Versos para disparar al centro de tu ombligo.

1. PARA DISPARAR AL CENTRO DE TU OMBLIGO
GASTON MATUTE
A tu ombligo.
Para disparar al centro de tu ombligo.
Para disparar al centro de tu ombligo,
A versos, que son de mis flechas preferidas.
Este susurrar en el laberinto de tu oído,
Con esta letra que se pierde sin salida.
Este tahúr que juega una mano al olvido,
Con cartas gastadas de la última partida.
Solo puedo decirte a mis años cumplidos,
Los sueños de almohadas curan las heridas.
Encontrarás mi punto G en mi poema matutino,
Este soneto que ya no levantan ni sospecha,
Los atajos asfaltados sin lodos ni polvareda.
Estos versos que son de salón para la vereda,
No hay caminos ni molinos que tuerzan mi destino,
Esta pasión que nos deja la cama desecha.
Si querés como yo seducir alguna musa.
Si querés como Yo seducir alguna musa,
Deberás ir de frente sin muchas excusas.
Ellas se saben de antemano todos los versos,
Ellas te darán a 18 manos todos sus besos.
Si la virgen del silencio me dice: Dí. Hablo.

2. Dí de comer de mis babas al diablo,
Si la virgen del silencio me dice: Dí. Hablo.
Con mis poemas obtuve más premios que castigos,
Al villano de enemigo y de la mano del amigo.
Podés leer todo de un tirón si te asomas a mis versos,
Que son el revés de la poesía.
Ven a poblar mi desolada boca de besos,
Y que enmudezca de realidad la fantasía.
Cada vez que me preguntan quién soy,
Digo que soy el capitán de mis ráfagas y vientos,
Y mis mil y una noches de aventuras.
Cada vez que me ven ir a donde voy,
con mi barca de papel que son mis cuentos,
y mi horizonte cercano veo con mi literatura.
Llegué a la cima del parnaso y me encontré solo.
Llegué a la cima del parnaso
y me encontré solo.
Gracias a que a consejos no hice caso,
a que rimaba como un gigoló.
Toque el cielo con las manos,
pero no quería estar muy lejos de mis hermanos.
Y como solo reciben Poetas,
tuve que dejar a mis musas,
y entrar con mis cuartetas.
Dije que era ella la décima como excusa,
y dejaron que me acompañara sí, y se sacó la blusa.
Viajé en vuelo chapter al país del olvido,
pero era tan aburrido,

3. y me di por perdido.
Que volví a mis historias,
mis cuentos y memoria.
Hice de la poesía mi medida,
anduve por las impúdicas avenidas,
que pervierten los atajos y caminos,
y confundí gigantes con molinos.
Escribí versos de despedida,
y volví en dirección prohibida,
al país de las fantasías que curan las heridas.
Solo se las pocas cosas que me divierte,
tentar con doble o nada a la suerte,
temerte, quererte y verte.
Si no doy mi verso libre de cada día.
Si no doy mi verso libre de cada día,
Puede que no se ría con canto de sirena.
Se quejará de mis reversos la poesía,
y que se enfría el plató de la última escena.
De que hablará la estúpida cofradía,
Si se van del circo moros y cristianos.
Como haré entrar a la noche de día,
Si dejo de escribir a cuatro manos.
Dirán, ¿Pero dónde ha quedado la fantasía?
Si con las sobras de mi voz se educa el viento,
Y sueñan los sueños con mis almohadas.
Llorarán, ¿Qué hacemos con la melancolía?
Luego de tanta verbena, ya por la madrugada,
Y mis sonetos sin la arena y sal de la alegría.

4. Mis musas tienen todas su carnet al día.
Mis musas tienen todas su carnet al día,
Asociadas gentilicias a mi pluma de poeta.
En su cartera llevan primavera y poesía,
Bajo su pollera mis versos y cuartetas.
Harto ya de disparar a los ombligos, Cupido
Descansa un verano cuando estoy contigo.
Y cuando digo que no inspira el olvido,
Me saluda y transpira el último enemigo.
Viajan al parnaso llevando mis noticias,
Diciendo que ayer escribí un buen soneto,
Con un poco más de mala leche que justicia.
Y al lado de Quevedo colgaron mi boceto.
Van sin más cuartetas, ni atajos, ni secretos,
Y de leerlos se doctoraron mis novicias.
Ahí tenés un ejemplo de lo que es ser poesía.
Para Seba.
Esos ojos azules que envidian los cielos,
El diablo lo querría para sus infiernos,
Con esos pelos al viento casi en llamas.
Todos los cuentos saben que es extraordinario.
Las musas quieren rodas con él por el suelo,
Escriben versos para tentarlo, en sus cuadernos,
La pasión, el deseo, y la razón lo llaman
Para pedirle consejos, aburridos y ordinarios.
Ahí tenés un ejemplo de lo que es ser poesía,

5. sin escribir rimas, ripios, ni poemas,
Sabe amar como el amor vistas a primera.
Pasarían las mil y una noches con él un día,
Seba la palabra corriendo tras él sin lemas,
A su paso se rinde la fantasía y la primavera.
Desoye a mis ráfagas y vientos, déjame que te cuente un cuento.
Lo acabo de sacar de la galera,
Lo escribí a cuatro manos con la primavera.
Sitúate en una caverna oscura con hoguera.
Si querés te lo cuento hasta la madrugada,
ven acostate a soñar en mis almohadas.
Detené al calendario, no veas horarios,
pasara por ahí algún dinosaurio.
Desoye a mis ráfagas y vientos,
déjame que te cuente un cuento.
Cuando se vuelven caprichosas las estrellas.
Cuando se vuelven caprichosas las estrellas.
Y allá donde se revuelve celosa la belleza.
Deja de lado la tristeza, Yo nací ayer de rebeldía,
Mimado y acunado con el son de la poesía.
Si pedís algún consejo, si querés que te diga,
Espera a que termine mi ecléctica teoría
Tormenta eléctrica del sentido práctico de la vida,
Ni Musa, ni poeta, ni enemigo, ni amiga.
¿Qué harías si te quedas un martes sin poesía?
Saldrías a buscar un trovador por los bulevares,
Por mis versos a pasear, lunares y lugares.

6. ¿Volverías a abusar los lunes de mi fantasía?
Ve por ahí, como hacen los dioses, desoye las señales,
Como el viento, a cuatro voces, ahora que somos geniales.
Disculpa que esto no sea un buen soneto.
Yo ya fui caballero andante,
Y confundí gigantes con molinos,
Preferí los atajos a los caminos,
Habité castillos de arena.
Yo ya me oí voz fascinante,
Con mi toz de canto de sirena.
Tenté a la suerte,
Y le gane al destino,
Besé por volver a verte,
En mis séptimo cielo
Rodando por el suelo,
Unos labios divinos.
Yo ya escribí versos delirantes,
Todos a cuatro manos,
Hice de trovador y cantante,
En un coro de fulanos,
No rimo bien con los villanos,
Y me dan letra mis hermanos.
Viajé en vuelo chapter a la luna,
Musas seduje pasada la una,
A más de alguna.
Le canté las mañanitas
A mi pasado,
Y a la que tenía más a mi lado.
Y mis cuartetas
Son mis cartas al futuro,
Soy pluma sensible de poeta,
A los cuatro vientos,
Con cara de tipo duro,

7. Que pasa las mil y una noches
Contando cuentos,
Y se sabe todo los versos.
Besé todos los besos,
Algunos los malgasté
En un derroche,
Otros me sabieron a reproche.
Sé que te gusté
Aunque pongamos cara de fantoche.
Y aunque me apuró la madrugada,
Siempre dormí a sueño suelto,
Entre mis almohadas.
La primavera siempre ha vuelto,
a darme su última estocada.
Y yo en un mandoble,
Siempre a doble o nada,
Me bajé antes de la última parada,
Y como el sabio que se divierte
Diciendo pavadas,
A menos supe tenerte
Algo embobada.
Si me vienen con un antes,
Yo les hablo del después,
Con mi verso trashumante,
Para que lo lean del revés.
No vas a creerlo pero yo soy un Rey,
Que no tiene más ley
Que la que corre por mis venas,
Y con un poema he pagado mil cenas,
Hice rendir a la fantasía,
Reír a la poesía,
Que se moría de melancolía.
Yo no necesito libreto,
Poco es lo que interpreto,
La verdad es mi amuleto,

8. Que me salvo de Tales y Mileto,
Y aunque flaco y escueto,
Disculpa que esto no sea un buen soneto.
A mis tantos años,
Poco y nada me suena extraño.
Voy como un extranjero,
Por otras tierras con mi sonajero,
Y di guerra, y me lleve por delante
Al mundo entero,
Pero jamás seré un farsante.
Y vaya uno a saber
quien te quiso primero,
Si mis manos por quererte tener,
Si mi corazón que llevo por estandarte,
O mis ojos, que te ven radiante,
como cada primero de Enero.
No tengo prejuicios, me gustan las canciones,
disparo a los corazones,
promuevo ilusiones,
Las oraciones
que terminan en un verso,
Y las pasiones
en un beso.
Escribiré un soneto a la usanza de Quevedo.
Escribiré un soneto a la usanza de Quevedo,
Qué era de burlescas y andar con mala leche,
Si ves que te divierte, fascinado me quedo,
Y sino me voy, antes de que me echen.
Mojigatas que se asustan a la primera mirada,
Y cambian de príncipe azul cada mañana,
El sueño ligero para dormir en mil almohadas,
Princesas que probaron más de mil manzanas.

9. Va contra los traje de héroe con alma de villanos,
No me temblará el pulso para escribir un verso,
Que desenmascare su antifaz ante los farsantes.
Tampoco faltará mi alusión a moros y cristianos,
Qué solo aprendieron a dar de Judas un beso.
No te asustes, lo escribí como los tiempos de antes.
Yo caminaba entre hojarasca de papeles.
Yo caminaba entre hojarasca de papeles,
Y mis atajos, andar por caminos ripiosos,
Probé más de mil caras y besé otras pieles,
Olvidándome de a ratos mis ojos lluviosos.
Como una pluma mecida por el viento,
Fui llenando mis cuadernos de versos,
Mi corazón latía por empezar un cuento,
Que terminara por las noches en un beso.
Voy por la carretera, raudo, a los lodos,
Las Musas en sueños me llaman Poeta,
En calabaza, pasado mediante, la una.
Al final, de la nada he creado un todo,
En mis poemas radiantes giran planetas,
Y mis sonetos un billete de ida a la luna.
Ahora que hacemos las paces y no me siento atrincherado.
Ahora que escribo de noche y a escondidas,
De tus ojos, tus reproches y las avenidas.
Mi corazón obedece lo que dicta la piel,
Y la razón delira en un trozo de papel.

10. Ahora que cada día es una nueva despedida,
De todas las batallas que damos por perdidas.
Mi mente conspira en la mesa de un hotel,
Mi lengua transpira por la torre de Babel.
Ahora que los martes trece están de mi lado,
Me caso y me embarco en unos labios altaneros,
Y unas manos garabatean tercetos y cuartetas.
Ahora que hacemos las paces y no me siento atrincherado,
Mis tinteros, sonajeros y mi disfraz de bucanero,
Compiten con mis alardes y mi pluma de poeta.
Mi primera mentira fue olvidarme de ella.
Mi primera lección fue fuera de la escuela,
Entre musas que me sacaban la lengua.
Por disparar al corazón me dejo secuela,
Un poema por la culata, un profeta se deslengua.
Yo que hice de trovador juglar y poeta,
Jamás con tanto cuento ni hago el verso,
A lo sumo lo escribí todo en cuartetas,
Todo lo pongo en el papel y en un beso.
Mi primera mentira fue olvidarme de ella,
Sobornando con voz de sabio a la madrugada,
Mi primer séptimo cielo lleno de estrellas,
Lo poblé de semifusas, hadas y almohadas.
Mi primer mensaje en una botella,
Los arroje como buen bucanero a su playa,
Podría decir que de celosa era tan bella,
Y en un canto de sirena se pasó de la raya.
Mi primera excomunión fue de la religión,
Qué quemaba herejes en las hogueras.

11. Y a mis cavernas voy con mi canción,
Sin escalas, en el estribillo de la primavera.
Mis primeras flechas errantes de Cupido,
Fueron disparadas al centro de tu ombligo.
Mis primeras lecciones dadas por el olvido,
Fueron olvidadas en tus labios de abrigo.
Mis primeros versos a parar bajo tu falda,
Que es el baúl donde yo guardo mis deseos,
Mis primeros sonetos arañazos en tu espalda,
Qué es lo mismo cuando pasas y te veo.
El camino de los versos es tan sinuoso
Y el de las rimas unos sonetos ripiosos.
Mi voz es un vendaval sin notas ni sordina,
Y mis versos los leen por las esquinas.
Mis primeros domingos de novela,
Compiten con mis martes de poesía,
Y todos mis papeles a dos velas,
Los alumbran la pasión y la fantasía.
Hasta la madrugada, al vaivén de la poesía.
Todos tenemos un domingo de novela,
Pero el lunes al sacudón, de vuelta a empezar.
El rin rin del despertador por las mañanas.
Unos ojos suavizan el chantaje de las oficinas
Que requisan mis deseos y pasiones a duermevelas.
La columna de Matute, vuelve a enderezar
Mis versos que cotizan casi al fin de semana,
Y van poblando los bulevares y las esquinas.
Todas mis pasiones sufren una noche agitada,

12. Al vivir del revés, de cómo está mandado
Por lo menos una vez cada siete días.
En guerra con mis sueños y almohadas,
Están mis desvelos cuando estás a mi lado
Hasta la madrugada, al vaivén de la poesía.
Mis musas saben que vivo en un séptimo cielo.
Mis musas saben que vivo en un séptimo cielo,
Que soy como una última noche de tormenta,
Voy y tengo todos mis sonetos de testigo
Más a semejanza de todo lo que se cuenta.
Ruedo como un cometa olvidado por el suelo,
Usé anoche sus labios de hoguera y de abrigo.
A la vieja usanza de todo lo que se inventa,
Como el sabio que se aprende a su enemigo.
Que arrojo mis versos a los cuatro vientos,
Asfalté la realidad como las tristes avenidas,
He pasado una noche en el lodo de la fantasía.
Que soy las mil y una noches de los cuentos,
Mis despedidas son ensayos de las bienvenidas,
Puedo olvidarme de todo menos de la poesía.
No te extrañe si por ahí me llaman poeta.
Dale a las musas todo lo que ellas pidan,
Si han sacado de mi todos mis versos,
Creeles a rajatablas todo lo que te digan,
Si ves que desvarían callalas con un beso.
Sabes que de las 9, 8 están un poco locas,
Pero son la alegría en las salas del parnaso,

13. En mi séptimo cielo cada vez que me toca,
Si piden algo en mi nombre, hazle caso.
Regalales todos mis poemas y cuartetas,
Les encanta sabes mis avatares u noticias,
Cómo una estrella así, bella cuando brilla.
Son ¿cómo te diría?, como la pequeña Alicia,
Cada país que pisan todo es una maravilla,
No te extrañe si por ahí me llaman poeta.
Cuando le hacen un guiño las estrellas.
Como un genio que concede mil deseos,
Sin tener que frotar doradas lamparitas.
Como dejar de creer en lo que no veo,
Sin tener que dorar mágicas pildoritas.
Como sorprende al parpadear la primavera,
Al ver venir un personaje extraordinario.
Como se aprende a querer por vez primera,
Sin receta, tratados de amor ni horarios.
Como se ofenden las musas ante el poeta,
Cuando le hacen un guiño las estrellas,
Y lo invitan a escribir un buen poema.
Como se deja la vida entera entre cuartetas,
Pides un verso de improviso, hablas con ella,
Y en un beso sin aviso te cambian el tema.
Al ver la primavera cambiamos de acera.
Entre poetas intercambiamos cuartetas,
A las musas le damos versos por excusa,
Odiamos a los profetas y sus cantaletas,
Ya no se usa más esa cara de Medusa.
Entre amigos nos burlamos del enemigo,
Las gredas de los sabios no se heredan,

14. Abuse contigo de la poesía y abrigo.
Poemas a tus labios de seda bien le quedan.
Al ver la primavera cambiamos de acera.
Abuse de fantasía de hadas, de capa y espada,
Las pasiones las cantamos en canciones.
¿Corazones?, laberinto de pasiones y emociones,
Era la primera, bucanera, alfarera, enredadera,
Y más de una madrugada entre almohadas.
¿Sabés qué hacen los poetas cuando se quedan a dos velas?
Me encanta cuando me ven venir de lejos,
Y a mis vicios no tengo que demostrarle nada.
Cuando me devuelve una canción el espejo,
Y mis oficios me ven dormir entre tus almohadas,
Entre cuentos de hadas hasta la madrugada.
Un oasis en un desierto de gente,
Se desdibuja pero jamás se seca.
Si quieres reconocerla, es ella diferente,
Lleva en su cara estrellas, que son sus pecas.
Cenizas que aún llevan sus lemas,
Cornisas donde se asoman mis temas,
Mellizas las musas que se queman
Las pestañas al leer mis poemas.
La voz de canto de sirena,
Que no borra ni viento, resaca, ni marea,
El verso que escribí sobre la arena,
Como un genio que quiere a quien desea.
Si querés saber cómo termina esta novela,
¿Sabés qué hacen los poetas
Cuando se quedan a dos velas?
Garabatear cuartetas,
Se sacan de la galera
Un par de primaveras,

15. Escriben principios, saben los finales,
Imaginan comedias con personajes geniales.
Déjale a la noche lo que le pertenece.
Déjale a la noche lo que le pertenece,
Querrás quererla como dos amantes furtivos,
Aconséjala que no todo es lo que parece,
Deberás verla sin siluetas ni adjetivos.
No te quites ni el más sombrío de sus miedos,
La poesía que duerme entre sus sombras.
Sus verbenas por los cielos de Oviedo.
Acude a ciegas cada vez que te nombra.
Devuélvele sus mensajes en botellas,
Sus mil y un cuentos entre sus hogueras,
Su infierno que es el calor de los inviernos.
Revuelve la oscuridad con la luz de las estrellas,
Que como es más amiga de la primavera,
Déjala escribir con azul añil en mis cuadernos.
Esto es un soneto, quien lo leyó lo sabe.
Escribir con las musas a cuatro manos,
Rimar con la bilis y salones de bohemia,
Amar más que un poema saben mis hermanos,
Repartir la poesía como acto de epidemia.
No te dirá a lo Lope lo que es el amor,
Ni aquí ni ahora, ni al final de los años,
No sudo tinta sobre el papel del resquemor,
Ni daños a terceros, ni tristes desengaños.

16. Usar un último verso a capa y espada,
Un alarde de arte mayor que dice tonterías,
Abrir la puerta de poeta de par en par sin llave.
A mitad de camino entre melancolía e ironía
Se ríe la poesía que duerme en mis almohadas,
Esto es un soneto, quien lo leyó lo sabe.
Aunque me salga casi siempre una Matuteada.
Aunque me ha dado la espalda la primavera
Siempre supe a primeras quien era la primera.
Aunque me siguen azuzando con fantasías,
Yo solo escribo novelas y algo de poesía.
Aunque lo dije casi casi todo en cuartetas,
Me dejo algunos versos en mi tintero de poeta.
Aunque tiene su mágica galera y el misterio,
Quedo mudo ante la risa sádica de los serios.
Aunque voy de la nada y he escrito un todo
De sus avenidas y asfaltos a mis atajos y lodos.
Aunque de madrugada no sepa mis mañanas
Sigo contando cuentos de hadas y de nanas.
Aunque me salga casi siempre una Matuteada,
Duermo a verso suelto entre mis almohadas.
Bienvenidos todos a mi mundo.
Bienvenidos todos a mi mundo,
Puedes mis rincones habitar,
Si vienes con alma de trotamundos,
en primera fila te puedes sentar.

17. O mirar por tevé, vía satelital,
desde cualquier otra luna o planeta,
procura tomar una foto natural,
has foco a mi pluma de poeta.
Habrá raudos estribillos en canciones,
Musas poblando las esquinas,
Hoy y siempre será primavera.
Aluniza tras el brillo de las emociones,
Te susurrará una brisa marina,
Habrá cuentos al calor de las hogueras.
Nadie es profeta pateando tierra.
Nadie es profeta pateando tierra,
Pero si hasta me leen en Irlanda.
Con mi pluma Yo hago la guerra,
Cruzo los mares y de propaganda.
Como una maleta que se cierra,
Recordando el último portazo.
¡Nadie es poeta si se encierra,
Tras las puertas del parnaso!
Como un cometa que se destierra
Del olvido, el alarido no mira para atrás,
Buscando la sal con aire presumido.
Con colores de la paleta de las sierras,
Erra tu razón y no te lo imaginarás
en tu corazón las cosas que te diría al oído.
A las musas de verdad no se las maltrata.

18. 1. A las musas de verdad no se las maltrata.
A las musas de verdad no se las maltrata,
Dejándolas solas coqueteándole a dos velas,
Con las drogas y el alcohol, ni serenatas,
Ni martes de poesía, ni domingos de novela.
Ni recitando en estos siglos de hojalata,
Rancios estribillos que suenen a canciones.
Solo se mirar en celo tus ojos de gata,
Corriendo el dulce velo de tus pasiones.
¿Detenerme a pensarlo? tan solo ni un minuto,
Lo que Yo ya se desde todos los tiempos,
En un susurro o con mis ráfagas de viento.
A viva voz le dijo a tus labios diminutos,
Con la celeridad que me exige en tempo,
Con toz de caverna me sé todos los cuentos.
2. El poeta que al primer verso se delata.
Más rápido que el ciempiés a cien patas,
Voy por los atajos que me llevan a tu boca
El poeta que al primer verso se delata,
Y termina escribiendo porque le toca.
Como un aprendiz que al primer beso mata,
Verseando poemas con máxima destreza.
Los que no dicen ni mu y dan la lata,
Enarbolando la bandera de la belleza.
Ya lo vez yo no puedo esperar a la azafata,
Voy por el sentido práctico de la vida,
Cruzando el charco para perseguir la primavera.

19. En New York, Madrid, o Mar del Plata,
Todo es ahora a cuatro manos y de movida,
En mi séptimo cielo bien sabés que sos la primera.
3. Las noches estrelladas nos salen más baratas.
Escribir un buen soneto, de eso se trata,
Para que guardes junto a tus sueños bajo la almohada,
Las noches estrelladas nos salen más baratas,
Si las malgastamos juntos hasta la madrugada.
Ahora que me reconocen en el parnaso y me llama
Poeta la señora y la prensa del mundo entero cata
Mis tinteros, y me colman de laureles, gloria y fama,
Soy la flor y nata, me saludan, y la euforia se desata.
Sé muy bien a inconciencia cierta lo que me ata,
Verso a verso lo que me arrima a tu cintura,
El eco de mi voz en el centro de tu ombligo.
Una fiesta de gala con traje de bata,
En una rima reverenciar a tu hermosura,
Mis poemas son como el abrigo de un amigo.
Hoy es viernes y mis versos lo saben.
Hoy es viernes y mis versos lo saben,
Mi pluma suda tinta a cuatro manos,
No todo el amor en mis poemas caben,
No le interesan villanos ni fulanos.
Mi inspiración se refresca cuando llueve,
Y gota a gota garabateo mis papeles,
Lo sabe mi soneto porque ayer fue jueves,

20. Me esperan mis musas y los hoteles.
Entre que vivo un domingo de novela,
La columna de Matute y martes de poesía,
Se me olvida de todo menos de quererte.
Ansias de quedar contigo a dos velas,
De reinar sobre el reino de la fantasía,
Que bueno es siempre volver a verte.
Mi poesía, ya lo ves, sigue intacta.
Mi poesía, ya lo ves, sigue intacta,
Por los márgenes de mis cuadernos.
Soy un poeta maldito, conste en acta,
Poetizo a las puertas del infierno.
¿Azul, dicen, es el color de la tristeza?
Si no fuera por ellas estaría solo despierto.
¿Al verte pasar, toma nota la belleza?
Ahora que todos mis sueños son ciertos.
Voy para el lado que me lleva la rima,
A veces doy 14 versos en un poema,
Soneto lo llaman, para mí un mini-cuento.
Escribo mejor si las musas se arriman,
Tan cerca sus bocas me cambian el tema.
Como Dylan escribo escuchando al viento.
Siempre con mi mejor cara de poeta.
Mi poesía es mejor que lo sepas,
La usando en los salones de belleza.
Puede que a tu cabeza no le quepa,

21. Me reverencia el rey de las rarezas.
Voy por ahí, en los bailes de disfraces,
Desnudo arropado por las musas.
Va por fin sacándose los antifaces,
La duda muda, desnuda, sin blusa.
Mi poesía tiene cara y no careta,
Mira a las gente como lo que son,
Aunque venga disfrazada de mona lisa.
No te preocupes no tiene ton ni Zon,
A favor de la prisa, estreno mi sonrisa,
Siempre con mi mejor cara de poeta.
Atrincherado en los cuarteles del infierno.
Atrincherado en los cuarteles del infierno,
Aticé con mis cuentos matutinos las hogueras.
He pasado más de mil y una noches de inviernos,
Aterricé, planeando cómo sobornar a la primavera.
Garabateando sonetos en mis cuadernos,
Me fui alejando de las asfaltadas carreteras,
Los salones de disfraces y tiempos modernos,
En los lodos juego con las musas a primeras.
La esperanza terminó siendo una fulana,
Que seduce a bobos, Sanchos y cantamañanas,
Con los laureles del Parnaso e islas Baratarias.
Como quien salta al vacío a una red de telaraña,
Con los lobos un juego de respuestas arbitrarias,
Y vuelva a sudar como monjita pasionaria.

22. Cada vez que se me escapa un culo.
Cada vez que se me escapa un culo,
Ya sea otomano, moro o cristiano.
Con el difícil y honroso arte del disimulo.
Escribo un poema a cuatro manos.
Como se me va a escapar una teta,
Yo que las mamanté desde pequeño,
Entre cuartetas a lo maldito poeta,
Si en su pezón yo consuelo al sueño.
Confieso es mi primer soneto libidinoso,
Escribirlo es un acto de exhibicionismo,
En 14 versos se me nota hasta el sentimiento.
No subí el tono para que no suene horroroso,
Da lo mismo y es más de mí mismo,
Ya ves soy el de los besos al momento.
Para reverenciar al rey de los poetas.
A Joaquín Sabina.
1. Para reverenciar al rey de los poetas.
Lleva la primavera en su maleta,
Recoge sus versos rojos en un saco,
Me pongo el sombrero y me lo saco,
Para reverenciar al rey de los poetas.
Su voz es un ronco canto de profeta,
69 años ya profesando el vicio,
De dejar el corazón en cada cuarteta,
Rapsoda noche y día, canción por oficio.

23. A él no le gusta que lo llamen maestro,
Pero si aprenden a hablar las palabras,
Cada vez que le pone alguna musiquina.
Es más del Parnaso que todo nuestro,
Saca un verso como truco de abracadabra,
Esconde un mundo bajo su bombín Sabina.
2. Se arrepiente de no decir más barbaridades
Aconseja no pedir ni dar consejos,
Se arrepiente de no decir más barbaridades,
El saca la lengua a los espejos,
Con el verso perlita de las verdades.
Ni miente ni se siente obligado,
Cuando lo llama a versear la primavera,
La poesía, dice, no nace en los juzgados,
Aunque con cualquiera sabe eres la primera.
Es amante, padrino y aprendiz de las musas,
Proclama que ninguna de ellas acepta excusas,
Cuando amenaza el filo de la madrugada.
Sus poemas se llevan bien con semifusas,
Aprendió a cantar de sirenas y medusas,
Rey de la noche que canta a las almohadas.
3. Yo quise ser como el maestro Sabina,
Yo quise ser como el maestro Sabina,
Untar heridas con un verso de pomada
Arañarle el corazón a alguna mina,
Canciones perdidas de cuentos de hadas.

24. Ser trovador por bulevares y esquinas,
Garabatear un par de rimas por tu espalda,
Dejar un verso sobre la mesa de propina,
Responder con un soneto bajo tu falda.
Reducir a cenizas y escombros el olvido,
A mitad de camino del infierno y el cielo.
Una epidemia de veneno de poesía.
Vengarme con las flechas de cupido,
Habitar con las musas en un séptimo suelo
Seguir viviendo en calle melancolía.
Martes 13, ni te cases ni te embarques.
Martes 13, ni te cases ni te embarques,
En remarques de lo que se lee del reverso.
A besar en los bancos de los parques,
Aprendas con las musas entre versos.
Martes 13, ni te envases ni te enmarques,
A los genios que solo conceden tres deseos,
Ni las señas de luces de tus pupilas me aparque,
Ni me marques puntos y comas cuando te leo.
Martes 13, será mejor que te reembarques,
En el último tren con dirección a la luna,
No te encharques en las charcas del olvido.
Martes 13, será mejor que desembarques,
En una playa con un canto de sirenas de laguna,
Que no enarques las cejas si te tienta cupido.
Son aficionados al amor aunque ya no se usa.
Para los enamorados.

25. Se acechan como un lobo poeta a su musa,
Se dejan versos de amor bajo la almohada,
Se echan una partida sin blusa y sin excusas,
Se piden un beso al primer cruce de miradas.
Sueñan mil y una noches hasta la madrugada,
Se encantan con cantos de sirena y Medusas,
Se trenzan en un duelo de lenguas como espadas,
Son aficionados al amor aunque ya no se usa.
Le ponen el corazón a cupido con su flecha,
Se susurran una tormentoso vendaval al oído,
Dejan a la pasión sobre la cama desecha.
Le hacen burla a la razón como el olvido,
Con su recuerdo donde enciende la mecha,
Cuando viene con su juguete de luces y sonidos.
¿Qué es el amor? Mil y una noches en un día.
El amor entró por la ventana de mi balcón,
A la vieja usanza como Romeo a Julieta.
Las penas las transcribí en una canción,
Aficionado a la pasión, como buen poeta.
Enamorado de las letras de la A a la Z.
Siempre espero al primero por las esquinas.
Alunizando tras la cola de algún cometa,
Versamos un verso por el beso de una mina.
Intentamos meter con el veneno de la poesía,
A primera vista como mira la primavera,
Y enseña a rodar a los amantes por el suelo.
¿Qué es el amor? Mil y una noches en un día.
Ojalá siempre venga y por ahí fuera,

26. Como Beatriz y Dante en mi séptimo cielo.
Si la ves como un oasis en un desierto de gente.
Si la ves como un oasis en un desierto de gente,
Si te encanta como un dulce canto de sirena,
Si es como un cometa de un planeta diferente,
Si pueden habitar la almena de un castillo de arena,
Si es como un billete de primera a la luna,
Si te sientes letraherido al amparo de sus ojos,
Si en tus fantasías se parece a ninguna,
Si sabes que puede crear poesía a su antojo.
Si al verla de seguro le cantarían los poetas,
Si al susurrante su rocío te produce tormentas,
Si llega a vos como un mensaje en una botella,
Si la reconoces al leerla en un par de cuartetas,
Si son más de mil noches al oído que te cuenta,
Si en tres versos te seduce, no lo dudes, es ella.
La poesía no es un arte mayor conceptual.
La poesía no es un arte mayor conceptual,
Sino escribir por poner alguna excusa.
Al contrario, es un desastre sentimental,
Cuando se cruza el rapsoda con sus musas.
En diluvio universal, el oficio de poeta es crear,
Sin dar en cada verso un folleto explicativo.
Al punto final, el del público malinterpretar,
Corrigiendo cada coma, y sobando el adjetivo.
Aprendí a encantar de un canto de sirena,
Ante la tormenta pongo mi mejor cara de poeta,
En rimas, Alicia le hace el amor al Principito.
En un coro de ángeles, sobre un castillo de arena,

27. Solté al viento todos mis sonetos y cuartetas,
Si te arrimas soy buenito, tan solo un poquito.
SIN PUBLICAR.
PARA IAN, JUSTIN Y LUANA.
Has a un lado los tratados de prudencia,
Crece como he crecido Yo, con insolencia.