7. José S. Martínez A.
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PREFACIO
Para prologar mis versos íntimos, diré que los actos y los sentimientos que se
mantienen fuera del alcance del público, forman parte de la intimidad o privacidad.
Estos versos empezaron a ocultarse como ensueños, hace años… y ¿Qué mejor
forma de conectar con alguien que a través de los sueños que uno tiene?
Tal vez en eso radica el éxito de la intimidad que el ser humano procura. Porque la
intimidad es la necesidad de un lugar de reserva donde poder estar aislado, en soledad…
pero también un espacio en nuestro interior… nuestro rinconcito íntimo. Un espacio
mental. Un espacio donde poder estar con uno mismo, por uno mismo y para uno mismo.
Es necesario, básico, imprescindible y vital. De lo contrario, no habría crecimiento humano,
madurez emocional, profundidad interior o espiritualidad.
La intimidad es una realidad interior donde se pueden guardar sentimientos secretos
de distintos tipos: de alegría, de culpa, de vergüenza… para analizarlos, conocerlos,
transformarlos y trascenderlos… y así poder gozar de una intimidad sana, y por lo tanto,
alegre… no importa que inicialmente hayan sido recuerdos negativos, vengativos… o
vivencias sexuales, odios escondidos, venganzas ejecutadas, pecados inconfesables o rabias
que destruyen la conciencia…
Las cosas de la intimidad, conviene que no se sepan, pero cuando uno las escribe,
tarde o temprano se sabrán… yo acabé escribiendo estos versos íntimos, para ti que nadie
sabe quién eres.
Escribo sílabas deseando que pudiesen ser articuladas en tu lengua y no en mis
palabras mudas por la ausencia de tu oído.
Tengo letras con las que podría escribir leyendas en las páginas de tu piel y sonidos
que reservo para mi más profunda intimidad… Tengo monosílabos ardiendo, diptongos
hechos fuego, y párrafos escritos de silencios, insinuaciones, gestos, miradas, sonrisas,
abrazos y besos tuyos en mis mejillas, los que por mi pasión se convirtieron en códices que
quise luego interpretar con mis eróticos sentidos…
Las sílabas de tu nombre hechizan mis latidos y tienes magia en la forma de
expresar cada una de tus palabras, cuando inocentemente me dices colgada de mi cuello…
TE QUIERO…
He podido leerte la mirada y escribirte lo que siento con el alma, adivinando en ti
inexistentes fantasías con la intención callada de darles vida.
8. José S. Martínez A.
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Mis letras se aferran a tu imagen y te abrazan con simbólico idioma, como si fuese
un exclusivo lenguaje de dos personas que se aman… que hablan desde adentro, que
comparten todo y no guardan secretos.
Te espero al final de los últimos puntos suspensivos de mis versos… y, mientras, te
adelantaré que mis besos, como colibríes inquietos, preguntan por la flor de tus labios… y
mis gritos, convertidos en aves, rompen el paisaje de mis poemas para llevarte titubeantes
mensajes… y mi mente trata de comprender a mi corazón que habla solo, como
enloquecido, diciéndome que él y yo no requerimos de letras porque nos hundimos en tu
espejismo al llamado de un imaginario amor, donde sobra lo que escribo.
Hay, en la intimidad, el límite sagrado de lo que no se puede pregonar, porque en lo
íntimo pasan cosas como éstas: no se ven pasar las horas, el alma se siente libre, y cae
pertinaz toda una lluvia de esperanzas entre sanas y morbosas…
Con estos versos, mi intimidad sin proponérselo, se lanza hacia el futuro, hacia ti…
y tú, cuando los leas, tendrás tal vez la oportunidad de viajar al pasado, hacia estos
pensamientos y emociones petrificadas en unas cuantas hojas, aunque mi prudencia me dice
que no debes leerlos jamás.
Parece que te veo, sentada, como te gusta, en el sofá de tu casa, con los pies
descalzos… tu cabello negro cayendo como un río de sombras sobre tus pechos y tu
espalda que se asoman… y mi alma que, desnuda, estará temblando en tus manos en este
librito, porque, en mis poemas se rompe el silencio, y abro a tu alma el misterio de un
callado secreto, porque en mi silencio hay vértigos de abismos…
Imagina el amor que habré soñado deseando lo imposible, para escribirte y dedicarte
poemas inútiles de este imposible que, ahora, como una flor nocturna, se abre en la sombra
para ti, derramando gotas literarias… poemas que cada vez que yo los lea, será como ir al
cielo y volver…
La emoción de mi sangre no es la muerte, y decir lo que escribo no es la guerra.
Íntimamente, para empezar, te diré, atrevido, que tus ojos son húmedas lámparas…
tus cejas, mínimas cordilleras… tu boca, una mina de diamantes… tu cabello, coral oscuro
de terciopelo… tu voz, un pequeño relámpago que ilumina mi oído… y tus manos, flores
que han acariciado mis manos.
Este librito es una pequeña película de amor, y, al leerlo, en tus ojos viajarán quizás,
la curiosidad, la inocencia, el asombro y la belleza, porque eres una violeta que he
observado y admirado bajo la vigilia de mis noches.
9. José S. Martínez A.
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Igual que tú, creo en los senderos y en los abismos, en las aves y en las montañas,
en la luna y el viento, en el pan y la sal, en las ternuras y en las palabrotas, en las estrellas y
en los milagros…
Creo en tu voz femenina y en tus recuerdos que me dan un baño de alegría.
Eres excitante y bella. Eres como tu nombre, bonita, moderna y milenaria.
Quienes lean estos versos, nunca sabrán quién eres, pero tú sí lo descubrirás. Por eso
amo el cuarto oscuro de mi intimidad, el de mi interior profundo donde los sonidos de tu
voz son la luz de este libro, que estará esperándote… rompiendo barreras de miedo, con
mis versos íntimos.
José.
10. José S. Martínez A.
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SUEÑO
Anoche desperté soñando
lo que nunca será
por no ser permitido…
Y nadie entenderá
el pecado divino
de perderme en tus ojos
con un amor hermoso
que juzgarán ladino…
Lo he venido arrastrando
sin arrepentimiento,
al soñarte conmigo
en lujurioso encuentro.
Somos el día y la noche
de reproches barruntos,
porque es terca ironía
el poder estar cerca,
pero nunca estar juntos…
Este amor imposible
ha venido siguiéndome
como una oscura sombra…
y por ti voy fingiendo…
bebiéndome el silencio que te nombra…
callando lo indecible…
Eres un espejismo
en camino desértico…
eres, mi ardoroso cariño
concebido en un sueño repetido,
pero… ahora… mi amor…
oyendo la voz de la razón
me retiro de este inútil delirio…
y te entrego mi adiós
¡Con todo el corazón!...
11. José S. Martínez A.
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PARÍS
En cuanto soy más viejo, soy más libre.
Es toda la fortuna que yo tengo.
Y, oscura la mañana,
a ti te sueño como la manzana
donde duerme el veneno…
Nadie me puede prohibir
este amor clandestino…
y contigo he vivido mis ensueños más bellos…
Trepé sobre tus negros cabellos
para luego bajar recorriendo tu cuerpo
muchas noches de invierno…
Y te llevé de viaje al viejo continente
visitando palacios, monumentos, fuentes y museos
y eran los aposentos
siempre lo mejor,
que por algo es París la Ciudad del Amor…
Fuiste Eva y yo Adán
en nuestro paraíso…
desnudos caminamos por senderos,
jardines, veneros, praderas y ríos.
En mis sueños he pedido lo imposible
y todos mis deseos contigo
me fueron concedidos…
Los sueños los hace Dios,
pero lo que yo sueño,
¡Eso es muy mío!...
12. José S. Martínez A.
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PECADO
Duele… amar tus ojazos
y no poder besarte…
Duele… poder amarte con el corazón
y no poder amarte entre mis brazos…
Duele… sentirte cerca,
pero a la vez tan lejos…
o tenerte a la mano
y no poder decirte que te amo
¡Con ardiente pasión!…
Mi amor es un pecado
moral y socialmente condenado…
Mas no me quejo ni reniego de nada…
y de que soy un viejo no me fijo
porque no es lo más bueno
ni tampoco es lo peor…
simplemente es un mal
¡De cualquier animal!…
Yo hubiese sido tu hijo
por beber de tus senos
como de un manantial…
pero éso está canijo…
…¡Amar es respetar!…
Soy pecador que lloro
lo atrevido de amarte…
aunque llamen cobarde
mi pecado de amar…
Cobardes los que no aman
el fruto que es prohibido
porque implica desdoro…
y no quieren pecar
como Eva y Adán…
porque temen a todo
¡Por miedo de llorar!...
13. José S. Martínez A.
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LOCURA
Hola, pequeña… ¿Qué pensarías de mí?...
Soy un loco atrevido
que desea estar contigo
una tarde en París…
Pero… por ti…
por mi honor… y por tu edad
mi amor se pegó un tiro…
mi estupidez malora se suicidó…
y… a partir de ahora… me retiro
de este amor que otro amor
de tanto amar lo comprendió…
porque nadie es culpable
de un amor sin sentido…
ni ella… ni tú… ni yo…
Si es pecado pensarte
pediré la cordura
de vivir sin pensar…
y si es pecado amarte
así como lo siento,
diré por esta vez
que ya mi amor ha muerto
por tan bella criatura
¡Crisálida y mujer!…
Y nunca olvidaré
que tocó mi vejez
tu virtuosa hermosura…
que logró mi mesura
para no perturbarte…
Mas guardaré en mi pecho
mi sublime derecho
¡A la linda locura de adorarte!...
Y apréndelo, mi amor… ¡Por favor!...
si el amor no es locura ¡No es amor!...
14. José S. Martínez A.
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AMANTE
Tu amor le puso bridas a mi corazón…
y surgieron mis finas fantasías…
Quiero beber de tus ojos y de tus manos
para poder embriagarnos
pasión sobre pasión
y contemplarte a solas
todo un día…
Tus miradas de luces árabes
brillan más que los luceros
y con sólo tocar tus manos suaves
vuelven mis años púberes,
porque enciendes el fuego nuevo
de un deseo aventurero…
En cada encuentro
voy a ser el amante de tu talento,
de tu belleza, de tu inteligencia
y de la desnudez insinuante de tu cuerpo
¡Proveniente del arte griego!...
15. José S. Martínez A.
14
BIENVENIDA
Eres una experiencia extraña
de afrodisiacas y vagas palabras…
Tu increíble cuerpo esculpido por Eros,
es como una escultura
para levantarla por el cielo
hasta el cenit…
Y el sonido de tu voz
es como un pasaporte
para mi amor
emigrando hacia ti…
Como sin querer,
nuestras manos se tocan
y la sangre y la piel
se estremecen
como buscando un ardoroso fin…
Entremos a la casa del placer
a celebrar nuestro goce perfecto,
y en esa oportunidad del idilio
déjame tener tu cuerpo
junto al mío…
Yo seré tu poeta
de por vida,
y tú harás maravillas con mi amor
y en mi alma descreída
¡Te doy la bienvenida!...
16. José S. Martínez A.
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ERÓTICA
Te amaré en el silencio
de las sombras ocultas…
Besaré frenético tu boca profunda
una y otra vez
hasta llenar tu cuerpo con mi cuerpo…
Y una dicha completa
será el silencio fino,
hermoso y tembloroso…
la prórroga perpetua de esta insaciable sed
de tu embriagante vino.
Te amo como esclavo
en plena subversión
al orden establecido y domesticado…
te amo con amor y pasión clandestinos…
y quiero ser
quien con mi lengua
mis ojos y mis manos
te diga la verdad
de un amor filibustero,
y decirte TE QUIERO
con la libertad del amor
que no he vivido,
porque siempre al tocarte
lo he contenido…
pero ¡Ya no se me cura!...
¡Sino con la erótica presencia de tu figura!...
17. José S. Martínez A.
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DORMÍA
En los sueños es cuando el alma puede volar.
Nadie puede evitármelo
y sueño que despierto en tus brazos…
y mientras duermo, eres tan de verdad
que mi pensamiento de ti
es todo lo que quiero
y lo vivo increíblemente,
y es tan cierto como estar despiertos.
Y lo más bello es que
tú sabías que yo soñaba y no me despertabas,
y me dabas excesos de gozo…
y venías a encenderme y no me apagabas…
y me quedaba contigo noches enteras
y amaneceres interminables…
Y me lo dabas todo estando a mi lado
y disfrutaba la danza de tus labios
con besos y caricias,
y nuestros dos corazones iban atados…
y caminábamos de la mano
por veredas de flores…
y dormíamos con tus brazos en mis brazos,
con tus labios en los míos
y con tu voz hablándome al oído…
Y corrías hacia mí para hacer el amor,
y yo te complacía,
y era tan real que sentía tu aroma al despertar…
¡Qué mal que tenía que despertar!
pero dormía otra vez y nuevamente
te miraba a los ojos
y lamía tu cara erótica,
y se te cortaba la respiración…
y escuchaba tus gemidos de placer
al arquearte lujuriosa…
¿Qué más podía pedir?
Podía sentir tu deseo
y hacerte mía una y otra vez,
desnudándote con mis labios
para tocar suavemente cada curvatura…
y hacerte mía otra vez, muchas veces,
y ser tuyo porque me quieres
a través de mi sueño…
me quieres a través de mis besos
y de mis versos…
¡Soñar es mi derecho!....
18. José S. Martínez A.
17
DESEANTE
Soy un deseante sensual
que escribo poemas,
y tú eres como poesía precoz
refinada y sensual
con tu mirada que enajena
y tu voz de metal…
No me contento con lo permitido…
quiero abrazar tu cintura sinuosa
y beber agua clara de tu boca
y llevarte al Olimpo
con pensamiento heleno
porque eres lo más perfecto,
lo más puro y lo más tierno
que he quemado en mi fuego…
En mis besos y en mis versos
quiero inmortalizar tus dotes físicas
como algo sagrado,
con tu cabello ensortijado,
tus ojos embrujados,
tus labios de deseo
y tus formas turgentes que me ofrecen
¡El enigmático ritmo de tu audaz contoneo!...
19. José S. Martínez A.
18
MOSTRENCO
Me hablas… y no soy yo…
es mi mente la que delira
sin rubores ni penas…
y vivo me condeno en tus cadenas…
Adorarte tanto es lo que siento
pues en la biblia de mi vida
eres un salmo abierto
con mi mostrenco amor
como argumento…
Admito
que a veces amar es un error…
pero nadie tiene dominio de sí mismo
en el amor…
porque el amor domina todo
lo que pueda existir…
Y aunque te amo a escondidas
mi amor no es un mito… ni es un delito…
es amor verdadero…
porque al estar contigo
la vida es lo que digas
y lo demás no existe para mí…
Te amo contra mi voluntad,
pero sería pecado de gran castigo
que te mirara y no te amara,
y al decirlo
sé bien-bien lo que digo,
pues no hay dicha mayor
ni peor castigo
que amarte como te amo,
con este viejo amor
¡Aberrante, inútil y prohibido!...
que de tanto adorarte
acabo renunciando
¡Al milagro
que me ha dado Cupido!...
20. José S. Martínez A.
19
PROBLEMA
Yo sé que tú me quieres a tu manera
una manera extraña,
superflua, incoherente,
una manera rara, inocente,
sin consideración.
Yo sé que tú me quieres a tu manera,
y me lo dices sin que pienses en mí…
Ese corazón tuyo, de soltera encantadora,
sabe más de mí que lo que sé de ti…
Y admito que me quieres como niña boba
con intención sincera…
¡El problema es que me haces sufrir!...
21. José S. Martínez A.
20
GARAÑÓN
Amarte es, de rebote,
tormento con placer…
un amor imperfecto que nunca se sabrá
ni será declarado
aunque tu boca sea
la apetecible dote que me trampea,
un pecado cañón que deseo cometer…
Pero… si soy honrado, como marido,
hay deseos que ya han sido,
como sueño soñado,
pero que no lo son
¡Porque no pueden ser!...
Soy viejo garañón…
soy un cogollo…
un bribón insaciable
en aperreos de alcoba…
y tú en comparación
eres tierno pimpollo
que no ha salido del cascarón
¡Mi encantadora niña boba!...
22. José S. Martínez A.
21
POETA
No puedes evitar que sea tu dueño…
te sueño y hacemos el amor
y hacemos de todo
bañados en deseo…
La pasión se nos derrama
y toco tus muslos,
tus senos, tu cuello…
no dejo nada de ti
sin ser acariciado y besado por mí.
Hacerte el amor es entrar por tu mirada,
invadirte,
hacerte mía entre suspiros de locura,
y sentir cómo me abrazas
con tus piernas,
y te refugias en mí…
y las manos te tiemblan…
y cierras los ojos
y te rodeo, te resguardo,
te protejo del alba
y entrelazamos con hambre
nuestras almas, culminando el deseo
al que dejamos latir
en nuestra sangre.
Y nuevamente
tomo tu mano con mi mano,
saboreando tus labios,
recorriendo tu cuerpo,
dibujando tu silueta en las sábanas,
besándote cada poro,
dejándome llevar por tu amor
y por el torbellino de tu pasión,
sintiéndote mía, tibia, viva,
quedándome dormido en tu regazo
para volverte a amar
cada que tu cuerpo anhelante lo pida,
en la intensidad de tu amor que lo exige,
y el deseo que aumenta
en cada uno de mis sueños…
No hay pasión más completa
¡Que la que vive mi sueño de poeta!...
23. José S. Martínez A.
22
SECRETO
Susurro a la noche tu nombre
como un arrullo de este amor muerto…
¡Mi único secreto!...
y le ruego a tu espíritu
desde mis ojos ciegos que no lo ven,
me azote con su látigo romano
por no saber
ni cuál es mi deber
cuando te amo…
Nunca te dije lo que sentía,
lo que me carcomía
la mente y el corazón…
y le sonrío a la suerte
que me guarda el secreto
y no me da el olvido,
porque enterrada por completo
mi alma se quedó
junto al cadáver ennegrecido
de este amor, que sigue vivo,
aunque lo condené a que cayera muerto
¡Cuando lo asesiné!...
24. José S. Martínez A.
23
PECAR
Si amarte es pecar,
con mi mundo al revés
condeno mi alma, condeno mi cuerpo,
condeno la eternidad ofrecida a mi salvación,
a cambio de arrullar tu cuerpo
con mi desnudez…
Ya eres una mujer…
ya sabes de pasión,
eres incomparable y quizá
no debes ni nombrarme,
pero sí he de adorarte sin perdón
y amarte no es cosa buena,
a la hora de juzgarme
Dios sabrá
¡Que vale la pena condenarme!...
25. José S. Martínez A.
24
PIRATA
Con tu árabe nombre de ibero marco,
ven a mi barco de marinero…
y con tu voz pirata
-de estribor a babor-
llega para vencer… ¡Y mata!...
Trepa tu voz a mi cubierta sorda…
y por la proa o la popa
asalta con tu grito
mi bogar…
¡Estreméceme! ¡Agítame!...
y sacúdeme una vez más…
como las olas de la borda…
¡Como la tempestad al mar!...
26. José S. Martínez A.
25
HISTORIA
He volado en tu cuerpo
y aunque es verdad que el tiempo
no me cura de nada,
me ayuda a acostumbrarme…
a soportar…
a no evitar lo inevitable
ni lo más criticable…
a no lamentar lo lamentable,
lo que no hice jamás…
A convertir mi amor en tinta
para escribir
lo que nunca leerás
y yo que por amor
prometí no volver a caer…
aquí estoy, por amarte,
¡En el suelo otra vez!...
No cambies nunca…
aunque quieran que cambies.
Duele dejarte ir…
siendo distinta…
¡No porque irás con alguien!...
¡Sino que irás sin mí!...
Como sucede –a veces-
fuiste una historia breve
que yo leeré mil veces…
una historia inocente que nunca se cumplió
y que de hoy para siempre
así de simplemente ¡Se terminó!
27. José S. Martínez A.
26
CONVITE
Qué ironía es saber que yo te adoro,
mientras la vida te priva
de que tú seas la reina
consentida y dichosa
de un amor viejo que peina hilos de plata
pero que cuenta lingotes de oro…
el oro que es la llave que abre todas las chapas…
Y que esa misma vida te clava
un acerado anzuelo que te vuelve esclava
tal vez de una neurona
o de un amor nuevo que te lava el cerebro
y para ti es Rey de Oros,
aunque no tenga paga ni corona…
Mi amor viejo te ama… el nuevo te ilusiona…
Y así es como funciona…
Esta vida que parece un desquite,
es convite de falsas mascaradas…
de maquilladas farsas
que siempre se repiten…
Ojalá y yo pudiese ser Luzbel descarado…
ojalá y tú pudieses ser una diosa infiel…
y yo te diera todo el oro que he ganado
y tú me dieras sólo
¡Una luna de miel!…
Pero no sabes nada… y no pasará nada…
nuestra vida es enclave en otra mascarada…
pues ni yo me perdono que, amándote, lo evite…
¡La vida es un convite!...
28. José S. Martínez A.
27
CANSADA
Debí haberte conocido,
vida mía,
cuando no habías nacido,
pero si el cielo me diera un deseo…
desearía volver a conocerte
aquí en la tierra
¡O allá en el cielo!...
Te necesito
como los poetas necesitan la poesía…
así que perdona, niña idolatrada,
tu propia proeza…
pues, con franqueza,
debes estar cansada
¡De dar tantas vueltas en mi cabeza!...
29. José S. Martínez A.
28
ESTRELLAS
Te quiero porque me gustas
y en mis gustos nadie manda…
Me enamoré de ti todos los días
en la forma más rara:
al besar en dos caras sin controlar en nada
mi ansiedad de pecar…
Y, ahora,
te cubro con mantos de silencio,
con arrepentimiento
porque eres un primor de inocencia total…
para cualquiera de las formas de amar…
Quiero ser más realista
y menos soñador…
no despertar
porque en mis sueños puedo tener tu amor
y abrazarte y besarte…
pero en la realidad
eres sólo una cruz que da besos de luz
para hacerme llorar…
Quisiera no sentir este dolor matrero,
entender que hay más estrellas en el cielo,
negro o azul,
pero… la única estrella que brilla para mí
¡Ésa, eres tú!…
y –como las estrellas-
tú no estás a mi alcance…
por eso jamás podré tocarte…
tendrías que adivinar… y bajar…
y todavía rogarme… y… ¡Entregárteme!...
30. José S. Martínez A.
29
¿CÓMO?
Aquí acaban mis penas…
porque me alejo.
Para ti ya no habrá más poemas…
de repente controlo mi serpiente
¿Cómo he llegado a ésto?... No lo sé…
Tampoco sé cómo viviré ¡Pero te dejo!...
31. José S. Martínez A.
30
LUNA
Mi luna vale más que ninguna,
más que una quimera de portento,
más que un maravilloso y mentiroso cuento…
porque su amor
¡Ése sí es cierto!...
32. José S. Martínez A.
31
MORIBUNDO
Amarte a ti era amar
(con amor reprimido)
a quien nada me amaba…
Soñar con adorar
a quien no lo sabía
y tu nombre se quedaba escondido
en cada poema fallido
que concebía.
Contigo
aprendí a demostrar
que no pasaba nada
cuando en verdad pasaba…
y te amé
como debe de amarse a una mujer
a sabiendas de que te iba a perder…
Eres la única persona en todo el mundo
de la que jamás hube esperado
que me pasara lo que pasó…
Por ser encantadora:
alborotaste mi ego moribundo
como un ángel malvado
mero ahora que soy
un pobre enamorado
víctima de su propio corazón,
el único alacrán de Ticumán
¡En peligro de extinción!...
33. José S. Martínez A.
32
OLVIDOS
Lo más difícil de amarte a ti,
era tener palabras y apetencias
que no podía decir…
Te conocí, sin buscar nada en apariencia,
y en ti lo encontré todo…
Te quise con riesgo de que lo supieras
y que, por mis artes,
lograra que también tú me quisieras…
Pero así… ¡Sería triste!:
Eres la tentación que no pude evitar…
un arrepentimiento imposible de confesar…
un sueño inalcanzable que me traiciona
con el tiempo inexorable ¡Que no perdona!…
Guardaré tu recuerdo conmigo
como el mayor de mis olvidos…
y te lo digo para que sepas
que sigues aquí, dentro de mí,
aunque tú estés allá
¡Como mi otra mitad incompleta!…
Cómo olvidarte, si te amaba de tal modo
que por ti ¡Me olvidaba de todo!...
34. José S. Martínez A.
33
BÚMERAN
Hoy no quisiera
que la luna se escondiera,
pues cuando sale iluminada
todo lo cambia con su mirada:
el sol duda de esconderse
y el viento, que es su anhelo,
le representa poco llanto
por tanto que significa
su pedazo de cielo…
Tú eras para mí
como un el apetecible pecado que invita,
como un salto al vacío…
fuiste mi búmeran tardío
del que no supe defenderme…
y te perdí, quedando herido…
La luna sufre en silencio…
ama con sus miradas
y habla con sus sonrisas…
Es una luna linda y maga
que confía en mí,
en lo que pienso y en lo que escribo…
aunque los demás digan lo que digan…
y aunque yo ¡Haga lo que haga!...
35. José S. Martínez A.
34
TIGRE
Cínicamente diré
que para mí
entregar amor y sexo,
son como drogas de jaguar en celo,
con mi linda mujer
a la que tanto quiero
y tanto la deseo…
Y a ti, muchachita de encanto,
quien para este bastardo depravado
has sido amor y canto,
te ofrecí los bártulos poéticos
de mi amor bimotor:
mis versos, mi lápiz, mi cantar,
mi tinta, mi papel… mi emoción.
Te di un pedazo de mi vida
en cada letra,
en cada minuto que dediqué a pensar
una frase… una metáfora… un poema…
todo para ti… mi niña consentida…
Te convertí en el tema de mi corazón
premiando que me dices que me quieres…
y porque fuiste mi inspiración
nomás por tu perfume seductor…
Tú… no lo pediste
ni con tu clorofila… ni con tu almizcle…
ni con tu color,
pero todo lo tuviste… y aún tienes mi amor…
porque al amarte ¡Amo una hermosa flor!...
Quizás no entenderás lo que aquí escribo,
pero de nuevo me despido…
mi corazón… ¡Es un tigre herido!...
36. José S. Martínez A.
35
…LERO
¿Qué chingados voy a hacer con esto que ha pasado…
sino rogarte?,
pero mi corazón ¡Es un tarado!...
¿Qué diablos voy a hacer con tu brutal belleza…
sino adorarte?,
pero mi corazón ¡Es un bragueta!...
¿Qué jijos voy a hacer conque ya no me llames...
sino dejarte?,
pero mi corazón grita: ¡No mames!...
¿Qué carajos voy a hacer si no he de ser tu dueño…
sino enterrarte?,
pero mi corazón ¡No es cementerio!...
¿Qué putas voy a hacer con este pedo…
sino buscarte?,
pero mi ojete corazón ¡Es un culero!...
37. José S. Martínez A.
36
CULPA
Este amor es un sueño frustrado,
es fracaso de mi alma arrepentida,
la más falsa ilusión…
Tempestad y sacudida de mi vida,
lágrimas de mi invierno enajenado
y misterio de mi corazón…
Amar, así es un suicidio,
y harán mal en decírmelo
porque ya no me importa…
Mi existencia es maldita
porque a ti no te tengo
ni te tuve nunca
mi chamaca bonita…
Cansado estoy del tiempo que me increpa,
de quererte a lo estúpido,
de morir por tu culpa
y que tú ¡Ni lo sepas!...
38. José S. Martínez A.
37
PALABRA
Ya me da igual tu vida…
tú me das igual…
cada gotita de miedo que tengas
me dará igual…
cada trocito de odio que por mí sientas
me dará igual…
Seré el principio
de tu nada ausente.
Tu belleza te protege,
pero no habrá refugio para tu condena
ni pena donde puedas esconderte.
Te condeno a no verme…
Te guardaré en un palacio de silencios.
Yo soy libre en mi verso,
así pierda una luna y un pedazo de cielo.
¡Nunca abriré tu puerta!...
¡Palabra de poeta!...
39. José S. Martínez A.
38
SUSPENSIVOS
No creas en lo que escribo…
El amor no entiende de razones…
ni de falsías
ni de moral… ni de condiciones
ni de desprecios
ni de motivos…
Así que este amor lo dejo
en el suspenso
de los puntos suspensivos…
Porque el amor puede ser eso:
una palabra
¡Y tres puntos suspensivos!...