Clasificaciones, modalidades y tendencias de investigación educativa.
espistemologia
1. MARCO HISTÓRICO DE LA CIENCIA EN LA ANTIGÜEDAD
En la Antigüedad clásica existía una clara separación entre: El conocimiento por la experiencia y su resultado:
la técnica y el trabajo productivo. Lo que se ha entendido históricamente como "artes" y "oficios".
El ideal del conocimiento teórico que comprende dos ámbitos:
La ciencia: Entendida ésta como un conocimiento universal y necesario. Trata del saber de las últimas causas y
de los primeros principios, lo que hoy se entendería como el fundamento de la realidad, la metafísica.
La praxis: Como ideal del conocimiento práctico que dirige la acción hacia el logro del bien y la felicidad, que
a su vez se desenvuelve en dos ámbitos: La consecución del bien individual, la felicidad como Ética y la
consecución del bien común social, la política.
En la Antigüedad clásica el conocimiento teórico y práctico, como saber universal y necesario, ideal del «saber»
es independiente de la experiencia, y constituye la Sabiduría. La máxima expresión como conocimiento de la
verdad, como ciencia, es la Metafísica. y el modelo ideal de vida el más cercano posible a la felicidad, como
ética, constituyen el ideal del sabio.
Esta separación del conocimiento y la acción práctica respecto a la producción de bienes materiales responde a
una tradición aristocrática y guerrera de la nobleza o clase dominante. Las artes y los oficios eran propios de
esclavos o comerciantes, pero la «sabiduría» (filosofía) era lo propio de la nobleza y de los hombres libres.
En la Atenas clásica ya apareció una doble actitud de pensamiento que se va a mantener a lo largo de toda la
Historia de la filosofía en occidente y que hoy caracterizamos básicamente como racionalismo y empirismo. En
realidad responden a dos actitudes y modos de concebir la función del pensamiento y el sentido de la vida. Los
primeros en mantener una actitud claramente empirista fueron los sofistas quienes negaron las especulaciones
racionalistas sobre el mundo natural común a sus predecesores, presocráticos y, sobre todo, Platón; por el
contrario se preocuparon "en tan relativas entidades como el hombre y la sociedad". El valor de la verdad queda
restringido al valor concreto de la experiencia y el ejercicio del poder, bien sea individual (moral) o social
(política). Este empirismo se interesa por la retórica en el dominio del lenguaje como instrumento esencial para
la vida política ateniense y el ejercicio del poder.
ARISTÓTELES:
Tal vez sea Aristóteles quien mejor expresó el valor del conocimiento de la experiencia, por más que lo
considerara sometido al supremo valor de lo teórico. En su Metafísica (982b 11-32), Aristóteles concibe al
conocimiento como un proceso:
Se parte de lo común con los animales dotados de sensación y memoria y, por tanto, con experiencia; es
la acumulación de experiencia lo que a los hombres hace «expertos».
Más perfecto es el conocimiento de dicha experiencia unida a la reflexión, lo que convierte a los
hombres en “artesanos”; lo que hoy denominaríamos técnicos (médicos, arquitectos, estrategas, etc.)
La perfección de la función racional humana se manifiesta en la suprema facultad de elevarse a los
fundamentos de dichos conocimientos a través de las causas hasta los primeros principios; es en esto en
2. lo que el hombre se asemeja a los dioses, el saber de una Ciencia primera, entendida hasta el siglo XVIII
como Metafísica. Esto solo es posible en la medida en que una sociedad tiene asegurados los bienes
materiales, y por tanto puede dedicar a los «hombres libres» a la «inutilidad» del pensamiento en
búsqueda de la verdad de la ciencia.
Aristóteles es propiamente un filósofo de tipo racionalista como no podía ser menos en un discípulo aventajado
de Platón; admite un conocimiento metafísico del ente en cuanto tal; es el fundador de un sistema lógico que
garantiza que, si se parte de verdades y se razona correctamente, se llegará a nuevas verdades, tal como define
la forma argumentativa por excelencia, el silogismo, partiendo de la capacidad del entendimiento para llegar al
conocimiento verdadero e intuitivo de los principios y la intuición de las esencias como formas sustanciales de
las cosas.
Sin embargo, Aristóteles también es el primero que reflexiona sobre el valor del conocimiento por la
experiencia y los razonamientos inductivos, es decir al conocimiento científico como «observación de la
naturaleza»: biología, medicina, etc.
HELENISMO GRECO-ROMANO:
La influencia de los artesanos en la elaboración de teorías, o mejor dicho normas generales, más o menos
científicas para la práctica de la construcción, la agricultura, la navegación, la medicina, etc., siempre estuvo
presente, sobre todo en el helenismo, Alejandría y durante el Imperio romano donde las «artes» tuvieron una
importancia enorme en las construcciones civiles, no solo en las ciudades, sino en la construcción de carreteras,
puentes y obras hidráulicas.
Hipócrates de Cos, (siglo V a. C.) pasa por ser el padre de la medicina, por el cambio de orientación que hasta
entonces tenía la tradición sobre todo egipcia, ligada a la magia y a lo sagrado. Es el primero que elabora una
teoría general sobre lo que es la salud y la enfermedad en relación con un concepto determinado de hombre.
Son nombres relevantes de la cultura clásica, además de los citados: Arquímedes, siglo III a. C., un auténtico
teórico y práctico de la lógica empírica, Vitruvio, siglo I a. C., el primero en hacer un tratado de arquitectura y
urbanismo y en medicina Galeno, siglo II d. C.
LOS CONCEPTOS Y LA EXPERIENCIA:
Los griegos separaron el conocimiento de la razón, que conoce por conceptos aplicables a multitud de objetos
como conocimiento universal, del mero conocimiento de la experiencia que conoce por los sentidos únicamente
lo individual y concreto. Cómo se entienda qué son los conceptos y su relación con lo sensible y ambos en su
relación con la realidad es el fundamento de estas dos actitudes que consideramos los antecedentes del
racionalismo y el empirismo. En la medida en que tales conceptos representan la "esencia" inmutable de las
cosas, las formas de la sustancia, el conocimiento adquiere un sentido Universal y necesario, y por ello es un
conocimiento objetivo y hace posible el conocimiento científico. Tal es el fundamento de la actitud racionalista.
El lenguaje, entonces, en la medida en que es capaz de representar los conceptos como verdaderos en un
lenguaje “apofántico”, como decía Aristóteles, manifiesta en su contenido fielmente la realidad como verdad.
3. En la medida en que el concepto esté más cercano y dependa más de la experiencia sensible, el conocimiento
ofrece únicamente un conocimiento cuya verdad descansa en el caso individual y concreto y está sujeta a la
subjetividad del individuo que tiene la experiencia. Los conceptos y su referente en el lenguaje, las palabras, son
algo convencional, generalizaciones de la experiencia individual compartida con los miembros de una sociedad
cultural que hace posible la comunicación mediante el lenguaje. Los conceptos para el empirismo no son una
garantía de conocimiento objetivo y por tanto la ciencia tiene solamente un valor relativo y justificado en la
generalización de las experiencias comunes, convencionalmente representadas en los conceptos y el lenguaje.
MARCO HISTÓRICO DE LA CIENCIA EN LA MODERNIDAD.
La filosofía aristotélica tradicional entra profundamente en crisis a partir de la teoría heliocéntrica del universo
y de los progresos que la ciencia está obteniendo aplicando métodos nuevos de investigación. De especial
relevancia es el método «resolutivo-compositivo» de Galileo.
La ciencia intenta «descubrir las leyes que rigen la naturaleza para dominarla». ¿Cómo es posible llegar a
conocer desde la experiencia las leyes generales del comportamiento de la naturaleza?
Dos modelos de método de investigación: Francis Bacon y Descartes
Dos modelos de pensamiento filosófico y valoración del conocimiento: Racionalismo y Empirismo propiamente
dichos.
Es en este campo filosófico de oposición racionalismo-empirismo en el que frecuentemente se sitúa el
empirismo en cuanto tal. Se restringe incluso al titulado «empirismo in-glés» (Francis Bacon, Hobbes, Locke,
Berkeley, Hume), en oposición al «racionalismo conti-nental» (Descartes, Malebranche, Spinoza, Leibniz,
Christian Wolff). En esta oposición el problema se viene a reducir a la admisión de la existencia o no existencia
de las ideas innatas. Según Descartes el entendimiento se funda en intuiciones evidentes puestas por Dios en la
naturaleza humana, como ideas innatas o principios del pensar, a partir de las cuales es posible establecer unas
relaciones lógicas entre las ideas recibidas de la experiencia.
Este modo de pensar relacionando ideas mediante el análisis ha dado enormes frutos en el progreso habido
durante los últimos años en el cálculo matemático para el descubrimiento y descripción de las leyes de la
naturaleza y sus aplicaciones a la ciencia empírica, la Física como ciencia moderna y la astronomía sobre todo.
EL EMPIRISMO.
El empirismo es una teoría filosófica que enfatiza el papel de la experiencia, ligada a la percepción sensorial, en
la formación del conocimiento. Para el empirismo más extremo, la experiencia es la base de todo conocimiento,
no sólo en cuanto a su origen sino también en cuanto a su contenido. Se parte del mundo sensible para formar
los conceptos y éstos encuentran en lo sensible su justificación y su limitación.
POSITIVISMO:
Desde un positivismo extremo hasta un positivismo casi idealista, el siglo XIX y comienzos del XX ofrece un
riquísimo panorama de autores y escuelas todas bajo denominación positivista y de inspiración empirista
4. fuertemente unidas a la idea de progreso en el conocimiento científico-técnico. El rasgo común que caracteriza
a todos ellos es el rechazo a la Metafísica como pseudociencia producto de la especulación de la razón y sin
justificación alguna. Este Positivismo genérico toma solo en consideración el conocimiento científico. Éste es
producto lógico de la aplicación rigurosa de un método científico y de la afirmación de teorías que puedan
justificarse en el experimento. Surge en Francia, siendo su fundador quien creó la denominación de positivismo,
Auguste Comte y toma nuevas formas de la mano del británico John Stuart Mill y se extiende y desarrolla por el
resto de Europa hasta el primer tercio del siglo XX. Todas las actividades filosóficas y científicas deben
efectuarse únicamente en el marco del análisis de los hechos reales verificables por la experiencia.
Se caracteriza por la defensa de un método siendo el ejemplo ideal la ciencia física que triunfa claramente en el
dominio de la naturaleza y en las aplicaciones técnicas que de ella se derivan. La ventaja fundamental de este
método es su formalización y la posibilidad de expresar sus leyes en lenguaje matemático, que hace posible la
construcción de modelos teóricos a partir del rigor del cálculo. La unión del método científico como tal y la
técnica cada vez son más estrechas y poco a poco se van a constituir en un todo científico-técnico]. El objetivo
de la ciencia es explicar, entendiendo por tal el poder englobar los fenómenos en un marco teórico de leyes
generales.
MÉTODO HIPOTÉTICO- DEDUCTIVO:
El método hipotético-deductivo es el procedimiento o camino que sigue el investigador para hacer de su
actividad una práctica científica. El método hipotético-deductivo tiene varios pasos esenciales: observación del
fenómeno a estudiar, creación de una hipótesis para explicar dicho fenómeno, deducción de consecuencias o
proposiciones más elementales que la propia hipótesis, y verificación o comprobación de la verdad de los
enunciados deducidos comparándolos con la experiencia. Este método obliga al científico a combinar la
reflexión racional o momento racional (la formación de hipótesis y la deducción) con la observación de la
realidad o momento empírico (la observación y la verificación).
MARCO HISTÓRICO DE LA CIENCIA EN LA POSMODERNIDAD.
El conocimiento y el mismo lenguaje en el que se expresa son interpretativos. Es necesaria la hermenéutica.
Nuevos modos de concebir la evidencia y la certeza con en el progreso y apertura de nuevas perspectivas se han
abierto en el desarrollo de la propia ciencia y de la reflexión filosófica.
Los importantes avances de la ciencia en lo referente a los mecanismos de la evolución con especial referencia a
la genética, la Biología en general y en especial la Biología Molecular, Etología, Neurología, Psicología, así
como de los métodos de tratamiento de datos en la configuración modelos teóricos, abre caminos insospechados
acerca de las dimensiones de lo cognitivo.
Lo cognitivo, engloba no solo el conocimiento conceptual sino la actividad general del hombre en su relación al
medio, concebido como sistema a través del lenguaje y de la cultura en cuyo ámbito se produce el hecho del
conocimiento entendido como función operativa.
5. El concepto de verdad, entonces, adquiere una variedad de matices no solo epistemológicos, sino sociales y
culturales que parece convertir el conocimiento en un caleidoscopio de colores donde los medios de
comunicación social y los poderes sociales son también factores importantes en lo que Lyotard llama
performatividad de la verdad.
Ni empirismo ni racionalismo. Ni a priori ni a posteriori. Lo cognitivo engloba todas las dimensiones del ser
humano; si bien en lo referente a lo que hoy es el fenómeno científico-técnico, los métodos y la validez
otorgada a una teoría por la comunidad científica es sin duda alguna la mejor garantía de una verdad objetiva,
frente a la validez que otorguen o puedan otorgar otras instancias culturales y sociales.
En definitiva, lo que se ha perdido es una concepción estrecha de la ciencia ligada directamente a una verdad
universal y necesaria así como la necesidad de justificarse en los estrechos límites en los que el mero empirismo
de los experimentos pretendía encerrarlo.
ANÁLISIS DEL MOMENTO HISTÓRICO DE LA EPISTEMOLOGÍA EN TRABAJO SOCIAL.
Partimos de considerar la epistemología como una reflexión de "segundo orden" frente a las producciones de la
disciplina y profesión, siendo importante analizar qué relaciones mantiene con los contextos sociales donde se
producen. En nuestro caso, vemos cuáles son los marcadores que más influyeron en el nacimiento del trabajo
social y sus repercusiones en la consideración social de la disciplina. Creemos que la epistemología del trabajo
social ha de hacerse teniendo en cuenta las aportaciones de este debate en el conjunto de las ciencias sociales,
del cual nos interesa destacar lo que se denomina la concepción ampliada o nueva de las ciencias humanas,
donde las características particulares del trabajo social encuentran la justificación para poder generar
conocimiento. Establecido ya lo que nos aportan las ciencias sociales, abordamos el análisis de nuestra
disciplina centrándonos en su concepto, objeto y método. Creemos que es posible la construcción de
conocimientos puesto que, en las intervenciones del trabajo social, están presentes los grandes problemas
teóricos de las ciencias sociales. Establezcamos una mínima distancia sobre las mismas para poder reflexionar
sobre ellas.