El documento habla sobre las promesas mesiánicas de Jesús y lo que hizo por la humanidad. Menciona que Jesús preparará un lugar para sus seguidores en la casa de su Padre y que volverá para llevarlos a donde él está. También cita pasajes bíblicos sobre la segunda venida de Jesús en las nubes con poder y gloria. Finalmente, describe cómo Satanás engaña a la humanidad pero Jesús envía ángeles para liberar a los que confían en él.
6. No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed
también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas
hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a
preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare
lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que
donde yo estoy, vosotros también estéis.
Juan 14:1-3
Promesas
7.
8. Porque aún un poquito, Y el que ha de venir vendrá, y no
tardará. Mas el justo vivirá por fe; Y si retrocediere, no
agradará a mi alma. Pero nosotros no somos de los que
retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para
preservación del alma.
Hebreos 10:37-39
9. Entonces verán AL HIJO DEL HOMBRE QUE VIENE EN LAS NUBES con gran
poder y gloria. Entonces verán AL HIJO DEL HOMBRE QUE VIENE EN LAS
NUBES con gran poder y gloria. (Marcos 13:26)
12. Satanás está preparando sus engaños para que
en su última campaña contra el pueblo de Dios,
este no lo reconozca. “Y no es de extrañar, el
mismo Satanás se disfraza de ángel de luz”.
Mientras algunos seres engañados alegan que no
existe, él los toma cautivos y trabaja en extenso
grado por medio de ellos. Satanás conoce mejor
que los hijos de Dios el poder que pueden tener
sobre él cuando su fuerza está en Cristo.
Mensajes para los Jóvenes
14. Si Satanás ve que está en peligro de perder un alma, se esfuerza hasta lo
infinito por conservarla. Y cuando el individuo se percata del peligro, y con
aflicción y fervor mira a Jesús para obtener fuerza, Satanás teme perder un
cautivo y pide un refuerzo de sus ángeles para cercar al pobre ser humano y
formar a su alrededor un muro de tinieblas con el fin de que no reciba la luz
del cielo. Pero si el que está en peligro persevera, y en su impotencia y
debilidad confía en los méritos de la sangre de Cristo, Jesús escucha la
ferviente oración de fe y envía un refuerzo de sus ángeles, que sobresalen en
fuerza, para librarlo.
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15. Satanás no puede soportar que se apele a su
poderoso rival, pues teme y tiembla ante su fuerza y
majestad [la de Cristo]. Toda la hueste de Satanás
tiembla al sonido de la oración ferviente [...]. Y
cuando los ángeles todopoderosos, vestidos con la
toda la armadura del cielo, acuden en ayuda del ser
desfalleciente, perseguido, Satanás y su hueste
retroceden, pues saben bien que su batalla está
perdida.
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