solana) tienen temperaturas
más elevadas que las opuestas (umbría). La existencia de relieves
montañosos provoca la aparición de precipitaciones orográficas (efecto
foehn) en las laderas situadas a barlovento (las expuestas a los vientos
dominantes) y descenso de las precipitaciones en las de sotavento.
o La disposición oeste-este del relieve favorece la entrada en la
Península Ibérica de las masas de aire atlánticas, pero frena el paso de las
masas de aire meridianas (norte-sur).
e) La cercanía al Mar
• El mar –al enfriarse y calentarse más lentamente que la tierra ejerce
un efecto termorregulador en las zonas costeras, suavizando las
temperaturas y disminuyendo los contrastes térmicos.
• La forma maciza de la Península Ibérica –caracterizada por costas
rectilíneas, con pocos entrantes y la disposición del relieve –paralelo
a la costa– contribuyen a que gran parte de las tierras peninsulares
estén aisladas del mar. Por esta razón las zonas interiores tendrán un
marcado carácter continental, enfriándose mucho en invierno y
calentándose en verano, mientras las costeras presentan una menor
oscilación térmica.
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8. 2. Factores termodinámicos
La Península Ibérica se sitúa en una zona muy activa en relación con la circulación general
atmosférica. Se localiza entre el cinturón de altas presiones subtropicales y el de bajas presiones
de las zonas polares, en el área de la circulación en superficie de los vientos del oeste.
La circulación atmosférica está regida en altura por la corriente en chorro, y en superficie
por los centros de acción, las masas de aire y los “frentes”.
a) La circulación atmosférica en altura en la zona templada en la que se sitúa la Península
Ibérica, está dirigida por la corriente en chorro (Jet Stream).
o La corriente en chorro es una fuerte corriente de vientos del Oeste que
sopla en altura (entre 9.000 y 11.000 metros de altitud) y separa las altas presiones
tropicales que quedan a su derecha y las bajas presiones polares que quedan a la
izquierda. Cuando disminuye su velocidad crea ondulaciones profundas (dorsales y
vaguadas) que introducen aire tropical hacia el norte o aire frío hacia el sur.
o Esta corriente –que asciende y desciende de latitud dependiendo de las
estaciones y de la insolación– es la responsable del tiempo en superficie: cuando la
Península queda dentro de una dorsal de aire cálido transmite a nivel del suelo un
anticiclón, y si queda dentro de una vaguada de aire polar una borrasca, pudiendo en
ocasiones llegar a provocar “gotas frías”.
• El fenómeno de la "gota fría" –sustituida en metereología
por el término de DANA (Depresión Aislada en Niveles
Altos) – se produce cuando se desgaja una célula de aire frío
de la corriente principal del chorro y queda aislada. Si
coincide con la existencia en superficie de una masa de aire
cálida y cargada de humedad, ésta ascenderá bruscamente
originando violentas precipitaciones. Si en superficie no existe
aire cálido, la "gota fría" desciende suavemente provocando
lluvias moderadas. La zona más afectada es el Levante en
otoño, aunque se puede dar incluso en el norte peninsular
(inundaciones de Bilbao en 1983).
b) La circulación atmosférica en superficie está dirigida por los centros de acción, las masas
de aire y los frentes.
Los centros de acción son las áreas de altas y bajas presiones:
Los anticiclones son zonas de altas presiones (más de 1013 mb). En los
anticiclones el aire tiende a descender y a calentarse cuando entra en contacto con la Tierra.
Este aire caliente absorbe la humedad, el cielo aparece sin nubes. Por ello, producen un
tiempo estable, seco y soleado (no necesariamente “buen tiempo”).
En las borrascas, zonas de bajas presiones (también llamadas ciclones,
depresiones o borrascas), el aire tiende a elevarse, se enfría y condensa la humedad que
contiene, formándose nubes y originando precipitaciones. Producen un tiempo inestable, en
el que alternan nubes y sol, y frecuentemente lluvioso.
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9. Los principales centros de acción que afectan a la península Ibérica son:
- anticiclones: el anticiclón de las Azores, los anticiclones polares atlánticos, el
anticiclón escandinavo y los anticiclones térmicos (formados por el enfriamiento del suelo
en invierno) del continente europeo y del interior de la península.
- Depresiones: la depresión de Islandia, la depresión del golfo de Génova y las
depresiones térmicas (formadas al calentarse el suelo en verano) continental del norte de
África y del interior de la península.
La dinámica atmosférica en superficie provoca el desplazamiento de grandes masas de
aire, que producen diversos tipos de tiempo.
Las masas de aire son porciones de aire con unas características homogéneas de
temperatura, humedad y presión. Estas características las adquieren en sus regiones de origen.
La península Ibérica esta influida básicamente por masas de aire árticas, polares y
tropicales. Las dos primeras dan lugar a masas de aire frías y la tercera a masas de aire cálidas.
En los tres casos, y dependiendo de la superficie de la región de origen, pueden ser masas de aire
marítimas (húmedas) o masas de aire continentales (secas).
Estos caracteres primitivos se pueden modificar si las masas de aire recorren largas distancias.
La zona de contacto entre una masa de aire frío y otra de aire cálido se denomina frente.
El frente más importante para la Península Ibérica es el Frente Polar, que separa las
masas de aire tropical y polar. Sus efectos son muy marcados en primavera y otoño, produciendo
importantes precipitaciones y un tiempo inestable.
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10. Tipos de tiempo
Estos centros de acción atmosférica y masas de aire se van desplazando a lo largo del año, dando
lugar a variadas situaciones atmosféricas sobre la península que producen la sucesión de tiempos a
lo largo del año.
a) Primavera y otoño
Son las estaciones de mayor dinamismo atmosférico. El predominio del
tiempo inestable (alternando los días nublados y lluviosos con los despejados) se
debe al paso por la Península de las borrascas atlánticas del Frente Polar
impulsadas por los vientos del Oeste, húmedos y de gran penetración.
En estas ocasiones podemos encontrarnos con un otoño o primavera secos
porque el anticiclón de las Azores o el anticiclón frío siguen afectando a la
Península.
b) Invierno
Predominan las situaciones anticiclónicas (anticiclón de Europa Central, Polar
o térmico peninsular), dando lugar a tiempo frío, seco y con cielo despejado. Cuando
esta situación anticiclónica se debilita favorece la entrada de las depresiones o
borrascas atlánticas por el oeste, dando lugar a un tiempo lluvioso. Por el contrario,
cuando el anticiclón de las Azores se sitúa más al norte de lo normal se produce un
invierno suave y seco.
c) Verano
La influencia del anticiclón de las Azores hace que predomine un tiempo seco y
cálido. Pueden producirse algunas anomalías: por un lado, las borrascas atlánticas
pueden afectar a la zona norte provocando algunas lluvias y, por otra parte, el
intenso recalentamiento del suelo puede generar una zona de bajas presiones en el
interior que provocan las tormentas estivales, de corta duración.
Resumiendo muy esquemáticamente los tipos de tiempo en la Península
Ibérica
Tiempo de invierno:
o Tiempo normal: invierno frío y seco
o Las olas de frío:
o Invierno suave y seco.
Tiempo de verano:
o seco y cálido, el principal.
o Secundario: fresco y con más precipitaciones.
Tiempo de otoño y primavera.
o Variable e inestable, principalmente; otros secundarios.
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11. ANEXO I
Elementos del clima - Conceptos
Las temperaturas
(Cantidad de energía calorífica que hay en el aire).
• Temperaturas medias anuales (TMA)
• Amplitudes térmicas anuales (u oscilación térmica anual OTA)
• Temperaturas extremas
Las precipitaciones
(Caída, por condensación, del vapor de agua).
Siguiendo a López Gómez, podemos establecer la siguiente división:
• Más de 800 Mm (Litros caídos por metro cuadrado de superficie).
• Entre 800 y 600 Mm.
• Menos de 600 Mm.
La humedad
(Cantidad de vapor de agua contenido en el aire.).
Niebla: suspensión de diminutas gotas de agua en la capa inferior de la
atmósfera, que limitan la visibilidad a menos de 1 Km.
Calima: bruma seca que se produce en las capas bajas de la atmósfera
debida a la presencia de una gran cantidad de partículas muy finas de polvo.
La evaporación y aridez
(Cantidad de vapor de agua contenido en el aire).
La presión y los vientos
(Peso de una masa de aire y aire en movimiento).
Influencia de la circulación de los vientos del oeste.
Altas presiones: verano e invierno.
Bajas presiones: otoño y primavera.
La insolación y la nubosidad
(Cantidad de horas de sol recibida por unidad de superficie).
De la combinación de ambas resulta la insolación real u horas de sol despejado.
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12. ANEXO II
Índices de Evaporación y Aridez
http://www.ucm.es/info/cif/form/indices.htm
Enlace sobre índices climáticos.
Es un enlace muy bueno, aunque de un nivel alto
Gaussen,
Dantín y Revenga,
Thornwite..
A. Gaussen
Es un índice que valora la aridez mensual
Según Gaussen, existe aridez cuando la curva de las precipitaciones cae por debajo de la curva de las
temperaturas, atendiendo a la fórmula IG = P = 2 T
B. Dantín y Revenga
Se trata de un índice que valora la aridez anual
Dantín y Revenga propone el siguiente índice: IDR= 100 T/P
P = Precipitaciones anuales (mm) ; T = Temperatura media anual (°C)
• Si el índice resultante está entre 0-2 se trata de un clima
Húmedo
• 2-3 se trata de un clima Semiárido
• 3-6 se trata de un clima Árido
• 6 se trata de un clima Subdesértico
En la Peninsula Ibérica, según este índice, podemos distinguir:
• Una Iberia húmeda
• Una Iberia semihúmeda
• Una Iberia árida
• Una Iberia subdesértica
c. Lautensach-Meyer
Se utiliza para determinar la aridez general de una zona
Nos habla de meses con déficit de agua (menos de 30 Mm de precipitación)
Si no hay ningún mes con déficit de agua y exceso notable de agua en el
suelo Zona Húmeda
De 1 a 3 meses áridos Zona Semihúmeda
De 4 a 6 meses áridos Zona Semiárida
De 5 a 7 meses áridos Zona Semiárida extrema
En España, según este índice, podemos hablar de:
o Una Iberia húmeda + de 800 litros anuales
o Una Iberia seca 700-400 litros anuales
o Una Iberia muy seca – de 300 litros anuales
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