Plan Refuerzo Escolar 2024 para estudiantes con necesidades de Aprendizaje en...
NACIONALIDAD KICHWA DE LA SIERRA
1. NACIONALIDAD KICHWA DE LA
SIERRA
Relatos territoriales.
Esta nacionalidad esta asentada a lo largo de la sierra ecuatoriana, inclusive en
otras regiones del Ecuador, debido a los movimientos migratorios que realizan
los diferentes pueblos que la componen. Sus asentamientos poblacionales van
desde: la provincia del Carchi donde se asentaron los pueblos conocidos como
Pastos; en la provincia de Imbabura coexisten 4 pueblos: Otavalos, Karanquis,
Natabuelas y Kayambis; en Pichincha el pueblo Kitucara; en la provincia de
Cotopaxi se asientan el pueblo Panzaleo; en la provincia de Tungurahua están
asentados los pueblos: Chibuelos, Salasacas y Kisapinchas; en la provincia de
Bolívar esta asentados el pueblo Waranka; en la provincia de Chimborazo, los
Puruháes; en las provincias del Cañar y el Azuay el pueblo Kañari; en la
provincia de Loja los pueblos Saraguros y Paltas.
Los Kichwas de la sierra ecuatoriana están vinculados por el idioma kichwa, por
un territorio que se les fue desapropiado en tiempos de la colonia española, por
una misma cosmovisión en relación al territorio y al universo, por los vínculos
comerciales que existían antes de la venida de los españoles.
Relatos históricos.
Hablar de la historia de los pueblos acuñados actualmente en la gran
nacionalidad Kichwa de la sierra ecuatoriana, es remontarse a tiempos
inmemoriales, donde estos pueblos organizados en señoríos étnicos y en
confederaciones desarrollaban una cultura basada en la propiedad comunitaria
y en el principio de reciprocidad, desarrollo que no solo fue truncado a la
llegada de los españoles (1492), como nos cuentan comúnmente los libros de
enseñanza escolar y secundaria; el desarrollo de esta cultura fue violentada,
mediante el sometimiento de su población y de sus instituciones organizativas a
una nueva forma de producción, donde la propiedad de los territorios que
pertenecían a estos pueblos, pasaban a ser de absoluta propiedad de la
monarquía y de particulares españoles, donde los conocimientos agrícolas
íntimamente unidos a conocimientos astrológicos, donde los conocimientos
medicinales y arquitectónicos, fueron por una parte anulados y por otra,
utilizados sin el reconocimiento al pueblo que forjó históricamente ese
conocimiento, eliminando su presencia en el quehacer cultural del nuevo orden
social, orden que estaba bajo los intereses de el estado colonial español.
En relación a los territorios, estos fueron desapropiados, fueron fraccionados,
favoreciendo y facilitando así la imposición de una nueva forma de vida que
venía con los conquistadores españoles. Para cumplir con este objetivo colonial,
se obligó a los pueblos Kichwas a moverse de sus territorios originales a lo largo
de América del Sur, logrando así controlar cualquier tipo de sublevación,
sometiendo a estos pueblos al trabajo obligatorio en las minas, en los obrajes,
en las construcciones de carreteras, edificación de las ciudades coloniales y en
las encomiendas. Trabajo obligatorio que se lo realizaba en condiciones
infrahumanas. El trabajo en las minas significó para los indígenas varones de
18 a 50 años la muerte misma, sometidos a condiciones infrahumanas y a la
falta de alimentos, muy pocos de ellos regresaban, después de cumplir con el
trabajo obligatorio dictaminado por su encomendero. Encomienda, punto de
articulación y de reproducción de la sociedad colonial, medio que permitió
2. controlar el trabajo indígena, el cumplimiento del pago de tributos por parte de
las comunidades indígenas, organizando la producción agropecuaria-artesanal,
el control y dominación ideológica (evangelización) sobre los pueblos
dominados, donde el papel de la iglesia fue fundamental.
Obrajes, trabajo obligatorio que en su mayoría estaba dirigido a las mujeres,
quienes migraban a los centros de producción textil, en calidad de mitayos;
trabajo que al igual que en las minas, se lo realizaba en condiciones de
insalubridad provocando la muerte de muchas indígenas.
Construcciones de carreteras y edificaciones de las ciudades españoles en
territorios coloniales en América, este trabajo permitió a los indígenas dejar
plasmado el conocimiento arquitectónico en las carreteras y en las edificaciones
basadas en tapiales, dejar en las iglesias plasmado su relación con los naturales
que formaban parte de sus rituales cósmicos como el sol la luna, el maíz, etc.,
oportunidad que a muchos les costo la vida.
Hablando figurativamente, el encuentro con la sociedad monárquica española
significó para los pueblos indígenas, el inicio de una noche larga y eterna, sin
presencia del sol y de la luna.