Este documento resume los principales géneros épicos como la épica, los cantares de gesta, los juglares y el cantar de Mío Cid. Explica las características de cada uno, incluyendo que los cantares de gesta eran anónimos y en lengua romance, trataban materias como Francia, Bretaña y Roma, y que los juglares pertenecían al mester de juglaría. También analiza rasgos de oralidad en el Cantar de Mío Cid como fórmulas, epítetos y descripciones breves en diá
2. Género Épico
Épica: del latín epicus, griego ἐπικός (epikos), y este
de ἐπός (epos) ('"palabra, narración, poema").
"Épica y teatro son formas en las cuales el
hombre se reconoce como colectividad o
comunidad, en tanto que en la lírica se ve
como individuo". (Paz, Octavio (1967) El
arco y la lira, México, Fondo de Cultura Ec., 1967, p. 193.
Caracteres épica.
3. Cantares de
Gesta
Cantares. De Gesta.
Caracteres:
lengua romance, anónimo.
Materia de Francia: s.XI/XIV
Chanson de Roland
Materia de Bretaña.
Ciclo artúrico.
Materia de Roma.
5. Literatura y Performance.
“cuando el poeta o su intérprete canta o recita (ya sea
un texto improvisado o de memoria) únicamente su
voz le confiere autoridad. El prestigio de la tradición,
ciertamente contribuye a valorarlo; pero lo que integra
esta tradición es la acción de la voz” (Zumthor, 1989).
7. Cantar de
Mío CID
Cantares: Destierro, Afrenta de Corpes y Bodas.
Autoría.
Forma y rima:
Verbos.
Realismo.
Diálogo directo.
Descripción breve.
Personajes.
Temas.
8. • Reparto del Botín tras la toma de Valencia.
• Minaya Alvar Fañez – afuera estaba en el campo.
• Con todas aquellas gentes – escribiendo y contando;
• Entre tiendas, entre armas, - y entre vestidos preciados,
• Es tanto lo que hallan de eso, - que pasa de todo cálculo.
• Quiero por menor deciros – lo que es más destacado:
• No pudieron hacer cuenta – de todos los caballos,
• Que vagan con sus monturas, - y no hay quien venga a tomarlos;
• Los moros de la huerta – quedárnose allí con algo;
• A pesar de todo eso, - al Campeador afamado
• De los buenos y de estima – cayéronle cien caballos;
9. • Y cuando a mio Cid – le correspondieron tantos,
• Bien pueden quedar los otros – satisfechos de su pago.
• ¡Cuánta tienda de valor, - y cuánto puntal labrado,
• que ha ganado mio Cid, - con todos sus vasallos!
• La tienda del rey Yucef, - cabez de todo el campo,
• Dos puntales la sostienen,- que con oro están labrados;
• Mandó a todos mio Cid, - el Campeador afamado,
• Que siguiese en pie tal tienda,- y no la tocasen manos:
• -“Una tienda como ésta, - que en Marruecos se ha labrado,
• quiero enviársela yo – a Alfonso el Castellano;
• que creyese los rumores – de que el Cid tenia algo”
• (MIO CID,: V 1772-91)
10. Achamos, de recrutagem, os cavalos que pudemos – o
que foram os dez, os burros e mulas também
contados. O seo Ornelas honrava os atos. Além do
que quis que eu falhasse, para a festa, com o meu
povo; mas achei mais sobressaído ir mesmo embora,
exato. Semeei para trás de mim o bom ensejo, para
poder ser de vir a colher, mais para diante, outros
assim tão bons e melhores. (ROSA, 2006: 461-2)
11. Rasgos de Oralidad
Motivos: el correr de la sangre;
Fórmulas fáticas: oíd, viéredes,...;
Fórmulas exclamativas: ¡Dios + que + adjetivo!
Binomios inclusivos: hombres e
mugieres (=todos).
-e paragógica.
Epítetos épicos: Campeador; noble barba tan
crecido; el buen nacido; el que en buena hora ciñó
espada;
12. • Asur González, - forzudo y de valor,
• Hirióle en el escudo – a don Muño Gustioz,
• Del escudo por det´ras – pasóle la guarnición,
• En vacío dio la lanza, - que a la carne no alcanzó.
• Este golpe recibido, - otro dio Muño Gustioz;
• Por en medio de la bloca – el escudo le quebró,
• No le pudo proteger, - rompible a guarnición,
• Cogióle un tanto de sesgo, - que no junto al corazón;
• Dentro en la carne metióle – la lanza con el péndón,
• Por detrás de la espada – una braza la pasó,
• Dio un retortijón con él, - de la silla lo sacó,
• Al tirar de la lanza, - en tierra lo derribó;
• Bermejo salió el astil,- y la lanza y el pendón.
• Todos piensan que es de muerte – la herida que recibió.
(MIO CID: V 3675-88).
13. A faca a faca, eles se cortaram até os suspensórios…
O diabo na rua, no meio do redemunho...Assim, ah
– mirei e vi – o claro claramente: aí Diadorim
cravar e sangrar o Hermógenes.. Ah, cravou – no
vão – e ressurtiu o alto esguicho de sangue: porfiou
para bem matar! Soluço que não pude, mar que eu
queria um socorro de rezar uma palavra que fosse,
bradada ou em muda; e secou: e só orvalhou em
mim,por prestígios do arrebatado no momento, foi
poder imaginar a minha Nossa-Senhora assentada
no meio da igreja...Gole de consolo...Como lá em
baixo era fel de morte, sem perdão nenhum. Que
enguli vivo. Gemidos de todo ódio. Os
urros...Como, de repente, não vi mais Diadorim!
No céu, um pano de nuvens... (Grande Sertão Veredas)
14. A retórica da antiguidade ensinava, à sua maneira, que
para ir ao sentido de um discurso, sentido cuja
intenção suponho naquele que me fala, era preciso
atravessar as palavras; mas que as palavras
resistem, elas tem uma espessura, sua existência densa
exige, para que elas sejam compreendidas, uma
interpretação vocal: seja aquela da voz percebida,
pronunciada e ouvida ou de uma voz inaudível, de uma
articulação interiorizada. E nesse sentido que se diz de
maneira paradoxal, que se pensa sempre com o
corpo: o discurso que alguém me faz sobre o mundo
constitui para mim um corpo-a-corpo com o mundo.
O mundo me toca, eu sou tocado por ele; ação
dupla, reversível, igualmente válida nos dois sentidos.
(...). A generalização, hoje, da ideia da performance é
uma das consequências. Zumthor(2007: 76):