2. Consigna: EL REGALO PARA BRUJIBEBÉS Aquilino Gaeta era el propietario de un negocio bautizado “La Boutique de las Brujas”. Su especialidad, como lo decía el nombre, era proveer accesorios y adminículos para brujas. Conseguía, y eventualmente fabricaba, los más extraños artefactos que fuera posible imaginar. En el frente del local un gran cartel decía: Había cumplimentado pedidos de productos tecnológicos de lo más diversos: anzuelos para cazar murciélagos, dosificadores de sal para eliminar caracoles de jardín, un Groma para establecer el punto exacto donde se encontrarían dos brujas que venían de diferentes lugares, veinte Mastabas en madera de Haya para una convención de brujas, un Shadoof para construir un monumento al hechizo y, en una oportunidad, debió confeccionar tarjetas de cuero de himenóptero , en cantidad de una Miriada , para un encuentro social. La descomunal cantidad de libros sobre la Tecnología y su historia, que Aquilino atesoraba, eran una ayuda inapreciable para satisfacer cualquier necesidad que le presentaran. Pero un día nublado llegó un pedido sumamente particular. La nota, que como siempre, apareció clavada en la higuera del frente de su negocio decía (leer la nota en la siguiente diapositiva). Hacía mucho tiempo que no se lo veía tan preocupado. Aquilino, sin embargo no era hombre de amilanarse fácilmente; en poco tiempo organizó una secuencia de acciones para abordar la cuestión. Para cada necesidad, un proyecto. Para cada proyecto un producto.